Los creadores de ICO prueban suerte en el g¨¦nero de acci¨®n con una propuesta que ¨²nicamente pod¨ªa provenir de ellos. A lomos de tu fiel compa?ero Agro y armado con una espada y un arco, deber¨¢s acabar con algunos de los enemigos m¨¢s grandes vistos en juego alguno. ?Ser¨¢s capaz de dar la talla?
Quiz¨¢s la forma sencilla de comenzar a diseccionar Shadow of the Colossus sea haciendo referencia a su unicidad, a su diferencia, a su originalidad. Al fin y al cabo, ?Cu¨¢ntas obras centran su desarrollo en abatir mastodontes de semejante envergadura? Ciertamente, se trata de un recurso dif¨ªcil de obviar y, al mismo tiempo, del que es muy f¨¢cil abusar. Tampoco hay que olvidar la otra muletilla que suele acompa?arlo en la pr¨¢ctica totalidad de textos: arte. ?Acaso la imaginativa propuesta del equipo comandado por Ueda no es digna de tal calificativo? La l¨ªrica de sus im¨¢genes es hipnotizadora y, si los videojuegos poseen alg¨²n tipo de connotaci¨®n art¨ªstica en su desarrollo, no hay duda de que esta obra sabe m¨¢s de un par de cosas al respecto.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Sin embargo, una extra?a e incompresible tercera afirmaci¨®n suele cerrar esta retah¨ªla de obligaciones para con todo texto que versa sobre el trabajo que nos ocupa: no es un juego para todo tipo de p¨²blicos; no gustar¨¢ a todo el mundo; no ser¨¢ entendido por el gran p¨²blico. Y la verdad no puede estar m¨¢s alejada de tan reiterada suposici¨®n pues uno de sus grandes pilares se basa en la naturalidad y accesibilidad del planteamiento. En Shadow of the Colossus no existen combinaciones interminables de botones, ni murallas invisibles imposibles de atravesar, ni vallas diminutas que deberemos rodear, ni muchas otras de las innumerables convenciones que los jugadores m¨¢s curtidos est¨¢n acostumbrados a sortear.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Su propuesta es tan natural, directa y minimalista que personas no asiduas al mundillo tendr¨¢n pocos problemas en abrazarla instant¨¢neamente. Y si nos ce?imos a la tem¨¢tica, ?Por qu¨¦ ha de ser menos apetecible que el simulador de f¨²tbol de turno? El atractivo de toda obra est¨¢ sujeto a las preferencias de cada individuo. No limitemos el marco de alcance de nuevas propuestas por sus singularidades sino por lo que realmente son capaces de ofrecer. Shadow of the Colossus tiene mucho que decir, mucho. Tanto es as¨ª, que no resultar¨ªa exagerado decir que la salud de esta industria mejorar¨ªa ostensiblemente si se produjeran muchas m¨¢s obras como ¨¦sta al a?o.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Pero no hay necesidad de andar con prisas. Vamos a leer este cuento on¨ªrico con la cadencia que precisa y destapar un tarro repleto de esencias, de contrastes, de dicotom¨ªas...
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Para recuperar el alma de la joven deber¨¢ acabar con las encarnaciones de las estatuas que habitan en ese mundo maldito: los colosos. Elevando la Espada Antigua encontrar¨¢ la luz que le guiar¨¢ en su cometido y le permitir¨¢ acabar con estos monumentales engendros. Pero Dormin le advierte. El precio que tendr¨¢ que pagar podr¨ªa ser demasiado grande. Resuelto a cumplir el pacto, hace caso omiso a su recomendaci¨®n. No le importan las consecuencias.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Con esta premisa da comienzo la epopeya de un hombre dispuesto a todo con tal de liberar a una muchacha de las garras de la muerte. Mientras pasamos las hojas de esta emocionante lectura, descubriendo nuevos matices de la historia, comenzaremos a tomar conciencia de las acciones del protagonista, de sus consecuencias. ?Por qu¨¦ hemos de matar a los colosos para devolver una vida? ?Qu¨¦ son realmente? ?Qu¨¦ es Dormin? ?Por qu¨¦ habita en un lugar prohibido?
