No son pocos los juegos de puzzle que han visto la luz a lo largo de la historia, sobre todo tras el gran ¨¦xito del archiconocido Tetris. Sin embargo, pese a que todos gozan de su cierta capacidad de divertir y enganchar al jugador, el resultado es m¨¢s o menos dispar entre distintos t¨ªtulos. Algunos llegaron a disfrutar de cierto ¨¦xito y otros pasaron sin pena ni gloria por las estanter¨ªas.
Y es que las f¨®rmulas sufren cansancio, o pecan de imitar en exceso a alg¨²n juego anterior que goz¨® de mayor parte de fama. Hablamos de juegos de puzzle en los que no se puede variar mediante un original argumento o grandes efectos gr¨¢ficos: aqu¨ª prima la originalidad y capacidad de diversi¨®n de la mec¨¢nica de juego. Y uno de los pocos t¨ªtulos que, junto a Tetris, han triunfado llegando a ser una saga que se mantiene con los a?os, es la obra de Sega, Puyo.
Los inicios se remontan al cl¨¢sico Dr. Robotnick's Mean Bean Machine en MegaDrive y GameGear (incluidos en recientes recopilatorios de Sonic), y desde entonces, han visitado numerosas plataformas en numerosas entregas. Le ha llegado por fin el turno a nuestras DS, con un importante retraso respecto a Jap¨®n y Am¨¦rica. Es la hora de la diversi¨®n m¨¢s desenfrenada.
Simple y divertido Puyo Pop se basa en los puyos, unas peque?as y simp¨¢ticas criaturas que son s¨®lo cabeza, de diversos colores y con unos simp¨¢ticos ojos. Al juntar cuatro o m¨¢s puyos iguales, se eliminan, estando estos unidos en cualquier forma posible salvo en diagonal. Los propios puyos se ir¨¢n conectando entre s¨ª si la combinaci¨®n es posible, y si se pueden eliminar con uno nuevo que baja por la pantalla, brillan.
Al igual que en Dr. Mario, estas simp¨¢ticas criaturas bajan desde la parte superior de la pantalla, y tenemos que evitar que el c¨²mulo de los mismos llegue a esa altura, que supone el fin de la partida. Vienen siempre unidos por parejas, de dos colores distintos, o de un mismo color con una forma distinta. Tambi¨¦n puede aparecer un gran puyo que resulta ser cuatro, y que no podremos cambiar su forma pero s¨ª su color, convirti¨¦ndolo en el que m¨¢s nos convenga.
Puyo Pop Fever, a esa premisa b¨¢sica desde los inicios de la saga, le a?ade jugosas novedades jugables a trav¨¦s de distintos modos de juego, que alargan la vida del t¨ªtulo de forma considerable. La caracter¨ªstica m¨¢s interesante, y que da nombre al t¨ªtulo, son los momentos de Fever, en los que la pantalla se pone en una contrarreloj fren¨¦tica donde debemos hacer el mayor n¨²mero de cadenas posibles. Con las cadenas y combos realizados, le a?adiremos carga a la pantalla de nuestro rival, aunque estos tambi¨¦n podr¨¢n hacer lo mismo con nosotros.
Todas las posibles formas de disfrutar de este Puyo son entretenidas, completas y con muchas horas de diversi¨®n por delante. Para empezar, tenemos a nuestra disposici¨®n un interesante modo historia, en el que deberemos avanzar por los niveles enfrent¨¢ndonos a nuestros rivales, distintos personajes con sus propias caracter¨ªsticas y cuyo nivel de dificultad ir¨¢ aumentando. Hay tres mundos diferentes en este modo, f¨¢cil (3 fases), normal (8 fases) y dif¨ªcil (8 fases), que pondr¨¢n a prueba nuestra pericia.
Tambi¨¦n se podr¨¢, dentro de este modo, disfrutar de un modo 'Free Battle', donde podremos elegir a cualquiera de los personajes y enfrentarnos a otro de los mismos, sin ninguna conexi¨®n argumental, trat¨¢ndose de un excelente modo de practicar. Los mundos del modo historia conectar¨¢n los enfrentamientos con escenas que narran los hechos que van teniendo lugar, no especialmente relevantes, pero que ofrecen una cierta coherencia al enfrentamiento que va a tener lugar.
M¨¢s modos para un jugador Aparte del modo historia, el juego ofrece otros modos de juego igualmente interesantes para disfrutar en solitario: Fever, Mission y Original. Fever nos pone constantemente en esos momentos fren¨¦ticos donde nuestra principal motivaci¨®n ser¨¢ conseguir el mayor n¨²mero de cadenas posible. Tenemos un minuto de tiempo, que podremos ampliar haciendo cadenas, y la meta ser¨¢ llegar lo m¨¢s lejos posible antes de que se acabe el tiempo.
En Mission, como su propio nombre indica, el personaje nos ir¨¢ ofreciendo diversos retos que deberemos cumplir para poder seguir avanzando, tambi¨¦n contrarreloj, pues deberemos cumplirlos antes de que llegue el momento de Fever. Estos retos pueden ir desde conectar un n¨²mero determinado de puyos juntos a conseguir tantas cadenas seguidas.
Para terminar, est¨¢ el modo Original, que nada m¨¢s que a?adir: es el Puyo de toda la vida, sin las novedades jugables con Fever ni enfrent¨¢ndonos a otros rivales. Simple y adictivo, como si fuese el Tetris de toda la vida: eliminar puyos y subir nuestra puntuaci¨®n, ya sea mediante combos simples o con grandes cadenas, la variaci¨®n radicar¨¢ en los puntos conseguidos, e iremos subiendo de nivel al alcanzar ciertas metas. Un modo divertido y pr¨¢cticamente eterno.
Multijugador, punto fuerte Pese a gozar de una interesante variedad de modos de juego para un s¨®lo jugador, el punto fuerte de Puyo Pop Fever es el multijugador, donde se ofrece la posibilidad de enfrentarnos hasta a otros siete jugadores. Todas estas confrontaciones de dos, cuatro u ocho jugadores, se siguen perfectamente en las dos pantallas, pudiendo seguir la evoluci¨®n de todos los participantes. Cuando s¨®lo queda uno vivo, ser¨¢ el ganador de la contienda.
Se puede jugar contra otros usuarios o bien contra la m¨¢quina, siendo como es habitual lo m¨¢s recomendable retar a siete amigos, ya que las cotas de diversi¨®n alcanzadas en este tipo de enfrentamientos son pocas veces igualadas. Nos queda pena en este aspecto por la falta de un modo de juego que explotase la red WiFi de Nintendo DS y poder retar a jugadores de todo el mundo.
Apartado t¨¦cnico Gr¨¢ficamente, Puyo Pop Fever tiene poco que ofrecer, ya que b¨¢sicamente es un juego gr¨¢ficamente simple por su concepci¨®n. A pesar de todo, es un t¨ªtulo que ofrece bastante en su interior, tal como los dise?os de los personajes protagonistas, los escenarios del modo historia, los efectos de luz en los momentos de Fever o el colorido general que ilustra el juego y lo hace visualmente llamativo. A pesar de su simpleza, llega a alcanzar un nivel notable.
El apartado sonoro es m¨¢s discreto, con unas cuantas melod¨ªas que acompa?an las acciones, como es habitual. Destaca especialmente lo bien que las m¨²sicas van variando seg¨²n la intensidad de la partida, de modo que al subir mucho las hileras de puyos en la pantalla o entrar en Fever se ver¨¢ reflejado en sonidos m¨¢s intensos que consiguen meter al jugador en la tensi¨®n del momento. Tambi¨¦n hay algunas digitalizaciones de voces de los personajes.
Donde Puyo Pop Fever se lleva la palma es en el aspecto jugable. Pese a no hacer uso de la pantalla t¨¢ctil de DS y centrarse en sus bases, estamos ante uno de los juegos m¨¢s divertidos del cat¨¢logo de la port¨¢til de Nintendo. Sencillo y a la vez complicado de dominar, lo que provoca al usuario y le obliga a seguir jugando hasta superar sus retos. Numerosos modos de juego y un multiplayer de lujo completan la oferta de un t¨ªtulo que durar¨¢ innumerables horas.