Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito
- PlataformaPS29
- G¨¦neroRPG
- DesarrolladorLevel-5
- Lanzamiento12/04/2006
- TextoEspa?ol
- VocesIngl¨¦s
El alma del RPG
Dragon Quest, la ni?a mimada de Jap¨®n, ha cumplido la mayor¨ªa de edad y ha salido por primera vez de casa para ver mundo. Despu¨¦s de partir hacia lejanas tierras agarrado de su mano, nuestro coraz¨®n le pertenece. Esta es la cr¨®nica de un viaje irrepetible.
Se ha cerrado un ciclo. Con la llegada de Dragon Quest, uno de los nombres m¨¢s carism¨¢ticos y representativos de la industria, se confirma la solidez de nuestro mercado, que ha pasado de una infancia titubeante a una adolescencia prometedora.
Dragon Quest: El Periplo del Rey Maldito (PlayStation 2) |
En los ¨²ltimos a?os hemos observado como varios cap¨ªtulos de sagas cl¨¢sicas, cuya aparici¨®n en occidente era impensable (caso de los Tales, Shin Megami Tensei, Y's, Atelier?la lista es bastante larga), se decid¨ªan a dar una oportunidad a Europa. Dragon Quest se confirmaba como el gran ausente, pero lanzamientos de este calibre trajeron consigo, inexorablemente, las esperanzas de que alg¨²n d¨ªa el g¨¦nero pasase de estar hu¨¦rfano a formar parte de una gran familia.
Finalmente, el tiempo nos ha dado la raz¨®n. Nos va el rol japon¨¦s y Square-Enix se ha dado cuenta. La neblina se ha disipado y hemos podido ser testigos del aura especial que rodea a todo Dragon Quest y que lo convierte en una aventura excepcional.
El octavo t¨ªtulo de una colecci¨®n que fund¨® las bases del RPG en consola ve por fin la luz en territorio PAL. El eterno ausente se convierte en el bombazo de esta primavera. Y tras inacabables ratos de diversi¨®n, luchas y largos paseos por su mundo hemos comprobado que la fama con la que viene precedido El Periplo del rey Maldito est¨¢ m¨¢s que justificada.
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Desde luego, es cierto que en Jap¨®n se sigue desconfiando del mercado occidental y todav¨ªa se procede con mucho tiento a la hora de planificar que un t¨ªtulo traspase sus fronteras. Pero el caso de Dragon Quest siempre ha sido especial, y ha costado horrores sacarlo de Jap¨®n. Encandilaba tanto a su gente -incluso nos atrever¨ªamos a decir que es uno de sus s¨ªmbolos nacionales- que se tem¨ªa que fuera un producto demasiado nip¨®n, nada v¨¢lido para el mercado internacional. Estaban equivocados. Dragon Quest nos encanta.
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Para entender la magnitud e importancia del fen¨®meno Dragon Quest en suelo nip¨®n, que sirva de ejemplo la locura colectiva que invadi¨® Espa?a con el estreno de Dragon Ball. Aqu¨ª, las cr¨®nicas hablan de ni?os faltando a clase para poder ver su serie favorita, de todo un comercio de estraperlo (cuando a¨²n no estaba licenciado el manga) e incluso de j¨®venes que se atrev¨ªan a desafiar al idioma japon¨¦s para saber antes que nadie como continuaban las aventuras de Goku. ?Lo record¨¢is, verdad? Incluso ciertos gobiernos auton¨®micos llegaron a intervenir para su supresi¨®n en antena, dadas las quejas de algunos padres escandalizados.
Pues bien, todo el revuelo que se arm¨® en nuestro pa¨ªs con Bola de Drag¨®n se queda en rid¨ªculo si lo comparamos con lo que supuso para el ciudadano de a pie japon¨¦s el ¨¦xito creciente de los Dragon Quest. En consecuencia, el nombre de la serie le es familiar a pr¨¢cticamente cualquier nip¨®n, y son pocos los que han conseguido frenar sus impulsos para no jugarlo alguna vez. La figura del limo (Slime par los m¨¢s puristas) es tan popular all¨ª como lo es para nosotros Homer Simpson.
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Con Dragon Quest, miles de japoneses descubrieron todas las posibilidades que brindaba el mundo del RPG, bifurc¨¢ndose los resultados. Por un lado, surgieron imitadores a pi?¨®n, fruto de una mentalidad colectiva en el sector, que vislumbr¨® con acierto como a?os despu¨¦s el formato de Dragon Quest seguir¨ªa triunfando. A d¨ªa de hoy, se dice que son cientos los juegos que ha inspirado la creaci¨®n de Enix.
