En un mercado tan competitivo como el de los videojuegos resulta cada vez m¨¢s com¨²n que algunos estudios se especialicen en un g¨¦nero determinado. Es una decisi¨®n l¨®gica, mejor hacer algo bien que abarcar mucho sin destacar. ?se parece ser el caso de Stormregion, quienes han conseguido abrirse un hueco dentro de la estrategia en tiempo real con su exitosa saga Panzers.
El programa que nos ocupa, a pesar del t¨ªtulo, bien podr¨ªa considerarse la tercera entrega de Panzers, pues es su continuaci¨®n tanto en tem¨¢tica como en jugabilidad. Considerando el corto espacio de tiempo que separaba a Panzers I de su secuela, o el de ¨¦sta con el juego que nos ocupa, creemos que el cambio de t¨ªtulo obedece m¨¢s a una voluntad de no cansar a sus seguidores que a verdaderos cambios en el sistema de juego.
Rush for Berlin nos sit¨²a en 1944. El ejercito nazi se encuentra al borde de la derrota final. ?Quieres acabar finalmente con el III Reich o prefieres conocer qu¨¦ hubiera ocurrido si los ej¨¦rcitos alemanes se hubieran hecho con la victoria en el ¨²ltimo momento? El modo para un jugador nos da la posibilidad de jugar, aparte del tutorial (aburrido pero recomendable), hasta cuatro campa?as distintas, dos de ellas desbloqueadas desde el principio, con un total de 25 misiones. De este modo, el jugador puede ponerse al mando de los ej¨¦rcitos aliados, sovi¨¦ticos, franceses o alemanes.
Mientras que las dos primeras campa?as tienen como objetivo la conquista de Berl¨ªn, la alemana nos da la posibilidad de participar en una realidad hist¨®rica alternativa: la resistencia de la capital germana a los ataques invasores. La cuarta y ¨²ltima campa?a, la francesa, consiste en encabezar la resistencia y rechazar de Francia a los nazis.
j u g a b i ?l ?i d a d La propuesta jugable de 'Rush for Berlin' difiere poco o nada de Panzers. El t¨ªtulo se cimienta sobre una estrategia t¨¢ctica muy directa que ya es marca de la casa. Aunque esta vez hay una t¨ªmida generaci¨®n de unidades, ¨¦sta caracter¨ªstica no tiene un gran peso y en algunos mapas ni siquiera ser¨¢ posible.
Lo m¨¢s parecido a gesti¨®n de recursos es saber mantener las unidades en ¨®ptimo estado de salud. A pesar de las cr¨ªticas vertidas por los estrategas m¨¢s directos, que acusaban a los anteriores t¨ªtulos de la compa?¨ªa de acci¨®n disfrazada de estrategia, lo cierto es que la f¨®rmula sigue funcionando. Se echa en falta, no obstante, algo m¨¢s de profundidad en el planteamiento. A grandes rasgos, la mayor¨ªa de las misiones se basan en avanzar hasta cierto punto del mapa, arrasando con todo lo que se mueva.
Al principio de cada misi¨®n se nos da a elegir una cierta cantidad de unidades, lo que depende de los m¨¦ritos que el jugador haya alcanzado. Al acabar un escenario, se nos dar¨¢ una cantidad de puntos que depender¨¢ de valores como el tiempo empleado, n¨²mero de bajas causadas en el enemigo y unidades perdidas.
Mediante este sistema, que premia la pericia del jugador, se consigue una ventaja que puede suponer la derrota o la victoria en el siguiente mapa. Esta vez, una barra situada en el extremo superior de la pantalla nos indica c¨®mo de bien o de mal estamos jugando, permitiendo que los m¨¢s perfeccionistas puedan reiniciar el mapa si creen que no van a lograr una victoria lo suficientemente satisfactoria.
Esta caracter¨ªstica es de agradecer, porque las misiones no son excesivamente dif¨ªciles de superar y una victoria impecable, en cambio, requiere mucha m¨¢s habilidad. En cualquier caso, el juego tiene tres niveles de dificultad, de los cuales el normal es el m¨¢s recomendable para el jugador medio. Los estrategas m¨¢s curtidos directamente deber¨¢n seleccionar el modo dif¨ªcil o Rush for Berlin no les ofrecer¨¢ demasiados retos.
Una vez m¨¢s tendremos a nuestra disposici¨®n a un oficial de mayor rango, equivalente al 'h¨¦roe' de otros juegos de estrategia, pero esta vez la partida no finaliza si ¨¦ste muere. De todos modos, no es conveniente perderlos, tienen habilidades especiales que pueden resultar muy ¨²tiles.
Otra caracter¨ªstica que se mantiene de Panzers es la pausa t¨¢ctica. En cualquier momento de la acci¨®n, sobre todo si nos vemos sorprendidos por tropas enemigas, podremos? y deberemos congelar el juego para elaborar tranquilamente una t¨¢ctica. Esto es de gran importancia, y ser¨¢ de uso obligado cuando el enemigo nos ataque desde varios frentes a la vez. Un ataque a lo loco, sin planificaci¨®n alguna, acabar¨¢ en suicidio colectivo o, con suerte, en una floja victoria, algo que no es mucho m¨¢s recomendable.
La variedad de unidades es muy rese?able, siendo todas de origen hist¨®rico. Un detalle que nos ha resultado especialmente atractivo ha sido la inclusi¨®n de algunas armas secretas dise?adas por los nazis en la recta final de la guerra, pero que no fueron usadas a gran escala. Un ejemplo ser¨ªan los cohetes V1, 'las bombas de la venganza', unos pepinos considerables que, de haber llegado a?os antes, podr¨ªan haber supuesto la victoria alemana.
