Mezclar dos g¨¦neros es d¨ªficil, y m¨¢s teniendo en cuenta que estamos hablando de dos?de ellos cuya profundidad y complejidad es bastante considerable: por un lado, el g¨¦nero de la estrategia en tiempo real, con un manejo sobre grandes grupos de unidades y edificios; por otro, el juego de rol, el cual individualiza sobre un ¨²nico personaje con el objetivo de cumplir una serie de objetivos con ¨¦l.
De esta manera, el contraste entre estos dos estilos es m¨¢s que evidente. No obstante, se pudieron conjugar ambos a trav¨¦s de Spellforce: The Order Of Dawn de manera relativamente exitosa, pero con una compleja mec¨¢nica de juego que dificultaba la adecuaci¨®n por parte del jugador. Siendo conscientes de ¨¦ste defecto, en JoWooD se pusieron manos a la obra para as¨ª corregir estos aspectos del juego que no estaban del todo perfeccionados transformando el resultado as¨ª en el Spellforce II: Shadow Wars que nos ocupa.
Como ya ocurri¨® en la anterior entrega, el mundo en el que se desarrolla el juego es de una est¨¦tica puramente medieval con elfos, enanos y dem¨¢s razas fant¨¢sticas. El argumento nos presenta una guerra entre las fuerzas oscuras -c¨®mo no- y las facciones rebeldes, de las cuales nuestro objetivo ser¨¢ liderar una de ellas, establecer relaciones con las otras dos restantes y erradicar el mal de nuestras tierras.
Para ella crearemos la figura del Avatar, que ser¨¢ el personaje que crearemos para realizar las labores de liderazgo y heroismo en Spellforce II. Lo podremos personalizar pudi¨¦ndole cambiar tanto como aspectos f¨ªsicos como cara, cuerpo, ropa, etc. como entre 100 tipos de destreza diferentes, a trav¨¦s de los cuales podremos desarrollar tanto t¨¢cticas de combate como caracteres individuales. De ellas podremos elegir 30 de manera libre, lo que nos ayudar¨¢ a especializar a nuestro h¨¦roe de la manera que queramos.
Una vez creado nuestro personaje, procederemos al desarrollo de las diferentes misiones que compondr¨¢n el juego. Para ello nos acompa?ar¨¢n un grupo de cinco h¨¦roes con los cuales realizaremos nuestras aventuras. Por supuesto, ellos tambi¨¦n podr¨¢n expandir sus habilidades del modo que queramos para as¨ª crear nuestro grupo ideal.
El desarrollo del juego intercalar¨¢ entre el juego en tercera persona y la perspectiva m¨¢s general, necesaria para las situaciones en las que tengamos que hacer uso de nuestras tropas. Las misiones se desarrollar¨¢n de modo que tendremos que hacer uso de nuestros heroes para tareas m¨¢s espec¨ªficas como limpiar una mazmorra de monstruos para as¨ª luego poder establecer una base militar all¨ª, por ejemplo.
Claro est¨¢, para poder posicionarnos en una c¨¢mara tan cercana al personaje, el detalle gr¨¢fico ha de estar a la altura. Y vaya que lo est¨¢. Los gr¨¢ficos, aunque no tienen un detalle apabullante en lo que se refiere a los personajes, presentan unos paisajes fant¨¢sticos llenos de vida en un mundo continuo, el cual alterna entre los ciclos de d¨ªa y noche. Adem¨¢s, el motor gr¨¢fico es capaz de mover una gran cantidad de personajes por el escenario, de modo que podamos visualizar el resultado de nuestras estrategias con mayor exactitud.
En cuanto lo que se refiere al sonido, como ya ocurri¨® con la primera parte de SpellForce, la banda sonora estar¨¢ compuesta principalmente por temas orquestados de tono ¨¦pico para a?adirle el toque necesario a las batallas y a las aventuras de nuestros h¨¦roes por los vastos territorios a explorar.
Lo que comprobamos despu¨¦s de haber probado unas cuantas misiones del modo de juego principal es que el sistema se ha adecuado de modo que el usuario pueda familiarizarse con el complejo sistema que sale de la s¨ªntesis de ambos g¨¦neros. De esta manera, podremos seguir las extensas misiones sin dificultades en poco tiempo de modo que saldremos de ellas con ¨¦xito -si hemos planificado bien nuestros movimientos anteriormente-.
El juego RPG de SpellForce se constituye mayormente de un estilo mucho m¨¢s cercano a juegos como Diablo en los cuales debemos ir a una mazmorra, limpiarla de enemigos, conseguir objetos para nuestro h¨¦roes y proseguir nuestro camino, pero se ha querido incidir ¨¦sta vez especialmente en el aspecto rolero dotando de mayor rango de objetos y de habilidades.
El juego estrat¨¦gico tampoco trae nada innovador. Podremos controlar a cada una de las tres facciones disponibles, cada una de ellas con doce tipos de unidades diferentes que van desde la infanter¨ªa y la caballer¨ªa hasta nuestras aves m¨ªsticas que surcar¨¢n los cielos buscando v¨ªctimas enemigas. Se ha simplificado el n¨²mero de recursos a extraer, pasando de siete -lo cual es una cantidad excesiva para un juego de ¨¦ste estilo- a ¨²nicamente tres.
Habr¨¢ que dedicar, por tanto, un gran n¨²mero de horas para poder completar la campa?a principal, la cual podr¨ªa terminarse en 40 o 50 aproximadamente, lo cual es una cantidad bastante interesante. Adem¨¢s, tendremos la posibilidad de jugar en modo cooperativo con un amigo en unos escenarios diferentes a los que hubi¨¦semos visitado en la campa?a monojugador, de modo que unas 30 horas las podr¨ªamos dedicar a ¨¦ste modo exclusivamente.
?ste juego retoma el proyecto ambicioso que supuso su primera parte, perfilando aquellos aspectos que no fueron del todo satisfactorios y a?adiendo jugosas novedades que aportan un nuevo toque a ¨¦ste estilo. Si ya SpellForce: The Order Of Dawn fue un bombazo, las Shadow Wars provocar¨¢n aut¨¦nticos estragos en el p¨²blico.