Ridge Racer, 15 a?os a toda velocidad

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Ridge Racer puede presumir de ser una franquicia asentada en el mundo del videojuego. Cuando Ridge Racer 7 para PlayStation 3 salga al mercado europeo en marzo de este 2007, la saga cumplir¨¢ quince a?os de vida, a lo largo de los cuales habr¨¢n visto la luz quince entregas de la serie de conducci¨®n arcade por excelencia. El sello de Ridge Racer es la conducci¨®n de estilo marcadamente arcade, con f¨ªsica exagerada y derrapes imposibles. Jugar con cualquiera de ellos es sin¨®nimo de velocidad, manejo y diversi¨®n en una combinaci¨®n que se ha hecho inconfundible con el paso del tiempo.

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Adem¨¢s, Namco ha visto en la saga un inmenso contenedor de referencias a otros juegos de la compa?¨ªa, con innumerables gui?os y marcas de identidad. Circuitos que se repiten y se transforman de un juego a otro, r¨®tulos en coches y pistas sobre cl¨¢sicos arcade, o coches que reaparecen a la vez que mejora el nivel gr¨¢fico, todo es una continua referencia. Este reportaje, a modo de homenaje, pretende resumir lo que ha dado de s¨ª el nombre Ridge Racer en cada uno de sus t¨ªtulos, en esas tres l¨ªneas: circuitos, referencias y coches, y quiz¨¢ alguna sorpresa m¨¢s.

Drivers, start your engines

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Namco dise?¨® una versi¨®n especial del arcade llamada "Ridge Racer Full Scale", en la que el juego se manejaba desde una r¨¦plica a tama?o real de un coche de verdad, un Mazda MX-5, delante del cual se instal¨® una pantalla de tres metros de ancho en la que se proyectaba el juego. Los pedales eran los del propio coche: acelerador, freno y embrague, todos completamente funcionales, al igual que la palanca de cambios o la llave de contacto. Incluso los relojes del coche se correspond¨ªan con lo que pasaba en pantalla. Varios altavoces emiten sonidos reales y unos peque?os ventiladores generan corrientes de aire sobre el descapotable. El hardware de la recreativa iba metido bajo el cap¨®. Como curiosidad, s¨®lo hay cuatro fuera de Jap¨®n y uno de ellos est¨¢ en Barcelona.

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De no haber existido la colaboraci¨®n entre Sony y Namco posiblemente PlayStation no hubiera levantado el vuelo. Como la arquitectura de la consola de sobremesa era b¨¢sicamente la placa arcade System 11 adaptada, la conversi¨®n de t¨ªtulos de recreativa no se hizo esperar, y prueba de ello es el excelente desempe?o de Ridge Racer. Aparte de la menor resoluci¨®n de pantalla y ciertos detalles t¨¦cnicos, el t¨ªtulo que inauguraba el cat¨¢logo de la gris era una suerte de "arcade en casa", incluso con mejoras sobre el original. Una de ellas fue el minijuego Galaxian amenizando las pantallas de carga que, adem¨¢s, si lo super¨¢bamos daba lugar a la aparici¨®n de nuevos coches.

Los pocos men¨²s del juego son de acceso inmediato y en todo el juego apenas hay tiempos de carga. Entre otras cosas podemos elegir diferentes configuraciones de botones, el tema musical que sonar¨¢ en carrera, o entrar en el "Music Player" para escuchar la m¨²sica sin prisas, adem¨¢s de las opciones de guardado y las tablas de mejores tiempos. Hay tres tipos de carrera a seleccionar, uno por nivel de dificultad que se determina seg¨²n la velocidad m¨¢xima del veh¨ªculo propio y de los rivales, am¨¦n de la dificultad del trazado en s¨ª, y un cuarto tipo llamado "Time Trial" donde se compite contra un ¨²nico rival. De inicio hay 4 coches seleccionables con distintos niveles de velocidad m¨¢xima, aceleraci¨®n, maniobrabilidad y agarre. La posibilidad de utilizar cambio manual da un ligero toque de simulaci¨®n, en lo que respecta al nivel de revoluciones ¨®ptimo, a la forma de tomar ciertas curvas, y a la velocidad m¨¢xima. Incluso dentro de un juego tan arcade como este, el verdadero "jug¨®n" bat¨ªa todas las marcas y se sab¨ªa cada metro del circuito despreciando la transmisi¨®n autom¨¢tica.

Una vez en la pista nos encontramos de frente con un aventajado apartado gr¨¢fico para su ¨¦poca exacto al de la recreativa. Colorido y texturado, realmente entraba por los ojos. Primera o tercera persona, cuentarrevoluciones anal¨®gico, veloc¨ªmetro digital, espejo retrovisor, mapa del trazado y dem¨¢s marcadores generaban un "habit¨¢culo" para el jugador del que muchos no se iban a separar en d¨ªas. D¨ªas que en el propio juego tambi¨¦n iban pasando, m¨¢s apresuradamente, al amanecer y anochecer varias veces en el transcurso de una carrera de no m¨¢s de cinco minutos. Doce coches en pista, de los cuales uno est¨¢ programado para ser nuestro m¨¢s duro rival. M¨¢s que tener una inteligencia artificial m¨¢s elaborada que los dem¨¢s estaba ah¨ª para meter presi¨®n, y el dejarlo atr¨¢s a mitad de carrera era buena se?al.

Este es un juego de ganadores natos, por lo que terminar en otra posici¨®n que no fuera la primera no serv¨ªa de nada. La condici¨®n de avance en el juego era la victoria. Si se lograba en cada uno de los circuitos se recib¨ªa el premio de ver los cr¨¦ditos del juego, aparec¨ªan pistas extra, que no eran m¨¢s que las mismas pero en sentido contrario, y el modo T.T. variaba de forma que adem¨¢s del rival de siempre, entre las sombras se escond¨ªa el coche secreto. Tras dejar un margen de ventaja al jugador, para posteriormente arrancarle las pegatinas con su inmensa velocidad, en un acto de arrogancia lo espera al inicio de la segunda vuelta, para no detenerse m¨¢s. A partir de ese momento s¨®lo hab¨ªa que cumplir una condici¨®n para ganarle y a?adirlo al garaje: no cometer errores. Ninguno.

