All¨¢ por 1995 apareci¨® una de las recreativas que ha llamado m¨¢s la atenci¨®n en toda la historia de los videojuegos. SEGA Rally Championship fue su nombre, y el grupo programador de SEGA AM3 su responsable, con Tetsuya Mizuguchi a la cabeza. Sobre una placa Model 2 v¨ª pasar, boquiabierto, lo m¨¢s espectacular que hab¨ªa visto en toda mi vida hasta ese momento. 'Daytona USA' -tambi¨¦n de AM3- hab¨ªa dejado el nivel muy alto, pero SRC lo subi¨® desde el primer vistazo que le pude dar.
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La presencia de los ya cl¨¢sicos Toyota C¨¦lica, Lancia Delta y el desbloqueable Lancia Stratos eran toda una declaraci¨®n de intenciones con respecto a su objetivo: coches reales, control directo pero con tintes de simulador y diversi¨®n desde la primera curva. Lancia y Toyota prestaron su ayuda a AM3 para llevar a cabo el programa, con detallada informaci¨®n sobre los coches, lo que se vi¨® reflejado en unos modelados brillantes para la ¨¦poca. A eso tambi¨¦n contribu¨ªa un mueble espectacular, y la inclusi¨®n de vibraci¨®n en el volante, lo que nos daba realismo y diversi¨®n a partes iguales. Si a eso le un¨ªamos un apartado visual deslumbrante para esa ¨¦poca, un control claramente arcade pero con muchos detalles de simulador -la f¨ªsica estaba exagerada de la realidad, pero de forma excelentemente precisa- y una adictividad fuera de toda duda, no pod¨ªamos m¨¢s que pensar que est¨¢bamos delante de todo un icono de la velocidad de la ¨¦poca. Y as¨ª fue. SRC lleg¨®, poco despu¨¦s, a la Saturn. El ¨¦xito de la conversi¨®n -aunque inferior gr¨¢ficamente a la versi¨®n recreativa- fue total dentro del parque de consolas de Sega. A?os despu¨¦s -en 1998 y con conversi¨®n posterior a Dreamcast- lleg¨® SEGA Rally 2, mejorando t¨¦cnicamente al primero pero dejando cojo en cuanto a opciones al producto final, con modos claramente arcade y con pocos veh¨ªculos y circuitos. Eso no quita para que todo usuario que los haya probado -entre los que me incluyo- le haya guardado un rinc¨®n muy especial a esta saga en su corazoncito virtual. Hace m¨¢s de un a?o, todos nos quedamos entusiasmados con la noticia de que SEGA iba a realizar un nuevo SEGA Rally. Esta vez iba para la plataforma de SONY, PS2. Despu¨¦s de haber visto verdaderas joyas de la conducci¨®n -tanto en plan simulador como arcade- en esta consola, esper¨¢bamos un t¨ªtulo GRANDE por parte de la casa nipona. SEGA Rally 2006 sali¨® en Jap¨®n, y desde Meristation no hemos podido evitar caer en la tentaci¨®n de importarlo. Pero el resultado nos ha dejado con la boca abierta, pero no por buenas razones. Seguid leyendo... La ¨²nica forma de comenzar a hablar de este juego es con una palabra: DECEPCION. Tanto t¨¦cnicamente como en jugabilidad, SR 2006 es un producto obsoleto, aburrido y carente de cualquier sensaci¨®n de diversi¨®n. El 'feeling' que transmit¨ªan las dos versiones anteriores se ha perdido por completo, por muchos 60 fps constantes que ponga en pantalla. El gran apartado t¨¦cnico que para su ¨¦poca presentaban cualquiera de las dos versiones anteriores se ha quedado completamente atr¨¢s en esta versi¨®n 2006. En definitiva, un producto MALO. Y la verdad es que nos sorprende la calidad global del producto, ya que no llegamos a comprender c¨®mo SEGA ha dejado que una licencia de tanta importancia dentro de la historia de los videojuegos llegue en una nueva versi¨®n de tan bajo nivel. Adem¨¢s, ya no se trata de lograr un producto decente. De esos est¨¢ lleno la consola de SONY. Lo que la gente espera de un SEGA RALLY es diversi¨®n, calidad t¨¦cnica y adictividad. Tristemente, ninguna de esas caracter¨ªsticas se encuentra en este t¨ªtulo.
