Dragon Booster, Impresiones
Carreras entre dragones a la vez que batallan sus jinetes... Suena interesante, ?verdad? Pues nada m¨¢s lejos de la realidad, ya que Dragon Booster echa al traste el concepto de juego de carreras y lo transforma en un concepto simple, repetitivo, aburrido y falto de contenido.
Carreras entre dragones a la vez que batallan sus jinetes... Suena interesante, ?verdad? Pues nada m¨¢s lejos de la realidad, ya que Dragon Booster echa al traste el concepto de juego de carreras y lo transforma en un concepto simple, repetitivo, aburrido y falto de contenido.
La primera pregunta que acechar¨¢ al jugador una vez introduce el cartucho en su portatil seguramente ser¨¢ la siguiente: ?De d¨®nde sale un juego de carreras en el cual est¨¢s montado sobre un dragon el cual, lejos de utilizar sus alas para algo ¨²til, se dedica a correr como alma que lleva el diablo?
La idea no es del todo mala: el objetivo del juego es ir completando las sucesivas carreras con ¨¦xito para as¨ª ir comprando armamento para nuestro drag¨®n y su respectivo jinete, combinando el uso de botones con el de la pantalla t¨¢ctil. Pero la manera en la que se ha realizado ¨¦sto lo convierte en un aut¨¦ntico desprop¨®sito.
Tenemos unos gr¨¢ficos en tres dimensiones bastante lamentables, formados por unas cuantas texturas que no destacan para nada, aunque s¨ª que son correctas. En el caso de los escenarios estos est¨¢n formados por una pista bastante ancha en la mayor¨ªa de las ocasiones, por lo que apenas vemos objetos de decorado en las mismas aparte de elementos de fondo.
Las pistas en las que realizaremos nuestras haza?as son de diferente ¨ªndole: as¨ª, tenemos desde circuitos futuristas hasta zonas llenas de lava o bosques, por ejemplo. ?stos, aunque son variados, demuestran ser escasos -en total son seis ¨²nicamente-.
En lo que se refiere a los dragones y sus jinetes, ¨¦stos est¨¢n pobremente modelados, sobre todo los jinetes. La manera de moverse de ambos resulta no muy creible, y en cuanto dos jinetes entran en pelea, la forma de hacerlo resulta casi irrisoria.
La sensaci¨®n de velocidad resulta increiblemente decepcionante, sobre todo cuando decidimos dar un sprint para alcanzar a nuestros contrincantes, lo cual aparte de restarle credibilidad le a?ade sencillez a algo que podr¨ªa habernos complicado las cosas un poco.
En la pantalla de abajo transcurrir¨¢ toda la acci¨®n, por lo que nos dedicaremos en exclusiva nuestra atenci¨®n a la interfaz t¨¢ctil. La participaci¨®n de la pantalla superior resulta meramente anecd¨®tica, us¨¢ndose de manera absurda para hacer publicidad en tono de humor durante las carreras, por ejemplo.
La m¨²sica que compone el juego es de un nivel correcto, aunque ni mucho menos destacable. Tenemos temas que acompa?an a la acci¨®n dependiendo del escenario en el que nos encontremos, pudiendonos encontrar as¨ª temas algo variados entre s¨ª. En lo que se refiere a los men¨²s, ay algunas melod¨ªas de los men¨²s que son algo incoherentes, pero en general cumplen con su funci¨®n.
El nivel de realizaci¨®n no es el suficiente, ya que juegos de un estilo como son las carreras requieren de temas elaborados y pegadizos que eviten sonar repetitivos, y en ¨¦ste caso no ocurre, dando lugar a que terminemos cansados de ellas en no demasiado tiempo.
Los diferentes sonidos que podremos o¨ªr durante nuestra partida ser¨¢n excasos y apenas les prestaremos atenci¨®n. Como mucho, efectos puntuales al lanzar nuestras armas contra el enemigo y poco m¨¢s.
La simpleza de este juego se hace notar desde el momento en el que decidimos seleccionar a nuestro jinete, con su correspondiente drag¨®n. S¨®lo podremos seleccionar a uno entre cuatro en primer lugar, aunque posteriormente podremos desbloquear alg¨²n que otro personaje secreto. Cada drag¨®n y su correspondiente jinete ser¨¢n de un elemento en particular, los cuales se pueden diferenciar entre cuatro: azul -agua-, negro -oscuridad-, rojo -fuego- y verde -tierra-.
