El Gran Maestro del Temple

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No ha pasado demasiado tiempo y ya nos llega esta segunda parte. Y claro est¨¢, cuando ¨¦sta sale es que el ¨¦xito de su predecesor fue, por lo menos, lo suficientemente productivo. Lo cierto es que los desarrolladores del original, Starbreeze, est¨¢n ahora embarcados en proyectos de envergadura tras haberse confirmado como uno de los grupos de programaci¨®n m¨¢s prometedores despu¨¦s de habernos ofrecido el inmejorable juego de Las Cr¨®nicas de Riddick (que desgraciadamente nunca lleg¨® a ver la luz en Playstation 2). Es por ello que ahora toman el testigo sus compatriotas de Cauldron Developments, autores del singular Conan the Barbarian.

A pesar de que el de Conan fue otro juego de dudosa aceptaci¨®n por parte del p¨²blico, la editora Playlogic ha confiado ciegamente en ellos para el desarrollo de este insigne t¨ªtulo. Con Starbreeze habiendo cedido el motor gr¨¢fico del primer Knights of the Temple, Cauldron ha trabajado duro para ofrecer una experiencia l¨²dica a¨²n m¨¢s profunda que la de las anteriores obras, a la par que hacen gala del potencial de grupo que tienen al mostrar toda un avance con respecto a su anterior obra.

As¨ª, Knights of the Temple 2 se atreve a mezclar sabiamente elementos de aventura con los violentos combates de su hermano mayor. Investigaci¨®n a la antigua usanza y mandobles de espada se dan la mano de forma astuta, haciendo que la presente obra se acerque m¨¢s a lo que en su d¨ªa fue el magn¨ªfico Enclave. Eso s¨ª, Paul de Raque sigue repartiendo con la misma eficacia, manejando la espada como pocos sin apenas despeinarse.

?Y qu¨¦ es lo que ha podido motivar el regreso de nuestro h¨¦roe? Ha pasado mucho tiempo desde que el joven caballero templario Paul de Raque luch¨® contra el malvado Lord Bishop y cerr¨® una de las Puertas del Infierno, y ahora es un gran maestro de la Orden del Temple y viaja por todo el mundo en busca de las fuerzas del mal para destruirlas. En el Birka, un antiguo monasterio al norte, encontr¨® unas antiguas profec¨ªas que advierten de un gran mal que visitar¨¢ nuestro mundo. Una visi¨®n que no alcanz¨® a comprender le mostr¨® los horrores que iban a aterrorizar a los reinos libres de Europa y le dio a entender que s¨®lo ¨¦l ser¨ªa capaz de detener a las fuerzas de la oscuridad.

As¨ª fue como comienza la b¨²squeda de tres poderosos artefactos del principio de los tiempos: el Ojo que le ayudar¨¢ a hallar la Puerta del Infierno olvidada hace siglos; el Arma, que conseguir¨¢ destruir el sello que la guarda; y la Runa para cerrarla. Paul debe encontrar estos artefactos desperdigados por todo el mundo para detener la amenaza del submundo. Pero? ?ser¨¢ su fe suficientemente fuerte como para soportar la seducci¨®n del Infierno?

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Con la experiencia adquirida en el t¨ªtulo del famoso b¨¢rbaro, Cauldron ha hilvanado un programa tan variado como entretenido, que lleva el g¨¦nero del beat'em-up a nuevas alturas, sobre todo en lo que concierne al apartado t¨¦cnico. Y es que, desde el primer momento, Knights of the Temple 2 consigue asombrar a propios y extra?os por lo logrado de su ambientaci¨®n, gozando de un buen nivel en t¨¦rminos visuales pero que, por desgracia, se queda un tanto lejos de la calidad ofrecida tanto en PC como en Xbox. A¨²n as¨ª, no se le puede negar que posee un concepto de dise?o elegante y sumamente realista.

De todos modos, consiguen sorprender gratamente el alt¨ªsimo nivel de detalle de todas y cada una de las texturas que adornan el conjunto gr¨¢fico, muy superior a la media habitual en esta consola. Da gusto ver los bellos relieves otorgados a elementos ordinarios, dando a entender que Knights of the Temple 2, a pesar de su 'templado' precio, no se trata de ninguna baratija de segunda, sino de un programa con toda la intenci¨®n de ser un triple A.

Y es que no se han descuidado los matices visuales, no. Nuestro protagonista es totalmente cre¨ªble, su armadura brilla de forma convincente, y la cota de malla de nuestras ropas es tremendamente detallista. El sol y los distintos efectos de luz dejan atr¨¢s las cl¨¢sicas coronas luminosas para pasar a ser 'luz de verdad'. Knights of the Temple 2 regala al usuario uno de los espect¨¢culos visuales m¨¢s portentosos de estos ¨²ltimos tiempos, sobre todo trat¨¢ndose de un t¨ªtulo perteneciente a un g¨¦nero considerado a d¨ªa de hoy como menor. Desde luego, no se queda atr¨¢s con respecto a otros ejemplares del clan, tipo Beat Down o Teenage Mutant Ninja Turtles.

No podemos dejar de citar el tema de las animaciones, realizadas mediante una excelente captura de movimiento. En este sentido se deja sentir la clara herencia de su predecesor, donde los combates son realistas a m¨¢s no poder, con ataques perfectamente coordinados y bien enlazados. Como no pod¨ªa ser de otra forma, tambi¨¦n hereda el car¨¢cter sangriento de su primera parte, con chorreones de hemoglobina saltando por doquier, haciendo que cada tajo de espada duela y escueza.

