El campo de batalla llega a las consolas

Descubre Battlefield 2: Modern Combat en movimiento en este v¨ªdeo.

A pesar de los numerosos esfuerzos realizados en los ¨²ltimos tiempos por los desarrolladores para demostrar que las consolas tambi¨¦n pueden ser buenas plataformas para albergar un shooter en primera persona, la historia nos demuestra que muy pocos t¨ªtulos han conseguido superar las barreras cl¨¢sicas que pone el PC (interfaz, multiplayer, etc.) con ¨¦xito. Tambi¨¦n es cierto que parece que cuando analizamos un FPS en una consola nos volvamos o m¨¢s exigentes o m¨¢s indulgentes que de costumbre: procuraremos que este no sea el caso.

Battlefield 2: Modern Combat es en realidad la primera entrega de la serie Battlefield para Xbox o Ps2, y siendo honestos su estreno es bastante aceptable, si bien una de sus mayores lacras es que arrastra un nombre que significa mucho para muchos de nosotros, jugadores tanto del original como de su segunda parte en PC, lo cual a?ade un lastre al ponernos a los mandos y comprobar las diferencias entre ambas versiones.

Como casi todos los t¨ªtulos editados por Electronic Arts, el juego est¨¢ considerablemente bien presentado y acabado; aunque puede terminarse en pocas horas el juego nos empuja a perfeccionar nuestro talento con todos los elementos posibles: desde el soldado de asalto hasta el manejo de todo tipo de veh¨ªculos, incluida la lancha de combate o el tanque (pasando por humvees, helic¨®pteros,etc.).

Modern Combat es la historia de un juego b¨¢sicamente enfocado al multijugador que se ha visto en la necesidad de transformarse en una campa?a para single player, sin acabar de hacer demasiado bien ninguna de las dos cosas. Durante 20 misiones bien estructuradas y desarrolladas deberemos alternar entre los dos bandos enfrentados de una semi-hipot¨¦tica tercera guerra mundial, con una ambientaci¨®n bastante s¨®lida y coherente.

Battlefield 2 se juega como cualquier FPS al uso, con algunas diferencias que aunque le a?aden un toque de distinci¨®n y que no nos extra?ar¨ªa que futuros t¨ªtulos las incorporasen, no bastan para convertir el buen juego que tenemos entre manos en el gran juego que podr¨ªa ser. Si a eso le sumamos un relativamente flojo en opciones multiplayer y algunos fallos mayores en la campa?a principal, el sabor final es ligeramente agridulce.

La historia nos sit¨²a en una escalada de conflictos entre dos facciones: China por un lado y los americanos por otro, con algunas variantes. B¨¢sicamente el juego nos plantea una misma situaci¨®n observada por dos puntos de vista, comprobando como se manipula la verdad dependiendo del bando desde el que se mira. Algunos escenarios se repiten mientras cumplimos objetivos por ambos contrincantes, y el gui¨®n es lo suficientemente denso como para no mantenernos indiferentes a la pantalla.

A nivel de escenarios el juego es bastante completo en el sentido en el que todos los mapeados del juego son bastante extensos, m¨¢s all¨¢ incluso de lo necesario para completar cada misi¨®n. La paleta de colores utilizada es excepcional en cuanto a que dota con un buen nivel de realismo a los combates, si bien podr¨ªa haberse a?adido algo m¨¢s de interacci¨®n con edificios, calles, obst¨¢culos y dem¨¢s; tanto a nivel de calidad de texturas como poligonal el juego cumple bastante bien pero podr¨ªa haberse mejorado notablemente.

Uno de los problemas a los que usualmente nos enfrentaremos es el popping, la aparici¨®n s¨²bita de elementos que estaban en el fondo y repentinamente salen en pantalla. Esto no ocurre cuando vamos a pi¨¦ pero sucede muy frecuentemente cuando vamos con un veh¨ªculo y es bastante molesto: hierbajos, se?ales e incluso edificios se van generando a medida que avanzamos dando una sensaci¨®n bastante irreal, incluso en misiones nocturnas. De la misma forma nos resulta incoherente que al derribar un veh¨ªculo ¨¦ste desaparezca de la pantalla casi instant¨¢neamente.

