[E3] Dead Rising, Impresiones

Tras superar las interminables colas que inevitablemente se han producido durante el primer d¨ªa de E3 en el stand de Capcom, hemos podido ponerle la mano encima a uno de los juegos m¨¢s esperados por los usuarios de Xbox 360. Una aventura de acci¨®n que aportar¨¢ frescura al g¨¦nero de los zombies gracias a un magn¨ªfico desarrollo, ameno y divertido, y a la inconfundible marca de humor negro heredada por el maestro del horror cinematogr¨¢fico, George A. Romero.

Dead Rising (Xbox 360)

En Dead Rising encarnamos a Frank West, un fot¨®grafo interesado en visitar el pueblo de Willamette, en Colorado. Sobrevolando la ciudad, es cuando nos damos cuenta de que algo no va bien all¨ª abajo. Hordas de zombies siembran el caos mientras decenas de supervivientes son brutalmente asesinados por los muertos vivientes. Es en ese momento cuando probamos por primera vez una de las caracter¨ªsticas m¨¢s atractivas del juego de Capcom: las sesiones de fotograf¨ªa.

Dead Rising (Xbox 360)

Nuestro objetivo pasa por sacar con la c¨¢mara las instant¨¢neas m¨¢s brutales, horripilantes, curiosas o divertidas posibles. En otras palabras, sacar capturas impactantes a medida que avanzamos por la aventura. Por ejemplo: no es lo mismo hacerle una fotograf¨ªa a una chica que le dispara a un zombie, que hac¨¦rsela justo en el momento en el que su cabeza se estampa contra el suelo tras caer desde lo alto de un tejado. Dependiendo de la calidad de la fotograf¨ªa, se nos premia con una variable cantidad de puntos utilizables m¨¢s adelante para progresar en el juego.

Tras esta curiosa secuencia, empieza la acci¨®n: aterrizamos en la azotea de un centro comercial, lugar donde nos encontramos con numerosos supervivientes que precisan de nuestra ayuda a cambio de jugosas recompensas. Una de las primeras misiones consiste en traer de vuelta a la mujer de un buen hombre que se refugia en el propio tejado del centro. Contamos con un reloj y una hora l¨ªmite: las 12 en punto. Es entonces cuando se desata la libertad abrumadora del juego. Mediante un intuitivo control, se nos pone a nuestro alcance un centro comercial completamente invadido por miles de zombies.

A partir de ese momento, somos libres de resolver cada situaci¨®n como m¨¢s nos guste: buscar armas (desde bates hasta pistolas, pasando por sierras el¨¦ctricas, bancos, papeleras... vamos, de todo), usar cualquier objeto del escenario para combatir a los no muertos, rescatar a los supervivientes, ayudarles, acabar con ellos, cambiarnos de ropa, saquear las tiendas del centro... incluso cambiarnos de calzado. La capacidad t¨¦cnica de la consola de Microsoft expande las posibilidades hasta l¨ªmites que parec¨ªan inalcanzables hace unos meses.  Adem¨¢s, la forma de morir de los zombies puede llegar a ser muy variada: desde el t¨ªpico desparrame de sesos hasta la humillante ca¨ªda al vac¨ªo desde lo alto de un piso superior, pasando por amputaciones y dem¨¢s elementos gore cl¨¢sicos del g¨¦nero.

Como dec¨ªamos, el control es acertado y sencillo, id¨®neo para el fren¨¦tico desarrollo del juego: con el stick movemos a Frank de un modo muy preciso, con A saltamos, con X atacamos y con B llevamos a cabo las diferentes interactuaciones con el escenario. Con X + R1 podemos lanzar hacia la multitud de zombies los objetos m¨®viles con los que arramblemos durante nuestro paso por el centro comercial. Mediante los gatillos, combinados con los dem¨¢s botones, accedemos a las funciones de la c¨¢mara, que nos permiten apuntar y hacer uso de los distintos zooms. A lo que hay que sumarle los distintos combos que podemos ejecutar: Zombie Ride, Neck Twist y Jump Kick, entre otros muchos.

Seg¨²n hemos podido saber, habr¨¢ distintas formas de terminar el juego: sobreviviendo el suficiente tiempo, salvando a muchos supervivientes, exterminando a una gran cantidad de zombies... parece ser que el juego ofrecer¨¢ diversas v¨ªas seg¨²n la forma con la que preferamos jugarlo. Gr¨¢ficamente el juego es una maravilla, destacando las animaciones faciales de Frank, y la variedad de modelados de zombies: cuesta ver a dos no muertos parecidos.