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
La Espada Antigua que portamos constituye el principal motor del desarrollo del juego. Gracias a ella, mediante el halo de luz que emite al elevarla, podremos descubrir la direcci¨®n en la que se encuentran nuestros oponentes. Asimismo, nos mostrar¨¢ sus puntos d¨¦biles y solamente podremos inflingirles un da?o considerable haciendo uso de ella.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
El otro elemento esencial lo constituye Agro, nuestra montura. Con ¨¦l, podremos atravesar a galope tendido los distintos paisajes que conforman la tierra prohibida. Curiosamente, la nota de color la pone su manejo. Al contrario que la pr¨¢ctica totalidad de juegos, aqu¨ª dirigimos al caballo como jinetes y no lo controlamos directamente, como suele ser habitual. Deber¨ªa constituir la norma pero, en ocasiones, l¨®gica y videojuegos no siempre van unidos de la mano. Esta interesante elecci¨®n implica no poder hacer giros de noventa grados inmediatamente mientras cabalgamos, que el animal se muestre tozudo en ocasiones o que sea capaz de sortear los obst¨¢culos de un paso entre dos monta?as sin necesidad de indicaci¨®n alguna. Al principio cuesta hacerse con el control pero pasados un par de minutos, comprenderemos que ¨¦ste, precisamente, es el camino a seguir.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
El trayecto hacia los colosos se ir¨¢ complicando paulatinamente conforme vayamos avanzando. A menudo, nos veremos obligados a sortear valles, monta?as o desfiladeros sin perder de vista las referencias que nos proporciona la espada para llegar a buen puerto. Aqu¨ª reside el peque?o, pero agradecido, componente de exploraci¨®n. No es excesivamente complicado, entretiene y permite al jugador relajarse entre los combates, que constituyen la verdadera salsa del juego.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Para los exploradores m¨¢s inquietos, el equipo de desarrollo ha dejado alg¨²n que otro detalle. Existen ¨¢rboles con piezas de fruta que conseguiremos recoger con ayuda de nuestro arco. Al ingerirlas, podremos ver aumentada nuestra barra de vida. De igual forma, se nos brindar¨¢ la posibilidad de cazar y alimentarnos de peque?os reptiles. Tras comer determinados tipos, podremos observar como se agranda nuestro 'c¨ªrculo de fuerza'.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Una vez alcanzada la posici¨®n del coloso, nos adentraremos en el verdadero Shadow of the Colossus. Y lo primero que se ha de destacar, es la variedad en sus planteamientos. Deberemos abatir colosos acu¨¢ticos, a¨¦reos, b¨ªpedos, de dimensiones enormes, de dimensiones no tan enormes pero m¨¢s insistentes, etc. El estudio realmente se ha esforzado en evitar cualquier tipo de repetici¨®n. Adentr¨¢ndonos un poco m¨¢s en la mec¨¢nica propiamente dicha y, aunque a primera vista pueda parecer que el principal escollo consistir¨¢ en escalar sus cuerpos, tanto o m¨¢s esfuerzo requerir¨¢ el poder agarrarse a alguna extremidad con ¨¦xito.
