Mucho tiempo ha pasado?desde que los m¨¢s que populares MicroMachines hicieran acto de aparici¨®n en el mundo de los videojuegos. Podr¨ªa decirse que, junto con los m¨¢s recientes t¨ªtulos basados en el universo?Lego, se trata de la ¨²nica serie que bas¨¢ndose en una franquicia juguetera han conseguido un ¨¦xito?remarcable en este cada vez m¨¢s complicado medio. Es por ello que no podemos dejar de mencionar y rendir tributo a las primeras entregas de este cl¨¢sico arcade, que sorprendieron a propios y extra?os?por demostrar la m¨¢s pura esencia de la jugabilidad en sistemas como la Megadrive de Sega, Super Nintendo , Cdi ?y Commodore Amiga .
Lejos de proponer mundos de fantas¨ªa o argumentos de leyenda propios de un juguete, el programa de Codemasters trata a estos peque?os veh¨ªculos como lo que en verdad son: coches de juguete que se ven jibarizados por las tremendamente ¨¦picas proporciones de entornos dom¨¦sticos que hacen las veces de improvisados circu¨ªtos. As¨ª, nuestras peque?as reproducciones responder¨¢n a velocidades y leyes f¨ªsicas que muy poco tienen que ver con la realidad, dando lugar a situaciones propias de, mismamente, un juguete.
Aunque queda bastante claro que MicroMachines V4 no pretende desbancar a los grandes juegos de conducci¨®n, presenta una serie de premisas que, en t¨¦rminos de jugabilidad,?se muestran irremediablemente atractivas. Aparte del mero desarrollo en s¨ª para un solo jugador, que es entretenimiento puro y duro, los programadores de Supersonic se las han ingeniado para que hasta ocho jugadores puedan participar simult¨¢neamente con tan s¨®lo cuatro mandos, a la usanza de lo que ya hiciesen en su d¨ªa con las entregas m¨¢s veteranas de la serie; por no decir de la alucinante fusi¨®n del mutijugador entre PS2 y PSP.?Y creednos, con muchos amigos MicroMachines V4 es un desmadre garantizado .
Para ello, Codemasters ha vuelto a confiar en el grupo de programaci¨®n Supersonic, responsable de a?ejas entregas de la serie y de otros t¨ªtulos del mismo car¨¢cter, tales como Antz Extreme Racing o el m¨¢s reciente Mashed. El resultado, como bien cab¨ªa esperar, abarca de forma generosa el car¨¢cter l¨²dico que desde sus comienzos han tenido los juegos de MicroMachines, no dejando de lado los apartados t¨¦cnicos, muy mimados en su indispensable sobriedad. MicroMachines V4 es un juego que poco tiene que hacer al mirar de frente a los grandes del g¨¦nero de la conducci¨®n, pero es capaz de sacar pecho en t¨¦rminos de jugabilidad y convertirse en un todoterreno de diversi¨®n .
g r ¨¢ f i c o s MicroMachines V4 se muestra pr¨¢cticamente igual que en sus anteriores encarnaciones tridimensionales. Esto puede sonar bien o mal, pero si decimos que la primera entrega en 3D hizo acto de aparici¨®n en la primera generaci¨®n de Playstation, y que la que hoy nos ocupa luce de forma muy similar, pues? haceos a la idea.
Con todo, hay que hablar de matices. La serie MicroMachines nunca se ha caracterizado por ser uno de esos juegos que llevan la tecnolog¨ªa gr¨¢fica por bandera. Siempre han sido arcades cuya capacidad visual, a¨²n siendo llamativa y ciertamente atractiva, se ha mantenido r¨¢cana en avances t¨¦cnicos. Amparados m¨¢s bien en un excelente dise?o de niveles y un buen toque art¨ªstico , los gr¨¢ficos de MicroMachines V4 se sit¨²an simplemente entre lo agradable y lo correcto.
Poco perdonable es el hecho de que la versi¨®n para compatibles comparta al p¨ªxel el mismo c¨®digo gr¨¢fico de la realizada para consolas. Como dos gotas de agua, las entregas para Playstation 2 y PC son clavadas al cien por cien , si exceptuamos el tema de las resoluciones. Del mismo modo, el juego para PSP luce tambi¨¦n de forma similar, conjugando en general para los sistemas de sobremesa un apartado t¨¦cnico algo rancio, pero no exento de calidad.
Imprescindible en su ¨¢gil desarrollo, los programadores de Supersonics no han dudado a la hora de optimizar el c¨®digo del juego para compatibles, alcanzando una suavidad digna de elogio. Es f¨¢cil alcanzar las sesenta im¨¢genes por segundo en equipos humildes , tal y como hace el programa en Playstation 2. As¨ª, la suavidad con la que se generan las carreras se hace m¨¢s que patente, y como no, afecta de forma positiva a la jugabilidad.
Entrando en matices, los coches de MicroMachines V4 lucen un acabado parco en detalles . Escaso nivel en las texturas y poqu¨ªsimos efectos aplicados para unos coches que, con todo, quedan la mar de simp¨¢ticos. Nos tememos que esta falta de profundidad en su concepci¨®n ha sido del todo voluntaria, ya que as¨ª se ha conseguido un acercamiento a la naturaleza juguetera. Los mismos patrones siguen las leyes f¨ªsicas aplicadas a los veh¨ªculos, donde el archiconocido Havok se encarga de otorgarles unas reacciones dignas de estos peque?os juguetes.