Las animaciones de los personajes est¨¢n bastante bien conseguidas, especialmente la f¨ªsica de respuesta de la mayor¨ªa de las armas; vemos como un jugador recarga un arma de forma muy convincente (tanto a nivel de tiempo como de actuaci¨®n) y en general los veh¨ªculos est¨¢n muy bien recreados. Otra cosa es la respuesta a la f¨ªsica de esos veh¨ªculos ya que su control en algunos casos parece intencionadamente dificultoso hasta la frustraci¨®n.

A nivel de cantidad de efectos sonoros el juego va bastante bien servido. No son pocas las explosiones, gritos de los enemigos y radio que constantemente nos va actualizando tanto objetivos como direcci¨®n de donde aparecen miembros de la facci¨®n contraria. El ruido de misiles, escopetas, fusiles de asalto, tanques, lanchas y helic¨®pteros es bastante correcto, aunque no llega a la calidad de su banda sonora que a nuestro entender es sencillamente espectacular.

El dise?o de men¨²s y del HUD en pantalla es bastante correcto, con un buen efecto de congelaci¨®n cuando cambiamos de soldado; el juego nos llega traducido al castellano, aunque es perfectamente posible jugarlo en ingl¨¦s sin que apenas apreciemos la diferencia, ya que las instrucciones aparecidas en el briefing son bastante escuetas y siempre hay un minimapa que nos indica tanto la acci¨®n como la direcci¨®n a seguir.

Presionando el tri¨¢ngulo o el bot¨®n Y mientras apuntamos a cualquiera de nuestros aliados instant¨¢neamente congelaremos la acci¨®n mientras viajamos 'astralmente' hacia la posici¨®n de nuestro colega, el cual queda 'pose¨ªdo' por nuestra persona y pasamos a controlarlo. Eso significa que cada vez que tengamos que dirigirnos en una direcci¨®n y no llevemos veh¨ªculo, resultar¨¢ mucho m¨¢s c¨®modo transportarnos mediante este sistema que no ir caminando.

Saber controlar el jugador preciso en cada situaci¨®n es muy importante; cada jugador tiene un peque?o icono sobre su cabeza que indica su clase y, por tanto, el tipo de armamento que lleva. Localizar y cambiar al ingeniero para lanzar cohetes con el bazooka y destruir a los tanques enemigos o seleccionar al francotirador del campanario para abatir a otros tiradores debe ser algo a lo que nos acostumbremos r¨¢pidamente si queremos sobrevivir con el m¨¢ximo n¨²mero de soldados intactos.

Dicho n¨²mero de soldados cambia de misi¨®n a misi¨®n en las 20 disponibles de la campa?a principal. Dichas misiones est¨¢n bastante bien estructuradas en cuanto a armamento y contenido, aunque suelen ser bastante cortas y 'militarizadas', en el sentido en el que tenemos muy poco margen para la improvisaci¨®n. Dependiendo de lo bien que lo hagamos (tiempo, n¨²mero de bajas, si cambiamos o no frecuentemente de jugador, precisi¨®n, puntuaci¨®n?) recibiremos un n¨²mero de estrellas que es el resultado final de nuestra actuaci¨®n en esa fase.

Aparte de poder rejugar tantas veces como queramos dicha fase y de las medallas que podemos recibir durante la misma, existen otro tipo de misiones de 'reto' que se van desbloqueando paulatinamente. Cada misi¨®n, aparte de suponer una importante pr¨¢ctica para las misiones de la campa?a single player, otorga una serie de estrellas que nos har¨¢n subir de r¨¢nking personal, desde el soldado m¨¢s raso hasta la m¨¢s alta clasificaci¨®n (general).