Y he aqu¨ª donde interviene la vertiente creativa del jugador. ?C¨®mo lograrlo? Pues probando tentativas con todos los elementos que nos sirvan de ayuda. Habr¨¢ que tener en cuenta las ventajas que nos proporcionan los entresijos del escenario de combate, observar sus movimientos, su celeridad, sus reacciones, considerar la utilidad de Agro, del arco, la zona de su cuerpo que nos interesa, etc.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Una vez logrado el objetivo de subirse, a¨²n nos quedara el cincuenta por ciento de la ecuaci¨®n por resolver. ?C¨®mo llegar hasta el punto d¨¦bil indicado por la espada? Pues habremos de realizar el mismo proceso anterior con una importante salvedad: el escenario, el cuerpo del coloso, estar¨¢ en continuo movimiento, convirti¨¦ndose en un inconveniente m¨¢s a tener en cuenta. Adem¨¢s, se a?ade una nueva preocupaci¨®n: el esfuerzo provocado por la ascensi¨®n har¨¢ disminuir nuestro c¨ªrculo de fuerza paulatinamente.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Por esta raz¨®n, ser¨¢ importante gestionar con inteligencia los momentos de ascenso con descansos en zonas del cuerpo m¨¢s o menos seguras. Hasta que por fin vislumbremos los tan cacareados puntos d¨¦biles. Sobre ellos deberemos clavar nuestra espada. Sobra decir que los colosos dar¨¢n rienda suelta a toda su c¨®lera en esos instantes. La intensidad y diversi¨®n se dejar¨¢n sentir de sobremanera en estos momentos cr¨ªticos.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
La satisfacci¨®n que produce enfrentarse a estos seres, azuzarlos o agarrarse con u?as y dientes a sus cuerpos mientras tratan de deshacerse de nosotros es incomparable. Confluyen tal cantidad de variables, posibilidades y estrategias que es imposible no disfrutar de esta nueva forma de jugar, esta nueva forma de experimentar un videojuego.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Dada la inventiva visual derrochada por ICO, era l¨®gico asumir un grado de brillantez similar para Shadow of the Colossus en ese apartado. La calidad del acompa?amiento musical, sin embargo, parec¨ªa levantar m¨¢s de un par dudas. Michiru Oshima dejaba la batuta en manos de Kow Otani y en esta ocasi¨®n la partitura jugaba un papel m¨¢s destacado dentro de la funci¨®n. ?Responder¨ªa el nuevo compositor a las expectativas? Para fortuna de todos, la banda sonora es uno de los grandes descubrimientos del juego.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Habitual de pel¨ªculas innegablemente japonesas como la saga Gamera o responsable de partituras de series de animaci¨®n como Haibane Renmei, Gundam W o City Hunter, sus incursiones en el mundo de los videojuegos han sido escasas pero de notoria calidad. Ah¨ª est¨¢n Sky Oddysey y Philosoma para demostrarlo. En Shadow of the Colossus, Otani se sirve de una orquesta compuesta mayoritariamente por instrumentos de cuerda y aderezada con intervenciones de grandilocuentes coros u otras familias como viento metal o viento madera.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Y el resultado no pod¨ªa ser mejor. La sensibilidad de Otani capta con inusual maestr¨ªa el aire melanc¨®lico, buc¨®lico por instantes, de esta tierra prohibida en los confines del mundo. Sin olvidar, por supuesto, la columna vertebral de la obra, los fastuosos temas ¨¦picos que nos acompa?ar¨¢n durante nuestra lucha contra los colosos. Temas implementados a la perfecci¨®n que variar¨¢n a lo largo del enfrentamiento en funci¨®n de la situaci¨®n en la cual nos encontremos.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Sus formas suelen basarse en seres vivos como mam¨ªferos, aves, reptiles, insectos o una combinaci¨®n de ellos. La frescura, sin duda alguna, proviene de las facciones 'rocosas' que pueblan su cuerpo, pues estas secciones toman prestada su apariencia de elementos tan poco habituales como fachadas de edificios o frontales de coches. Esta bizarra mezcolanza de influencias proporciona a los colosos un aire solemne, cautivador hasta la extenuaci¨®n, a medio camino entre la vida y la ausencia de ella.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Tampoco se debe olvidar el desolado pero cuidado paisaje de este mundo: bosques con peque?os riachuelos, lagos, planicies, desfiladeros, desiertos, playas, edificaciones derruidas, etc. El equipo de desarrollo se ha preocupado por ofrecer localizaciones no s¨®lo distintas en sus formas sino tambi¨¦n en sus detalles.
