Port Royale 2: Imperio y Piratas
- PlataformaPC7.5
- G¨¦neroEstrategia
- DesarrolladorAscaron
- Lanzamiento24/06/2005
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorFX Interactive
Surcando los mares
De la mano de FX Interactive nos llega la segunda parte de Port Royale, un juego de estrategia comercial a la antigua usanza. Descubre con nuestro an¨¢lisis las novedades de esta entrega.
El incombustible mundo los piratas vuelve a llamarnos en esta nueva aventura de Ascaron. Pero estos personajes tan carism¨¢ticos no ser¨¢n lo ¨²nicos que ver¨¢s en el Caribe; intr¨¦pidos aventureros, conquistadores de ultramar, mercaderes en busca de fortuna y corsarios a sueldo compartir¨¢n escenario. Port Royale 2: Imperio y Piratas es un t¨ªtulo de estrategia comercial que aborda uno de los per¨ªodos m¨¢s apasionantes de la historia de la humanidad, la conquista del Nuevo Mundo.
Ad¨¦ntrate en esta ¨¦poca con este v¨ªdeo.
Dos a?os despu¨¦s de la primera entrega, vuelve Port Royale, de la mano de los creadores de la saga Patrician y Sacred. Como en aquella, empiezas siendo un grumete con ansias de gloria y fortuna en una tierra de oportunidades. Viajar¨¢s por el mar de las Antillas del siglo XVII, en medio del enfrentamiento entre las potencias europeas por las riquezas y el poder en el Nuevo Mundo. Cuatro naciones estar¨¢n presentes; Espa?a, el imperio donde nunca se pone el sol, Inglaterra, la ¨²nica flota capaz de hacer sombra a la escuadra espa?ola, Francia, una potencia en continua expansi¨®n que concentra sus esfuerzos en la colonizaci¨®n de las costas de La Florida, y Holanda, que conocen muy bien la navegaci¨®n y el comercio, siendo la m¨¢s d¨¦bil en cuanto a extensi¨®n del terreno.
Jugabilidad
Al iniciar el juego, el vistoso men¨², en forma de carteles de madera sobre un atardecer caribe?o, te ofrece las opciones a elegir. Puedes ir por libre en la modalidad 'Nueva Partida' o iniciar los tutoriales y continuar con las cinco campa?as que te propone el juego en la modalidad 'Campa?a'. Es de agradecer que esta vez te ayuden a comprender las caracter¨ªsticas de este t¨ªtulo en forma de cuatro detallados tutoriales, ya que la primera parte carec¨ªa de esta opci¨®n. Se hace muy dif¨ªcil avanzar en la aventura si no se pasa primero por ellos. As¨ª, el primero te ayuda a familiarizarte con los aspectos generales, el siguiente con el comercio, el tercero con la construcci¨®n y el ¨²ltimo te orientar¨¢ en las estrategias militares.
Cuando comiences la campa?a te ver¨¢s en la misma situaci¨®n que en la anterior entrega; en tu ciudad inicial se encontrar¨¢ un peque?o barco para ti y el dinero del que dispondr¨¢s ser¨¢ escaso. No te preocupes, aunque en principio la cantidad de datos parezca abrumadora y pienses que no ser¨¢s capaz de gestionarlos, pronto comenzar¨¢s a ganar oro y avanzar en las misiones que te encomienden. Estas vendr¨¢n por parte del gobernador de la ciudad en la que comiences, aunque otros podr¨¢n ofrecerte misiones. Para esto deber¨¢s alcanzar una cierta reputaci¨®n en la ciudad de aquellos, que puedes conseguir, principalmente, llevando a estas los productos que all¨ª escasean. Hay otras formas, como organizar fiestas en el centro del pueblo o realizar donaciones a la iglesia o al general, m¨¢ximo responsable de la organizaci¨®n militar de la ciudad.
Aquellos que hayan jugado al Port Royale original no se van a asombrar mucho con el aspecto econ¨®mico, pues es pr¨¢cticamente igual en esta secuela. El comercio se basa en el intercambio de mercanc¨ªas entre ciudades, con el objetivo de satisfacer las necesidades de los ciudadanos y fomentar la producci¨®n de bienes de consumo. Esta ser¨¢ la manera primordial con la que aumentar tu capital y la excusa que te llevar¨¢ de una ciudad a otra. Para realizar una actividad comercial en una ciudad, basta con tener un almac¨¦n (al comenzar te 'regalan' uno, situado en la ciudad inicial) o un barco amarrado en esta. A continuaci¨®n, en la vista de la carta de navegaci¨®n, que es b¨¢sicamente el mapa del juego, pulsas con el bot¨®n derecho sobre el icono de la ciudad y se desplegar¨¢ la ventana de la lonja. En este edificio podr¨¢s comprar y vender mercanc¨ªas, contratar marineros y embarcar colonos con destino a otra ciudad.
