Confirmado como juego de lanzamiento, pero finalmente fechado el 31 de Diciembre tras un peque?o retraso, llega para Wii una nueva entrega del shooter que llegara para PC hace ahora tres a?os, bajo el sello de calidad de Crytek -quienes ahora trabajar en el apabullante Crysis-. Tras sendos Instincts y Evolution para Xbox y un Predator para 360, la saga estrena coletilla en Wii, siendo este Far Cry Vengeance una adaptaci¨®n m¨¢s, con nuevos elementos en la historia, m¨¢s armas y alg¨²n nuevo escenario.
La nueva filosof¨ªa de hardware de Nintendo antepone la jugabilidad y la diversi¨®n por encima del apartado gr¨¢fico. Wii no llega al p¨²blico por los ojos, sino por las manos. Cuando esta f¨®rmula es acertada, el producto es de una calidad excelente, y el usuario final asume encantado que debe sacrificar unos gr¨¢ficos de impresi¨®n a cambio de una experiencia ¨²nica e imposible en otra plataforma.Inadaptado a las circunstancias
Pero cuando esto no funciona, cuando la adaptaci¨®n de los controles al mando de Wii queda por debajo de un pad cl¨¢sico y su aspecto gr¨¢fico es cuestionable incluso para la pasada generaci¨®n de consolas, el resultado es un c¨®ctel que nos har¨¢ pasar un mal trago. La aventura comienza en una isla te¨®ricamente paradis¨ªaca. Encarnado el papel de Jack Carver, nuestras vacaciones tropicales pronto se tornan en una sanguinaria aventura al ser acusados de un crimen que no hemos cometido. No queda m¨¢s salida que convertirnos en un aut¨¦ntico predador y jurar venganza.
El comienzo del juego se relata en un v¨ªdeo donde la calidad brilla por su ausencia, con una resoluci¨®n ¨ªnfima y unas animaciones no muy logradas. Tras conocer a Kade y ser atacado por un par de polic¨ªas, comienza el juego. Nos encontramos ante un motor gr¨¢fico p¨¦simo a todas luces, evidenciando que se ha trasladado desde Xbox sin tener encuenta las diferencias entre ambas m¨¢quinas. Hasta ahora Wii ha demostrado ser muy limitada en cuanto a la calidad de texturas, y Far Cry no es una excepci¨®n. Demasiado lastre gr¨¢fico
Adem¨¢s, se le suma una tasa de frames insuficiente que adolece hasta agonizar en las explosiones. Un popping abusivo, con ¨¢rboles apareciendo s¨²bitamente en el horizonte. El motor de f¨ªsicas es nulo -humo capaz de traspasar suelos y paredes, el don de atravesar todo tipo de plantas?- y salvo algunas animaciones bien realizadas, por lo general no alcanzan un m¨ªnimo decente. Por su parte, la iluminaci¨®n es absolutamente artificial, con sombras que aparecen o no cuando les viene en gana y que en ocasiones se limitan a unos p¨ªxeles colocados sobre el suelo.
Y hablando de artificial, la inteligencia enemiga, un punto fuerte del original Far Cry, se ha esfumado en esta transici¨®n a la m¨¢quina de Nintendo. Reaccionan con torpeza y lentitud, e incluso algunos padecen de problemas de audici¨®n, permaneciendo inalterables ante los disparos que ejecutamos a muy pocos metros. A la hora de disparar, su atino es p¨¦simo, con menos punter¨ªa que una escopeta de feria. Si los sorprendemos tras una esquina, tardar¨¢n varios segundos en comenzar a atacarnos.
Venganza a dos manos
El control se asemeja a lo visto en el g¨¦nero para la consola, con sus aciertos y sus fallos. Como es lo habitual, el Wiimote se sujeta con la derecha y el Nunchuk con la izquierda. El stick mueve al personaje y moviendo la mano derecha apuntamos hacia la pantalla. Una vez m¨¢s, la velocidad con la que movemos la mirilla y giramos hace mella en la jugabilidad, resultando sensiblemente m¨¢s lento que un control tradicional, o lo que es lo mismo, en otros Far Cry.
La posibilidad de usar dos armas a la vez hace que usemos sendos gatillos para disparar, compartiendo un ¨²nico punto de mira. Los cambios de arma se realizan con la cruceta. Un peque?o golpe de Wiimote y atacaremos con un machete, siempre dispuesto. Acercando el mando a la pantalla, realizamos zoom de manera muy similar al Red Steel. Con un golpe seco y contundente del Nunchuk hacia delante, activamos el modo furia, en el que somos m¨¢s r¨¢pidos, saltamos m¨¢s alto y hacemos m¨¢s da?o.
El lanzamiento de granadas tambi¨¦n se hace simulando un movimiento real, moviendo el Nunchuk un poco hacia atr¨¢s mientras presionamos Z y de nuevo hacia delante. Hasta aqu¨ª todo correcto, hasta que tenemos que saltar. Para ello, hay que dar un golpe de mu?eca con el Nunchuk hacia arriba. F¨¢cil, s¨ª. Pero cuando tenemos que repetirlo constantemente, realmente acabamos hartos de ejecutar una y mil veces el mismo movimiento.Todo un arsenal
Hasta veinticuatro armas distintas encontramos a lo largo del juego, desde el cl¨¢sico machete hasta un lanzacohetes, pasando por 9MM, fusil de asalto, MP5 o una cerbatana. Hasta ocho armas distintas, tanto pistolas como semi-autom¨¢ticas, soportan el uso a dos manos. Tambi¨¦n aparecen un buen n¨²mero de veh¨ªculos. Jeeps de reconocimiento, quads o hasta un cami¨®n. Las lanchas -de patrulla o hinchables-, motos acu¨¢ticas e incluso un hovercraft completan un repertorio muy digno.
Mientras que Wii no se atreva a meterse de lleno en el juego online -de momento- estos primeros t¨ªtulos de lanzamiento que podr¨ªan exprimir este apartado, se ven relegados a ofrecer un modo a pantalla partida en la misma consola. Para m¨¢s inri, en Far Cry s¨®lo lo encontramos para dos jugadores.? No entendemos como si Red Steel puede partir la pantalla en cuatro, Vengeance s¨®lo lo hace en dos. Encontramos hasta ocho mapas distintos, tres de ellos exclusivos para Wii. El hecho de s¨®lo poder competir contra otro y en s¨®lo dos modos distintos -Caos y Depredador- y? le quita el ¨²nico aliciente que podr¨ªa tener.