Gangs of New York

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M¨¢s all¨¢ de limitarse a ofrecer una sencilla copia tanto del concepto como de la jugabilidad de dicha saga, y pese a los fallos que incuestionablemente lo relegaban a una segunda plaza de un g¨¦nero reinado por GTA, True Crime aport¨® suficientes novedades como para convertirse en un juego con se?a de identidad propia, y tal y como hemos dicho anteriormente, en una digna alternativa.

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Ahora, y aprovechando la campa?a navide?a y las pocas novedades destacables que han ido apareciendo para el g¨¦nero durante los ¨²ltimos meses, llega la segunda parte de la saga, True Crime: New York City. ?Estar¨¢ esta secuela a la altura tanto de la competencia, como de su propio predecesor? Vayamos por partes...

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En True Crime: NYC encarnamos a Marcus Reed, un antiguo criminal que recientemente se ha incorporado al cuerpo de polic¨ªa de  la ciudad. A modo de 'flashback' reviviremos, nada m¨¢s empezar el juego, su ¨²ltima juerga callejera que, tras acabar en drama, marca un cambio de rumbo en la vida de Marcus. 5 a?os despu¨¦s, y gracias a la confianza depositada en Reed de un peso pesado de la NYPD, el viejo Terry Heggins, somos testigos de los primeros pasos del 'negro' en su particular lucha contra el crimen.

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Sin embargo, durante una de sus primeras misiones conjuntas, una gran explosi¨®n acaba con la vida de Terry. Es en ese momento cuando Marcus decide tomarse la ley por su mano y vengarse de qui¨¦nes han asesinado a su ¨²nico amigo. A partir de entonces, se empieza a desarrollar una compleja trama excelentemente llevada a cabo a base de misiones por toda la ciudad en las que se ven involucrados decenas de personajes, incluido el padre de Reed, Isiah, un capo de la mafia neoyorkina. Bienvenido a Nueva York...

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Pero hay algo que nos gustar¨ªa destacar en especial, y respecto a lo que no podemos hacer otra cosa que quitarnos el sombrero: la recreaci¨®n y reproducci¨®n digital de la ciudad m¨¢s alta del mundo, Nueva York. Ya hicieron lo propio con Los ?ngeles en el anterior juego, y ¨¦sta vez no solo han repetido, sino que se han superado. Si alguien ha tenido la suerte de haber estado en la ciudad de los rascacielos, ver¨¢ que Activision ha sido capaz de transportarla, palmo a palmo, a vuestras 128 bits. Todas sus calles, los edificios m¨¢s conocidos y los comercios m¨¢s famosos est¨¢n ah¨ª, tal cual. Y todo con un nivel de fidelidad y realismo insultante.

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Adem¨¢s, y gracias a la f¨ªsica aplicada a los objetos, veremos que podemos interactuar pr¨¢cticamente con cualquier cosa. La suciedad que puebla las calles de Nueva York en forma de papeles de propaganda, latas y dem¨¢s basura se mueve al son de las corrientes de aire, mientras que la mayor¨ªa del mobiliario urbano que decora el escenario es destructible con los impactos de los autom¨®viles. Por no hablar de los objetos que hay dentro de los edificios. En una de las primeras misiones visitaremos un bonito restaurante en la que nos ser¨¢ casi imposible resistir la tentaci¨®n de entretenernos a mover de lugar todas las sillas y mesas del recinto. Cientos de personas pasean por cada una de las calles de la ciudad, y en todo momento algo est¨¢ pasando en ella: desde una conglomeraci¨®n de tr¨¢fico, hasta un atraco. Nueva York est¨¢ literalmente, viva.

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Sin embargo, todo se viene abajo al empezar a mover a Reed y hacer un par de filigranas a la vez. El entorno gr¨¢fico 'petardea' hasta convertir a True Crime: NYC en una experiencia injugable en situaciones tan delicadas como las persecuciones en coche por la ciudad, o las secuencias de acci¨®n en las que intervienen tanto explosiones como m¨¢s de tres o cuatro enemigos de forma simult¨¢nea. Llevamos tiempo diciendo que las consolas de 128 bits han tocado techo, y True Crime: NYC no hace m¨¢s que reafirmar este hecho: el cambio generacional es, a todas luces, necesario.

