Con las botas puestas...

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Ocurri¨® que el ej¨¦rcito estadounidense env¨ªa a Somalia sus unidades m¨¢s importantes, los Rangers y los Delta Force. La misi¨®n es capturar al dictador Aidid, que est¨¢ matando de hambre a miles de somalies en lo que es un r¨¦gimen a todas luces insostenible. Al principio todo marcha seg¨²n lo previsto, pero cuando uno de los hombres cae y un helic¨®ptero Black Hawk es derribado, comienza la pesadilla: los soldados se encuentran en minor¨ªa y teniendo que luchar por sus vidas.

Evidentemente, el juego que hoy nos ocupa trata de ir algo m¨¢s all¨¢ del conflicto real, m¨¢s all¨¢ del relato escrito de Mark Bowden y del famoso film. A lo largo de una campa?a de 16 misiones, Novalogic recicla el ya vetusto concepto de la serie Delta Force para transformar la acci¨®n en todo un torrente de dinamismo b¨¦lico, muy bien ambientado y terriblemente entretenido. El problema es cuando se trata de un producto cuyo ¨¦xito en PC tuvo lugar har¨¢ ya m¨¢s de dos a?os, y dicho retraso a la hora de convertirlo a nuestras consolas no puede conllevar nada bueno, a excepci¨®n del hecho mismo de la aparici¨®n del programa en s¨ª.

A¨²n as¨ª, el concepto del juego per se puede resultar interesante en su concepci¨®n para consola. Con la salvedad de las dos entregas de Ghost Recon o los Conflict Desert Storm, no muchos t¨ªtulos mas podremos encontrar en Playstation 2 con la actividad militarista que ofrece Black Hawk Down, en la que se auna a la cl¨¢sica metodolog¨ªa shooter un componente estrat¨¦gico vital que adorna sobremanera la abundante acci¨®n.

Por lo dem¨¢s, en Delta Force Black Hawk Down nos espera una incursi¨®n en la que no s¨®lo seremos h¨¦roes de guerra en solitario, sino que nos permitir¨¢ medirnos en multitudinarias batallas por la red, batiendo records en lo que a participaci¨®n masiva se refiere. Ni m¨¢s ni menos que 32 jugadores metidos en la arena de Playstation 2 Online. As¨ª pues, ?merecer¨¢ la pena ser un Delta Force en la consola de Sony despu¨¦s de tanto tiempo. Veamos, veamos...

Las figuras est¨¢n hechas con un dudoso sentido del gusto. Pueden transmitir cierto buen hacer en su modelado, meritorio en su escasa carga de tri¨¢ngulos, pero no son elegantes ni poseen una est¨¦tica que hagan llegar al usuario cierta fuerza o car¨¢cter. Peor a¨²n resultan los enemigos y los civiles, que parecen mu?equitos tridimensionales de hace a?os (lo cual no deja de ser cierto, teniendo en cuenta que el Black Hawk Down original es ya un programa ciertamente antig¨¹illo).

Luego est¨¢n las texturas, muy pobres en su gran mayor¨ªa. Poca resoluci¨®n en general y reiter¨¢ndose una y otra vez, lo cual da lugar a un entorno gr¨¢fico terriblemente soso en el que una prominente neblina en el horizonte no ayuda a mejorar lo que vemos en pantalla. Y para redondear el asunto, el framerate es demasiado err¨¢tico, con momentos en los que la fluidez brilla por su absoluta ausencia. Lo cierto es que esto es del todo incomprensible al, ciertamente, lucir tan pocas virtudes visuales, pero es la cruda verdad. Algo raro teniendo en cuenta que el engine Azura ha mostrado mejores maneras en, por ejemplo, Iron Storm.

Aunque hay que reconocer que la solvencia mencionada al principio viene de que, con todo, Black Hawk Down est¨¢ muy bien ambientado. Es como el cocinero que, con muy pocos ingredientes, realiza un plato de lo m¨¢s agradable. La polvareda, la recreaci¨®n de Mogadiscio, el caos de los civiles pululando por aqu¨ª y por all¨¢... Y el sonido.

