El otro mundo de Another World

Hablar sobre un juego de la magnitud de Another World es siempre uno de los mayores honores que puede tener un redactor de videojuegos. La obra m¨¢s personal de Eric Chahi puede presumir de ser uno de los cl¨¢sicos incunables con m¨¢s solera, con autores como Fumito Ueda, autor de Ico y Shadow of Colossus, reconociendo claramente la influencia que en sus desarrollos ha influido el juego de Delphine.

Tras quince a?os en los que su capacidad jugable no ha perdido un ¨¢pice de frescura, se nos presenta ahora una reedici¨®n del mito que, aparte de incluir el juego original tal cual, lo adapta a los tiempos actuales a base de altas resoluciones y peque?os detalles. Con todo, Another World demuestra su val¨ªa gracias al impecable proceso de desarrollo y dise?o que tuvo d¨¦cada y media atr¨¢s, por lo que sus retoques a?adidos no son m¨¢s que matices que, en verdad, se nos antojan m¨¢s que necesarios curiosos.

Qu¨¦ mejor manera de evocar los buenos tiempos que nos hiciese pasar Another World que recordando cosas acerca de su proceso de creaci¨®n, a la par que investigamos un poco acerca de la figura del padre de la criatura. No nos cabe duda de que Another World y Eric Chahi lo merecen de medio a medio.

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Nuestro hombre descubri¨® el mundo de los videojuegos gracias a Space War, la cl¨¢sica y original m¨¢quina que enfrentaba dos naves espaciales en una pantalla vectorial. Pero cuando de verdad el mundo del ocio electr¨®nico signific¨® algo para ¨¦l, fue cuando lleg¨® la segunda generaci¨®n de recreativas arcade, donde Defender, Pacman o Xevious apelaron a su incipiente devoci¨®n por el medio. Corr¨ªa entonces el a?o 1983 cuando su profesora de matem¨¢ticas le ense?¨® algo de programaci¨®n Basic en un Sinclair ZX81, momento en el cual Eric descubri¨® que se pod¨ªa crear un videojuego a trav¨¦s de software, y no s¨®lo v¨ªa interruptores y electr¨®nica.

Copia m¨¢ster de su primer programa

As¨ª, las ganas de meterse de lleno en la inform¨¢tica le lleg¨® en plena adolescencia. Al poco de cumplir los 16 a?os, Eric adquiri¨® su primera computadora. Concretamente, invirti¨® todos sus ahorros en un Oric 1, orientado especialmente para programar en Basic. Aprovech¨® las vacaciones para encerrarse en su habitaci¨®n y realizar dos programas que le dejaron m¨¢s que satisfecho. Uno de ellos era un sensacional clon del a?ejo Carnival de Sega, mientras que el otro, llamado FROG, resultaba ser un divertido ejemplar basado en los cl¨¢sicos de Stern. A cambio de material de hardware, ASN Difussion, distribuidores franceses de Oric, accedieron a publicar ambos t¨ªtulos.

FROG

Al poco, nuestra joven estrella se inscribi¨® a un club inform¨¢tico amateur donde un programador profesional le ense?¨® las bases del ensamblador del Motorola 6502. Eric pudo as¨ª profundizar cada vez m¨¢s en las entra?as de las m¨¢quinas, obsesion¨¢ndose con crear videojuegos cada vez mejores. Hasta el punto de que en 1987 abandonase los estudios para dedicarse de pleno al desarrollo de software de entretenimiento. Cierto es que Eric Chahi lleg¨® a percibir dinero por todos sus programas, pero el epicentro de su labor no era otro que su pasi¨®n por la inform¨¢tica y los videojuegos.

INFERNAL RUNNER

Compa?¨ªas como Loriciels o Chip distribu¨ªan su obra. Tras Le Sceptre d'Anubis y Doggy, Eric Chahi abandonar¨ªa por fin el Oric 1 para buscar nuevos retos en la por aquellos entonces m¨¢quina de moda en tierras francesas: el Amstrad CPC. Mientras dedicaba exclusivamente para jugar un viejo pero bien cuidado Apple II, en 1985 se encarga de adaptar libremente a su reluciente nueva m¨¢quina el Infernal Runner de Commodore 64, juego que a su vez se basaba en los cl¨¢sicos Spelunker y Lode Runner. Un a?o despu¨¦s, Loriciels publica su intrigante Le Pacte, una aventura venida de la inspiraci¨®n que le caus¨® el film de terror Amityville. En 1987 programar¨ªa dos obras menores: Danger Street y Profanation (un clon de Gauntlet que nada tendr¨ªa que ver con el popular juego de Dinamic).

