No han sido pocas las veces que?Ninety-Nine Nights?ha sido portada en MeriStation y?en las revistas m¨¢s importantes?de todo el mundo. La obra de Mizuguchi -genio conceptual- y Phantagram -especialistas en el g¨¦nero-?ha levantado una gran expectaci¨®n en el primer acercamiento del genio electr¨®nico?a Xbox 360, visto tambi¨¦n como una de las grandes esperanzas de Microsoft Game Studios en territorio nip¨®n.
A pesar del mimo puesto en N3 y de las muchas virtudes que ¨¦ste alberga, el resultado no ha sido el esperado y tanto la cr¨ªtica japonesa como la americana han mostrado sus reservas hacia un t¨ªtulo que ha cautivado usuarios durante meses. No estamos ante un mal juego;?su est¨¦tica formidable a nivel de dise?o, las demostraciones de potencia que hace durante las batallas y especialmente las trabajadas coreografias de todos y cada uno de los combos nos dan muchas esperanzas. Aunque la mayor¨ªa queden aplacadas por la?escasa evoluci¨®n jugable,?varios bugs?y la sensaci¨®n de machacar botones implacablemente nivel tras nivel, empa?ando, desgraciadamente, el resultado final.
Espada y brujer¨ªa
Nuestros primeros pasos en N3 los daremos en la piel de una espectacular joven de 17 a?os enfundada en una escotada?y angelical coraza que responde al nombre de Imphyy, en busca de venganza por la muerte de su padre a manos del rey de los goblins. La dura guerra entre ambas facciones, del bien y del mal, se va haciendo cada vez m¨¢s cruenta, y la situaci¨®n empeora por culpa de la frialdad con la que la protagonista ataca al enemigo.
Llegados ciertos puntos importantes del argumento, Imphyy muestra su cara m¨¢s dura, llegando a ofrecer aut¨¦nticos dilemas morales sobre el bien, el mal y el sentido de la guerra. Es aqu¨ª donde veremos la imagen de otro personaje principal, su hermano mayor Aspharr, que en contraposici¨®n a su hermana, es capaz de tomar decisiones m¨¢s serias, enfrent¨¢ndose a ella y mostrando su desaprobaci¨®n en algunas de sus decisiones.
Seg¨²n avancemos en la historia principal con Imphyy se ir¨¢n desbloqueando las aventuras de otros personajes que hacen su aparici¨®n como secundarios en esta primera incursi¨®n. Se trata de otros seis personajes que nos permiten vivir la guerra que est¨¢ teniendo lugar desde otros puntos de vista, ofreciendo situaciones similares pero bien diferenciadas, evitando la repetici¨®n y complement¨¢ndose perfectamente.
De este modo, nos meteremos tambi¨¦n en la piel del propio Aspharr, con quien complementaremos algunos detalles importantes de situaciones clave de la aventura de Imphyy. Myifee es un mercenario que lucha por el amor de una bella mercenaria. Klarrann, un sacerdote muy particular. Tyurru, una joven hechicera de doce a?os muy poderosa.
Para perfeccionar la historia, podremos ponernos en el otro lado, el del mal, con los personajes de Dwingvatt (un goblin blanco) y Vigkvagk (un troll). De este modo, la lucha del bien, los defensores del Orbe de la Luz, y del mal, los Defensores del Orbe de la Oscuridad, nos ofrecer¨¢ una gran variedad de momentos tensos y giros argumentales inesperados por el jugador, que le hace ganar en profundidad al t¨ªtulo en este aspecto.
Jugabilidad sencilla
Los controles de N3 son b¨¢sicos: salto, dos tipos de ataque y especiales. La gracia principal del juego radicar¨¢ en la combinaci¨®n de botones en pos de conseguir combos lo m¨¢s devastadores posibles. Y es que las cifras que se pueden llegar a alcanzar en los ataques son de aut¨¦ntico esc¨¢ndalo, y a veces un combo de 400 golpes puede parecernos incluso escaso.
Cada vez que tumbamos a un enemigo recogemos bolas rojas que cargan una barra con la que podremos, una vez llena al m¨¢ximo, realizar un ataque especial, distinto para cada personaje, y muy llamativos y efectivos contra las hordas rivales. Los que tumbemos durante ese tiempo de ataque especial, desprender¨¢n bolas azules, que cargan la barra del ataque m¨¢s potente de nuestro personaje.
Antes de cada misi¨®n, podremos elegir las tropas que queremos que nos acompa?en en nuestra misi¨®n. Con los gatillos LB y RB podremos controlarlas d¨¢ndoles ¨®rdenes, aunque lo normal es que resistan temporalmente las acometidas rivales, y en raras ocasiones llegaremos al final de cada nivel con todo nuestro ej¨¦rcito intacto.