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Despu¨¦s de una bueno intro, con una m¨²sica muy acorde con la saga -aunque de bastante menor calidad que la que disfrut¨¢bamos con los juegos anteriores- entramos de lleno en el t¨ªtulo. Como en las versiones arcade, tenemos el cl¨¢sico modo arcade (correr un n¨²mero determinado de etapas contra otros adversarios para lograr el primer puesto) , el modo Time Attack y el modo Career, que nos llevar¨¢ por m¨¢s de 100 tramos eligiendo un coche para comenzar, y gracias a nuestra pericia ir consiguiendo puntos para subir de categor¨ªas. En algunos men¨²s la barrera del idioma es infranqueable, pero a grandes rasgos la mec¨¢nica de juego nos lleva a -c¨®mo no- ganar dinero para comprar o modificar nuestro coche, subir puestos y llegar al n?1. Lo malo de esta mec¨¢nica no es la misma en s¨ª, si no lo triste que resulta jugar. Las opciones de configuraci¨®n tampoco son muy numerosas, y aunque permite jugar con volante, los defectos de control que despu¨¦s comentaremos limitan a¨²n m¨¢s las ganas de jugar. Tambi¨¦n podremos modificar los reglajes de nuestro coche, pero en un n¨²mero de opciones m¨ªnimo y con muy pocas variantes. T¨¦cnicamente estamos ante un juego que bien podr¨ªa pasar por uno de los de la primera generaci¨®n de la consola, con lo cual podr¨ªa estar todo dicho. Coches bien hechos pero que hoy d¨ªa son bastante b¨¢sicos, con unos reflejos pobres y unas ruedas poligonales. Y qu¨¦ decir de los entornos, donde el t¨¦rmino 'popping' es habitual y hasta en ocasiones bastante desagradable por su brusquedad a corta distancia de numerosos elementos secundarios de gran tama?o que aparecen a poca distancia. No veremos grandes alardes t¨¦cnicos ni siquiera en las repeticiones, ni tendr¨¢n desperfectos en tiempo real, y como mucho veremos a dos coches en pantalla al mismo tiempo. Ah, y lo que nos llam¨® poderosamente la atenci¨®n en SR2, con el p¨²blico poligonal que invad¨ªa la calzada, nada de nada. Es m¨¢s, el p¨²blico tiene casi la misma animaci¨®n que en el primer t¨ªtulo de 1995. Incre¨ªble a estas alturas... Las texturas son bastante normalitas, y en bastantes ocasiones muy repetidas. De hecho, en los tramos donde las monta?as se ven mucho produce hasta verg¨¹enza ajena el aspecto visual. Dos c¨¢maras para seguir la acci¨®n -como en la recreativa- y sobre todo la poca fidelidad de la conducci¨®n con respecto a los dos t¨ªtulos anteriores. La f¨ªsica de movimientos no se ha respetado con los anteriores t¨ªtulos, con una din¨¢mica que era caracter¨ªstica, accesible pero a la vez con detalles de simulador por su conseguido efecto de la inercia y el buen comportamiento en cuanto a peso que reflejaba el coche. En esta ocasi¨®n el control es, en muchas ocasiones, il¨®gico e irreal. Es una l¨¢stima, pero es as¨ª. Otro gran defecto que tiene este t¨ªtulo es el pobre dise?o de los tramos. Aparte de la simplicidad en la conducci¨®n y el t¨ªpico 'easy right', 'm¨¦dium left' tambi¨¦n tenemos que decir que los tramos son bastante aburridos, carentes de emoci¨®n y sin ninguna exigencia para con el jugador, al que no obliga a aprender casi nada para pas¨¢rselos sin problemas. Lo cual no es una ayuda para seguir jugando, precisamente... Tampoco tenemos modo on-line, y era algo que quiz¨¢s s¨ª podr¨ªa darle algo de vidilla al programa, pero la verdad es que es mejor as¨ª.
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Despu¨¦s de todo lo expuesto, me quedo con la sensaci¨®n de que SEGA acaba de tirar por el retrete una de las sagas m¨¢s famosas que le quedaban. El resultado final deja mucho que desear -pero mucho mucho-, tanto a nivel jugable como t¨¦cnico, y no creemos (ni deseamos) que el recuerdo que muchos tienen de esta saga quede mancillado con tama?o desprop¨®sito. Que caiga en el olvido lo antes posible es su mejor destino... mejor pasar p¨¢gina y centrarse en otros juegos de SEGA, como el excelente 'Ryu ga Gotoku' y no este juego que parece m¨¢s un accidente que otra cosa.