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Por otra parte, el juego luce un excelente doblaje al ingl¨¦s en el que han intervenido actores reconocidos a nivel internacional, como Christopher Walken o Laurence Fishburne. Y pese a que un doblaje al castellano siempre es de agradecer, la verdad es que los actores escogidos ayudan a crear esa tremenda ambientaci¨®n de la que hace gala el juego.

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Podemos optar por resolver cada caso para el bien de la ciudadan¨ªa neoyorkina, o favoreciendo a las bandas callejeras. Dichas decisiones afectar¨¢n notablemente tanto al desarrollo del juego, como a nuestro entorno. Es decir, Nueva York cambiar¨¢ a medida que avancemos en la historia. Si decidimos ser un buen polic¨ªa, iremos obteniendo puntos que, una vez acumulados hasta una determinada cantidad, nos permitir¨¢n subir de rango dentro de la NYPD.

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Si por lo contrario decidimos desatar el lado oscuro y violento de Marcus, y dejamos que el crimen se extienda por la ciudad sin castigo alguno, pronto seremos testigos de una degradaci¨®n del escenario donde no se frenan estas oleadas de actos ilegales. Suciedad, paredes repletas de graffitis, malhechores andando a sus anchas a plena luz del d¨ªa... vamos, que podemos llegar a hacer de Times Square un segundo Bronx. ?Poli bueno, o poli malo? Tu decides.

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Otro de los puntos sobre los que prestar especial atenci¨®n es el control. True Crime: Street of L.A. intent¨® poner mayor ¨¦nfasis en los combates y tiroteos que GTA, y ciertamente, ¨¦stos acabaron estando, tanto a nivel jugable como a nivel de complejidad, un pelda?o por encima de los juegos de Rockstar. En TC: NYC se repiten los esquemas vistos en la anterior entrega y se a?aden mejoras para intentar alcanzar la mayor cantidad de movimientos y alternativas posibles con las que solventar un tiroteo. Un control que se ve enriquecido a nivel de posibilidades a medida que avancemos por la aventura, pues Marcus es capaz de aprender nuevos estilos de lucha, y consecuentemente, nuevos movimientos, tras conseguir los rangos de polic¨ªa necesarios para comprarlos. El problema es que todo acaba torn¨¢ndose en un control confuso y demasiado duro. Cada bot¨®n tiene diversas funciones seg¨²n el contexto donde son es usado, y en un juego tan din¨¢mico y fren¨¦tico, tanta ambig¨¹edad puede acabar resultando desesperante.

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Quiz¨¢s la que deber¨ªa ser la mayor virtud de True Crime, su variedad de misiones, se torna en uno de sus mayores handicaps. Las misiones son preocupantemente parecidas entre s¨ª. Pese a que l¨®gicamente el motivo que induce a realizarlas var¨ªa de una a otra, al final nos dar¨¢ la sensaci¨®n de estar haciendo siempre lo mismo: entrar en un edificio, limpiarlo de enemigos, e interrogar a un objetivo. Poco m¨¢s. Por lo tanto, y tras haber visto de lo que fue capaz Grand Theft Auto en un estilo de juego tan similar, resulta decepcionante que desde Activision no se haya hecho un peque?o esfuerzo a la hora de aportar mayor variedad al desarrollo del juego.

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S¨ª es cierto que a medida que avanzamos vamos consiguiendo nuevos veh¨ªculos, armas, y ropas para Marcus, pero un juego no puede vivir de detalles, sino de una consistente base jugable, y los pilares sobre los que se aguanta el juego cojean por su falta de originalidad. Y eso resulta especialmente sangrante si tenemos en cuenta el potencial que da de s¨ª un inmenso terreno como lo es de la ciudad de Nueva York, y que ha sido desaprovechado posiblemente por la falta de tiempo. Es por ello que no podemos estar todo lo contentos que nos gustar¨ªa con el apartado jugable del juego.

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Que nadie se equivoque: True Crime: NYC es un juego muy decente. Un juego con el que mantenernos entretenidos durante unas semanas. Ni que solo sea para disfrutar de una Nueva York digital, vale la pena probarlo. Pero que nadie espere un Grand Theft Auto, porque si algo hizo Rockstar al lanzar San Andreas fue dejar el list¨®n muy alto, y tristemente, este nuevo True Crime est¨¢ a a?os luz de superar esa marca.

l o  m e j o r:

l o  p e o r: