Animal Crossing: Wild World, Impresiones

Muchos llevan meses esper¨¢ndolo. Otros simplemente lo descartan antes de probarlo. Las credenciales: Juego online, comunidad virtual, miles de objetos distintos para usar, intercambiar o coleccionar, hora y d¨ªa en tiempo real... ?Qu¨¦ es Animal Crossing?

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Jugar por primera vez a un Animal Crossing es toda una experiencia de lo m¨¢s desconcertante. Algunos ya conocer¨¦is el juego por su edici¨®n en GameCube -aunque originalmente fue un t¨ªtulo publicado en Nintendo 64, que jam¨¢s lleg¨® por estos lares-. Otros os estar¨¦is preguntando de qu¨¦ va Animal Crossing, este juego con una est¨¦tica tan extra?a pero que tiene encandilado a medio mundo. Y muchos querr¨¦is saber las novedades que incluye esta versi¨®n Nintendo DS.

'Wild World' es el salto de la serie a Nintendo DS, una plataforma a la que le viene como anillo al dedo. En Animal Crossing somos uno, habitante de un pueblo, ¨²nico. Al iniciar por primera vez el juego se nos dan unas opciones iniciales para configurar nuestro perfil. Nombre, sexo, nombre del pueblo, si nos custa la costa, la playa, los museos? Estos peque?os par¨¢metros configurar¨¢n los primeros minutos de nuestra largu¨ªsima aventura.

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Las estaciones tambi¨¦n influyen en el desarrollo. La primavera ser¨¢ lluviosa, propicia para que crezca mucha vegetaci¨®n por todo el pueblo -y si no llevamos el paragua nos calemos hasta los zapatos y enfermemos-, y el invierno el pueblo se llenar¨¢ de las hojas caducas de los ¨¢rboles. Tambi¨¦n celebraremos todos los a?os distintas festividades: El a?o nuevo reunir¨¢ a todos los vecinos en la plaza central, todos los s¨¢bados de Agosto por la noche habr¨¢ un festival de fuegos artificiales, la tercera semana de Enero, Marzo y Mayo habr¨¢ competici¨®n de pesca y por supuesto, ?celebrar nuestro cumplea?os por todo lo alto!

M¨¢s de 600 nuevos objetos para completar la casa: lamparas, televisiones, equipos est¨¦reos, camas, relojes, sof¨¢s, mesas, sillas, y un largo etc¨¦tera. La casa, muy b¨¢sica al principio ir¨¢ cecriendo en superficie y platas. Los dise?os para decorar suelo y paredes son de lo m¨¢s variado, con la posibilidad de dise?arlos con mucha precisi¨®n por nosotros mismos.

Estos dise?os tambi¨¦n los aplicaremos a camiseta, gorras, paraguas, banderas? Todo customizable a nuestro antojo hasta la saciedad. Pero, ?cu¨¢l es el fin de todo este universo coleccionable? En este aspecto recuerda un poco a Los Sims: nos limitamos a vivir y convivir con nuestro entorno ?virtual', pero salvando las distancias. Animal Crossing es mucho m¨¢s complejo y profundo que los Sims, mucho m¨¢s atemporal por ser en tiempo real y con un elevad¨ªsimo grado de interacci¨®n entre usuarios.

Dentro de cada juego -y por ende, de cada pueblo- podr¨¢n vivir hasta cuatro personas distintas. Evidentemente, s¨®lo controlamos uno por vez, mientras el resto descansa pl¨¢cida en sus camas. Cada uno tendr¨¢ su dinero, sus pertenencias y su relaci¨®n con los vecinos. Uno puede dejar objetos escondidos en distintos lugares para retar a los otros a encontrarlos con mensajes en los tablones dando pistas.

Porque aqu¨ª reside el verdadero inter¨¦s del juego: el modo online. La posibilidad de conectar con cualquier persona alrededor del mundo completamente gratis. La ¨²nica limitaci¨®n es que tenemos que conocer tres datos de la persona que queremos visitar o que nos visite: su nombre, el de su pueblo, y el Friend Code. Este c¨®digo de doce d¨ªgitos es ¨²nico por cada juego, persona, pueblo y consola. Para poder ir a otro pueblo o que vengan al nuestro es necesario conocer los datos de nuestro amigo y que ¨¦l conozca los nuestros.