En cuanto a la banda sonora, se mezclan acertadamente ritmos ¨¦tnicos de procedencia africana con ciertos toques m¨¢s o menos tecno. Hay que citar que, pese a que en ocasiones las melod¨ªas pecan de ser algo m¨¢s que repetitivas, aportan un toque id¨®neo a lo que a ambientaci¨®n se refiere. Cumplen en calidad art¨ªstica y, encima, logran desembocar sensaciones como frenes¨ª, desasosiego o incluso miedo. Es lo bueno de la guerra en los videojuegos, que aparte de ser inocua es posible combatir escuchando buena m¨²sica...

De todos modos, la experiencia de juego llega a resultar lo suficientemente gratificante como para justificar su car¨¢cter arcade. Y es que la ambientaci¨®n y un m¨ªnimo conjunto estrat¨¦gico llegan a camuflar sobremanera un estilo que va poco m¨¢s all¨¢ del dispara y corre. Desgraciadamente, lo que hace dos a?os funcionase medianamente bien en PC, la conversi¨®n que a d¨ªa de hoy nos presenta Rebellion carece de cualquier atisbo de encanto.

Antes habr¨ªa que matizar un punto que, sin duda, es excelente en Black Hawk Down: el multijugador. A pantalla partida se obtienen resultados m¨¢s que satisfactorios, pero conectando nuestras PS2 online, gozaremos de una experiencia inolvidable, siempre que nuestro ancho de banda sea bien jugoso. Como host, un usuario podr¨¢ crear un notable combate para ocho personas, pero en los servidores oficiales podr¨¢n participar hasta 32 jugadores, todo un hito en Playstation 2, con modos de juego cl¨¢sicos al estilo de captura la bandera, team deathmatch o team king of the hill. Sin duda, lo mejor de Black Hawk Down, a¨²n sin llegar al nivel de Star Wars Battlefront.

Por contra, ciertos detalles t¨¦cnicos que ensombrecen brutalmente la experiencia monojugador tambi¨¦n llegan a influenciar la jugabilidad online. El ejemplo m¨¢s palpable reside en la niebla que existe en el horizonte, la cual se convierte en todo un desprop¨®sito en las partidas multijugador donde los francotiradores campen, ya que a ¨¦stos se les impide la visi¨®n hasta el m¨¢ximo del alcance que podr¨ªa tener, por ejemplo, un Barrett .50.

Ya en solitario, en plena campa?a, la atm¨®sfera general del juego envuelve bastante. La suma de la calidad de los sonidos, el caos de los civiles corriendo en mitad de las refriegas, las constantes comunicaciones por radio... Todo resulta de lo m¨¢s satisfactorio y por momentos llega a empujar al juego hacia arriba. Lo malo es que la inteligencia artificial es capaz de emborronar todo lo bueno del juego de una sola pasada: los enemigos pululan como zombis, a veces est¨¢n a tu lado y no parecen darse cuenta, tus soldados, dejando aparte el eficiente sistema de ¨®rdenes, es demasiado err¨¢tica... Un c¨²mulo de desprop¨®sitos que acercan de forma algo triste a este Delta Force a un punto demasiado a?ejo.

Y en ese mismo sentido, tras ese desbarajuste arcade, Black Hawk Down insiste en un concepto jugable que, siendo generosos, es hasta notable. El por qu¨¦ reside precisamente en que es divertido y en que su estupenda ambientaci¨®n empuja a seguir. Tambi¨¦n hay que destacar la buena implementaci¨®n que ha hecho Rebellion de cara al pad de Playstation 2, que ayuda y mucho a sobrevivir a trav¨¦s de las diecis¨¦is misiones del modo campa?a. Qui¨¦n sabe... a un servidor, en ocasiones, me ha llegado a entusiasmar m¨¢s como juego que el popular Killzone.

Por contra, en Playstation 2 se dan lugar una serie de condicionantes que posicionan a Black Hawk Down por encima del programa de Ubi. En la 128 bits de Sony, Ghost Recon 2 es, la verdad, un juego algo cutre. La obra de Ubi Soft Shangai poco o nada tiene que ver con la grandeza del original programado por Red Storm, y ciertamente, se queda tambi¨¦n bastante atr¨¢s del Black Hawk Down que nos trae Rebellion... una conversi¨®n digna de elogio, que no os quepa duda... pero con un sabor a a?ejo algo intratable para algunos.

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