Sin embargo, la principal caracter¨ªstica de N3 son los combates multitudinarios. Un aut¨¦ntico vendaval de ataques en todas direcciones donde se entremezclar¨¢n nuestras tropas con las rivales, as¨ª como los personajes secundarios. Aqu¨ª es donde nos encontramos el primer defecto a destacar del juego, y es la dificultad para seguir la acci¨®n que transcurre en pantalla, principalmente por problemas de c¨¢mara.
Adem¨¢s, dentro del caos que se suele ocasionar, puede resultar complicado incluso reconocer a nuestro personaje y distinguirlo del resto, y a veces, un soldado enemigo, una vez eliminada la masa de ataque, puede quedarse perdido entre nuestras tropas y no sabremos d¨®nde se encuentra, o cuanto menos nos llevar¨¢ un rato localizarlo. Otra opci¨®n ser¨ªa esperar a que nuestros soldados lo eliminasen, algo que no siempre ocurre.
Y es que la inteligencia artificial parece estar, a priori, mal calibrada. Los soldados enemigos no son tan artificiales como en otros juegos del g¨¦nero, y no se quedan quietos esperando su muerte, sino que se mueven, atacan y se preparan. Del mismo modo, los personajes secundarios que nos apoyar¨¢n responden bien a lo que se espera de ellos, pero nuestras tropas son bastante menos l¨²cidas.
En la jugabilidad es donde N3 presenta sus mayores defectos, ya que aparte de los ya mencionados, la sencillez del juego se resiente en lo repetitivo que puede resultar. Hay combos variados, y las secuencias de v¨ªdeo que podremos disfrutar a lo largo de las misiones y del juego en general mantienen el inter¨¦s, pero eso no oculta que todo se reduce a machacar botones durante horas.
Las misiones se caracterizan, en general, por su larga duraci¨®n, que nos llevar¨¢ a numerosas batallas contra incontables enemigos a cada poco que avancemos, incluidos peligrosos enemigos finales, bien protegidos por su ej¨¦rcito. Esto, que podr¨ªa considerarse bueno a priori, resulta aburrido si tenemos en cuenta que perder la vida en cualquier punto de la misi¨®n nos supone volver a empezar desde el principio de la misma.
Esto provoca que, muchas veces, no apetezca volver a jugar durante otra larga hora y volver a hacer todo lo que hab¨ªamos hecho ya. Eso s¨ª, se puede paliar un poco este aspecto seg¨²n vamos desbloqueando personajes, abandonando la misi¨®n que se nos resiste y adentrarnos en la aventura de otro de los h¨¦roes, para no caer en la monoton¨ªa.
Gr¨¢ficos y sonido
T¨¦cnicamente, es un juego, como ya hemos dicho, digno de la nueva generaci¨®n. Partimos de un dise?o de personajes, amigos y enemigos, de una factura impecable. Como es inevitable, los rivales se repiten, pero hay una variedad de los mismos m¨¢s elevada de lo que cabr¨ªa esperar y de lo que ofrecen otros t¨ªtulos del g¨¦nero, con menor n¨²mero de razas y rangos bien diferenciados entre los miembros de las mismas.
Peor suerte han corrido los escenarios, que si bien hay algunos que resultan muy llamativos y espectaculares, acaban resultando a la larga repetitivos, y la gran mayor¨ªa de ellos pecan de falta de detalle y de sensaci¨®n de vac¨ªos. Adem¨¢s, los mapeados son tan amplios que, si no llega a ser por el mapa, a buen seguro muchas veces nos perder¨ªamos.
Las ralentizaciones que se producen a veces tambi¨¦n resultan bastante graves. Suelen producirse cuando hay numerosos personajes en pantalla, especialmente si realizamos los ataques especiales de los personajes, aunque algunas veces pueden tener lugar en situaciones m¨¢s o menos tranquilas, ralentizando el avance del personaje sin aparente motivo, lo cual produce una sensaci¨®n extra?a.
En el apartado sonoro nos encontramos con buenas melod¨ªas y gran cantidad de efectos sonoros de elevada calidad, ya sea gritos de batalla o choque de espadas y explosiones. El doblaje ingl¨¦s, pese a no ser perfecto, cumple bastante bien su cometido, quedando algunos personajes m¨¢s cre¨ªbles que otros. Una l¨¢stima que nos hayan privado en el opening del tema de la popstar coreana BoA presente en el original.