Tras completar la haza?a, muchos jugadores con ganas de m¨¢s se propusieron aprovechar todo lo que el juego pod¨ªa ofrecer y m¨¢s, desvelando "bugs", opciones ocultas y curiosidades, algunas que hab¨ªan sido puestas ah¨ª a prop¨®sito y otras que eran una inc¨®gnita. La bandera ondeante de la pantalla de men¨² pod¨ªa ser manipulada con ciertas combinaciones de botones, el disco pod¨ªa ser extra¨ªdo de la consola para sustituirlo por uno de m¨²sica propia, ya que cargaba todo el juego del tir¨®n y luego s¨®lo le¨ªa el audio directamente del CD, ciertas formas de derrape pod¨ªan hacer al veh¨ªculo rebasar los 300km/h, impensables de otro modo, y si uno daba la vuelta y se lanzaba a cierta velocidad contra el muro que delimitaba la salida, adem¨¢s de ganarse una reprimenda del comentarista de carrera, lo atravesaba y provocaba un "modo espejo" que ampliaba la vida del juego. En 2005 vio la luz una versi¨®n del primer Ridge Racer para tel¨¦fonos m¨®viles.

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Ridge Racer Revolution era un paso adelante, pero no tan grande como cab¨ªa esperar. Tres nuevos circuitos, gr¨¢ficos ligeramente evolucionados con escenarios m¨¢s cargados y texturas mejoradas eran los cambios apreciables respecto a su antecesor; mismo plantel de coches, mismo aspecto general, misma jugabilidad, mismo sistema de juego y b¨¢sicamente una "expansi¨®n" del original, y sin embargo muchos jugones lo conservan en su memoria como uno de los mejores RR si no el mejor. Unos porque con ¨¦l descubrieron un nuevo estilo de juego al acceder a PlayStation en una "segunda generaci¨®n" de compradores, una vez pudieron permit¨ªrsela, y otros porque ve¨ªan un perfeccionamiento del esp¨ªritu arcade de toda la vida. Definitivamente tuvo gran repercusi¨®n. Y es que los cada entrega de Ridge Racer siempre ha estado entre los mejores juegos de conducci¨®n del momento.

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La estructura del juego es la misma, desde el minijuego inicial, esta vez el Galaga, hasta la forma de desbloquear los contenidos. El men¨² est¨¢ reordenado pero guarda el mismo estilo que el original. Tenemos nuevas opciones, como un ecualizador para el balance de volumen y selecci¨®n de sonido "mono" o "est¨¦reo", o un "Music Player" aparte del principal y exclusivo para escuchar las frases del animador de carrera y otros efectos de sonido. En las opciones de guardado se incorpora un reloj interno que registra el tiempo real de juego y el estado del mismo.

Esta vez en cada circuito se nos permite elegir el modo de juego, bien en carrera contra otros doce coches donde vuelve a aparecer un rival principal, el ¨²nico se?alado en el mapa, y donde la primera posici¨®n es condici¨®n necesaria para avanzar en el juego, bien el "Time Trial" contra un s¨®lo rival, o bien carrera en solitario durante 99 vueltas. Una vez superadas las carreras se vuelve a modificar el modo T.T. para que vayan haciendo aparici¨®n los coches secretos, que se comportan como en el primer Ridge Racer. Esta vez se insta al jugador a utilizar el movimiento de bloqueo, necesario para conseguir ganarles y a?adirlos al garaje. Una caracter¨ªstica interesante del Revolution es que tiene distintos v¨ªdeos para los cr¨¦ditos finales dependiendo del orden en que se hayan superado las carreras, un total de doce distintos, si contamos las pistas inversas que tambi¨¦n surgen al completar el juego. Otra es que existen diferentes niveles de manejo de cada coche, b¨¢sicamente seg¨²n el tipo de motor que lleven (tipos S, R, X y Z) y por tanto de la velocidad m¨¢xima que pueden alcanzar.

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Para alargar a¨²n m¨¢s la vida el juego, Namco incluy¨® muchos peque?os secretos en el c¨®digo del mismo, que los aficionados no tardaron en explorar:

- Como en el original, al completar el minijuego de la pantalla de carga inicial se obten¨ªan ocho nuevos coches; pues bien, se incluy¨® un truco en el mismo para facilitar ese objetivo, con el que la nave disparaba un l¨¢ser guiado que siempre hac¨ªa blanco. Si hac¨ªamos uso del mismo se desbloqueaba adem¨¢s el modo "Rally-X" seg¨²n el cual el aspecto de los coches cambiaba radicalmente, con grandes ruedas y carrocer¨ªas diminutas. Vistos desde arriba se parec¨ªan a los cochecitos del cl¨¢sico de Namco. De hecho Namco tom¨® esta idea en s¨ª misma y cre¨® el arcade Pocket Racer, un spin-off autopar¨®dico de la saga que es b¨¢sicamente este modo del Revolution como juego completo.

- El cable link o cable de enlace es un accesorio que permite la conexi¨®n en serie de dos consolas PlayStation, cada una con su respectiva TV y juego, para permitir multijugador simult¨¢neo. Era una opci¨®n mayormente utilizada durante la primera etapa de la consola, cuando la tecnolog¨ªa no permit¨ªa juegos a pantalla partida, y la complejidad de la instalaci¨®n hac¨ªa que su uso fuese limitado. RRR es compatible, pero debido a las peculiares caracter¨ªsticas de los primeros juegos de PSX era posible evitar el tener que poseer dos copias del juego, ya que al cargarse los datos del tir¨®n se pod¨ªa compartir el mismo disco para ambas consolas.