No cabe duda de que el mayor protagonismo visual se lo lleva el escenario de juego. Como no pod¨ªa ser de otra manera, nuestros cochecitos correr¨¢n en unos circuitos integrados en paisajes en apariencia sencillos y cotidianos, pero que se mostrar¨¢n espectaculares en tama?o y cantidad de detalles. Una mesa de billar, un jard¨ªn, unos pupitres escolares? Obst¨¢culos como una bola, un encendedor brunsen, una manguera? objetos tan?habituales como triviales que se convierten en un aut¨¦ntico fuste para nuestras cuatro ruedas.
Y la verdad es que est¨¢n representados genialmente. No suponen en absoluto un ejercicio de alarde t¨¦cnico, pero en t¨¦rminos de dise?o se llevan la palma , tal y como lo hicieran hace a?os en el ya vetusto MicroMachines V3. Pero lo dicho? hay que hacer constar que no existe un palpable avance tecnol¨®gico, no hay nada que lleve a pensar que los desarrolladores han intentado superarse a s¨ª mismos. V4 es conservador a m¨¢s no poder en sus formas , y al igual que no innova un ¨¢pice a la hora de jugar, audiovisualmente se ha quedado anclado en una generaci¨®n ya agotada.
s o n i d o
Si en gr¨¢ficos est¨¢ la cosa justa, es en el apartado sonoro donde MicroMachines V4 muestra su cara m¨¢s austera . Como si mismamente se hubiesen rescatado de aquellas primeras versiones de la saga para Amiga o Megadrive, los efectos de sonido y las melod¨ªas son simples y demasiado funcionales. Huyen de estridencias y se centran en no llamar la atenci¨®n, no pisar de modo alguno la jugabilidad. Al menos los fx son reconocibles y, hasta cierto punto, divertidos en su representaci¨®n.
Lo cierto es que a un juego como MicroMachines V4 le hubiesen venido que ni pintado una serie de composiciones musicales como m¨ªnimo algo llamativas, de esas pegadizas que le vienen como anillo al dedo al g¨¦nero arcade. Y no es dif¨ªcil encontrar a d¨ªa de hoy m¨²sicos que, con pocos medios, den la talla? Pero los profesionales que han participado aqu¨ª no se han interesado lo m¨¢s m¨ªnimo por dejar huella alguna, la verdad sea dicha.
j u g a b i l i d a d
A pesar de haber transcurrido su estela por tres generaciones distintas, MicroMachines no ha variado ni un solo ¨¢pice de sus premisas l¨²dicas . De hecho, este V4 transcurre de forma id¨¦ntica al primer juego de la serie, trat¨¢ndose as¨ª de todo un ejercicio de retro-jugabilidad. La verdad es que si algo funciona no hay por qu¨¦ cambiarlo, aunque se esperaba que Supersonic aprovechara las excelencias de hoy d¨ªa para sorprender a los fans de la saga. Como por ejemplo, la inclusi¨®n de Havok para manejar la f¨ªsica del programa, que tampoco se deja notar en exceso, qued¨¢ndose todo tal y como lo record¨¢bamos en los t¨ªtulos de anta?o.
As¨ª, con una metodolog¨ªa de juego a la vieja usanza , muestra nuestros peque?os coches compitiendo en trazados cien por cien 'naturales' (hay unos 50), corriendo lo mismo en la cocina que en el jard¨ªn de casa. Aquel veh¨ªculo que llegue a dejar atr¨¢s a todos sus competidores sac¨¢ndolos de la pantalla se llevar¨¢ el punto de rigor, usando para ello todo tipo de artima?as tales como lanzar misiles, ametrallar al rival o dejar peque?as minas en forma de dados. Todo ello desde una perspectiva que muestra la acci¨®n tal y como lo hac¨ªa en los primeros MicroMachines, observ¨¢ndolo todo desde arriba.
A la hora de controlarlo, no m¨¢s de cuatro teclas ser¨¢n suficientes. El veh¨ªculo acelera, gira a la izquierda, a la derecha y hace uso del arma que hayamos cogido. Un manejo sencillo y sumamente intuitivo que sube enteros el nivel jugable . Aparte, se aplica como se hiciera con las versiones para PsOne la posibilidad de jugar dos personas en un mismo pad, multiplicado as¨ª el n¨²mero de participantes posibles con s¨®lo dos mandos. O sea, la mitad del control pad para cada persona, uno con las teclas direccionales y el otro con los botones de acci¨®n... simple e ingenioso.
Si en solitario resulta tremendamente divertido (en base a su sencilla jugabilidad y a los bonus que vamos obteniendo al superar los distintos retos), MicroMachines V4 cobra verdadera vida con los duelos mutijugador . Ya sean reunidas en torno al PC, agarradas a los pads de Playstation 2 o aprovechando la versatilidad de la red de PSP, V4 apuesta por los piques, el juego sucio y la picaresca gracias a un concepto de juego cl¨¢sico y sin fisuras. Y si nos aburrimos, siempre podremos recurrir al sofisticado dise?ador de circuitos y grabar estos para su posterior uso...