Ahora es cuando deber¨¢s buscar buenas oportunidades, bas¨¢ndote en la ley de la oferta y la demanda. Las mercanc¨ªas que escasean en una ciudad son caras, mientras que, si las existencias de un determinado productos son abundantes, podr¨¢s comprarlas a un precio m¨¢s bajo. En las ciudades donde se produce una determinada mercanc¨ªa, ¨¦sta tendr¨¢ un precio m¨¢s asequible, por esta raz¨®n es m¨¢s recomendable comprar bienes donde estos se fabrican. La reputaci¨®n tambi¨¦n juega un papel importante en los precios, ya que cuanto mayor sea esta, menor ser¨¢ la cantidad de oro a pagar por la adquisici¨®n de mercanc¨ªas. Hay que tener en cuenta que comprar bienes que escasean en una poblaci¨®n mermar¨¢ tu reputaci¨®n en esta.
El bien que m¨¢s escasea en una ciudad se imprime en forma de icono debajo del t¨ªtulo de la misma en la carta de navegaci¨®n, pero recuerda que no eres el ¨²nico comerciante en busca de fortuna. Otro convoy comercial podr¨ªa llegar a destino antes que t¨² y suplir la carest¨ªa de mercanc¨ªas de la ciudad. Si esto ocurriera, el icono cambiar¨ªa antes de tu llegada, aunque siempre hay m¨¢s productos que hacen falta. Aparte de bienes, muchas poblaciones necesitan trabajadores, lo cual se nos informar¨¢ tambi¨¦n en forma de icono. Para sacar provecho de esta situaci¨®n, embarcaremos los colonos sobrantes de una ciudad y los llevaremos a la que los necesite; cobraremos 100 doblones por cada unidad que llegue a su destino.
A medida que avances ver¨¢s como aumentan tus arcas, pero el dinero se debe administrar bien. Cada uno de los marineros que tengas contratados en tu barco y cada uno de los empleados que trabajen en tus almacenes y edificaciones cobrar¨¢n una n¨®mina, que saldr¨¢ de tu bolsillo, obviamente. Como podr¨¢s comprobar, no solo el almac¨¦n estar¨¢ a tu disposici¨®n; puedes construir m¨¢s edificios si hablas con el maestro constructor. ?l te dar¨¢ un permiso para edificarlos, el cual tendr¨¢s que pagar, previamente habiendo conseguido una reputaci¨®n considerable en la ciudad. Una vez tengas este permiso, podr¨¢s construir infraestructuras p¨²blicas, f¨¢bricas y explotaciones, lo que te ayudar¨¢ a consolidar tu posici¨®n en el Caribe.
Cada ciudad tiene, en torno al embarcadero, varios edificios p¨²blicos. Hemos comentado la lonja, que es el hogar del comerciante. En los astilleros y d¨¢rsenas podr¨¢s comprar y vender barcos o repararlos, as¨ª como tambi¨¦n bautizarlos con el nombre que desees. Otro edificio que siempre hallar¨¢s es el que concentra el poder administrativo, que puede ser un ayuntamiento, palacio de gobernador o palacio de virrey, dependiendo de la importancia de la ciudad. Para poder entrar en esta edificaci¨®n deber¨¢s gozar de una buena reputaci¨®n, a excepci¨®n de tu ciudad inicial. Al entrar te encontrar¨¢s con diversos personajes como el general, el tesorero, el gobernador o, incluso, su propia hija. Cuando hayas alcanzado un determinado rango podr¨¢s empezar a flirtear con ella, para luego, si as¨ª lo deseas, pedirle la mano. Este matrimonio ser¨¢ beneficioso en cuanto a que ella te proporcionar¨¢ informaci¨®n vital para facilitarte el progreso en la aventura.
Encontrar¨¢s otros edificios como la iglesia, en donde podr¨¢s rezar (un simple adorno, ya que no afecta a la jugabilidad), bendecir tu convoy para aumentar la moral de los marineros embarcados o hacer un donativo. El mercado ser¨¢ el lugar donde organizar fiestas para todos los ciudadanos, report¨¢ndote un aumento de reputaci¨®n, dependiendo del tipo de fiesta que elijas. Visitar¨¢s el hogar del maestro constructor para adquirir el permiso de construcci¨®n o, si ya lo tienes, construir el edificio que quieras. Finalmente, en la taberna podr¨¢s contratar un capit¨¢n que dirija tu convoy o echarte una partida de cartas, apostando m¨¢s dinero cuanto mayor sea tu rango. Puede que aqu¨ª encuentres un pirata; tuya ser¨¢ la decisi¨®n de confiarle un convoy para ilegales menesteres. En ese caso, recibir¨¢s peri¨®dicamente tu parte del bot¨ªn en la taberna donde lo contrataste.
