Vuelve el legendario torneo

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En primer lugar, encontramos que el sistema de tag es in¨²til, ya que a diferencia de juegos como X- Men vs. Street Fighter y similares, no es posible hacer combos de dos personajes (o tres, llegado el caso), tan s¨®lo se puede cambiar el personaje de forma que el que entra efect¨²a un golpe con da?o m¨ªnimo a coste de un nivel de combo, lo cual no termina de compensar.

As¨ª pues, este sistema tag no s¨®lo no ofrece nada nuevo al g¨¦nero, sino que se muestra ciertamente ineficiente como tal y supone un agravio m¨¢s para los no pocos puristas de la serie.

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Aunque algunos afirmen que esto es un cambio a mejor, ya que tienes a tu disposici¨®n la posibilidad de cambiar de personaje si uno esta bajo de vida, lo cierto es que no es nada m¨¢s lejos de una mejora si tenemos en cuenta el hecho de que los personajes no activos no recargan vida, y que el personaje que entra al combate lo hace con la guardia baja, dejando la puerta abierta para una lluvia de golpes.

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Por otra parte, el sistema de lucha ha cambiado radicalmente. Se han eliminado completamente los movimientos de derribo CD y los sencillos movimientos de escape AB se han cambiado por un inc¨®modo giro de anal¨®gico. Otro fallo importante es que ya no se pueden hacer cancels, es decir, interrumpir un movimiento que se est¨¢ ejecutando por otro. Ahora tenemos que esperar a que termine el movimiento en curso para efectuar el siguiente, lo que resta bastante jugabilidad.

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Asimismo, el modo MAX y los combos 'desperados' (modalidad de combos que podemos efectuar cuando el personaje esta a punto de quedar ko) han desaparecido. Lo m¨¢s parecido a lo que tenemos acceso en esta entrega es la elecci¨®n del l¨ªder del tr¨ªo de luchadores, que puede ejecutar un demoledor combo gastando dos niveles. Sin duda, otro paso atr¨¢s.

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Sumado a estos, encontramos otros personajes ligeramente cambiados de aspecto: Yamazaki, Athena (con su anual cambio de imagen), Kim, K', Billy, Kyo, Benimaru, Robert, Yuri y Terry Bogard, que tambi¨¦n ha sido sacado directamente de la ¨²ltima entrega de la saga Fatal Fury. Todo sea dicho, hay que darles una palmadita en la espalda a los grafistas por la idea, ya era hora de renovar al mayor de los hermanos Bogard. Sin embargo se merecen un cap¨®n por c¨®mo la han llevado a cabo: los personajes traspasados del Garou se ven muy pixelados y su calidad gr¨¢fica es peor que en el original.

Ya puestos a meter gente del Garou, podr¨ªan haber optado por personajes m¨¢s carism¨¢ticos como Rock Howard, Jae Hoon o Freeman (que tal vez har¨ªa un buen t¨¢ndem con Iori) en vez de Tizoc o Gato, que con Billy Kane y Yamazaki parece fuera de lugar.

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Por otra parte, como se ha adoptado por costumbre, tenemos ausencias importantes: Takuma, Kensou, Chin, Choi, Ram¨®n y Kasumi entre otros. Al menos King y Shingo pasan a formar parte de los 32 titulares, no como en la edici¨®n anterior. Bajo mi punto de vista, y creo que el de muchos otros forofos de la saga, ser¨ªa una agradable sorpresa el encontrar a todos los personajes en una sola entrega en lugar de hacer remakes de un mismo sistema cambiando eventualmente algunos personajes.

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En cuanto a la jugabilidad de los propios personajes, tenemos los consabidos cambios (si no desapariciones) de ciertas t¨¦cnicas. El m¨¢s damnificado este caso (y por segunda vez consecutiva) ha sido Ralf Jones, que ha pasado a ser una sombra de lo que era; otros como Robert han dado un interesante giro en su forma de hacer golpes especiales y K' ha obtenido una bola de fuego en el aire, lo que le hace si cabe m¨¢s peligroso a¨²n.

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Los escenarios, por su parte, son aceptables en su mayor¨ªa. Poseen scroll vertical cuando saltamos y eso es un punto a favor. De hecho, son buenos en especial los correspondientes a una azotea, a una calle donde es visible una iglesia con un roset¨®n y los de los jefes finales. El resto parecen un tanto postizos o irrelevantes por el mero hecho de que no tienen sentido en un torneo de lucha, y el intento que se hace en algunos de juntar las 3D con los sprites (como en el escenario en el que vemos a Choi subido en una balsa) no termina de cuajar.

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Con todo, tambi¨¦n se hecha de menos el cambio temporal en los escenarios, en anteriores ediciones seg¨²n avanzaban los rounds, el escenario iba avanzando temporalmente en el d¨ªa. Ahora esto es inviable teniendo en cuenta que las peleas son de un solo round.

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En lo que respecta a las fuentes y las barras de combos y de vida, nos encontramos con unas de las peores de toda la saga. Las barras de vida ni siquiera cambian de color (entre otras cosas porque ya no hace falta) a medida que bajan y las barras de combo s¨®lo cambian de color con el nivel. Otro detalle importante es que se omiten las fotos de los personajes en las barras. Un descuido que puede molestar a m¨¢s de uno.

Pese a todo, hay que reconocer que la presentaci¨®n del juego es una de las mejores hasta la fecha. La animaci¨®n de Ash con la carta en la mano y su giro y golpe a la c¨¢mara est¨¢n magn¨ªficamente realizadas.

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Las m¨²sicas siguen en riguroso formato midi y algunas ni siquiera son fieles al original. Tenemos tambi¨¦n algunas piezas buenas, como el tema del opening, la m¨²sica de piano interpretada por Rose en la lucha contra Adelheid o el end credits. Aunque algunos sigan diciendo que el midi guarda el sabor de las ediciones antiguas, un cambio a m¨²sica real no estar¨ªa de m¨¢s.

Seg¨²n avancemos en el torneo, ¨¦sta figura se nos revelar¨¢ de una forma u otra. He aqu¨ª otro de los puntos interesantes de este juego: accedemos a un jefe o a otro de modo aleatorio. Esto ser¨ªa una buena medida si ambos jefes llevasen a un buen final, cosa que no es as¨ª.

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Ante todo hay que decir que esto supone una buena forma de juntar la saga de Rugal y Orochi, pero ser¨ªa a¨²n mejor si el jefe a luchar no se decidiera aleatoriamente.