Nada acaba hasta que acaba

'El mundo no es sol y arco-iris y amaneceres, en realidad es un sitio malo y asqueroso. Y no importa lo duro que seas, te pondr¨¢ de rodillas y ah¨ª te dejar¨¢ para siempre si se lo permites...

Ni t¨², ni yo ni nadie pega m¨¢s duro que la vida. Pero no se trata de lo duro que pegues... Se trata de cuan duro te peguen y puedas seguir adelante. Se trata de cu¨¢nto aguantas y sigues adelante... ?As¨ª es c¨®mo se gana!

Si sabes lo que vales, ?sal a buscarlo! Pero tienes que estar dispuesto a soportar los golpes. Y no apuntar el dedo y decir que eres lo que eres por culpa aquel, o de aquella, o de nadie... ?Los cobardes hacen eso, y t¨² no eres as¨ª! ?Eres mejor que eso!'

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El estreno del Rocky Balboa ha supuesto para el que esto suscribe un reencuentro tan anhelado como maravilloso. Sylvester Stallone no s¨®lo ha cerrado con la ¨²ltima pel¨ªcula del potro italiano la carrera de uno de los h¨¦roes m¨¢s grandes que ha parido el cine americano, sino que de paso ha cerrado muchas, much¨ªsimas bocas. Sobre todo las de ese sector de la cr¨ªtica de cine espa?ola (aquella m¨¢s escorada a la izquierda, trasnochada y todav¨ªa m¨¢s rencorosa), aquellas voces que, sistem¨¢ticamente, tachan a Stallone como uno de los peores actores del mundo.

Lo malo es que la opini¨®n se generaliza injustamente de tal manera que el presumir de ser un fan de Stallone suele conllevar burlas y sornas varias tan t¨®picas como pocas veces justificadas. Pero es un hecho su nominaci¨®n al Oscar como mejor actor en 1976 por Rocky, adem¨¢s de serlo tambi¨¦n por haber realizado el gui¨®n de la pel¨ªcula; del mismo modo que lo es el haber sido condecorado por el gobierno franc¨¦s en 1992 con la prestigiosa 'Insignia Oficial de las Artes y las Letras', y ser objeto de un homenaje durante la entrega de los C¨¦sar en 1992, los Oscar de la cinematograf¨ªa francesa.

Su Rocky Balboa es algo m¨¢s que un film tal cual. Es una obra honesta y llena de buenas intenciones, donde las fieles maneras del personaje tratan de claudicar la dejadez habitual de la vida de hoy, donde la juventud no se lleva bien con eso de intentar dar lo mejor de uno mismo para y con los dem¨¢s. Balboa es un tipo decente, pac¨ªfico, muy familiar, de lo m¨¢s charlat¨¢n y algo torpe? todos calificativos muy lejanos de lo que se da actualmente en el cine americano. Virtudes de un personaje muy humano creado por alguien capaz de desarrollar a otro de los grandes arquetipos del s¨¦ptimo arte, un opuesto total como es John Rambo, ?no cre¨¦is?

Algo bueno ten¨ªa que tener dicha circunstancia, y se trata de que, al salir s¨®lo para la consola de Sony, Rocky Balboa es un juego que aprovecha a tope las cualidades tecnol¨®gicas de la port¨¢til. Ante un reto tan grande como es el de contar la historia del boxeador m¨¢s grande de todos los tiempos, Digital Faction no ha escatimado en medios, y ha puesto en pantalla a los m¨¢s grandes rivales de Rocky: Apollo Creed, Clubber Lang, Ivan Drago, Tommy Gun y, como no pod¨ªa ser de otra forma, el p¨²gil con el que mide los pu?os en el ¨²ltimo film: Mason Dixon. Todos ellos representados de forma fenomenal, y rodeados de una ambientaci¨®n pugil¨ªstica sin igual.