Las misiones, dadas por el gobernador, consistir¨¢n en atacar ciudades enemigas (para lo cual te dar¨¢ una 'patente de corso'), mantener la prosperidad econ¨®mica de cierta poblaci¨®n, edificar un colegio en honor a la esposa del gobernador, etc. En ocasiones tendr¨¢s que enfrentarte a piratas de renombre, e incluso atacar sus guaridas. Estos temidos personajes sin ley ni patria se dedicar¨¢n a complicarte la existencia y la de los dem¨¢s habitantes del Caribe. Al principio no te har¨¢n mucho caso, pero en cuanto te labres un buen curr¨ªculo, empezar¨¢n a toparse contigo. No los menosprecies, su arrogancia no implica insensatez; puedes pagarlo caro si desechas estos consejos. Algunas de sus flotas van fuertemente armadas; ¨¦stas son las que deber¨¢s evitar, o armarte de grandes barcos y munici¨®n para hacerles frente.
Las batallas navales han cambiado ligeramente en Port Royale 2; antes ten¨ªas que dirigir todos tus barcos simult¨¢neamente. Ahora, y para facilitarte la tarea, controlar¨¢s solo uno de tus barcos, mientras que el enemigo seguir¨¢ controlando la totalidad de su flota. Para algunos, esta decisi¨®n les parecer¨¢ incorrecta, otros la agradecer¨¢n, dado que se simplifica el manejo. Por el contrario, si tu oponente dispone de varios nav¨ªos, tu ¨²nico barco puede ser despedazado en menos de lo que canta un gallo. Cuando esto ocurra, la partida se pausar¨¢ y podr¨¢s elegir cualquiera de tus nav¨ªos restantes.
La acci¨®n discurre en tiempo real, en un estilo bastante arcade. Puedes seleccionar el tipo de munici¨®n, a elegir entre metralla (proyectiles menores que se diseminan tras ser disparados), palanquetas (dos bolas de ca?¨®n encadenadas que rasgan las velas de los barcos reduciendo su velocidad) y balas de ca?¨®n macizas (gran alcance y da?o inflingido en el casco de la embarcaci¨®n). Tambi¨¦n tienes la interesante opci¨®n de abordar el nav¨ªo enemigo, en donde veremos una secuencia automatizada que finalizar¨¢ favorablemente para el que tenga mayor cantidad de tripulantes y mejor armados. El vencedor se quedar¨¢ con la embarcaci¨®n, que podr¨¢ vender o incluir en su convoy, adquiriendo los objetos que en ¨¦l se hallen.
Gr¨¢ficos y sonido
Ciertamente, los gr¨¢ficos tienen mejor aspecto que en la anterior entrega, aunque se podr¨ªa pedir algo m¨¢s. Gracias a t¨ªtulos como Warcraft 3, la estrategia ha dado el salto a las tres dimensiones satisfactoriamente y ya no es necesario continuar con un estilo anticuado. Sin embargo, Ascaron parece no querer seguir la buena costumbre de otros juegos en este aspecto, como Warhammer 40.000: Dawn of War o nuestro Imperial Glory. Ni hablar de algunos que est¨¢n por llegar, como Age of Empires III o Company of Heroes. A pesar de esto, consigue plasmar unos bellos escenarios, incluyendo la posibilidad de hacer zoom. Esta ¨²ltima caracter¨ªstica la utilizar¨¢s solo una vez, porque cuando acerques la c¨¢mara ver¨¢s todo tan pixelado que no querr¨¢s hacerlo m¨¢s. Hay que recordar que la mayor¨ªa de lo que se ve en pantalla es en dos dimensiones. Del sonido se puede hablar mucho mejor, y es que la banda sonora est¨¢ cuidad¨ªsima, as¨ª como los efectos especiales. La calidad de la m¨²sica que nos acompa?ar¨¢ es tal que incluso te sorprender¨¢s tarare¨¢ndola al apagar el ordenador. Las pocas voces presentes en este t¨ªtulo est¨¢n bien realizadas, y en un perfecto espa?ol.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podr¨ªan haberlo llevado a cotas m¨¢s altas. C¨®mpralo sin miedo.