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De bella factura, la banda sonora no se deja mancillar por las tendencias actuales, apostando por un clasicismo total en sus formas. As¨ª, instrumentos de toda la vida se dan cita para cobrar protagonismo en torno a una batuta que ha sabido elegir muy bien los temas. La ambientaci¨®n no es la ¨²nica misi¨®n de estas composiciones, sino que en su trazado son capaces de embriagar hasta al fan m¨¢s radical del reaggeton. Digna de ser escuchada, y editada aparte, s¨ª se?or.

Por su parte, los efectos sonoros no se quedan a la zaga. Envolviendo al jugador, los fondos como el viento, los lamentos o el rugir de las olas del mar han sido sampleados exquisitamente para completar la experiencia jugable, mientras que los sonidos de la acci¨®n son lo suficientemente contundentes como para regocijarnos por cada golpe dado.

Al igual que su antecesor, Knights of the Temple 2 hace gala de un doblaje al castellano muy notable, aunque pr¨¢cticamente s¨®lo gozaremos de ¨¦l en las escena cinem¨¢ticas. Nuevamente, la actuaci¨®n de Israel de la Rosa en el papel de Paul de Raque se lleva la palma, poniendo un ¨¦nfasis que, por desgracia, no se ve todo lo que quisi¨¦ramos en el mundo de los videjuegos, al menos en lo que a la lengua hispana se refiere.

Ahora, fuera de los apartados t¨¦cnicos, un inciso? Si bien estamos poniendo por las nubes el nivel tecnol¨®gico de Knights of the Temple 2, ?estar¨¢ a la misma altura la jugabilidad? ?Conseguir¨¢ su metodolog¨ªa l¨²dica mantenernos delante de la pantalla frente a la docenas de buenos juegos que hay en el mercado? Veamos, veamos?

As¨ª, la experiencia de juego se torna mucho m¨¢s profunda, a¨²n sin abandonar los brutales combates de anta?o, donde los combos y las multitudes con ganas de sangre florecen cual margaritas en primavera. Y es que, en esta parte del programa, muy poco ha cambiado con respecto a su antecesor. Las peleas son muy similares, manteniendo el logrado ritmo en las secuencias de movimientos y lo acertadamente bien llevado que est¨¢ el sistema de lucha contra varios contrincantes.

Se han alterado ciertos matices para hacerlo m¨¢s realista y, por qu¨¦ no decirlo, m¨¢s dif¨ªcil. En Knights of the Temple 2 ya no podremos bloquear los ataques con s¨®lo pulsar la tecla de defensa. O sea, en el primer juego, con s¨®lo defendernos par¨¢bamos los tajos de los enemigos, viniesen por donde viniesen, aunque nos pegasen por detr¨¢s. Ahora, nuestro caballero debe encarar con el escudo o el arma que tenga en mano el golpe directo, siendo esto mucho m¨¢s complicado de lo que parece. Puede restar dinamismo a los encuentros, pero voto a br¨ªos que resultan mucho m¨¢s emocionantes y duros as¨ª.

Siendo el eje central de la aventura, los duelos con arma blanca son tremendos, para nada mon¨®tonos (gran fallo de la mayor¨ªa de los beat'em-ups). De hecho, al contrario que en otros t¨ªtulos, aqu¨ª dan ganas de m¨¢s y m¨¢s. Las distintas combinaciones de movimientos le otorgan una vistosidad fuera de toda duda, siendo as¨ª las peleas toda una demostraci¨®n de elegancia y espectacularidad. Y aunque por ello parezca que debe ser traum¨¢tico de controlar, Knights of the Temple 2 es tan sencillo de manejar como result¨®n.

Las situaciones en las que nos veremos mezclados incluyen repeler el ataque de los enemigos a un fuerte pirata, abatir a toda suerte de bestias infernales, infiltrarnos sigilosamente en determinados puntos... En t¨¦rminos de acci¨®n, el programa de Cauldron no pierde fuelle, y aunque sea f¨¢cil de controlar, su desarrollo nos pondr¨¢ en m¨¢s de un apuro. La IA de los malos ir¨¢ subiendo a medida que avancemos, y a poco que progresemos nos veremos en situaciones de combate muy comprometidas, que requerir¨¢n un acertado uso de los combos y, por supuesto, del arte de bloquear.

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Paul de Raque puede saltar, bloquear golpes, dar dos tipos de tajos a combinar, cambiar de armas (a una o dos manos), usar el arco... Las posibilidades son muchas y todas muy intuitivas. Aparte, tal y como ocurriese en su antecesor, disponemos de una serie de golpes m¨¢gicos muy sencillos de usar, y que a buen seguro resolver¨¢n m¨¢s de una situaci¨®n comprometida. Pero tengo que reconocer que, tras re-jugar al primer Knights, me divierte m¨¢s la acci¨®n tremebunda del antiguo, pero la espectacularidad del nuevo juego hace que, globalmente, no le vaya a la zaga.

Eso s¨ª... El reto del que nos ocupa nos har¨¢ sudar sangre, pero por encima de todo, nos divertir¨¢ por lo bien planteado de su desarrollo. Jugabilidad a la antigua usanza, sin complicaciones de control ni nada por el estilo. Y si nos hartamos, siempre est¨¢ el competente modo multijugador, que v¨ªa online ofrece una serie de ¨¦picos combates tan bien plasmados como divertidos, a pesar de lo ca¨®tico que pueda llegar a ser en algunos momentos. Todo ello adornado con un apartado t¨¦cnico que, curiosamente, colabora sobremanera en eso de querer ver m¨¢s y m¨¢s...

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