Jugar con el sexo: Reportaje desde la GDC 2006

Ars Er¨®tica
Existe un gran n¨²mero de hardcore gamers que pasan el tiempo jugando sin alcanzar por ello puntuaciones clamorosas. Justamente por ellos se ha discutido largo y tendido en la GDC junto a Brenda Brathwaire, desarrolladora de contenidos sexuales, sobre cu¨¢l pueda ser el futuro del erotismo en el mercado de los videojuego. No existe todav¨ªa una explicaci¨®n clara sobre el por qu¨¦ cuando se habla de sexo y videojuegos, una gran parte de la opini¨®n p¨²blica se opone categ¨®ricamente a esta uni¨®n.

Por otro lado, una parte igualmente grande de usuarios demuestra un fuerte inter¨¦s por el material interactivo de alto contenido er¨®tico. Si miramos hacia?atr¨¢s, veremos que el primer ejemplo de videojuego pornogr¨¢fico, por tanto malvado, se remonta a la ¨¦poca de Atari2006 con Custer's Revenge. Olvidando este t¨ªtulo, r¨¢pidamente retirado del mercado, podemos citar por el contrario un juego como God of War, que introduce de forma totalmente natural el elemento er¨®tico dentro de la trama, contribuyendo, sin forzarlo, a volver la historia m¨¢s turbia y adulta.

Esta es, sin embargo, s¨®lo la punta del iceberg, porque?en la GDC se ha hablado de t¨ªtulos totalmente pornogr¨¢ficos que podr¨ªan desarrollarse para un mercado siempre floreciente, y la principal consideraci¨®n que los desarrolladores han llevado al centro de la discusi¨®n se refiere al canal de distribuci¨®n. Para este tipo de juego, un punto de venta habitual l¨®gico ser¨ªa una tienda para adultos, convirtiendo el videojuego en un sustituto inmediato de las pel¨ªculas.

Con este prop¨®sito se abre, por tanto, el debate principal, ya que en la?situaci¨®n actual muchos de los t¨ªtulos para adultos no ofrecen una alternativa v¨¢lida al material pornogr¨¢fico can¨®nico: el problema principal supone la selecci¨®n de los modelos poligonales, que terminan siendo por lo general grises simulacros pl¨¢sticos sin alma. Un desarrollador ha hecho notar de repente que el erotismo nace en el jugador, si existe la posibilidad de desarrollar un tipo de relaci¨®n social con el compa?ero eventual generado por la CPU. Surge entonces el problema de ambientar el acto sexual en un contexto que incentive al usuario a participar activamente en el juego, entrando emotivamente en la escena.

El c¨®digo binario del amor
Esta hip¨®tesis queda sufragada por el notable ¨¦xito que tienen los juegos de texto er¨®ticos en la red, intentando lograr un mayor est¨ªmulo a nivel mental en el jugador, que no se encuentra al instante frente al impacto de la escena representada visualmente, a menudo decepcionante con respecto a su inmediato sustituto en DVD, por ejemplo. De los textos de los juegos con trasfondo sexual se puede discutir teniendo presente el incesante ¨¦xito del que disfrutan los chats er¨®ticos en todo el mundo, as¨ª que puede volverse interesante para los desarrolladores difundir un videojuego online con un servicio de 'match-making', que permita a los usuarios interaccionar en el juego con otros compa?eros afines en t¨¦rminos de preferencias sexuales.

La conferencia se ha centrado, entonces, en la interacci¨®n entre jugadores humanos, interesante por la posibilidad que ofrece de experimentar?una evoluci¨®n del g¨¦nero del rol, ofreciendo finalmente un servicio que otros medio de difusi¨®n de material pornogr¨¢fico no pueden ni por asomo proveer al usuario. A todos les ha parecido natural, hablando de roles y de preferencias sexuales, preguntarse c¨®mo satisfacer una demanda muy fuerte de contenidos homosexuales, o de material desarrollado espec¨ªficamente para un p¨²blico heterosexual femenino, que en el momento actual a duras penas consigue encontrar un solo t¨ªtulo pensado para sus gustos.

En este punto ha tenido lugar una discusi¨®n sobre uno de los aspectos m¨¢s sutiles, asociado a los juegos de rol online de contenido er¨®tico, porque surge el problema de empujar a los jugadores a interactuar sexualmente en un ambiente virtual en el cual, por norma general, se encuentran para matarse y cazarse rec¨ªprocamente. La interacci¨®n entre simulacros tridimensionales puede dejar a muchos usuarios inm¨®viles unos frente a otros debido a la inexperiencia en un tipo de relaciones sociales virtuales de tipo er¨®tico. Tambi¨¦n es cierto que incluso dentro de WoW, un equipo totalmente homosexual consigue encontrar el modo de organizar puntuales 'orgullos gay' virtuales dentro del server, llamando la atenci¨®n de Blizzard, pero ofreciendo una genial demostraci¨®n de un teorema avanzado en el curso de la conferencia: 'los seres humanos encuentran siempre el modo de interactuar sexualmente con cualquier cosa'.

No s¨®lo software
El genial teorema ha encontrado en una conferencia posterior, siempre conducida con gran ¨¦nfasis por parte de Brenda, su demostraci¨®n m¨¢s constructiva. Al escenario ha subido un bio-ingeniero, que, para certificar lo afirmado a puerta cerrada entre los desarrolladores del sector, ha mostrado a la sala que tambi¨¦n un juego como Halo puede ser usado con el fin de obtener satisfacci¨®n er¨®tica del mando. El prototipo que nos ha mostrado es un mando de Microsoft al que se le han aplicado dos vibradores conectados con los motores dedicados a la reproducci¨®n de la vibraci¨®n. La idea era la de matar a los enemigos y al mismo tiempo obtener la estimulaci¨®n corporal secundaria, de modo que cuanto m¨¢s participaba el jugador de las can¨®nicas reglas del juego, m¨¢s obten¨ªa un doble placer.

Para gran sorpresa, la genialidad del ser humano ha superado la m¨¢s alta de las expectativas en el texto de un mail enviado por un usuario, que hab¨ªa llegado a comprender que era suficiente montarse sobre una torre del Warthog y disparar al vac¨ªo para obtener una experiencia m¨¢s completa. Si todav¨ªa quedaban dudas en la sala, un v¨ªdeo enviado por otro jugador, donde se ve¨ªa el veh¨ªculo de Need for Speed chocar constantemente contra el muro de piedra de la pista para obtener mayores vibraciones, ha convencido hasta al m¨¢s esc¨¦ptico de los periodistas presentes.

Agradecemos la colaboraci¨®n de Multiplayer.it y a sus redactores por cedernos este art¨ªculo.
Traducido por Ram¨®n M¨¦ndez Gonz¨¢lez