- Un modo oculto hac¨ªa aparici¨®n al seleccionar el modo "Time Trial" pulsando a la vez el acelerador y el freno, que consist¨ªa en curvas marcadas como zonas de derrape, el cual se puntuaba de 0 a 100 seg¨²n su duraci¨®n, estilo y n¨²mero de giros. Esta puntuaci¨®n se mostraba con una animaci¨®n en la que un cochecito de Rally-X cruzaba la pantalla dejando una estela de humo caracter¨ªstica tras la que sal¨ªan las cifras.

- Cuando se supera el juego por primera vez aparece una opci¨®n que permite seleccionar el momento del d¨ªa en que se lleva a cabo la carrera, que sigue transcurriendo durante la misma como en el original.

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- Como en el original, era posible manipular la pantalla principal mediante combinaciones de botones.

Rage Racer supuso cierta confusi¨®n entre el p¨²blico por el cambio de nombre y el aspecto general del juego. Una vez superada, nos encontramos ante el que para el que suscribe es el mejor Ridge Racer en PlayStation, por encima incluso del siguiente, y quiz¨¢ ante el mejor juego de coches de su tiempo. Sistemas gr¨¢fico y jugable revolucionarios en un envoltorio completamente nuevo, todo en ¨¦l hacia visible el avance de la t¨¦cnica y la segunda generaci¨®n de juegos en PlayStation, haciendose dif¨ªcil pensar que ¨¦ste y los juegos anteriores hab¨ªan sido concebidos para el mismo hardware. Una de las novedades es la inclusi¨®n de la primera intro FMV de la saga, en la que aparecen la "racequeen" Reiko Nagase y el coche-mascota del juego, men¨²s en alta resoluci¨®n y un v¨ªdeo de presentaci¨®n del campeonato de imponente presencia.

El aspecto general es de juego m¨¢s adulto, por la oscuridad de la paleta de colores y texturas elegidas en comparaci¨®n con t¨ªtulos previos. Todo es m¨¢s s¨®lido y m¨¢s r¨¢pido, con una sensaci¨®n de velocidad aterradora y un manejo que se afinaba para hacer frente al nuevo reto. Esta vez los derrapes, que anteriormente eran casi "autom¨¢ticos" y no hac¨ªan perder apenas velocidad, ten¨ªan que dejar paso a una conducci¨®n m¨¢s depurada, y casi siempre es m¨¢s efectivo optar por conservar una trazada ajustada que por dejar deslizar el tren trasero lo m¨¢s m¨ªnimo. Para conservar un ritmo alto de carrera es necesario aprenderse los circuitos al dedillo.

En la conducci¨®n pasa a tener importancia una variable nueva y desgarradora, el par motor. Los coches se nos presentan, aparte de con las variables tradicionales, con datos concretos sobre la potencia del motor, el m¨¢ximo r¨¦gimen de revoluciones y el par, a los que hay que prestar verdadera atenci¨®n. Si no llevamos el coche en la banda de potencia adecuada corremos el riesgo de perder mucho tiempo en una subida o incluso quedarnos atascados en ella sin remedio. El espectacular dise?o de los circuitos gana en volumen y se a?aden subidas y bajadas muy marcadas, por lo que cobra especial importancia el aprender a usar las marchas manuales. De hecho hay modelos que s¨®lo permiten utilizar dicho tipo de transmisi¨®n. Con todo ello se gana cierto punto de simulaci¨®n que a?ad¨ªa profundidad pero sin pasarse, sin arruinar para nada la experiencia jugable. Los veh¨ªculos empezaban a estar claramente diferenciados en varias marcas de caracter¨ªsticas propias; los Lizard son de marcado estilo americano, con grandes motores y pesos excesivos, los Assoluto son purasangres velocidad pura, etc. Conocer el comportamiento de cada uno formaba parte integral del ¨¦xito en el juego.

El sistema de juego es totalmente nuevo. En principio disponemos de un modesto veh¨ªculo con el que deberemos ganar dinero (en unidades "eg") en las carreras. Hay cinco campeonatos distintos bajo la denominaci¨®n de "Gran Prix", cada uno de ellos con el nombre de tipos de viento escritos en franc¨¦s (Calme, Brise, Rafale, Mistral y Tempete - se supone que el juego est¨¢ ambientado en Europa), compuestos cada uno de varias carreras. Ya no es necesario ganar siempre, sino que con quedar entre los tres primeros ya nos ganamos el derecho a recibir una compensaci¨®n econ¨®mica, modesta en principio y mayor en etapas avanzadas. Pero s¨®lo la victoria total en todas ellas nos asegura recibir un trofeo de oro al final del campeonato, el cual podremos agregar a un men¨² a modo de vitrina.

Los coches se dividen en varios niveles de preparaci¨®n, y durante el transcurso del juego deberemos invertir el dinero ganado en mejoras para ellos. Cada nuevo nivel de "tuning" afecta no s¨®lo a la potencia y velocidad del veh¨ªculo, sino a su aspecto exterior, de manera que en cierto modo Rage Racer es precursor del fen¨®meno ahora popular. Ancho de v¨ªas, spoilers, alerones y otros detalles van cambiando de modo espectacular. Dentro de este aspecto hay opciones de personalizaci¨®n tales como el cambiar los colores de la carrocer¨ªa, a?adir nuestro nombre a una banda sobre el parabrisas, elegir una "calcoman¨ªa" para el cap¨® e incluso dise?arla nosotros mismos mediante un sencillo editor. Por si fuera poco, en el retrovisor se lee la marca del coche y el cuentarrevoluciones tiene un dise?o distinto para cada modelo que se ilumina por la noche.

