Sensible Soccer 2006, Impresiones

Los usuarios de ese portento de computadora que era (y sigue siendo) el Amiga, adoran a la vieja Sensible Software. Esta peque?a casa era, sin duda, algo m¨¢s que una compa?¨ªa de videojuegos. Y es que ya en los primigenios tiempos de los 8 bits sorprendieron a propios y extra?os con maravillas l¨²dicas como Parallax o Wizball, fue en la poderosa m¨¢quina de Commodore donde eclosionaron como los fabulosos desarrolladores que son. De ah¨ª aut¨¦nticos mitos de la diversi¨®n como Cannon Foder, Wiz Kid o Sensible Soccer.

Los amigueros (y muchos 'peceros') se aferraron al f¨²tbol de Sensible como pocas veces hab¨ªa ocurrido antes. Previamente, s¨®lo juegos como los dos Match Day de Jon Ritman o el sensacional Konami's Soccer para MSX llegaron a codearse con la posterior grandeza de Sensible Soccer, la cual lleg¨® a lo m¨¢s alto con la edici¨®n de Sensible World of Soccer, todo un ejemplo de perfecci¨®n y sencillez dentro del mundo de los videojuegos.

Con muchas premisas jugables heredadas de su 'eterno rival', el m¨ªtico Kick Off, Sensible Soccer se caracterizar¨ªa por otorgar al usuario un total dominio del f¨²tbol a trav¨¦s de un control incre¨ªblemente simple. Con todo, las posibilidades a la hora de realizar jugadas era alucinante, dando lugar a todo tipo de situaciones refrendadas por una sorprendente libertad que hu¨ªa de rutinas y movimientos mec¨¢nicos. Como tal, tan s¨®lo la obra de Dino Dini (como el glorioso Kick Off 2 Final Whistle o el genial Goal!) llegaba a un nivel paralelo de calidad.

Entonces, surge la pregunta... ?qu¨¦ puede hacer un juego como Sensi en la actualidad? La cosa es que su nueva encarnaci¨®n recuperar¨¢ palmo por palmo el esp¨ªritu del cl¨¢sico, con todas sus virtudes y defectos. Y conste en acta, el nuevo Sensible Soccer 2006 no posee licencia alguna de futbolistas, no tiene ning¨²n 'revolucionario' control para marcar goles como churros, y ni siquiera hace gala de unos gr¨¢ficos m¨ªnimamente fotorrealistas. Con todo, la nueva obra de John Hare es un soccer-game alucinante.

Para empezar, y tras sorprendernos con un agradable regalo para los fans del viejo Sensi (esto es, una melod¨ªa cantada a la usanza de las viejas glorias de Sensible Software para Amiga), nos toparemos con un men¨² tan parco en detalles como claro y directo. Entre las opciones tendremos el inevitable partido amistoso, las competiciones predeterminadas (World Cup, Copa de Europa, etc), una copa personalizable, el notable editor de datos y un peque?o apartado para la configuraci¨®n. No existe licencia oficial alguna que posibilite el ver a nuestros equipos como dios manda entre los cerca de cuatrocientos existentes (siendo 'Catalunya' el Espanyol, 'Madrid Reds' el Atl¨¦tico o 'Real Sevilla' el Betis), pero con un poco de paciencia el solvente editor puede colocarlo todo en orden.

Tras elegir equipo y liarnos la manta en la cabeza hacia un emocionante partido amistoso, el lanzamiento de Codemasters se centrar¨¢ al cien por cien en ofrecer encuentros de f¨²tbol r¨¢pidos y fren¨¦ticos, con una acci¨®n furiosa que en absoluto carece de estrategia. La inmensidad de los campos y la patente libertad de acci¨®n posibilita que cualquier jugada que nos planteemos pueda hacerse realidad. Lo mejor de todo es que Sensi propone todo eso a trav¨¦s de poco m¨¢s de dos teclas, ideal para aquellos que hacen penitencia con los tropecientos botones de los simuladores futbol¨ªsticos de hoy d¨ªa.

Cierto es que hay peque?os matices que ayudan al nuevo Sensi a ser m¨¢s accesible que su viejo papi. El hecho de dirigir nuestras acciones con tan pocas teclas (aparte del pad direccional, una sirve para acelerar la carrera, otra para pasar y la ¨²ltima para disparar fuerte) no hace que el juego pierda la comodidad de anta?o de controlar todos los tipos de chuts con un solo disparador, actualiz¨¢ndolo de hecho con m¨¢s movimientos. Y una cosa sensacional es la posibilidad de controlar a nuestro portero con el stick anal¨®gico derecho, cosa que aunque pueda parecer liosa es deliciosamente genial... ?palabra! Por otro lado, nuestros hombres se acoger¨¢n al vicio de llevar el bal¨®n 'pegado', no sufriendo el 's¨ªndrome Kick Off' como el viejo Sensible Soccer, en el que dominar la pelota sin perderla en los giros era materia para expertos.