Domina la galaxia

A base de muchos palos, la comunidad de jugadores ha aprendido que la mayor parte de las veces en las que se juntan un g¨¦nero concurrido con una licencia o nombre famoso, el resultado suele ser un desastre. O por lo menos deja bastante que desear. Las adaptaciones videojueguiles de las pel¨ªculas en cartelera suelen ser el mejor ejemplo que avala esta teor¨ªa, pero no el ¨²nico. 'Magic, the gathering', 'Warhammer' o la misma e intocable Guerra de las Galaxias han visto como subproductos pasaban inexplicablemente el control de calidad y llegaban al mercado.

Si a una conocida franquicia le juntamos un estilo tan exigente como el de la estrategia r¨¢pida en tiempo real, la expectaci¨®n del p¨²blico suele producir un efecto contraproducente: no se espera un gran ¨¦xito sino una decepci¨®n total. Afortunadamente, algunas excepciones nos hacen vislumbrar la luz al final del t¨²nel. Si el a?o pasado Warhammer 40K: Dawn of War nos sorprend¨ªa con un muy interesante juego a tener en cuenta, hoy es Star Wars y su Imperio en Guerra el que nos da la sorpresa m¨¢s agradable en lo que llevamos de a?o.

Hemos tenido que retocar algunos aspectos de este an¨¢lisis que ya estaban escritos debido al parche que vio la luz el pasado viernes d¨ªa 17 de Febrero, en el que se corrigen numerosos errores que afectaban a las partidas multijugador y se han modificado algunos aspectos en relaci¨®n al balance, as¨ª como se han adecuado detalles acerca de la IA del enemigo y solucionado problemas de rendimiento. El resultado todav¨ªa no es ¨®ptimo pero para ser el primer parche est¨¢ bastante bien.

Es complicado calibrar el alcance de un ETR cuando ni tan siquiera ha llegado a su primera semana de luz; la mayor¨ªa de los grandes nombres del g¨¦nero han ganado su fama a lo largo de los meses e incluso a?os, soportados por una comunidad de jugadores m¨¢s o menos fiel que han mantenido vivo el producto a base de partidas y partidas. Obviamente es necesaria la suficiente profundidad de juego para que pueda darse esta circunstancia, algo que es muy complicado valorar a d¨ªa de hoy.

Existen dos diferenciaciones muy grandes en el juego que obviamente se plasman en pantalla de forma distinta. El mapa gal¨¢ctico es tal vez la parte m¨¢s sosa de todo el programa, realizado en 2D pero bastante funcional, y podemos acercarnos y alejarnos del planeta deseado con un solo movimiento de la rueda del rat¨®n. Las vistas pormenorizadas de los planetas recuerdan mucho a otros cl¨¢sicos de la estrategia, aunque bastante simplificadas.

En combate podemos acercar y alejar la vista a nuestro antojo. Acercarla hasta pr¨¢cticamente a nivel de suelo y alejarla hasta obtener una vista completa de todo el mapeado, esencial para tomar decisiones r¨¢pidas que afecten a movimientos generales de nuestro ej¨¦rcito. El juego permite usar las pantallas panor¨¢micas de los port¨¢tiles sin problema (especialmente desde el ¨²ltimo parche), as¨ª que lo hemos probado a 1280 x 800 de resoluci¨®n y a 1600 x 1200 en un monitor normal, siendo ¨¦sta bastante injugable debido a nuestra tarjeta gr¨¢fica.

Cuando estamos en refriega vale la pena deleitarse en contemplar los peque?os detalles a nivel de texturas, sombras y part¨ªculas. Los movimientos y animaciones de la infanter¨ªa y veh¨ªculos son muy suaves y precisos; existen buena cantidad de elementos destruibles en los escenarios y hay que destacar los efectos meteorol¨®gicos que se aprecian: nebulosas y tormentas tienen un impacto muy realista y su implementaci¨®n en el juego es bastante buena.