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En el aspecto din¨¢mico podemos variar dentro de cada modelo detalles como el tipo de neum¨¢ticos, diferenciados seg¨²n su nivel de agarre, tipo de transmisi¨®n y otros. Cambian ligeramente la f¨ªsica de choque, que sigue siendo rudimentaria, la f¨ªsica en los baches y saltos, y efectos de sonido que se suman a la reverberaci¨®n en los t¨²neles de juegos anteriores, como por ejemplo un conseguido efecto "aerodin¨¢mico" al alcanzar altas velocidades o pasar entre edificios, que ayudan a la inmersi¨®n y al c¨¢lculo de distancias, am¨¦n de sonidos de motor m¨¢s elaborados.

Al ir superando cada campeonato se desbloquean peque?os fragmentos de v¨ªdeo FMV, m¨¢s el de los cr¨¦ditos, y al final acaban apareciendo cinco nuevos campeonatos con nombres de estados de ¨¢nimo tambi¨¦n en franc¨¦s (Aisance, Agitation, Irritation, Colere y Rage), con las pistas en sentido inverso y mayor nivel de dificultad. A su vez si conseguimos superarlo existe un sexto campeonato en el que s¨®lo participan los coches secretos del juego, el reto definitivo. A modo de extra, pulsando cierta combinaci¨®n de botones durante el tiempo de carga se obten¨ªan los circuitos en modo espejo. Es un juego para un s¨®lo jugador, sin posibilidad de pantalla partida ni cable de enlace.

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Ridge Racer Type 4 es el ¨²ltimo t¨ªtulo de la saga para la gris de Sony, y a f¨¦ que es una gran despedida, tecnol¨®gica y gr¨¢ficamente al m¨¢ximo nivel posible en una PlayStation. Sombreado Gouraud, motion blur, carga poligonal m¨¢xima, efectos de sonido superiores, solidez extrema, todo ello acompa?ado por una magistral introducci¨®n FMV y una presentaci¨®n y dise?o de men¨²s ciertamente memorable.

Aparte de la posibilidad de correr solo en un "Time Trial" que esta vez no es m¨¢s que una prueba cronometrada para un solo coche, el modo principal de juego es el "Grand Prix", que nos sit¨²a al comienzo de las "Real Racing Roots '99", campeonato en que se enfrentan los cuatro equipos m¨¢s poderosos del mundillo. Se nos insta a elegir equipo y marca de coches, y por medio de una interfaz consistente en cortes de v¨ªdeo en los que el m¨¢nager del equipo se comunica con el jugador, se nos presentan las condiciones de avance en el juego y el modo historia que constituye el n¨²cleo "argumental" de RRT4.

El sistema de juego es sencillo: ocho carreras - en las dos primeras carreras se exige quedar entre los tres primeros, tras lo cual se desbloquea un coche nuevo; en las dos siguentes se exige un segundo puesto para obtener un nuevo coche y en las ¨²ltimas cuatro es necesario ganar. Dependiendo de la combinac¨®n de posiciones alcanzadas a lo largo del campeonato se van desbloqueando los m¨¢s de 300 coches del juego (20 por marca x 4 marcas x 4 equipos), a raz¨®n de tres por partida, con lo que el juego se alarga hasta l¨ªmites insospechados. Esto a veces puede ser un lastre a la jugabilidad, porque si no se saben de antemano las combinaciones de puestos requeridos es un proceso muy farragoso, y a¨²n sabi¨¦ndolas defraudar¨¢ saber que a veces hay que "dejarse ganar" para obtener determinado modelo. Cada vez que se supera el campeonato los nuevos coches se pueden guardar en el garaje, se recibe un trofeo, y aparece el modo "Extra trial". En ¨¦l deberemos enfrentarnos a uno de los coches especiales conduciendo un modelo de la misma marca.

En cuanto a la jugabilidad en s¨ª, conviene saber que hay dos clases de coches, una con tendencia al derrape y otra al agarre, con lo que deberemos pilotar adaptando la conducci¨®n en cada caso. Adem¨¢s cada nivel de dificultad est¨¢ representado por cada equipo, con distintos niveles de desempe?o para el mismo modelo. Es el primer t¨ªtulo de la serie en desarrollar una pantalla partida para juego multiplayer, y al recuperar la compatibilidad con cable de enlace, esta vez permite disponer incluso de una "doble pantalla partida" para un total de cuatro jugadores simult¨¢neos. Es f¨¢cil no ser consciente de esta opci¨®n, ya que ni la caja ni el manual del juego ofrece ninguna informaci¨®n al respecto.

RRT4 conserva las opciones de personalizaci¨®n del veh¨ªculo, permitiendo modificar el aspecto de cada coche conseguido. Una vez obtenido podemos cambiar la pintura de carreras de cada equipo por una "de calle" de diferentes colores, adem¨¢s de poder editar "calcoman¨ªas" y dem¨¢s.

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Tras una ya dilatada historia en consolas Sony, un acuerdo entre Nintendo of America y Namco permiti¨® a la primera hacerse cargo de la adaptaci¨®n de la saga a la consola de 64 bits, mientras que la segunda segu¨ªa el proceso a modo de control de calidad. Hizo m¨¢s bien poca falta, porque Nintendo estaba decidida a trabajar duro para crear un juego notable, y a fe que lo consiguieron. El juego recuperaba el esp¨ªritu de los dos primeros Ridge Racer, estando m¨¢s cerca de Ridge Racer Revolution que de Ridge Racer Type 4 en cuanto a dise?o, pero con un apartado t¨¦cnico superior asentado sobre la gran potencia poligonal de la m¨¢quina japonesa. Los coloridos gr¨¢ficos ten¨ªan una solidez abrumadora y una rapidez en consonancia. Efectos como el sombreado Gouraud o el motion blur se aplicaban con total soltura, y el apartado sonoro, en principio con claras limitaciones en espacio debido al formato cartucho, no desmerec¨ªa en absoluto la banda sonora de los originales, apoyado en la versatilidad del chip de sonido de N64.