Adem¨¢s si disponemos de una pala, podemos ir plantando todo tipo de ¨¢rboles para tener diversidad de frutas y venderlas para ir sacando dinero. Aunque no podemos fiarnos ni de nuestra sombra, porque alg¨²n amigo graciosillo con un hacha puede gastarnos la broma de talarnos los ¨¢rboles. Basta con desactivar el WiFi y se ver¨¢ obligado a irse. Insisto en la enorme cantidad de objetos, miles, entre muebles para la casa, pinturas, fruta, insectos, peces, f¨®siles? Si queremos completarlo al m¨¢ximo habr¨¢ que visitar a cuantos amigos sea posible.

Incluso podemos ver como la poblaci¨®n de nuestra villa crece por la inmigraci¨®n de vecinos de nuestros amigos, que, hartos de ellos, deciden mudarse a nuestro pueblo. Algunos dudar¨¢n un poco de haberse mudado, y nos preguntar¨¢n de vez en cuando por nuestro amigo. Y si nosotros ignoramos a nuestros vecinos ellos no dudar¨¢n en irse. Ellos nos ir¨¢n dejando cartas en la oficia de correos del pueblo, y nosotros tambi¨¦n podemos dej¨¢rselas a ellos, tanto a los vecinos como los pueblos que visitemos, a modo de recordatorio.

Realmente resulta dif¨ªcil explicar en unos cuantos p¨¢rrafos qu¨¦ es Animal Crossing, y seg¨²n lo vamos jugando se descubre la complejidad de much¨ªsimas situaciones: los peces que podemos pescar en el r¨ªo no son los mismos que los de mar, pasaremos cada vez m¨¢s tiempo decorando la casa a nuestro antojo, participando en eventos anuales o semanales, concursos locales, conociendo nuevas visitas que solo vienen a determinadas horas, creando constelaciones que s¨®lo se podr¨¢n ver durante unas noches al a?o?

Los primeros minutos son algo desconcertantes, entre que llegamos al pueblo, conocemos un poco el entorno y nos enteramos qu¨¦ tenemos que hacer. El control es muy intuitivo y sencillo tanto control¨¢ndolo con cruceta y botones que con el stylus. Eso s¨ª, para escribir cartas y chatear con los dem¨¢s, hacerlo sin la pantalla t¨¢ctil ser¨ªa un suicidio. Se echa de menos poder chatear a la vez que nos movemos, pero como no tenemos que estar uno frente a otro para hablar, no resulta demasiado tedioso.

El online engancha. No voy a repetir de nuevo que podemos hacer en un pueblo o que pueden hacer los dem¨¢s en el nuestro. Pronto nos acostumbraremos a nada m¨¢s iniciar el juego, acercarnos a la puerta de entrada de nuestra ciudad, primero ver si hay alguien de los casi cien c¨®digos distintos que podemos tener registrados y en caso contrario, abrir las puertas de nuestra ciudad por si alguien entra. Quiz¨¢, quince o veinte minutos despu¨¦s, de repente, ?una visita! Si acumulamos muchos ?friend codes' o nos citamos previamente con varios amigos, hagamos comunidades en la que trapichear con todo tipo de bienes.

Por supuesto, nuestra imaginaci¨®n es importante. Cogemos un objeto valioso que nos sobre, y lo enterramos en un punto de la ciudad. Citamos a 3 amigos a que entren en el pueblo, y mediante pistas, a ver qui¨¦n es el que lo consigue. Lo que se os ocurra. Competiciones de recoger fruta, pesca, o talar ¨¢rboles. Las comunidades Animal Crossing extra-oficiales empiezan a tener muchos registros, muchas cabezas pensantes que nos introducen en eventos propios de lo m¨¢s divertidos y ocurrentes.

Eso s¨ª, la necesidad de obtener c¨®digos amigo de otros usuario para empezar a disfrutar de ¨¦l haga depende de los dem¨¢s para sacarle todo el jugo, aunque el modo a un jugador sea larg¨ªsimo y muy completo. La est¨¦tica del juego, con animales en lugar de personas y un dise?o demasiado desenfadado no debe alejarlo de muchos usuarios que a d¨ªa de hoy dudan de si Animal Crossing Wild World es un t¨ªtulo de su agrado. Lo que a priori nos puede parecer causa suficiente como para ignorarlo logre sorprenderos y con tan s¨®lo un par de horas se convierta en un imprescindible con el que jugar un rato todos los d¨ªas, durante muchas -much¨ªsimas- semanas.