Generalmente el combate es fren¨¦tico en casi todos los sentidos, de forma que tanto enemigos como aliados disparan continuamente; eso significa que nuestros personajes gastan munici¨®n independientemente de si los controlamos o no, y su nivel de precisi¨®n a menudo deja bastante que desear. Sacar todas las estrellas de una fase exige un dominio casi absoluto de toda la acci¨®n y bastante rapidez al control, con lo que sin necesidad de niveles de dificultad superar al 100% el juego es bastante complicado.

Para enfrentarnos con el enemigo no solamente contamos con la capacidad de cambiar de jugador sino tambi¨¦n con multitud de veh¨ªculos (hasta 30 distintos) en pantalla. Es posible del mismo modo pilotar y disparar un tanque, o cambiar posiciones en un helic¨®ptero. La mayor¨ªa de los veh¨ªculos, a excepci¨®n de la lancha y del helic¨®ptero, se manejan con bastante fluidez y su movimiento se nos antoja bastante realista. Es posible imaginar que el manejo de las unidades a¨¦reas se ha hecho complicado aposta, para evitar que un grupo coja superioridad a¨¦rea de forma sencilla.

Como antes advertimos los veh¨ªculos al ser destruidos (tanques o helic¨®pteros, por ejemplo) desaparecen del mapeado al instante, lo cual no solamente es irreal sino que quita algo de aliciente del juego, al derribar un helic¨®ptero sobre el camino de un jeep enemigo y ver como ¨¦ste lo atraviesa sin dificultad. Al mismo tiempo no es posible bloquear las carreteras con tanques, ni siquiera temporalmente, lo que resta estrategia al juego.

Al mismo tiempo los soldados enemigos aparecen de la nada, en demasiadas ocasiones detr¨¢s de un jugador y masacr¨¢ndolo instant¨¢neamente. El juego expone que para terminar un fase es imprescindible acabar con determinado n¨²mero de enemigos ya sean americanos, chinos o de donde sea, con lo que los empezar¨¢ a sacarlos hasta que se agoten. Esto es francamente decepcionante ya que basta descubrir el punto de salida para llegar con la ametralladora del jeep y apuntar continuamente en esa direcci¨®n.

En general no habr¨¢ mucho tiempo que perder, sin embargo. No solamente en las misiones que conllevan tiempo l¨ªmite sino que en su pr¨¢ctica totalidad estaremos siempre empujados a ir m¨¢s deprisa y m¨¢s all¨¢; las voces de la radio son constantes, la artiller¨ªa sonando incesante y un escueto pero pr¨¢ctico marcador que nos indica en un gr¨¢fico si estamos globalmente ganando o perdiendo la batalla. La ¨ªndole de las misiones es bastante variada as¨ª que no hay motivo para aburrirse en ese sentido.

Battlefield 2 Modern Combat se aparta de ser un simulador de guerra en primera persona desde el primer momento; recibimos bonus por acabar con tres enemigos con el mismo cargador o tras tres disparos en la cabeza. Si seguimos machacando adversarios sin ser alcanzados conseguiremos salud y armamento extra, as¨ª como multiplicadores de da?o adicional. Aunque esto no sea inherentemente negativo para el juego, lo cierto es que le resta credibilidad a un producto que no pretende ser exactamente ciencia ficci¨®n y que, en realidad, no es necesario para su desarrollo por lo menos durante su campa?a principal.

Otra cosa es el multiplayer, con la posibilidad de 24 jugadores simult¨¢neos en ambas plataformas, aunque limitado al cl¨¢sico capturar la bandera y conquista. Aunque es posible manejar veh¨ªculos en cualquiera de los 13 mapas disponibles, la opci¨®n de cambiar de jugador no se aplica y se echa de menos (ya que esto s¨ª verdaderamente a?adir¨ªa un buen plus al juego) la posibilidad de jugar las misiones de la campa?a con uno, dos o tres amigos cooperativamente.