Sin v¨ªdeo FMV inicial por razones obvias, la intro era sustituda por una sensual animaci¨®n con la presencia de Reiko Nagase y una voz femenina dif¨ªcil de olvidar. Una vez dentro del juego y aparte de las t¨ªpicas opciones de ajuste, se nos ofrecen varios modos cl¨¢sicos como "partida r¨¢pida", "Time Attack" y dem¨¢s. El principal es el "Grand Prix", el cual nos propone avanzar en el juego participando en grupos de tres carreras con nivel de dificultad creciente. Una vez superado cada uno se accede el modo "Car Attack", pudiendo correr contra coches desbloqueables al m¨¢s puro estilo Racer. Y de nuevo al final se ampl¨ªa el n¨²mero de pistas al conseguirlas en sentido inverso.

En cuanto al nivel jugable se ha de destacar la opci¨®n de elegir el tipo de derrape antes de la carrera, con distinto modelo f¨ªsico para cada uno. Se desarroll¨® uno nuevo exclusivo para RR64, que acompa?aba al del Revolution, y era labor del jugador decidir cu¨¢l se adaptaba mejor al estilo propio. Por lo dem¨¢s, la jugabilidad era la ya conocida, con doce coches en pista a los que superar en pistas de velocidad creciente, con el mismo modelo rudimentario de choque, y los mismos derrapes alocados que apenas hac¨ªan perder velocidad en las curvas. La inteligencia artificial de los rivales segu¨ªa el mismo patr¨®n de los RR, con un rival destacado, aunque a veces era deficiente en el sentido de que muchos coches se pod¨ªan encontrar en un mismo punto al mismo tiempo y marchando a la misma velocidad, con lo que superar estos amontonamientos era a veces m¨¢s cosa de suerte que de pilotaje.

Aprovechando una de las caracter¨ªsticas representativas de la consola, RR64 es el primero y ¨²nico en la serie que presenta pantalla partida en cuatro para batallas multijugador con cuatro mandos a la vez, y que adem¨¢s permite que haya coches controlados por la CPU a mayores de los humanos, lo cual se echaba en falta en muchos otros t¨ªtulos de conducci¨®n. Aparte, multitud de coches desbloqueables y el modo espejo obtenible de la misma manera que en el RR original alargaban la vida del t¨ªtulo notablemente.

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Port del juego de Nintendo64 con la opci¨®n de manejar el veh¨ªculo con el stylus en su pantalla t¨¢ctil y modo multijugador para hasta seis personas v¨ªa red LAN inal¨¢mbrica.

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La llegada de la serie a la nueva generaci¨®n de consolas supuso un salto cualitativo en muchos aspectos. Los gr¨¢ficos eran  totalmente nuevos y hac¨ªan imposible cualquier comparaci¨®n con los t¨ªtulos previos, la fluidez del juego afectaba positivamente a la jugabilidad, mucho m¨¢s accesible e instintiva, m¨¢s coches en carrera y nuevas caracter¨ªsticas como la sensibilidad a la presi¨®n del Dual Shock 2 renovaban la experiencia jugable. Opciones de personalizaci¨®n y un garaje donde observar los veh¨ªculos, medallas y trofeos son algunas de las opciones destacables.

La opci¨®n principal es una vez m¨¢s el modo "Grand Prix", y para completarlo pueden exigirse ciertos criterios, como quedar en una determinada posici¨®n al final de cada carrera, y en ciertas circuntancias, como realizar el trazado en sentido inverso o a diferentes horas del d¨ªa, que cambian aleatoriamente. Al empezar s¨®lo se dispone de coches est¨¢ndar sin modificaciones en el motor, y una vez superado se accede a los campeonatos extra ya con motores preparados y mayor potencia. Seg¨²n se avanza se desbloquean nuevos coches y circuitos.

En el modo "Time Attack" se compite solo contra el reloj, y si se baten ciertos tiempos se accede al "Duel Mode", en que se compite contra un coche especial desbloqueable. En caso de superarlos a todos uno por uno se consigue el modo "Battle Royale" en que se compite contra todos ellos a la vez, para a su vez obtener el modo "99 Trial". ?ste consiste en una carrera de resistencia de larga duraci¨®n. Por ¨²ltimo, al superar cierto n¨²mero de kil¨®metros recorridos en el total de las carreras se accede al "Pacman GP", un modo secreto en que participaremos con el coche de Pacman contra los fantasmitas del cl¨¢sico de Namco.

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Como siempre, el juego es un c¨²mulo de referencias que son familiares al fan de la saga. Una de ellas es la posibilidad de manipular ciertos aspectos del v¨ªdeo introductorio con combinaciones de botones, al m¨¢s puro estilo de los t¨ªtulos m¨¢s antiguos.

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Por ¨²ltimo y una vez superados los tres niveles de dificultad iniciales, hace aparici¨®n un modo extra llamado 'Max' que no se inclu¨ªa en la versi¨®n original japonesa y que fue a?adida a posteriori para satisfacer las necesidades de los jugadores occidentales m¨¢s voraces y por tanto proclives a aceptar niveles de dificultad superiores aunque ¨¦stos sean casi insalvables. En esta serie de torneos definitivos se enfrenta al jugador a los mejores y m¨¢s potentes coches de cada clase, incluida la de coches secretos, en carreras que apelan ¨²nicamente al honor, pues no ofrecen ninguna bonificaci¨®n a mayores de la que constituye el hecho mismo de saberse un aut¨¦ntico "Ridge Racer". Otras diferencias entre las versiones nipona y occidental son la propia nomenclatura del juego, que elude la 's' final y convierte el novedoso plural 'Ridge Racers' en un poco clarificador hom¨®fono del juego original.