DANGER STREET

Una vez llegada la generaci¨®n de los 16 bits, Eric abandonar¨ªa r¨¢pidamente el carro del Z80 y se centrar¨ªa en las maravillas que le ofrec¨ªan los procesadores 68000 de Motorola. Atari ST y Commodore Amiga se convert¨ªan entonces en el foco de sus ideas. Contratado por la empresa Chips como dise?ador gr¨¢fico, su nueva ocupaci¨®n art¨ªstica dar¨ªa lugar al apartado visual de juegos tan bizarros como entretenidos, a la usanza de Voyage au Centre de la Terre o Jeanne d'arc.

LE PACTE

Tras un par de t¨ªtulos decentes pero sin mucha chicha, como bien fueron Bio Challenge y Castle Warrior, Delphine se acerc¨® al g¨¦nero de las aventuras gr¨¢ficas tipo LucasArts y desarroll¨® en 1989 Future Wars. Curiosamente, en nuestro pa¨ªs este t¨ªtulo se public¨® tras comprobarse el ¨¦xito de otros juegos posteriores de Delphine, como el citado Operation Stealth.

FUTURE WARS

La particularidad de Les Voyageurs du Temps (nombre original de Future Wars) era que, en un principio, se iba a tratar de una serie de juegos, s¨®lo que la compa?¨ªa prefiri¨® desmarcarse con nuevas ideas en lugar de atarse a sagas sin fin. Pero tal vez el detalle m¨¢s interesante de citar es que Eric Chahi, antes de meterse de lleno en la realizaci¨®n de Another World, se encarg¨® de todo el aspecto gr¨¢fico de Future Wars. Y es que su trabajo en Chips con las posibilidades gr¨¢ficas que otorgaban las m¨¢quinas de 16 bits convencieron a Paul Cuisset para contratar a la joven promesa.

FUTURE WARS

El trabajo de Chahi en esta aventura gr¨¢fica fue de lo m¨¢s significativo. Rat¨®n en mano, nuestro hombre realiz¨® al p¨ªxel bell¨ªsimos parajes, entre los que se mov¨ªan unos diminutos personajes excelentemente animados. El nivel art¨ªstico de Future Wars es recordado por su alt¨ªsimo nivel, que en definitiva redondeaba un producto ciertamente digno, aunque extra?amente poco recordado por el fandom aficionado a las aventuras gr¨¢ficas. Pero vendi¨® bien y a Eric Chahi le proporcion¨® el dinero y el tiempo necesarios para poderse embarcar en la aventura que iba a ser el desarrollo en solitario de Another World.

OPERATION STEALTH

As¨ª, Chahi calcul¨® que estar¨ªa ocupado durante un a?o entero con su novedoso proyecto, pero eso no le impidi¨® prestar ayuda en el desarrollo de las dos siguientes aventuras gr¨¢ficas de Delphine: Operation Stealth y Cruise for a Corpse. La primera, ya citada en esta p¨¢gina, trataba sobre las desventuras de un agente secreto a la usanza de James Bond (de hecho, en los Estados Unidos Interplay consigui¨® los derechos de 007 y la public¨® como un producto basado en la franquicia de Ian Fleming) . Por su parte, Cruise for a Corpse nos met¨ªa en un misterio al m¨¢s puro estilo de las novelas de Agatha Christie, donde las revoluciones ven¨ªan marcadas por sus personajes tridimensionales y por su desarrollo en tiempo real.

CRUISE FOR A CORPSE

Pero la programaci¨®n de Another World se antoj¨® m¨¢s complicada de lo esperado, y ese a?o proyectado se duplic¨®. Pero finalmente, Another World vio la luz, con la sorpresa de que Eric Chahi trabaj¨® el s¨®lo en todos y cada uno de los aspectos del juego. Tan s¨®lo la banda sonora corri¨® por cuenta ajena, realizada por el maestro Jean-Fran?ois Freitas.