El desarrollo en s¨ª es tan sencillo como un combate de boxeo. Pero lo cierto es que este Rocky Balboa a¨²na en t¨¦rminos de jugabilidad lo mejor de Rocky Legends y, encima, lo impregna de un dinamismo del que carec¨ªa totalmente el ¨²ltimo juego. Los personajes se mueven de forma fluida, bailan por el escenario, y los golpes y las reacciones a estos duelen de veras. Todo el conjunto transmite una sensaci¨®n de potencia sublime, donde los contundentes golpes se alzan protagonistas de unos combates templados por la estrategia.

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Y es que es important¨ªsimo hacer algo m¨¢s que soltar golpes a diestro y siniestro. Nuestros p¨²giles se cansar¨¢n, teniendo que dosificar nuestras fuerzas empleando los golpes justos. Muchos pu?etazos al aire pierden totalmente su significado al no poder estamparse contra el rival, pero juegan en nuestra contra al aplicar un notorio descenso en nuestra barra de resistencia f¨ªsica. Es por ello que, lejos de ser un machacabotones, Rocky Balboa es un constante tira y afloja, un reto de resistencia y destreza en el que, lo m¨¢s importante, es aguantar todos los rounds en pie.

Para las colosales batallas de este UMD, lo m¨¢s interesante es el modo 'peleas hist¨®ricas', que nos permite participar en las peleas m¨¢s famosas de las pel¨ªculas originales de Rocky. Antes podremos ver metraje de los films para revivir el contexto dram¨¢tico de cada combate, consiguiendo de pleno su funci¨®n de meternos en su salsa. Estar¨¢n preseleccionados el lugar de la pelea y los par¨¢metros de la misma. Si ganamos, aparte de avanzar en la historia de Rocky, podremos volver a jugarlo asumiendo el papel del oponente.

El resto de opciones se dividen entre 'la esquina de Mickey', que hace las veces de tutorial, 'exhibici¨®n, el modo de juego m¨¢s normal, sin historia y totalmente configurable, el 'combate r¨¢pido', dise?ado para ser la opci¨®n m¨¢s indicada para el jugador m¨¢s casual, y el 'multijugador', donde la funci¨®n inal¨¢mbrica del sistema PSP establecer¨¢ el contacto entre los dos rivales.

Tampoco podemos quejarnos de los efectos visuales, todos ellos muy espectaculares. Bien pueden ser los ejemplos del brillo en la piel de los luchadores o las part¨ªculas salivares que salen tras cada contundente golpe. Tambi¨¦n es destacable el blur que aparece cuando el p¨²gil entra en estado de euforia, siendo este uno de los momentos m¨¢s espectaculares de todo el juego.

El entorno tampoco es desde?able. Del ring (y de la calle donde Rocky lucha con Tommy Gun) se puede decir que est¨¢ bien amueblado, sobre todo en lo que respecta a los fondos. Un p¨²blico que da el pego pone la guinda a la ambientaci¨®n, mientras que el resto de detalles van impregnando al juego del esp¨ªritu de las pel¨ªculas, con toda la sutileza que les supone el no ser precisamente el centro de atenci¨®n dentro del juego (pr¨¢cticamente los dos boxeadores se comen a la pantalla). Eso s¨ª, se echa de menos alg¨²n tipo de efecto f¨ªsico en las cuerdas del ring, que permanecen perennemente tiesas.

Tal vez, lo m¨¢s destacable de todo el conjunto es la animaci¨®n en general de los boxeadores. En este sentido, Rocky Balboa apaliza soberanamente a los notables Rocky de las consolas de sobremesa, lo cual no deja de resultar curioso. Nuestros hombres se mueven gr¨¢ciles a pesar de su inmenso tama?o de cara a la pantalla, y demuestran la pericia del grupo de programaci¨®n al pegar y reaccionar con una inusitada naturalidad. Fluidez y dinamismo son palabras que bien resumen el trabajo realizado con los movimientos.

