Relampagazo

Cuando un videojuego se lanza al mercado y obtiene algo aunque sea remotamente parecido al ¨¦xito, parece inevitable que tarde o temprano salga una secuela. En ocasiones, no tan puntuales como debiera, lo que hacen las compa?¨ªas es crear una expansi¨®n para aprovechar as¨ª la base de usuarios que compraron el programa original y as¨ª esperar un retorno de la inversi¨®n mucho m¨¢s r¨¢pido que mediante el lanzamiento de un juego nuevo.

Algunas veces las expansiones son verdaderamente algo que alarga la vida ¨²til del producto a?adiendo nuevas campa?as y facciones jugables, o profundizando en la propia mec¨¢nica del juego. Pero no es el caso. Blitzkrieg 2: Fall of the Reich es decididamente una expansi¨®n que no hace honor al juego en el que se basa y que a pesar de no necesitar Blitzkrieg 2 original para instalarse, s¨ª requiere haberlo jugado si queremos tener la m¨¢s m¨ªnima posibilidad para poderlo 'disfrutar' a fondo. Fall of the Reich es en realidad la ca¨ªda del propio Blitzkrieg.

Como pr¨¢cticamente podr¨ªamos haber copiado y pegado el texto del an¨¢lisis que hicimos el a?o pasado, hemos decidido puntualizar las escasas novedades que incorpora as¨ª como las razones que nos han motivado a bajarle la nota. Pero esencialmente FotR es un refrito de todo lo que ya hab¨ªamos visto, presentado en dos campa?as repletas de misiones desapasionadas, previsibles y absurdamente dif¨ªciles, con montones de errores que complican y merman la experiencia de juego. La nueva expansi¨®n de Blitzkrieg 2 es, con diferencia, uno de aquellos t¨ªtulos que pueden llevar a desesperarte al teclado.

En el caso de esta expansi¨®n, Nival ha decidido concentrar todos los escenarios en la Europa oriental. Dos nuevas campa?as, que a su vez se subdividen en nuevas misiones, son las que componen la experiencia para un solo jugador. A trav¨¦s de los ojos alemanes mientras defienden ferozmente sus posiciones del este o siguiendo el implacable avance sovi¨¦tico que va camino de Berl¨ªn a pasos agigantados, Blitzkrieg II ofrece algunos de los mejores momentos del final de la segunda gran guerra.

Se han incluido nuevas tropas y el nivel medio de los soldados se ha actualizado consecuentemente, pues tras a?os continuos de instrucci¨®n ambos bandos conoc¨ªan perfectamente las particularidades del adversario y hab¨ªan adecuado sus armas y habilidades en consonancia. Es por eso que en teor¨ªa nuestro ej¨¦rcito est¨¢ mejor preparado y afronta mejor las adversidades que en la entrega anterior, aunque tambi¨¦n el enemigo es capaz de defenderse mejor, con lo que las fuerzas permanecen a nivel global equilibradas.

La mayor¨ªa de unidades han visto cambiadas sus estad¨ªsticas, que se han intentado ajustar mejor a las que en teor¨ªa se correspond¨ªan con sus hom¨®logos reales. Hay algunas habilidades que se han suprimido, se ha aumentado el rango de visi¨®n de blindados e infanter¨ªa y se han modificado el alcance y la precisi¨®n de la artiller¨ªa. Tambi¨¦n se han hecho modificaciones sobre la forma en la que act¨²an los bombardeos, en ocasiones tomando mayor tiempo de lo que sol¨ªan tomarse previamente.

Y hasta aqu¨ª son las 'novedades' que encontramos en Fall of the Reich; todo lo que encontraremos aparte de lo expuesto en estos tres p¨¢rrafos anteriores lo conocemos perfectamente, desde la interfaz que en nada cambia con respecto a su predecesor como en el aspecto gr¨¢fico que no ha sido retocado en ning¨²n aspecto. La expansi¨®n luce igual a nivel t¨¦cnico que el juego original, lo cual no necesariamente significa nada malo, sino que explosiones y efectos visuales y de sonido son exactamente iguales en ambas versiones.