La f¨®rmula de Rush for Berlin no ha variado un ¨¢pice desde Codename: Panzers Phase One. Resulta tremendamente adictiva al principio, pero su simpleza pasa factura a la larga. Es ah¨ª donde entra en juego la importancia del multijugador, que ha sido muy cuidado y ofrece bastantes posibilidades de entretenimiento, algunas de ellas bastante atractivas y novedosas.
En total hay cinco modos disponibles: domination, cooperative, risk, rush y deathmatch. Domination consiste en la conquista de varios puntos estrat¨¦gicos del mapa, cooperative se basa en el juego en equipo para cumplir con ciertos objetivos, en risk cada jugador tendr¨¢ una serie de objetivos secretos, rush es una carrera contrarreloj y deathmatch es la cl¨¢sica lucha a muerte.
El m¨¢ximo de jugadores es de seis, y para organizar o unirte a una partida hay tres tipos de conexiones: Lan, IP directa o por los servidores de Gamespy. Es evidente que los desarrolladores han puesto en el multijugador uno de sus principales objetivos, y se nota.
s o n? i d o
La m¨²sica de Rush for Berlin sigue la pauta marcada por sus predecesores, aunque quiz¨¢ menos dram¨¢tica y m¨¢s ambiental. Se trata de m¨²sica de estilo sinf¨®nico con toques militares, muy ¨¦pica y espectacular. En general resulta bastante inspirada y apropiada, con una factura muy cinematogr¨¢fica.
Los efectos de sonido tampoco le andan a la zaga. Tanto los disparos como las explosiones suenan francamente bien, y con un volumen alto y un buen equipo de altavoces parecer¨¢ que la II Guerra Mundial se est¨¢ librando en tu casa. Se echa de menos la posibilidad de seleccionar en las opciones el sistema de sonido (Dolby o Eax, por ejemplo), caracter¨ªstica incluida incluso en el primer Panzers.
P
ara las voces se han respetado los idiomas nativos de cada uno de los bandos. Los actores de doblaje dan la talla, y su labor influye positivamente en la ambientaci¨®n. Es una pena que ciertos comentarios de las unidades durante el juego no est¨¦n interpretados y tengamos que conformarnos con leerlos, habr¨ªa sido genial escuchar de boca de los rusos c¨®mo echan de menos un trago de vodka.
g r ¨¢ f i c o s
De la interfaz destacar¨ªa el men¨² principal, muy atractivo. Su dise?o trata de imitar el estilo de los carteles de propaganda sovi¨¦ticos. Consiste en una ilustraci¨®n muy contrastada en colores negro y rojo, sobre la cual desfilan algunas de las unidades del juego. Una mirada en profundidad revela que casi todos los cambios en el men¨² han sido est¨¦ticos, las opciones son pr¨¢cticamente las mismas.
El motor de Rush for Berlin es Gepard, el mismo que en anteriores juegos del estudio que avalan su calidad y, sobre todo, versatilidad. Donde ¨¦ste sobresale es en el potente zoom, la c¨¢mara y en las incidencias del terreno, de apariencia muy s¨®lida.
Los gr¨¢ficos, por su parte, se han mejorado ligeramente, pero no supone ninguna diferencia abismal. Quiz¨¢ el cambio m¨¢s apreciable sean las texturas, de mayor calidad y nitidez. Aun as¨ª algunas son poco afortunadas, sobre todo las hierbas, con un aspecto muy plano y poco realista.
Las unidades son la mejor parte. Est¨¢n modeladas con un buen grado de detalle, sin llegar al punto de comprometer el rendimiento, un mal cada vez m¨¢s com¨²n en el g¨¦nero de la estrategia. Aun as¨ª, recomendamos usar una resoluci¨®n alta pero sin antialiasing, ya que en grandes enfrentamientos la velocidad puede caer abismalmente. El acabado de los edificios es algo m¨¢s pobre que las unidades, hay casas que tienen un aspecto demasiado cuadriculado, pero se nota una apreciable mejora respecto a Panzers. Las sombras tampoco son muy convincentes, pero exceptuando estos detalles se puede decir que el apartado gr¨¢fico est¨¢ muy cuidado.
Esta vez los videos previos a cada misi¨®n son prerenderizados, ganando en espectacularidad. Creemos, sin embargo, que hubiera sido preferible que siguieran gener¨¢ndose con el motor del juego, y m¨¢s si tenemos en cuenta la versatilidad demostrada en los t¨ªtulos anteriores.
c o n c l u s i ¨® n
Rush for Berlin es un t¨ªtulo adictivo y sencillo, quiz¨¢ demasiado, capaz de proporcionar buenos momentos tanto a los seguidores de la estrategia como a los que no lo son tanto. Poco aportar¨¢ a los veteranos del g¨¦nero, pero se trata de un buen t¨ªtulo de iniciaci¨®n.
Su compra es tambi¨¦n recomendable para quienes disfrutaron con Panzers 1 y 2. Pueden comprarlo sin miedo, sigue punto por punto la l¨ªnea de sus predecesores, y se trata de un digno final de la saga, si lo consideramos un Panzers 3.
Finalizada la II Guerra Mundial, esperamos que los prometedores chicos de Stormregion se animen a explorar otras ¨¢reas tem¨¢ticas. Mucho nos tememos que el actual aluvi¨®n de t¨ªtulos ambientados en la gran guerra comienza a cansar, y quiz¨¢ sea el momento de explorar otros caminos antes de que uno de los episodios m¨¢s fascinantes (y terribles) de la historia comience a causar indiferencia.
l o ?b u e n o -
Conserva los aciertos de Panzers. - Buena factura t¨¦cnica y art¨ªstica. - Buen multijugador. - Precio reducido.
l o ? m a l o - Pocas novedades. - La II Guerra Mundial comienza a agotarse. - Lleva Starforce.