La c¨¢mara cinematogr¨¢fica es tal vez la apuesta m¨¢s arriesgada, brillante y a la vez in¨²til, incorporada al juego. Una pulsaci¨®n de bot¨®n a?adir¨¢ dos barras arriba y debajo de la pantalla dando un efecto peliculero y el programa controlar¨¢ la c¨¢mara a su antojo convirtiendo al jugador en mero espectador de los acontecimientos. Durante este proceso no es posible controlar las unidades (aunque mover el mouse nos har¨¢ salir de este modo) con lo que solamente se recomienda hacerlo cuando las tornas del combate tengan un vencedor claro.

A nivel sonoro el juego es probablemente todo lo que se espera de ¨¦l. Los textos de pantalla y subt¨ªtulos est¨¢n en castellano, y el di¨¢logo en ingl¨¦s es perfecto. De hecho los actores de doblaje de la versi¨®n original son excelentes (l¨¢stima que no est¨¦ completamente en nuestro idioma) y hay que destacar la impresionante banda sonora y los efectos (pisadas, bl¨¢sters, andadores imperiales, Estrella de la Muerte, destructores estelares, motos deslizadoras?). Todo suena como se supone que deber¨ªa sonar, y esto es decir mucho.

La campa?a principal se divide l¨®gicamente en dos partes: Alianza e Imperio. Ambas ponen en escena dos representaciones bastante distintas de un mismo conflicto y verdaderamente suponen dos formas de juego radicalmente diferentes. En cualquier caso nuestra misi¨®n principal ser¨¢ conseguir que el m¨¢ximo n¨²mero de planetas se unan a la causa aumentando nuestros recursos y nuestro ej¨¦rcito.

El mapa gal¨¢ctico es donde tomaremos las decisiones estrat¨¦gicas m¨¢s importantes a escala global, mostrando una cantidad de planetas afines, contrarios y neutrales. Nuestra perspectiva cambia si pertenecemos a uno u otro bando: la Alianza puede conocer perfectamente la posici¨®n de las fuerzas imperiales gracias a su red de espionaje y el Imperio tiene que visitar f¨ªsicamente las zonas enviando tropas o utilizando a sus droides sonda.

Cuantos m¨¢s planetas conquistemos, m¨¢s cr¨¦ditos llegar¨¢n a nuestras arcas y de m¨¢s recursos podremos disponer. El Imperio oprime para obtener ingresos, la Alianza tiene la pol¨ªtica de que es mejor ganar 50 y que el Imperio pierda 50 que no ganar 100. Determinados planetas, adem¨¢s, proporcionan un valor estrat¨¦gico important¨ªsimo para la construcci¨®n de unidades especiales como los cruceros Mon Calamari o los Destructores Imperiales.

En cada planeta podemos establecer las construcciones que queramos (tanto en tierra como en su ¨®rbita), siendo ¨¦stas las ¨²nicas que estar¨¢n disponibles en caso de una eventual invasi¨®n por parte del enemigo. Eso es importante porque no podemos construir mientras estemos en plena batalla, as¨ª como disponer de otras unidades que no sean las que previamente estuvieran ya defendiendo el planeta. Tampoco es posible construir elementos defensivos y ofensivos est¨¢ticos excepto en las zonas (escasas) destinadas para ello.

En cada planeta existen posiciones orbitales, una posici¨®n terrestre (invasi¨®n) y diversas posiciones especiales. Desde el mapa gal¨¢ctico podremos decidir ocupar estas posiciones con h¨¦roes de primer o segundo nivel; la Alianza utilizar¨¢ a R2-D2 y C3P0 para robar tecnolog¨ªa al Imperio (no puede avanzar en el ¨¢rbol tecnol¨®gico sin ellos) y ¨¦ste puede colocar cazarrecompensas en busca de alg¨²n infiltrado aliado que est¨¦ redirigiendo cr¨¦ditos de un planeta hacia las arcas de Mon Mothma.