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El sue?o de los j¨®venes que hac¨ªan sus pinitos como dise?adores y programadores era verse alg¨²n d¨ªa involucrados en proyectos de este calibre. Por otra parte, la adicci¨®n que creaba le supuso un problema de aislacionismo a muchos de sus jugadores, enajenados gracias a mundos que ayudaban a evadirse de la dura realidad. En un pa¨ªs como Jap¨®n, en donde la competencia y la exigencia al individuo son tan punzantes, Dragon Quest era uno de los alicientes que ten¨ªa el arresto domiciliario voluntario.
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Adem¨¢s, fue tan elevado el absentismo escolar e incluso laboral vinculado a la popularidad de esta saga que incluso el gobierno nip¨®n se tuvo que ver en la tesitura de aprobar una ley que obligase a que pr¨®ximas entregas se pusieran a la venta durante fines de semana o periodos vacacionales. Curiosamente, El periplo del rey maldito llega a nuestro pa¨ªs a punto para ser devorado en plena Semana Santa. ?Premonici¨®n o capricho del destino?
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Que hayamos relacionado dos de los iconos de la cultura contempor¨¢nea -Dragon Ball y Dragon Quest- no es fruto de la casualidad, pues ambos disfrutan del talento innato para las artes gr¨¢ficas que ha desplegado en todas sus creaciones Akira Toriyama, acompa?ado de su particular sentido del humor. Unas se?as de identidad que han definido a la saga desde que en aqu¨¦l lejano 1986 se reuniera con Yuji Horii (padre espiritual de la saga) y Koichi Sugiyama (mito viviente y maestro de Uematsu) para dar forma a la leyenda definitiva.
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Pues bien, cuando estos tres talentos se reunieron, lo hicieron con la intenci¨®n de crear un juego que se alejase de los complicados mecanismos que por aquella ¨¦poca luc¨ªa el ancestro del g¨¦nero, ?ltima. Como resultado naci¨® una manera de entender el RPG que se ha ido perfeccionando con el tiempo, y que alcanza con El periplo del rey maldito la materializaci¨®n de los sue?os de tantos japoneses -y por qu¨¦ no, occidentales- que ansiaban contemplar las posibilidades de un Dragon Quest que aprovechase el entorno 3D y la riqueza visual que finalmente ha conseguido ofrecer con la negra de Sony.
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Tradicionalmente, un Dragon Quest nos pon¨ªa en la piel de un caballero que deb¨ªa rescatar a su princesa de un drag¨®n. Por otra parte, la serie se ha caracterizado siempre por la simplicidad de un gui¨®n que tomaba forma en un mundo lleno de colorido. Esta base permanece fuertemente arraigada incluso a d¨ªa de hoy, si bien en esta ocasi¨®n nuestra misi¨®n es bastante diferente a la que da nombre a la saga.
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En la piel de un fiel servidor del rey Trode, deberemos recuperar un cetro de poder que ha sido robado por un cruel buf¨®n, quien ha escapado de nuestro castillo no sin antes dejar caer un sortilegio sobre el rey y la princesa. Este acontecimiento marcar¨¢ el inicio de nuestro ¨¦pico viaje, hacia el cual partiremos acompa?ados de una caravana tirada por la princesa (convertida en yegua) y el rey (bajo la forma de una especie de sapo).
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No tardar¨¢n en unirse a nuestro grupo 3 personajes m¨¢s: Yangus, Jessica y Angelo. El primero es un simp¨¢tico ladr¨®n que tiene una fuerza colosal, la chica es una experta en l¨¢tigos y cuchillos que adem¨¢s lanza unos ataques m¨¢gicos de ¨®rdago, mientras que el caballero templario es todo un especialista en ligues y magia de apoyo para el grupo.
Cada uno de nuestros protagonistas, como es evidente, cuenta con habilidades que le capacitan m¨¢s para un ataque que para otro, aunque varios de sus hechizos son compartidos con el resto de compa?eros. Se aprenden autom¨¢ticamente y son de lo m¨¢s variado, distanci¨¢ndose de un patr¨®n cercano al sistema de trabajos. Por cierto, nota para los aficionados a aporrear el bot¨®n de ataque: si quieres pegar, cualquiera de tus personajes est¨¢ en condiciones ¨®ptimas de hacerlo.
Como novedad en la serie se incorpora un sistema de tensi¨®n que hace que acumulemos energ¨ªa si decidimos no actuar en nuestro turno. De esta forma, tras varias cargas, podemos liberar ataques demoledores que har¨¢n estragos en el grupo enemigo. Y por si esto fuera poco, cada uno de nuestros aliados contar¨¢ con un atributo especial, como lo es por ejemplo la habilidad de Jessica de dejar embobado al enemigo por medio de su 'sex appeal'. No dej¨¦is de probar los vestiditos extra que podemos conseguir durante el juego para potenciar esta eficaz t¨¦cnica.