FLASHBACK

Tras la publicaci¨®n de Another World, Paul Cuisset dirigi¨® el proyecto Flashback. Por un curioso giro de la vida, lo que en un principio iba a ser un juego encargado por US Gold basado en El Padrino, termin¨® siendo el genial juego de aventuras, acci¨®n y plataformas que todos recordamos. Programado originalmente para los ordenadores Amiga, Flashback usaba parte de las rutinas gr¨¢ficas creadas por Chahi para Another World. Observ¨¢bamos los vectores, la animaci¨®n rotosc¨®pica y una influencia notable en el dise?o jugable, pero no ve¨ªamos por ning¨²n lado agradecimiento alguno hacia Eric Chahi. Y obviamente, ese 'no-detalle' no le hizo ninguna gracia...

FLASHBACK

Pero Eric no evalu¨® el trabajo que conllevaba realizar un juego de tan magnas proporciones para Amiga. Hay que tener en cuenta que, lo mismo que muchas peque?as empresas tienen que cerrar hoy sus puertas al no poder asimilar los gastos de producci¨®n de un juego para la nueva generaci¨®n de consolas, en su d¨ªa ocurr¨ªa exactamente lo mismo con el cambio de 8 a 16 bits, donde muchas compa?¨ªas echaron el cerrojo al no poder afrontar el aumento de recursos y equipo humano necesario para hacer algo decente en m¨¢quinas como el Atari ST o Amiga. Y Eric Chahi, en esos d¨ªas, se estaba comiendo un megaproyecto ¨¦l solito...

Con todo, nuestro h¨¦roe de la programaci¨®n reconoce que los dos a?os que le cost¨® completar Another World fueron un tiempo que, si bien result¨® incre¨ªblemente agotador, s¨ª se verti¨® en una de las m¨¢s ricas experiencias personales de su vida. M¨¢s de veinticuatro meses de esfuerzos exclusivos para un solo programa, una agotadora marat¨®n en la que, tal y como confiesa ¨¦l mismo, se reclu¨ªa recibiendo mientras tanto la misma sensaci¨®n de soledad que siente el personaje protagonista del juego.

As¨ª, con la marcada influencia de la obra de Jordan Mechner en su cabeza, Eric Chahi trabaj¨® a destajo para culminar una de las piezas m¨¢s geniales del mundo del videojuego. Siempre con la sombra del a?ejo Karateka, Another World se mueve entre decenas de hojas de datos y bocetos para, finalmente, lograr desmarcarse de cualquier influencia externa; Another World cobraba vida de su propia esencia.

?l podr¨ªa haber seguido trabajando como dise?ador gr¨¢fico de los juegos producidos por Paul Cuisset, algo a decir verdad bastante c¨®modo. Pero el alma inquieta y luchadora de Eric no pod¨ªa quedarse indemne ante los retos que se le ven¨ªan a la cabeza. Mientras trabajaba en Future Wars, ReadySoft public¨® en el Amiga la adaptaci¨®n de la recreativa Dragon's Lair, respetando los dibujos animados del arcade original a base de animaci¨®n pura y dura. Animaciones geniales, poca interactividad y un espacio desorbitado para guardar la informaci¨®n... Detalles que, si bien fascinaban a Chahi, le motivaban para superar lo visto.

La idea central de su Another World era la de plasmar animaciones tan espectaculares como las de Dragon's Lair, pero ocupando una porci¨®n de memoria ¨ªnfima. El m¨¦todo tan sencillo como brutalmente efectivo: utilizar pol¨ªgonos para animaciones 2D. En definitiva, algo muy parecido al principio usando por las cinem¨¢ticas en Flash que vemos por internet. As¨ª que se puso manos a la obra, escribiendo primero una rutina para controlar f¨¢cilmente vectores, todo ello en su poderoso Atari ST. Tras comprobar que pod¨ªa mover a trav¨¦s del ensamblador del 68000 una decena de pol¨ªgonos a 50 cuadros por segundo, se dio por satisfecho para comenzar a desarrollar el concepto del juego en s¨ª.

Teniendo en mente el crear un programa que mostrase personajes tan expresivos como los de Dragon's Lair, baraj¨® varios temas, hasta llegar a la conclusi¨®n de ambientar su nueva obra a trav¨¦s de la ciencia-ficci¨®n, en un universo extra?o pero cre¨ªble. Curiosamente, lo primero que cre¨® fue la espectacular introducci¨®n, donde Lester, el joven protagonista, desaparece del mundo convencional. No hab¨ªa pensado a¨²n en c¨®mo se desarrollar¨ªa la historia, pero s¨ª ten¨ªa claro que la separaci¨®n entre el mundo real y el nuevo universo estar¨ªa muy bien definida.

