Europa Universalis III

Lo mismo de todas las noches: tratar de conquistar el mundo

Paradox Interactive, responsable de otros juegos de corte similar como los Hearts of Iron, el Crusader Kings o el impresionante Victoria, ha apostado por renovar su visi¨®n del periodo hist¨®rico que se desarrolla desde mediados del siglo XV hasta la revoluci¨®n francesa.

Las guerras europeas, el descubrimiento del nuevo mundo, los primeros pasos del colonialismo, o cualquier otro suceso de inter¨¦s que nos venga a la mente, queda reflejado en este Europa Universalis III.

Pero, ?qu¨¦ hay de nuevo?. Hasta el momento todo lo que hemos comentado ya se ofrec¨ªa en las dos entregas anteriores; sin embargo, en su tercera aparici¨®n, EU III tambi¨¦n incluye novedades.

La din¨¢mica de juego, b¨¢sicamente, se mantiene inalterable, lo que es de agradecer: el tiempo avanza con la velocidad controlada por el usuario, pudiendo usar en cualquier momento la pausa, mientras el mundo se desarrolla siguiendo el comportamiento que impongan las naciones.

El jugador veterano, cuando comience a investigar el nuevo interfaz, descubrir¨¢ varias posibilidades que hasta ahora no hab¨ªa visto. En la pantalla de gobierno, donde se nos informa de todos los pormenores econ¨®micos, diplom¨¢ticos, pol¨ªticos y militares, se abre una ventana de 'ideas nacionales'.

En ella podremos elegir entre una serie de aspectos que impulsar¨¢n el crecimiento de nuestro estado en un sentido u otro. Crear una gran armada, tener fuerzas gloriosas, embarcarse en la b¨²squeda de un nuevo mundo, otorgar una carta de derechos a los ciudadanos o apuntarse a la revoluci¨®n cient¨ªfica son algunas de las que el juego ofrece. Realizar una buena combinaci¨®n ser¨¢ clave para el ¨¦xito del pa¨ªs que controlemos.

Otra de las novedades m¨¢s interesante consistir¨¢ en elegir el d¨ªa y a?o exactos para el comienzo del juego, modific¨¢ndose el mapa mundial de acuerdo con la situaci¨®n geo-pol¨ªtica de la ¨¦poca. La posibilidad de cambiar tu modelo de estado, la enorme variedad de edificios y unidades, una explicaci¨®n mucho m¨¢s clara de los combates y la gran cantidad de textos de ayuda desplegables, que aparecer¨¢n cuando movamos el puntero por la pantalla son otros pros que incorpora el EU III.

Por supuesto, los gr¨¢ficos tambi¨¦n han evolucionado. Ahora tenemos un mapa en tres dimensiones, con figuras que se mueven, construyen, luchan o asaltan las ciudades, aunque sin demasiados alardes. Es cierto que detalles como las monta?as, el agua, las banderas ondeando o los arbolitos hacen el juego m¨¢s agradable visualmente, pero con un coste en rendimiento que ir¨¢ en perjuicio de los jugadores con equipos menos potentes.

Se agradece, una vez m¨¢s, el esfuerzo de traducci¨®n, aunque no ser¨ªa justo no destacar algunos fallos en la presentaci¨®n final, como textos superpuestos u ocultos tras botones.

Tambi¨¦n se echan en falta demandas que los usuarios ven¨ªan pidiendo desde la versi¨®n anterior, y nos referimos a la presencia de v¨ªdeos o animaciones para los sucesos relevantes: descubrir el nuevo mundo, firmar una paz, la muerte de un rey, salir derrotado de una batalla, etc.

Adem¨¢s, no hemos encontrado en esta ¨²ltima entrega la util¨ªsima opci¨®n de enviar comerciantes de forma autom¨¢tica. Detalles, todos estos, nimios y sin una importancia capital, que no desmerecen el buen trabajo hecho por Paradox.

Un juego, en definitiva, que satisfar¨¢ a los seguidores de ediciones anteriores y les dar¨¢ una nueva excusa para volver a invertir horas en una de las empresas m¨¢s ambiciosas que se puedan imaginar: cambiar la historia y, tal vez, rehacer el mundo.