En su d¨ªa se trataba del Ridge Racer m¨¢s largo en funci¨®n de la gran cantidad de torneos distintos, pero es escasamente rejugable una vez superado. Para aumentar la vida ¨²til del juego se recurre de nuevo al inefable modo espejo con pistas reflejadas, adem¨¢s de a un modo multijugador sin cables, aunque ciertamente decepcionante. Configurarlo es sencillo, el jugador cuya consola sea designada como anfitriona selecciona las condiciones de carrera, circuito y clase de veh¨ªculo y el resto, hasta siete jugadores m¨¢s, no tiene m¨¢s que unirse a la partida. Sin embargo y a pesar de las primeras apariencias, no estamos ante un multijugador simult¨¢neo en un estricto "tiempo real", ya que lo ¨²nico que hace el juego es presentar carreras individualizadas en cada consola para ir almacenando los tiempos de cada corredor y sum¨¢ndolos a posteriori obtener el ganador real. A pesar de ser necesarios tantas copias del juego como jugadores, es posible crear una partida online para dos de la misma forma que lo era en el Ridge Racer Revolution de PSX, con intercambio de discos.

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El modo principal de juego se denomina 'Racing Life', y nos pone en la piel de la conductora de ambulancia Rena Hayami, que casi sin quererlo acaba metida en el mundo de las carreras profesionales. A trav¨¦s de una serie de ?cap¨ªtulos' en forma de diferentes carreras, Rena tendr¨¢ que ir avanzando en el argumento a la vez que tratando con diferentes personajes como sus jefes de filas, mec¨¢nicos y pilotos rivales, como su archienemiga Gina Cavalli y otros. En cierto modo recuerda al estilo argumental de Ridge Racer Type 4, pero dando cierto peso a las decisiones del jugador. Otros modos de juego son los 'Event Challenge' o retos de eventos y los cl¨¢sicos carrera libre, contrarreloj y versus.

En el plano jugable, R: Racing deja traslucir sus intenciones de acercamiento a la simulaci¨®n, con opciones nunca vistas en la saga principal como los ajustes de suspensiones, aerodin¨¢mica o potencia del motor, tipos de neum¨¢ticos, herramientas de asistencia al frenado, y una conducci¨®n m¨¢s realista, todo ello en un ambiente de circuitos y coches reales y licenciados, con claras diferencias de manejo entre ellos, adem¨¢s de en un entorno gr¨¢fico que intenta ser fotorrealista. Una de las ideas m¨¢s novedosas del juego es la implementaci¨®n de una 'barra de tensi¨®n', seg¨²n la cual si se ejerce presi¨®n sobre otro piloto durante cierto tiempo, la barra se agota y el piloto en cuesti¨®n comete errores de conducci¨®n, pas¨¢ndose de frenada o sali¨¦ndose del circuito

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Ridge Racer 6 se presenta con una revisitaci¨®n del cl¨¢sico Pacman, tras el cual hace aparici¨®n una corta intro en alta definici¨®n que empieza a hacer patente la potencia de la nueva generaci¨®n. La presentaci¨®n de los men¨²s es notable, con una elegante a la par que pr¨¢ctica interfaz con aparicencia de panal de abeja, con hex¨¢gonos que van guiando al jugador mientras redescubre las opciones t¨ªpicas de la saga como la carrera simple, y se inicia en el nuevo sistema principal de juego, 'Explorador de mundos'. Est¨¢ basado en una serie de carreras divididas por nivel de dificultad en las que uno puede seleccionar el itinerario preferido dentro de las pistas que se ofertan para ir avanzando de la ¨²nica manera posible, alcanzando la primera plaza en todas ellas.

En cuanto a la jugabilidad, es un compendio de las mejores virtudes del sistema del Ridge Racer para PSP con nuevos aportes lo suficientemente estudiados como para ofrecer nuevas posibilidades estrat¨¦gicas en carrera y por tanto dar nueva vida a un modelo jugable que sin variaciones notables a lo largo del tiempo parece no envejecer. Los cambios m¨¢s importantes son la implementaci¨®n de tres tipos distintos de derrape con diferentes efectos y dificultades en su ejecuci¨®n, y el sistema de acumulaci¨®n de turbos dobles y triples por medio de derrapes continuados. La t¨¦cnica de deslizamiento intr¨ªnseca a la serie RR sigue siendo el puntal b¨¢sico del estilo de juego, al ser imprescindible para ser competitivo no s¨®lo en los niveles altos de juego, sino una parte indivisible de la experiencia de conducci¨®n.

Como siempre, seg¨²n se va avanzando en el juego se van desbloqueando nuevas y m¨¢s potentes m¨¢quinas, circuitos y opciones de personalizaci¨®n del veh¨ªculo, y nuevos modos de mayor dificultad que nos remiten a t¨ªtulos precedentes (Especial, Duelos, Expertos, Final y Maestros), adem¨¢s de minijuegos, modo espejo y opciones especiales de Xbox360 que alargan la vida del t¨ªtulo. Entre estas ¨²ltimas cabe destacar los llamados 'logros' que la consola de Microsoft ha instaurado en casi todos sus juegos, los cuales no son siempre f¨¢ciles de cumplir por el car¨¢cter casi secreto de sus condicionantes de desbloqueo, y otras como la posibilidad de ir recibiendo mensajes 'privados' de la racequeen de la saga Reiko Nagase, o incluso el gui?o, uno m¨¢s, de poder cambiar la voz del comentarista de la carrera por la de Heihachi Mishima, patriarca de la  familia de luchadores insignia de la saga Tekken.

