Urbanismo a la antigua usanza

La cuarta entrega de la serie de estrategia m¨¢s vendida de Espa?a, Imperivm, abandona la base sobre la que estaba asentada hasta ahora. Aprovechando la creaci¨®n de un nuevo motor gr¨¢fico, FX Interactivo vio la oportunidad de expandir las posibilidades de su juego creando una subsaga bajo la denominaci¨®n Civitas.

Es decir, los amantes de las conquistas podr¨¢n disfrutar pr¨®ximamente de su nuevo Imperivm RTC (Real Time Conquest), pero a los que son m¨¢s pacientes y buscan otro tipo de experiencias con los juegos de estrategia, tendr¨¢n una nueva oportunidad en este t¨ªtulo donde lo m¨¢s importante es la gesti¨®n, dejando las labores militares a un lado.

Como acabamos de mencionar, el salto visual es importante respecto a "Las conquistas de Roma" gracias a la labor del estudio Haemimont. Podremos recorrer libremente nuestros pueblos para apreciar hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle y funcionando en equipos de gama media e incluso baja perfectamente.

Bebiendo de fuentes como Caesar IV o incluso Sim City, Civitas se presenta s¨®lido, con muchas horas de diversi¨®n por delante y muy completo en cuanto a opciones. Lo m¨¢s importante, sin duda, la definici¨®n de comunidad llevada al m¨¢ximo, donde todo est¨¢ comunicado y relacionado entre s¨ª.

Ciertamente este nuevo Imperivm ha mejorado en el aspecto visual, pero a¨²n queda algo lejos de lo m¨¢s puntero en cuanto a estrategia. La perspectiva m¨¢s ¨²til para seguir el transcurso del juego seguir¨¢ siendo la de toda la vida, es decir, con la c¨¢mara fija en la parte superior ligeramente inclinada, pero ahora ya podemos utilizar otros ¨¢ngulos si nos resultan m¨¢s interesantes.

Los sacrificios gr¨¢ficos han venido en forma de reducci¨®n de pol¨ªgonos en los personajes que deambulan por nuestro pueblo y la implementaci¨®n de efectos gr¨¢ficos poco fastuosos, pero en cuanto a iluminaci¨®n y texturas el juego se porta mucho mejor dando un resultado final que podemos calificar de agradable de ver.

En cuanto a la m¨²sica, la banda sonora contin¨²a con el estilo esperado por esta clase de juegos, con tonos ¨¦picos en algunos momentos pero relajantes de manera que podamos estar escuch¨¢ndola de fondo sin molestar ni tener demasiado protagonismo.

El juego es encuentra completamente doblado a nuestro idioma y la labor del narrador es realmente notable, no as¨ª tanto la del resto de voces que o¨ªremos, donde habr¨¢ muchos altibajos. Respecto a los efectos, nada importante que rese?ar, cumplen correctamente.

Nuestra labor en esta ocasi¨®n es la de alcalde y hemos de gestionar la ciudad para lograr que todos los habitantes tengan un buen nivel de vida y est¨¦n contentos. Nuestra labor se basa casi exclusivamente en planificar el urbanismo, pero teniendo en cuenta que cada edificio instalado causa un relativo impacto en los de alrededor, no es algo secundario.

Por ello hay que tener cuidado con ciertas cuestiones b¨¢sicas como el agua o el transporte de materias. En algunas ciudades nos encontramos con acueductos que podemos ampliar para llevar fuentes a todas las zonas, imprescindibles para que la gente se asee y para poder extinguir incendios. En otras, es necesario edificar cerca de zonas con agua como un r¨ªo o un lago.

La manera en que todo est¨¢ conectado es mediante un sistema de influencia, un ¨¢rea alrededor de cada construcci¨®n que indica hasta d¨®nde llega su repercusi¨®n en el resto. El efecto es muy distinto dependiendo de qu¨¦ edificio sea, ya que el radio de una casa indica en qu¨¦ lugares podr¨¢n trabajar los que la habitan mientras que si se trata de alg¨²n servicio como la herborister¨ªa, marca a qu¨¦ parte de la ciudad se lo presta.