Otra de las incorporaciones que hacen m¨¢s llevadero el salto de la saga a las 3D es la visi¨®n en primera persona, que permitir¨¢ que ning¨²n detalle se nos pase por alto. Y ya que hablamos de observar con detenimiento, probad a alcanzar un punto elevado desde donde pod¨¢is dominar el paisaje y echad un vistazo alrededor. Un mundo enorme se extiende en el horizonte, y cualquier lugar que contemples podr¨¢ ser visitado con posterioridad si lo estimas oportuno.
Nos encontramos ante uno de los mundos m¨¢s grandes que hemos visto en cualquier RPG japon¨¦s, y esto se traduce en una mayor libertad para desplazarnos al lugar que se nos antoje. Por supuesto, la trama nos obliga a seguir un recorrido preestablecido, pero la facilidad con la que podemos involucrarnos en la b¨²squeda de nuevos objetivos es pasmosa.
Resulta tambi¨¦n alucinante saber que una vez que completes el juego (lo que te llevar¨¢ m¨¢s de 60 horas, a buen seguro) no todo terminar¨¢ ah¨ª?existe un final alternativo y nuevos secretos por descubrir. Si adem¨¢s quieres completar todas las misiones adicionales, Dragon Quest te va a durar m¨¢s que la lectura de las obras completas de Yukio Mishima. Las 100 horas de juego no te las quita nadie.
Por cierto, cada uno de nuestros personajes cuenta con tres tipos de armas exclusivas. C¨®mo repartir le?a es s¨®lo cuesti¨®n de gustos. Y si lo que te va es la magia, dispones de hechizos de todo tipo que vienen acompa?ados de espectaculares efectos.
Los rivales son muy salados, pero no puedes fiarte de su apariencia. Detr¨¢s de ella se esconden habilidades insospechadas. Pongamos el caso de un animalillo campestre: igual pierde el turno relami¨¦ndose que descubri¨¦ndote un ataque que ten¨ªan guardado para ocasiones especiales. Puede que se lo piense mejor y le d¨¦ por llamar a m¨¢s aliados para que incordien. Claro, eso siempre que no le apetezca resucitar a su compa?ero, al cual acabamos de matar tras mucho esfuerzo.
Con rivales as¨ª, los combates esconden todo tipo de sorpresas, muchas de las cuales, a pesar de la tensi¨®n del momento, nos har¨¢n soltar una carcajada - estamos hablando, obviamente, de todo el repertorio de acciones absurdas con las que a veces nos obsequia el enemigo de turno-. Las variadas respuestas de los monstruos -todo un ejercicio de imaginaci¨®n de Akira Toriyama- dotar¨¢n de inter¨¦s y dinamismo a los combates. Resultar¨¢ complicado participar en dos batallas iguales.
Los enemigos a los que nos enfrentamos pueblan los caminos que llevan a ciudades, grutas, mazmorras y bosques. Muchos de ellos seguramente nos har¨¢n morder el polvo. Menci¨®n especial merece la dificultad que entra?a vencer a algunos jefes finales. Derrotarlos a las primeras de cambio ser¨¢ todo un logro, especialmente durante el tramo final del juego.
Nuestra particular odisea nos llevar¨¢ por pintorescos lugares y poblados en donde conoceremos a un mont¨®n de tipos interesantes e iremos descubriendo pistas del itinerario que sigue Dhoulmagus, el villano que adem¨¢s de arrasar nuestro reino -atenci¨®n, t¨®pico al canto- ha liberado a un mal que permaneci¨® durante largo tiempo dormido. Le perseguiremos sin tregua por 4 continentes bellamente recreados, en donde la transici¨®n del d¨ªa a la noche te?ir¨¢ de bellos colores paisajes ya de por s¨ª soberbios, aunque eso s¨ª, algo vac¨ªos.
Este paso de la luz a la oscuridad no se hace ¨²nicamente para impresionar al jugador, sino que tiene lugar para ofrecernos la oportunidad de tomarse un respiro en la villa m¨¢s cercana y recabar informaci¨®n que durante el d¨ªa no estaba disponible, por ejemplo. De todos modos, esperar a la aurora no es tan mala idea, ya que de noche aparecen nuevos enemigos m¨¢s fuertes que las criaturas diurnas.
En las aldeas, la posici¨®n de la iglesia -para guardar la partida y recuperarse- y de las posadas no sigue ninguna regla fija, as¨ª que ¨¢rmate de paciencia hasta dar con ellas, pues hay pueblos que bien merecer¨ªan llamarse ciudades. Y ser¨¢ mejor que lleves mucho dinero encima, porque tanto obispos como comerciantes acostumbran a pegar clavazos de antolog¨ªa. Palabras mayores, ya que el dinero no abunda precisamente y nos ser¨¢ complicado ahorrar una cantidad respetable, lo cual resulta parad¨®jico en un mundo donde los enemigos, tras cada batalla, no dejan ni sus propias cenizas.