En cualquier caso el motor gr¨¢fico que mueve el juego de Nival se est¨¢ quedando algo anticuado, aunque por otro lado lo hace m¨¢s accesible a otros usuarios que no dispongan del ¨²ltimo equipo acabado de salir de la tienda. Nosotros lo hemos probado en dos equipos, un Pentium IV a 2.6 y 2 Ghz de Ram y en un port¨¢til PIV de 2 Ghz con 128 de una X700. En ambos casos el juego se movi¨® con soltura sin tener que desactivar la mayor parte de opciones.

El juego est¨¢ orientado a aquellos que ya disfrutaron de la anterior versi¨®n de Blitzkrieg 2. Eso significa que la dificultad de las campa?as es bastante elevada, llegando a casos de aut¨¦ntica exasperaci¨®n debido a algunos errores de programaci¨®n que pueden complicarnos todav¨ªa en mayor medida nuestra existencia. Ya desde el tutorial podemos comprobar como no se ha resuelto el error que en ocasiones impide terminar una de las fases (concretamente la del armamento antitanque) y a medida que avancemos en las misiones en muchos casos se har¨¢ m¨¢s evidente.

Son precisamente estos detalles y no la escasez de novedades lo que realmente puede enfurecer al jugador de Fall of the Reich; muchas de las tropas, por ejemplo, no reconocen bien los patrones de movimiento que deben efectuar y se sit¨²an en situaciones de desventaja en la que la CPU siempre dispara primero y con mayor frecuencia. A esta situaci¨®n se le suma la 'invulnerabilidad' de determinadas unidades que, camufladas tras objetos del escenario, consiguen destruir un batall¨®n entero nuestro antes de poder ser abatidas.

Es muy frustrante ver como la propia IA de la CPU es la que evita nuestras aspiraciones de victoria poniendo palos en las ruedas de nuestra maquinaria de guerra, m¨¢xime cuando creemos haber seguido la estrategia correcta. En algunos casos, concretamente en la tercera misi¨®n de la segunda campa?a, hicimos acopio de paciencia mientras agot¨¢bamos el binomio salir / cargar a la espera de que, a¨²n sin saber como, 10 tanques rusos y una de infanter¨ªa pudieran pasar la barricada de dos ametralladoras y dos tanques que estaban en fuego cruzado tras unas trinchera.

Claro que estrategia lo que se dice estrategia tampoco hace falta seguir ninguna en especial; basta con la t¨¦cnica de siempre: mandar las tropas hacia delante, perderlas pero antes retirar las de mayor experiencia para que la conserven a la siguiente misi¨®n, recuperar nuestro batall¨®n a base de refuerzos solicitados al comandante, volver con nuestra inmensa cantidad de carros de combate y arrasar completamente cualquier vestigio de unidad enemiga.

Bajo nuestro punto de vista, es una l¨¢stima que Blitzkrieg 2 no profundizara dentro de lo que ser¨ªa una estrategia en tiempo real m¨¢s densa, simplificando muchos de los aspectos ya desde su propia concepci¨®n (poblaci¨®n civil, fuego amigo, etc.) y otros detectados a partir de la propia experiencia de los jugadores (blindados contra infanter¨ªa, etc.) Cada una de las dos facciones recibe, eso s¨ª, el armamento que en su momento dispuso dada la altura del momento del conflicto.

Por lo dem¨¢s la estructura de juego sigue exactamente igual, tanto a nivel de adquisici¨®n de refuerzos (si no conseguimos acabar ese objetivo ahora, volvamos m¨¢s tarde cuando dispongamos de m¨¢s tropas de refresco), y de hecho en los combates finales podremos disponer de toda aquella fuerza de la que no hayamos hecho uso en misiones anteriores, lo cual ciertamente nos empuja a intentar acabar las fases con el m¨ªnimo de unidades posibles para intentar ir m¨¢s sobrados en la parte final del juego.

El multijugador recibe 6 nuevos mapas en los que disputar las contiendas. Solo es necesario que en los servidores de Nival.net se pongan de acuerdo el per¨ªodo hist¨®rico en el que jugar, en fracciones de dos a?os: del 39-41, 41-43, etc. Cada jugador puede escoger el equipamiento militar que le corresponde a su per¨ªodo hist¨®rico, sabiendo que obviamente solamente pueden haber dos bandos. La clasificaci¨®n de escalera, en el momento de hacer esta review, estaba inactiva.