Pronto nos encontraremos con varias docenas de planetas que supervisar y, especialmente en el caso Imperial, no podemos bajar la guardia ni incluso en aquellos m¨¢s alejados de la te¨®rica acci¨®n, ya que los Rebeldes pueden crear flotas lo suficientemente peque?as para atravesar incluso las m¨¢s tupidas redes orbitales imperiales. El tiempo, por si fuera poco, no se detiene ni incluso mientras tomamos este tipo de decisiones por lo que al principio es habitual encontrarse en mitad de una batalla por no haber sido lo suficientemente r¨¢pidos para tomar una decisi¨®n.

Por muy pacifistas que seamos, inevitablemente llegaremos al momento del combate. En la ¨®rbita de los planetas es donde se suceden tal vez las fases m¨¢s interesantes de El Imperio en Guerra; all¨ª es donde podremos vivir el esp¨ªritu m¨¢s cinematogr¨¢fico del juego, con grandes batallas entre multitud de Corbetas, Cruceros estelares, Alas-X, Alas-Y, Alas-A, cazas TIE, bombarderos TIE, fragatas Nebulon B? e incluso con la aparici¨®n de la portentosa Estrella de la Muerte.

Hay un gran componente t¨¢ctico en las batallas espaciales, ya que el terreno influye muy descaradamente en el rendimiento de las unidades. Las nebulosas o tormentas de iones pueden afectar al rendimiento de nuestro armamento y escudos, mientras que los campos de asteroides pueden ser sorteados por los ¨¢giles cazas pero resultan temibles para las naves de un tama?o mayor. As¨ª pues no solo es posible sino altamente recomendable ayudarse de la orograf¨ªa espacial para usarla en nuestro beneficio.

No solamente existen construcciones espaciales que conviene controlar, sino que es imprescindible conocer las fortalezas y debilidades de nuestras unidades y de las de los enemigos. Junto con el juego se incluye un peque?o desplegable tecnol¨®gico que sirve para tener a mano el ¨¢rbol de mejoras y una vista r¨¢pida a las particularidades de cada nave, veh¨ªculo e infanter¨ªa. Dado que hay 5 niveles de mejoras es muy recomendable echarle m¨¢s de un vistazo.

Tanto las naves m¨¢s grandes como las estaciones orbitales disponen de distintos puntos de ataque sobre los que podemos concentrar el fuego enemigo. De este modo podemos tratar de inutilizar los motores de un destructor y hacerlo m¨¢s lento, eliminar las bater¨ªas de turbol¨¢ser para reducir su potencia de disparo, eliminar con los ca?ones de iones los escudos enemigos o tratar de erradicar el pozo gravitatorio que impide la retirada de nuestras tropas. En algunos casos el orden no tiene mucha importancia, en otros puede suponer la diferencia entre la victoria y la derrota.

Aunque es posible crear escuadrones ligeros de naves, cada estaci¨®n y nave mayor tiene tropas propias que despliega en combate y se regeneran autom¨¢ticamente. Los h¨¦roes, en cambio, son quienes verdaderamente pueden cambiar las tornas de la batalla. En Empire at War es muy importante el buen uso en combate de los Darth Vader (cuyas habilidades incluyen reclamar las unidades perdidas de su escuadr¨®n), Obi-Wan Kenobi o Palpatine. En algunos casos incluso es imposible alcanzar la victoria sin su ayuda.

El combate en tierra puede proporcionar elementos muy agradables del mismo modo; a medida que vayamos atravesando planetas veremos tormentas heladas que afectan a la visibilidad de veh¨ªculos, lluvia, arena? Las unidades, ya sean de infanter¨ªa o veh¨ªculos, pueden reforzarse dependiendo de la cantidad de puntos de control que est¨¦n bajo nuestro poder y solamente en ¨¢reas de descenso autorizadas (al contrario que en el espacio, que los refuerzos llegan del hiperespacio donde se les invoque).

Al igual que ocurre con las naves, cada unidad cumple un rol espec¨ªfico y el balance general de las dos facciones es muy bueno. El componente estrat¨¦gico se ve ligeramente mermado en comparaci¨®n con el combate orbital, pero hay que admitir que la Inteligencia Artificial de las tropas enemigas ha mejorado desde la implantaci¨®n del ¨²ltimo parche. Si acercamos la c¨¢mara en visi¨®n cinematogr¨¢fica cuando invadimos una base rival el resultado es espectacular.