El objetivo de Dragon Booster es ir completando carreras quedando el primero para as¨ª alzarte con el puesto de campe¨®n. Para ello, lejos de tener que centrarte en tu habilidad a los controles, la Stylus ser¨¢ la protagonista en tus encuentros contra tus oponentes, pudiendo seleccionar puntos para realizar una acci¨®n en concreto, en t¨ª mismo para as¨ª saltar o en un peque?o indicador de velocidad con el que hacemos un sprint o bajamos la velocidad de movimiento seg¨²n nos convenga. No obstante, tambi¨¦n tendr¨¢s que esquivar obst¨¢culos a la vez que lanzas a tu jinete contra interruptores para esquivar trampas o contra el jinete enemigo.
Empiezas siempre las carreras el ¨²ltimo, y, lejos de ser una prueba de velocidad, el sistema se reduce a acabar con la vida de un oponente, despu¨¦s de otro, despu¨¦s de otro, y as¨ª sucesivamente hasta que nos hagamos con la primera posici¨®n. Por lo tanto, no resulta para nada un reto el ganarlas. Nos conducen a trav¨¦s de un camino preestablecido del que no podemos salirnos de ninguna manera.
Bueno, s¨ª que lo es, ya que la pantalla t¨¢ctil responde de manera desastrosa a las acciones que le intentamos dictar. As¨ª, si por ejemplo apuntamos a un contrincante con nuestro l¨¢piz y nosotros estamos cerca, la gran mayor¨ªa de las veces lo interpretar¨¢ como un salto con el desastroso resultado que ello conlleva.
Una vez vamos obteniendo primeros puestos conseguimos premios en forma de dinero que nos servir¨¢ para adquirir objetos que nos ayuden a facilitarnos las cosas a nosotros o entorpecer a los dem¨¢s como son bolas de fuego y dem¨¢s parafernalia que luego nos podremos incorporar a nuestro arsenal.
Otra forma de conseguir un dinero extra es a trav¨¦s de los dos modos de minijuego que se nos ofrecen. Uno de ellos es una competici¨®n de habilidad para ver quien consigue acertar a una serie de dianas usando nuestro stylus, que lo ¨²nico que hace es acentuar las carencias de la exactitud de respuesta de la pantalla t¨¢ctil. El otro se limita a una batalla uno contra uno con una gran cantidad de objetos arrojadizos que se pueden escoger. Ninguno de ellos llega a ser entretenido.
Una vez terminamos las seis carreras que componen el modo principal de juego, ascenderemos de rango y deberemos de hacer frente de nuevo a todas las pistas, enfrent¨¢ndonos contra un n¨²mero mayor de oponentes con el consiguiente aumento de dificultad. Lo que ocurre es que pasa de resultar un juego muy f¨¢cil a muy dif¨ªcil, llegando a ser frustrante por momentos.
Dragon Booster ser¨¢ de ese tipo de juegos que deber¨ªan de hacerte huir despavorido en cuanto lo vieses expuesto en alguna estanter¨ªa con ¨¢nimo de ser vendido. Con una historia de corte absurdo, unos gr¨¢ficos bastante decepcionantes y un sistema de juego que deja mucho que desear -de hecho, es dif¨ªcil catalogar este juego como de conducci¨®n por su planteamiento-, ¨¦ste producto te acechar¨ªa durante el resto de tu vida hasta en tus peores pesadillas si te decidieses a comprarlo. La durabilidad ronda las cuatro o cinco horas escasas, por lo que acab¨¢rtelo supondr¨¢ poco tiempo en el momento que te hagas con los controles.
Es una pena, porque de haber sido cuidado con m¨¢s mimo podr¨ªa haber llegado a ser mucho m¨¢s de lo que ha resultado. Da la sensaci¨®n de inacabado, de haber sido realizado con mucha prisa y sin ning¨²n ¨¢nimo de hacer un trabajo aceptable, por lo que no nos queda m¨¢s remedio que apartar a los dragones de nuestra vida y vivir felices sin ellos.
- Conducci¨®n