Si se es suficientemente observador, no ser¨¢ dif¨ªcil discernir el cambio en los materiales de la arena o los distintos estilos arquitect¨®nicos de los derruidos templos esparcidos por el mundo. Despide un sentido de cohesi¨®n y credibilidad dif¨ªcil de encontrar en el mundo de los videojuegos. A destacar el majestuoso Altar de la Veneraci¨®n, con su inolvidable puente de acceso y sus arcos g¨®ticos soportados por monumentales columnas que dejan pasar una hipn¨®tica luz solar. Pocos estudios han logrado plasmar paisajes emborrachados por el sol con semejante fuerza.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Como ya demostrara Ueda en su primera obra como director y haciendo honor a sus comienzos en la industria, la animaci¨®n vuelve a ocupar un lugar crucial en su cadena de creaci¨®n. No es de extra?ar, por tanto, que se respire vida en la tierra de los colosos. Nuestro compa?ero de fatigas, Agro, es una muestra inequ¨ªvoca de ello. Jam¨¢s se ha captado con mayor veracidad en videojuego alguno el comportamiento de un caballo. Desde el suave balanceo de sus crines hasta la naturalidad con la que se entretiene pastando hierbajos, todo se ha tratado con el mayor de los cuidados.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Por no hablar el grado de credibilidad que exhiben unos colosos cuya celeridad de movimientos est¨¢ perfectamente determinada por su complexi¨®n y envergadura. Resulta refrescante poder adoptar el papel de una inquieta hormiga en muchos de nuestros enfrentamientos. Tampoco se debe olvidar que todo este esfuerzo ha de responder a cuestiones jugables m¨¢s que en ning¨²n otro juego. Aqu¨ª las "fases" est¨¢n en continuo movimiento. Las animaciones, con especial hincapi¨¦ en el protagonista, han de ser funcionales. Por fortuna, hay poco que achacar en este sentido.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Lamentablemente, si nos ce?imos a aspectos puramente t¨¦cnicos, el resultado obtenido posee m¨¢s carencias de las que cabr¨ªa esperar. Ello no quiere decir que carezca de un apartado sobresaliente con destellos de aut¨¦ntico lujo: la envergadura y grado de detalle que exhiben los colosos es un logro sin parang¨®n en el mundo de los videojuegos; la iluminaci¨®n muestra una vez m¨¢s lo mejor de este estudio; los efectos de part¨ªculas tienen poco que envidiar a los mejores del cat¨¢logo de PS2 y el efecto de blur que provocan determinados movimientos bruscos de nuestros enemigos es espectacular como pocos.
Shadow of the Colossus (PlayStation 2)
Por si no fuera suficiente, soporta formato panor¨¢mico real, escaneado progresivo y los tiempos de carga son inexistentes. Pero no por ello debemos esconder esas escasas manchas en el expediente que, por desgracia, est¨¢n muy presentes. Resulta loable la empresa que acomete el equipo de desarrollo con esta obra pero ese arrojo se paga a un precio bastante alto. La tasa de im¨¢genes por segundo fluct¨²a mucho m¨¢s de lo que cabr¨ªa esperar, en especial durante los enfrentamientos contra determinados colosos. Aunque se ha mejorado notablemente la actualizaci¨®n del grado de detalle en las texturas con respecto a versiones a¨²n en desarrollo, dicho percances siguen teniendo lugar con bastante frecuencia y relativamente cerca de la posici¨®n del jugador. Es un mal no tan menor que detrae de la experiencia m¨¢s puntos de los perdonables.
El segundo proyecto de Team ICO tiene lugar en un mundo desolado habitado por enormes gigantes de piedra que caminan sin rumbo a los que deber¨¢s dar caza.