As¨ª, dej¨® para m¨¢s adelante la mec¨¢nica de juego, siempre teniendo en mente el concepto de juego de acci¨®n 2D al estilo Imposible Mission o Karateka. Pero Chahi no ten¨ªa ni idea de lo que iba a hacer a medio plazo... ?Another World estaba siendo creado fruto de la m¨¢s total de las improvisaciones! Con la introducci¨®n acabada, nuestro protagonista ten¨ªa pr¨¢cticamente finalizado el primer nivel... pero no sab¨ªa lo que iba a salir despu¨¦s, todo iba surgiendo de su cabeza a medida que iba avanzando en el proyecto. Pero s¨ª ten¨ªa muy claro lo que quer¨ªa comunicar a lo largo del juego. Esto es en base a una gu¨ªa emocional tanto o m¨¢s definida que el propio c¨®digo del programa.

KARATEKA

Eric Chahi destaca que, si bien la parte jugable part¨ªa de una base que se reinventaba a medida que progresaba, con respecto a la creaci¨®n del motor del juego y de las herramientas que fueron generadas para su desarrollo no hubo improvisaci¨®n alguna. Estaba todo tan estudiado que, mientras usaba su engine, se centr¨® sobremanera en explotar el ritmo en la narraci¨®n de la aventura y acentuar su vena dram¨¢tica. Es por ello que Another World dista tanto de ser un videojuego convencional. No exist¨ªan los marcadores, las vidas... Todo era sentimiento puro y duro.

ANOTHER WORLD (Amiga)

En su paso al PC, se tuvo en cuenta a la cr¨ªtica cuando mencionaba que el juego era muy corto. Delphine Software sugiri¨® que se extendiera, por lo que Chahi sac¨® algunas de las ideas que se quedaron en el tintero y las meti¨® poco antes del nivel final. Lo mejor de todo es que, con el peque?o a?adido, el Another World de PC gan¨® mucho en la narraci¨®n, donde en las nuevas escenas se remarcaba a¨²n m¨¢s si cabe la amistad entre el protagonista y su amigo alien¨ªgena. Y tal que as¨ª se port¨® a Mac, que con las mayores resoluciones que acostumbraba a mostrar la m¨¢quina de Apple consegu¨ªa lucir mejor que en el resto de ordenadores.

ANOTHER WORLD (PC)

El ¨¦xito que atesor¨® Another World en ST, Amiga y PC propici¨® que las compa?¨ªas editoras especializadas en videoconsolas se interesaran por el juego. Interplay, que ya hab¨ªa colaborado con Delphine publicando algunos de sus juegos en Am¨¦rica, fue la que se llev¨® el gato al agua. Se version¨® el programa a Megadrive y Super Nintendo... y ah¨ª llegaron los problemas. En la 16 bits de Nintendo, Interplay no s¨®lo quer¨ªa m¨²sica para todos los niveles, sino que exigi¨® que se sustituyesen todos los temas de Jean-Fran?ois. Chahi quer¨ªa al menos mantener la melod¨ªa de la intro, perfectamente sincronizada con la cinem¨¢tica, pero tambi¨¦n se opon¨ªa.

As¨ª pues, tal y como cuenta el propio Chahi en su sitio web, 'Esto se convirti¨® en una aut¨¦ntica batalla; en su momento nos comunic¨¢bamos exclusivamente por fax, y mis escritos se volv¨ªan m¨¢s firmes d¨ªa a d¨ªa. Interplay manten¨ªa una posici¨®n muy determinada respecto al desarrollo del juego, y no quer¨ªa ceder. As¨ª que tom¨¦ medidas dr¨¢sticas... Tuve la idea de escribir un fax interminable. Un gigantesco fax de un metro de longitud en el que escrib¨ª en letras enormes "conserven la m¨²sica de introducci¨®n original". Lo puse en el fax, ingres¨¦ el n¨²mero, y cuando la transmisi¨®n se inici¨® pegu¨¦ ambos extremos del papel con el fin de crear un c¨ªrculo infinito que segu¨ªa y segu¨ªa repitiendo el mensaje hasta que en las oficinas de Interplay se quedasen sin papel. A¨²n as¨ª, con todo este papel saliendo de su fax, la medida no tuvo mucho impacto. Fue Anne-Marie Joassim, abogada de Delphine Software, quien resolvi¨® la situaci¨®n aplicando presi¨®n. Habl¨® en mi favor y exigi¨® que, de una vez por todas, mantuvieran la m¨²sica original.'