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Por ¨²ltimo, RR6 aprovecha las grandes aptitudes del sistema online Xbox Live de la consola de la equis verde, desplegando ante el jugador un sistema de juego en l¨ªnea por primera vez s¨®lido, consistente y satisfactorio 100%. Atr¨¢s quedan malas experiencias con carreras donde la competici¨®n en tiempo real brillaba por su ausencia, por fin se puede cumplir el antiguo sue?o lejano de poder jugar contra personas de todo el mundo al otro lado de la pantalla. No s¨®lo se pueden realizar carreras de hasta 14 jugadores en tiempo real, sino acceder a las tablas de tiempos de los mejores jugadores del mundo y postear en ellas los ?time attacks' de diferentes modos del juego, los logros y dem¨¢s. El ¨²nico inconveniente quiz¨¢ sea el hecho de que los coches de jugadores que abandonan la carrera no desaparecen de pantalla, y se quedan como obst¨¢culos inm¨®viles en la l¨ªnea de salida, con la molestia que ello conlleva. Por supuesto, tambi¨¦n hay multijugador para aquellos que no tengan acceso a los modos online, con la socorrida pantalla partida para dos jugadores.

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- El n¨²mero 765, talism¨¢n para Namco. "7", en japon¨¦s "nana", acortado a "na"; "6", en japon¨¦s "muttsu", del que se toma "mu", y "5", "go", en su forma "co": 765 = Namco, una forma de representar el nombre de la casa. Las mil¨¦simas de los records pregrabados en las tablas de tiempos o los nombres de algunos circuitos son ejemplos de su presencia.

- La voz. Los Ridge Racer cuentan entre sus efectos de sonido con un animador que de forma vehemente anima, informa y celebra los movimientos meritorios del jugador. Frases como "It's a new record", "Somebody is right on your tail", "Teach this sucker a lesson" o la ¨²ltimamente muy comentada "It's Riiiiiiiiiidge Racer" ya forman parte del imaginario de los videojuegos. Es de destacar la voz femenina que suena en Rage Racer.

- El helic¨®ptero rojo. En todos y cada uno de los RR aparece un helic¨®ptero rojo bastante temerario que se sit¨²a en lugares espec¨ªficos del circuito para conseguir las mejores tomas, aunque muchas veces suponga un peligro para los pilotos. En vuelo muy rasante, de hecho se le puede intentar golpear para desbloquear cierto coche extra. 

- Los aviones. De todo tipo y condici¨®n; reactores, turboh¨¦lice, cazas, comerciales... la mayor¨ªa de circuitos incorpora uno o m¨¢s aviones que vuelan, aterrizan o despegan cerca de la pista, cruzando la pantalla de lado a lado para mostrar el sonido est¨¦reo, atronando con su sonido para hacer lo propio con el Dolby Sorround, o simplemente porque muchas carreras se celebran en aeropuertos, raro ser¨¢ no distraerse mirando hacia alguno en cada prueba.

- Lo que nos lleva a otra, localizaciones reiterativas en o alrededor de aeropuertos, puentes colgantes, playas, faros, cataratas naturales y grandes presas de hormig¨®n como paisajes favoritos para construir circuitos de carreras.

- La ausencia de marcha atr¨¢s. Bien por la personalidad arcade extrema, siempre preocupada por la velocidad y el ir hacia delante como ¨²nica v¨ªa, bien por descuido que se convierte en marca de identidad o simplemente por considerarla superflua, la posibilidad de mover hacia atr¨¢s el vehiculo nunca se implement¨® en la serie, y esto se hace notar sobre todo en esos momentos de necesidad en los que maniobrar tras esa curva mal tomada en la que a veces nos atascamos se torna imposible, habiendo de recurrir a ese precario y humillante sistema de ir dando golpecitos contra los m¨¢rgenes del circuito para volver a situarse en posici¨®n seguir compitiendo.

- Los minijuegos cl¨¢sicos. Varios Ridge Racer nos permiten jugar a cl¨¢sicos arcade de Namco, bien mientras se carga el juego bien como a?adido curioso. En el primer Ridge Racer de PSX era una pantalla de Galaxian que si se superaba desbloqueaba coches extra. En Revolution, Galaga'88, con el r¨®tulo "This is a galactic dance". El mismo en RR64, pero esta vez hab¨ªa que desbloquearlo para poder jugar y conseguir cosas. En Ridge Racer de PSP se puede jugar a Rally-X para conseguir el coche secreto del mismo nombre y los gr¨¢ficos del mismo juego sirven como radar en pista. Antes de la intro de Ridge Racer 6 sale Pacman, y en Ridge Racer 7 aparece un Xevious pixel-perfect.

Ridge Racer 2 / Revolution - El segundo arcade de la serie era casi id¨¦ntico al primero, pero ten¨ªa una renovada banda sonora que se reutiliz¨® para el segundo t¨ªtulo de PSX. Est¨¢ compuesta por 6 temas nuevos creados por los mismos compositores que en el original, entre las que se incluyen 'Drive U 2 Dancing' o 'Grip', m¨¢s 5 nuevas versiones de los del original: 'Rare Hero 2', 'Feeling Over Remix', 'Rotterdam Nation 94', 'Speedster Overheat' y 'Rhythm Shift Remix'.

Rave Racer - Por tercera vez consecutiva con el mismo equipo de m¨²sicos, el arcade de 1995 presenta temas completamente nuevos, como 'Euphoria', 'Blue Topaz' o 'Rotten 7', m¨¢s una nueva versi¨®n del Rare Hero, con el original t¨ªtulo de 'Rare Hero 3'.

Rage Racer - Una profunda remodelaci¨®n de los Sampling Masters trajo consigo un giro en el estilo musical, m¨¢s interesado en experimentar con drum'n'bass, acid jazz, jungle y rock sin olvidar sus ra¨ªces techno. 'Rage Racer' toma el relevo de 'Ridge Racer' como tema principal, 'Volcano Vehicle' tendr¨¢ un gui?o en forma de coche secreto en RRT4, 'Mathemabeat' y 'Silver Stream' reflejan el cambio de estilo. Por primera vez un tema era desbloqueable al pasar el juego, 'Deep Drive'.