Aqu¨ª reside la base del juego, puesto que hemos de controlar que todo el mundo tenga acceso a todo. Si un edificio no resulta abastecido con los recursos necesarios, termina incendi¨¢ndose, o incluso puede que no entre en funcionamiento porque nadie en los alrededores est¨¦ en el paro o no haya quien trabaje en ¨¦l. Una cuesti¨®n curiosa pero importante es el hecho de que los trabajos que pueden realizar mujeres y hombres son distintos, lo que ocasionar¨¢ bastantes problemas para lograr el pleno empleo.

Al principio el mayor inconveniente, en cambio, ser¨¢ el transporte de materias primas por la ciudad, pero posteriormente podemos construir almacenes que permiten disponer de todos los recursos de un modo centralizado a trav¨¦s de ellos y de esa manera se elimina la necesidad de repetir los servicios a lo largo de la localidad que estemos gestionando.

Hay varias categor¨ªas de construcciones como pueden ser edificios y servicios p¨²blicos (templos, termas, herborister¨ªas, prefecturas...), relacionados con la alimentaci¨®n (pesquer¨ªas, vi?edos, carnicer¨ªas, granjas...), con otro tipo de explotaciones (minas, canteras, serrer¨ªas, carpinter¨ªas...), monumentos (estatuas, arcos del triunfo, coliseos), etc.

Hay algunos edificios especiales cuya influencia tiene resultados distintos. Por ejemplo, el templo de Neptuno aporta agua a las zonas cercanas aunque no haya una fuente natural o un acueducto cerca, el templo de Fortuna logra una mayor recaudaci¨®n de impuestos de los ciudadanos alrededor suyo y un altar proporciona un mayor prestigio a las construcciones que tenga cerca, subiendo el nivel de vida.

En cierto aspecto, Imperivm Civitas nos recuerda en parte a Los Sims. Cada habitante tiene su nombre y apellidos, un hogar donde vive, una familia, una edad (en cada casa puede vivir una pareja, un ni?o y un anciano), un trabajo, etc. Esto influye l¨®gicamente en su comportamiento y podemos seguir a cada uno de ellos para ver su quehaceres diarios, d¨®nde van a comprar o qu¨¦ servicios utilizan y as¨ª tambi¨¦n conocer sus problemas. 

Para llevar mejor a cabo nuestra labor como gobernadores, podemos escuchar los problemas de los ciudadanos. Un modo de hacerlo es ir uno por uno y seleccion¨¢ndolos y nos dir¨¢n directamente lo que piensan y qu¨¦ est¨¢n haciendo. Pero hay edificios como las tabernas que facilitan esta tarea, pues recogen los rumores de los habitantes en sus proximidades y nos permiten conocer sus necesidades.

El tejido que une todo este entramado son los esclavos, que realizan todas las labores de transporte y mano de obra para la construcci¨®n en la ciudad. Hay dos maneras de conseguir m¨¢s esclavos, compr¨¢ndolos directamente a Roma o conquistando pueblos b¨¢rbaros de los alrededores. Si no tenemos suficientes esclavos, se saturan de trabajo y la ciudad no funciona, los edificios se quedan desabastecidos, las construcciones no avanzan, el caos reina y los incendios se suceden, por lo que son un elemento muy importante a tener en cuenta.

La gesti¨®n militar en el juego, algo que sigue resultando un inconveniente para algunos aficionados, es casi totalmente nula, centr¨¢ndose principalmente en las labores de alcalde. Podemos levantar un fuerte y alistar tropas hasta tener 24 soldados de diferentes categor¨ªas, pero nunca habitantes de la ciudad sino venidos directamente de la capital del Imperio.

Las ¨®rdenes b¨¢sicas que podemos dar son ir a atacar a una aldea cercana haciendo o no esclavos a sus habitantes, pero no podmos dirigir una por una las unidades sino que act¨²an de forma totalmente aut¨®noma. En caso de ser atacados por los b¨¢rbaros, ellos mismos salen del cuartel para luchar por s¨ª solos y no tenemos oportunidad de controlar nada.

Girando girando

La interfaz de Imperivm Civitas tiene nombre propio y se denomina Rotae, que en espa?ol es simplemente rueda. Esto es debido a que, pulsando el bot¨®n derecho, nos aparece un men¨² circular para construir y eligiendo cualquiera de las opciones (las circunferencias alrededor del principal) aparecen nuevas esferas de menor tama?o de modo que todo est¨¢ organizado en torno al centro en modo circular.