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ANOTHER WORLD (Megadrive)

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Tambi¨¦n Interplay realiz¨® a?os despu¨¦s una bonita versi¨®n para la consola 3DO. Para la ocasi¨®n, eliminaron de un plumazo todo rastro de la banda sonora de Freitas, pero cuando se enter¨® Chahi, ya no ten¨ªa ni fuerza ni ganas de volver a entablar otra nueva batalla dial¨¦ctica, m¨¢xime estando en medio del agotador desarrollo de Heart of Darkness. Pero en definitiva, esta entrega para 3DO entraba por los ojos. Los escenarios hab¨ªan sido re-dibujados y estaban cargad¨ªsimos de detalles. Es cierto que, en comparaci¨®n con los personajes, estos decorados cantaban bastante, pero la impresi¨®n de encontrarnos ante un Another World m¨¢s pict¨®rico de la cuenta era ciertamente atractiva.

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ANOTHER WORLD (3DO)

Siguiendo con las consolas, la Mega CD de Sega recibir¨ªa tambi¨¦n de la mano de Interplay un disco con el Another World original y su secuela, Heart of the Alien. Y es que la compa?¨ªa insisti¨® en la creaci¨®n de esta segunda parte, haciendo caso a Eric Chahi a la hora de orientar la narraci¨®n desde el punto de vista del compa?ero alien de, protagonista principal de Another World. Finalmente, Chahi abandonar¨ªa le barco y el resultado de la secuela distaba mucho de estar a la altura del cl¨¢sico. El concepto era de lo m¨¢s aceptable, pero el conjunto desarrollado ¨ªntegramente por Interplay result¨® ser un sonado fracaso.

HEART OF THE ALIEN (Mega CD)

Terminando con las versiones oficiales, resulta curiosa la existencia de una peregrina versi¨®n de Another World para Atari 800/130/XL/XE. Programado un a?o despu¨¦s del original en Estados Unidos, este particular programa era a todas luces la versi¨®n menos favorecida del cl¨¢sico. Ni cinem¨¢ticas, ni vectores ni nada de nada. Pero como curiosidad extrema no tiene precio...

ANOTHER WORLD (Atari 800)

Desgraciadamente, lo que seis a?os atr¨¢s iba a ser un juego puntero, se convirti¨® en un producto desfasado sobre todo en base a la baja resoluci¨®n de los gr¨¢ficos, mal visto ese detalle en un mundo donde la Super VGA ya empezaba a ser habitual. Pero el maravilloso cuento dise?ado por Chahi permanecer¨¢ en los corazones de todos aquellos usuarios de Playstation y PC que lo pudieron disfrutar en su d¨ªa.

HEART OF DARKNESS (Playstation)

Dos a?os de Another World y seis con Heart of Darkness mellaron mucho a Eric Chahi. La idea de enfrascarse en otro proyecto de magnitud ni se le pasaba por la cabeza, por lo que se apart¨® radicalmente del mundo de los videojuegos y se dedic¨® a viajar por el mundo. Todos nos merecemos un descanso, y en especial un genio como el bueno de Eric.

Pero bicho malo nunca muere, y el gusanillo de la creaci¨®n continua dentro del maestro. Tiene en mente realizar un juego en el que, parece, primar¨¢ la estrategia. Eso s¨ª, ha declarado firmemente que no ir¨¢ de guerras la cosa, as¨ª que nos podemos esperar algo sin duda original.

Sea como sea, el habernos presentado una obra maestra como Another World encumbra cualquier acci¨®n que pueda realizar este hombre. Desde aqu¨ª esperamos sus nuevos proyectos, a la par que aprovechamos este humilde rinc¨®n para felicitarle por el quince aniversario de su maravilla. ?Feliz cumplea?os, Another World...! Nos vemos en la edici¨®n especial...