Ridge Racer Type 4 - El techno deja paso a un estilo ambient atmosf¨¦rico en consonancia con su contempor¨¢neo Ace Combat 3. Temas in¨¦ditos y muy cuidados que para algunos representan el culmen de la saga, con temas tan celebrados como 'Naked Glow', 'Lucid Rhythms' o 'Motor Species'. Un nuevo tema desbloqueable suena al conducir el coche secreto de Pacman, 'Eat'em Up'. Especial atenci¨®n a los temas cantados de la intro y el ending.

Ridge Racer Hi-Spec Demo - La demo tecnol¨®gica fue pionera en la serie en cuanto a presentar el el "Music Player" interno temas de los men¨²s, junto a sus dos temas principales, el mismo 'Ridge Racer' del original y 'Grip' del Revolution.

Ridge Racer 64 - Al ser desarrollado por Nintendo y no por Namco, de la banda sonora no se encargaron los Sampling Masters, aunque los temas siguen una cierta l¨ªnea similar, con temas como 'Ridge Racer 64' como principal y otros como 'Motion Blur' que hace referencia al mismo efecto gr¨¢fico, introducido en las repeticiones de RRT4.

Ridge Racer V - La m¨²sica del RR de nueva generaci¨®n surg¨ªa de la ficticia emisora de radio "Ridge City FM" inventada para la ocasi¨®n. Muchos nombres nuevos componen una banda sonora que recupera en cierto modo los aires de los primeros t¨ªtulos. Destacan temas in¨¦ditos como 'Tsui Tsui', 'Samurai Rocket', o 'Daredevil', as¨ª como nuevas versiones de 'Rare Hero' ('Rare Hero 2000'), 'Grip' del Revolution ('Grip Millennium') o 'Euphoria' del Rave Racer, adem¨¢s del tema desbloqueable 'Motor Pac City'.

Ridge Racers - Los RR de PSP son aut¨¦nticos homenajes a anteriores t¨ªtulos de la saga, tanto en circuitos y referencias como en tema de sonido, presentado como 5 "discos" independientes con 6 temas cada uno. Los dos primeros, Red y Blue Disc, incorporan temas nuevos creados por los mismos Sampling Masters que los de los t¨ªtulos de PSX, que vuelven con m¨¢s fuerza que nunca. El tercer disco, 'Remix Disc', expone versiones remezcladas de los cl¨¢sicos 'Rotterdam Nation', 'Speedster', 'Drive U 2 Dancing', 'Rare Hero' (titulada 'Rareheroes'), 'Blue Topaz' y 'Motor Species'. Los dos ¨²ltimos discos, titulados 'Classic', son temas remasterizados de juegos anteriores: 'Ridge Racer' del original, 'Grip' del Revolution, 'Euphoria' del Rave, 'Silver Stream' del Rage, 'Naked Glow', 'Your Vibe', 'Move Me', 'Movin' in Circles' y 'Eat'em Up' de RRT4, 'Tsui Tsui', 'Samurai Rocket' y 'Daredevil' de RR5.

Ridge Racers 2 - Misma banda sonora que su predecesor con el a?adido de varios remixes de t¨ªtulos anteriores como 'Rotten 7', 'Kamikaze' ¨® 'Exh*Notes' del Rave, 'Paris' y 'Euphoria' de RR5, m¨¢s versiones remasterizadas de temas del RRT4.

Ridge Racer 6 - La mayor¨ªa de los Sampling Masters de la saga hace aparici¨®n en el t¨ªtulo de X360, creando una nueva banda sonora desde cero.

- Ayako Saso ('Sampling Masters AYA'), ayudante de Hosoe en los mismos t¨ªtulos que ¨¦ste y creadora de 'Feeling Over' o 'Drive U 2 Dancing'.

- Nobuyoshi Sano ('sanodg'), parte del equipo original y creador de todos los 'Rare Hero'. Otros trabajos incluyen los Tekken y el Dragenkard de PS2.

- Takayuki Aihara ('j99'), m¨¢s programador de sonido que m¨²sico de los primeros Sampling Masters, pero con temas como 'Blue Topaz'. Colabor¨® con Sano en Dragenkard.

- Tras el desmembramiento del grupo original, en el que la mayor¨ªa se fueron a SquareEnix aunque m¨¢s tarde participar¨ªan en los t¨ªtulos de PSP, Hiroshi Okubo tom¨® la direcci¨®n de la segunda generaci¨®n de Sampling Masters, con m¨²sicos nuevos para Rage Racer y RRT4. Adem¨¢s de varios temas para este ¨²ltimo, Klonoa de PSX, Tekken 4 y Ace Combat 5 son otros de sus trabajos.

- Asuka Sakai, ayudante de Okubo y creadora de 'Your Vibe' y 'Quiet Curves' entre otras.

Pese a todo, Ridge Racer se ha intentado adaptar a los nuevos tiempos, y en ello ha tenido mucho que ver la mano de su productor Hideo Teramoto: la apariencia gr¨¢fica rivaliza con cualquier racer actual, el modo online debut¨® en el sexto cap¨ªtulo para 360, se incorporaron novedades jugables como nuevas clases de veh¨ªculos y nitros, y en Ridge Racer 7, se ha profundizado en el factor de personalizaci¨®n y desarrollo del veh¨ªculo para lograr aumentar su vida ¨²til.

?Cerrar¨¢ este ¨²ltimo en marzo una segunda etapa dentro de Ridge Racer? De momento no se han anunciado planes para nuevos cap¨ªtulos. Todo parece apuntar a que la saga quedar¨¢ en un necesario periodo de barbecho, despu¨¦s de lanzar cuatro t¨ªtulos en dos a?os, que esencialmente han sido s¨®lo dos. A pesar de todo, Ridge Racer y sus derrapes imposibles siempre estar¨¢ muy presente en nuestros t¨ªtulos de conducci¨®n favoritos.