En lo que respecta al sonido, se podr¨ªa pedir algo m¨¢s de contundencia con los golpes. Pero por suerte, ¨¦stos pasan a un segundo plano a favor de los v¨ªtores del p¨²blico y de la locuci¨®n de los combates, algo tambi¨¦n in¨¦dito en el anterior Rocky de Ubisoft. Los comentaristas no dejar¨¢n de hablar en todo el combate, animando como nunca se ha hecho antes en un juego de boxeo. Tambi¨¦n Rocky y sus rivales soltar¨¢n alguna que otra perla en medio de las peleas, traducidas al igual que los comentarios en unos c¨®modos subt¨ªtulos.

La banda sonora, como no, recoge lo mejor de Bill Conti. No se tratan de las versiones originales, pero todo hay que decirlo: el Gonna Fly Now sigue sonando celestial.

Moverse por el ring de Rocky Balboa no es dif¨ªcil, pero de primera mano tampoco es un camino de rosas. Eso s¨ª, una vez aprendido todo el proceso, maniobrar entre cuerdas resulta especialmente intuitivo, a pesar de que el programa hace uno de todos los botones de la consola. Directos, ganchos, uppercuts... y la novedad de poder agarrar y empujar al contendiente, una t¨¦cnica si bien no muy limpia, s¨ª bastante ¨²til para enviar al contrario a las esquinas y coserlo a pu?etazos.

La existencia de combos se van desarrollando seg¨²n proceda el combate. Dependiendo del estado de ¨¢nimo del p¨²gil, podremos endi?ar los golpes con m¨¢s o menos candencia, llegando incluso a llegar a un estado de euforia en el que directamente podremos arrasar al contrario. Cada estado, representado por un grupo de animaciones especiales, afecta de forma distinta a los efectos que tienen los pu?etazos, as¨ª como a los golpes disponibles. Dominar el boxeo supone tambi¨¦n conocer a fondo los distintos estados de ¨¢nimo, y usarlos bien para sacar ventaja en un combate. As¨ª, aparte de los estados f¨ªsicos habituales (como el 'normal' y 'cansado'), tendremos algunos que definen de por s¨ª el estilo de los deportistas.

Con 'el ojo del tigre', usaremos la t¨¦cnica de Rocky en los films, donde el boxeador mantiene una postura agresiva y abierta, con un brazo fuera y el otro listo para golpear, siendo inmune a los pu?etazos normales y pudiendo contraatacar usando s¨®lo movimientos potentes. 'El bailar¨ªn' es una actitud de movimiento r¨ªtmico, suave y constante, a la usanza de Apollo Creed. 'El asesino' define bien las forma de luchar de Clubber Lang, con mucha fuerza, golpes asesinos y muy poca guardia. 'La m¨¢quina', con una actitud tranquila, estable y propia de alguien que conf¨ªa plenamente en su capacidad, con golpes potentes y precisos al mil¨ªmetro... tal y como pelea Ivan Drago. Por ¨²ltimo, tenemos a 'la locomotora', un estilo de lucha lento pero sin descanso, con pu?etazos potentes capaces de infligir un gran da?o al adversario. 'La locomotora' est¨¢ basado en el estilo de Rocky en la pel¨ªcula Rocky Balboa.

De lo poco que se le puede criticar a este Rocky Balboa es, aparte de lo cansados que acaban los dedos (m¨¢s por la naturaleza de la PSP que por el juego en s¨ª) es lo que cuesta levantar a nuestro p¨²gil una vez ca¨ªdo. El sistema opta por transmitirnos la sensaci¨®n de un boxeador cuando toca el suelo, tratando de enderezar la visi¨®n... Pero en la pr¨¢ctica resulta condenadamente compensar la inclinaci¨®n de la pantalla, perdiendo m¨¢s de un combate bien llevado por el hecho de besar la lona.

Pero poco m¨¢s se le puede decir a esta peque?a joyita. La experiencia en juegos de boxeo de sus programadores se hacen palpables en Rocky Legends. Un t¨ªtulo f¨¢cil de manejar (que no de dominar), con un apartado t¨¦cnico encomiable y que otorga la siempre generosa posibilidad de encarnar al boxeador m¨¢s grande de todos los tiempos. Creedme, llegar a luchar contra Mason Dixon es de lo m¨¢s emocionante que podr¨¢s hacer en tu PSP...