Empire At War se controla relativamente igual que todos los ETR que hay en el mercado, si bien las opciones son muchas. En realidad todos los aficionados al g¨¦nero deber¨ªan ser capaces de organizar y crear grupos casi inmediatamente, aunque conviene leerse el manual atentamente antes de empezar. Los fans de Star Wars tambi¨¦n ver¨¢n numerosas adaptaciones de las pel¨ªculas, como la posibilidad de redirigir potencia de fuego por velocidad en los Ala-X o utilizar interferencias antimisiles.

En tierra podremos escoger si crear torretas anti-infanter¨ªa o tanques bacta, estaciones de reparaci¨®n de veh¨ªculos o sondas estelares. Los h¨¦roes terrestres tambi¨¦n tienen sus habilidades destacadas ¨²nicas y con su correspondiente acceso directo desde el teclado. El acceso a la Corrupci¨®n con la Fuerza de Palpatine o al lanzallamas de Fett est¨¢ a un par de clicks del mouse, ya que los men¨²s desplegables son de f¨¢cil acceso mediante el interfaz. Incluso es posible pedir un bombardeo a¨¦reo sobre una zona determinada si tenemos Alas-Y o Bombarderos TIE en ¨®rbita.

Aparte de la campa?a principal podemos realizar una serie de misiones especiales bajo el nombre de conquista gal¨¢ctica. En ellas el n¨²mero de planetas a controlar ser¨¢ mucho menor (nunca superar¨¢ la docena) pero habr¨¢ objetivos concretos que cumplir. Este modo de juego es libre y el camino para conseguir la victoria est¨¢ abierto a cualquier estrategia que el jugador quiera seguir. La conquista gal¨¢ctica complementa y expande la experiencia para single player.

En multijugador existen 4 modos de juego: es posible jugar una campa?a completa en la que dos jugadores, uno por bando, compiten por hacerse con el control de la galaxia. Es posible ganar mediante la derrota del l¨ªder enemigo (Mon Mothma o Palpatine) y se puede regular el tama?o de la partida limitando el n¨²mero de planetas existentes. Adem¨¢s es posible guardar la campa?a en mitad de una sesi¨®n para continuarla m¨¢s adelante.

El modo de escaramuza tal vez sea el m¨¢s conocido y el que probablemente atraer¨¢ a m¨¢s p¨²blico. Ya sea escaramuza espacial o terrestre, lo que se trata es de erradicar del mapa toda resistencia enemiga. No hay mapa gal¨¢ctico y podemos construir unidades y mejoras en pleno planeta; hasta 8 amigos pueden juntarse a trav¨¦s de una red local o de Gamespy para disputar partidas de 4 contra 4 ya sea en su modelo cl¨¢sico o con la variante de control terrestre, en la que nuestro objetivo ser¨¢ apoderarnos de los puntos de refuerzo.

El Imperio en Guerra no requiere un excesivo micromanejo de las unidades, por lo menos para derrotar a la m¨¢quina. Es cierto que jugar con el Imperio o con la Alianza supone una experiencia distinta y que el poder de los h¨¦roes se nota en combate (brutal Vader con su "empujar con la Fuerza, Mara Jade u Obi-Wan), especialmente si jugamos contra otro jugador. Tambi¨¦n es cierto que el juego es mucho m¨¢s accesible al p¨²blico ocasional que los juegos normales de este estilo.

El tutorial es excelente y nos introduce r¨¢pidamente en la acci¨®n, si bien echamos en falta algo de profundidad de juego en las escaramuzas terrestres ya que las estrategias posibles para ganar, a pesar de los puntos de refuerzo, se reducen considerablemente. La campa?a principal puede volverse un poco repetitiva en cuanto le hemos pillado la mec¨¢nica ya que en casi todas las misiones hay que hacer lo mismo para obtener la victoria.