Por si esto os parece poco, en el caso de que perdamos un combate (cosa bastante probable en determinadas zonas), el juego no acabar¨¢, sino que regresaremos al ¨²ltimo lugar en que guardamos, pero s¨®lo con la mitad del dinero. Aseguraos de guardar a menudo si no quer¨¦is reiniciar la partida cada dos por tres.
El acabado gr¨¢fico es uno de los puntos sobre los que m¨¢s alabanzas se merecen vertir. Heredero directo del cell-shading visto en Dark Chronicle -no en vano, ambos juegos son fruto del mismo grupo de desarrollo- potencia las cualidades de este para ofrecernos un resultado muy pr¨®ximo a la animaci¨®n tradicional japonesa. Adem¨¢s, la comicidad de los protagonistas y la hilaridad de algunas situaciones a buen seguro que nos arranca una sonrisa gracias a la genialidad con que est¨¢n retratadas sus personalidades. Todo un derroche de expresividad con dos nombres propios: Yangus y Trode. Atentos a sus refriegas.
Precisamente, es su particular sentido del humor junto con su desarrollo simple y ameno los que hacen de El periplo del rey maldito un producto diferente al resto. Una aproximaci¨®n diferente al universo RPG. Resulta gracioso hablar en estos t¨¦rminos porque ambos conceptos han sido sus se?as de identidad desde hace 20 a?os, pero para nosotros suponen algo totalmente diferente que entra en conflicto con el modelo de aventura al que estamos acostumbrados.
Desprovisto de todo tipo de cortes FMV y del exceso de contenidos almibarados que potencien el lado lacrim¨®geno de la historia, Dragon Quest opta por una exposici¨®n alegre, pero salpicada de alg¨²n momento tr¨¢gico. Contar con pocos personajes potencia, a su vez, una mayor comprensi¨®n de sus objetivos y fomenta la empat¨ªa, obviando enormes grupos de aliados de personalidad cuestionable y con poco trasfondo que dif¨ªcilmente conseguir¨¢n calar hondo en el jugador.
Durante nuestro viaje, llegamos a querer a cada uno de nuestros personajes, y el carisma de Yangus, por ejemplo, le hace enteramente merecedor del spin-off que se le ha tributado. El caso del protagonista absoluto del juego, el guarda de palacio, es un poco especial: siguiendo la tradici¨®n de la saga, carece de personalidad definida. Se trata de nuestra propia representaci¨®n gr¨¢fica, imbuida completamente de nuestras sensaciones y trasluciendo nuestro propio car¨¢cter. El protagonista indiscutible de El periplo del rey maldito eres t¨² mismo.
La m¨²sica desempe?a un papel predominante en los acontecimientos m¨¢s importantes de la trama. Existen temas de todo tipo, pero las melod¨ªas, por lo general, son bastante animadas -quiz¨¢ buc¨®licas-. El gran trabajo de Sugiyama queda patente detr¨¢s de cada tema. El sonido es, en general, inmejorable, y los efectos de sonido, si bien no son excesivos, est¨¢n muy bien conseguidos.
La aventura de Trode y compa?¨ªa puede expandirse hasta l¨ªmites insospechados. Adem¨¢s de algunos enemigos que puedes batir opcionalmente despu¨¦s de completar el juego, existe la opci¨®n de recopilar nada m¨¢s y nada menos que 115 medallas desperdigadas por el mundo que pueden ser intercambiadas por jugoso premios en las dependencias de un misterioso castillo. El caldero m¨¢gico del rey Trode te da la opci¨®n de pasarte horas y horas ejerciendo de alquimista para dar con las mezclas de objetos m¨¢s potentes.
Los decorados, adem¨¢s de cofres secretos, esconden monstruos que podemos capturar para despu¨¦s entrenarles en una arena de batalla o, si lo estimamos m¨¢s oportuno, hacerles part¨ªcipes de algunos de nuestros duelos. Y si te gustan los juegos de azar, tienes un casino entero a tu disposici¨®n. Te va a faltar tiempo para exprimir todo lo que da de s¨ª este magn¨ªfico juego.
En resumidas cuentas, vagando por el inacabable mundo de Dragon Quest no echas en falta nada. Tiene todos los ingredientes que har¨¢n de ¨¦l una obra imperecedera: personajes entra?ables y un gui¨®n sencillo y bien elaborado, que aunque es cl¨¢sico, no se hace repetitivo por la frescura de su propuesta, cimentada en la diversi¨®n que dan de s¨ª unos di¨¢logos acertad¨ªsimos y unos combates que se desmarcan de otros t¨ªtulos gracias a la excelente IA de los enemigos.
Excelente
Un t¨ªtulo referente en su g¨¦nero, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutar¨¢s de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en cl¨¢sico con el paso de los a?os. C¨®mpralo sin pesta?ear.