Gracias a este sistema, bastante gr¨¢fico y directo, podemos construir edificios con bastante rapidez, la cual iremos incrementando seg¨²n vayamos aprendi¨¦ndonos la colocaci¨®n de cada uno de ellos. Quiz¨¢ el ¨²nico problema sea que la organizaci¨®n en subcategor¨ªas no resulta del todo intuitiva.

El resto de elementos huyen de una organizaci¨®n tradicional con un men¨² en la parte inferior estableci¨¦ndose en toda la pantalla. En la parte superior van apareciendo diferentes mensajes con los sucesos que ocurran en el pueblo, desde un nuevo nacimiento a un incendio o una enfermedad contagiosa y abri¨¦ndolos podemos ir directamente al lugar donde ha ocurrido el evento.

En la parte izquierda de la pantalla se haya el men¨² principal, con diferentes paneles muy ¨²tiles como el de urbanismo o el de uso de recursos (econom¨ªa), pudiendo este ¨²ltimo a su vez ser colocado fijo en la parte inferior. Otras opciones de este men¨² lateral son la de acelerar el tiempo y la de poder conocer los objetivos de la misi¨®n en la que nos encontramos. Y por ¨²ltimo, en la parte superior derecha tenemos el minimapa donde mediante distintas indicaciones de colores podemos ver informaci¨®n adicional como por ejemplo minas que haya en la zona.

Tenemos dos modos de juego principales, la campa?a, que se llama Misiones del C¨¦sar, y las partidas libres, denominadas Ciudades de Roma. Esta ¨²ltima permite jugar sin metas fijadas todo el tiempo que queramos en alguna de las aldeas predefinidas que nos proponen, enfrent¨¢ndonos en cada una de ellas a alg¨²n tipo de desaf¨ªo, como una orograf¨ªa accidentada, la escasez de alg¨²n tipo de materia o incluso alguna bonificaci¨®n como tener madera como recurso ilimitado.

En la campa?a podemos comenzar con un completo tutorial donde se nos comentan las acciones m¨¢s b¨¢sicas y seg¨²n vamos avanzando se nos muestran poco a poco todas las dem¨¢s. Cada misi¨®n tiene varios objetivos, como puede ser cubrir ciertas necesidades o eliminar alg¨²n problema como una epidemia y disputas con una tribu b¨¢rbara, y es posible revisitar ciudades en fases posteriores, manteni¨¦ndose tal y como las dejamos la ¨²ltima vez.

Esto es algo a tener en cuenta, puesto que cuando conseguimos cumplir todos los requisitos se nos ofrece pasar al siguiente escenario, pero podemos retrasar este evento todo el tiempo que queramos mientras seguimos mejorando nuestra ciudad hasta la siguiente visita y as¨ª tener las cosas m¨¢s f¨¢ciles.

Jugando en comunidad

Los juegos de construcci¨®n de ciudades no se prestan especialmente a tener un modo multijugador en el que enfrentarnos directamente contra otros adversarios, ya que para esto ser¨ªa mucho m¨¢s adecuado disponer de una mayor gesti¨®n militar con la que no contamos, as¨ª que esta opci¨®n no ha sido incluida en Civitas.

Pero siendo un Imperivm, donde seg¨²n los creadores la comunidad de aficionados tiene una grand¨ªsima importancia y les ofrecen un gran soporte para proyectos posteriores, no han querido desechar completamente la idea de competir en l¨ªnea y esto se ha implementado mediante un listado de puntuaciones.

El modo de juego se denomina Desaf¨ªo Civitas y en ¨¦l, hemos de hacer prosperar una ciudad de las propuestas obteniendo una puntuaci¨®n por ello, pudiendo afrontar la misi¨®n con alguna bonificaci¨®n que reste puntos, como tener un recurso ilimitado, o penalizaciones por tener ciertas desventajas, como un n¨²mero m¨¢ximo de edificios, pero que nos otorguen algunos puntos extra al resultado final.

De este manera, podemos competir por Internet con otros jugadores para ver qui¨¦n es el mejor gobernador del mundo o al menos entrar entre los primeros. Pero adem¨¢s hay otra caracter¨ªstica que ayudar¨¢ a fomentar la idea de comunidad y es el hecho de poder realizar capturas directamente desde el juego, de manera que podemos mostrar nuestras ciudades al resto del mundo.