Si John Wayne fuese samur¨¢i...

Samurai Western es la tercera entrega de una serie de juegos llamados Way of the Samurai. Ambos t¨ªtulos llegaron a nuestro pa¨ªs har¨¢ un par de a?os y pasaron sin pena ni gloria por las estanter¨ªas de las tiendas Y la verdad, este ¨²ltimo cap¨ªtulo, va camino de conseguirlo.

En un intento de aportar un ¨¢pice de originalidad, la gente de Acquire, abandona el Jap¨®n feudal de las anteriores entregas, para transportarnos la lejano oeste de principios del siglo XIX. Adem¨¢s, en esta  ocasi¨®n prescinden por completo de cualquier elemento de aventura en el desarrollo del juego, para que nadie intente romperse la sesera m¨¢s de la cuenta, y se centran por completo en la acci¨®n.

El peso de la historia recaer¨¢ en la figura de Gojiro Kiryuu, un joven nacido en el seno de una noble familia que lo ha criado bajo la filosof¨ªa de vida del samur¨¢i. Nuestro protagonista, llega al lejano oeste en busca de su hermano, Rado, quien ha abandonado el camino de la espada y su posici¨®n en la familia para pasar a formar parte de la banda de un peligroso cuatrero,  Goldberg.

El gran aliciente de este modo de juego es el amplio abanico de personajes del que dispondremos, algo m¨¢s de veinte en total y que iremos desbloqueando poco a poco. En el modo maestro tendremos que ir superando nuestro propios records en los diferentes niveles para ir consiguiendo los m¨¢s de cien extras que se esconden en el juego. Entre ellos, gran parte de los personajes desbloqueables, armas y accesorios.

Pese a que el sistema de juego no es para nada complicado, y que con un simple bot¨®n (bueno, dos a los sumo) nos defenderemos bastante bien, Samurai Western ???cuenta con m¨¢s de un movimiento!!!

El principal (y primordial) ser¨¢ el bot¨®n cuadrado, con el que utilizaremos sabiamente nuestra katana. ?ste sin lugar a dudas, ser¨¢ nuestro bot¨®n!. El bot¨®n X nos permitir¨¢ saltar, pero es tan inoportuno e innecesario que rara vez nos acordaremos de que existe. Con el tri¨¢ngulo,  podremos agarrar objetos y personas, que nos servir¨¢n de escudo y que a posteriori podremos lanzar a nuestro antojo. La habilidad de recoger y lanzar objetos y/o personas no aporta nada al desarrollo de los combates, y despu¨¦s de los diez primeros,  quedar¨¢n relegados al ostracismo.

Y ya por ¨²ltimo, el bot¨®n c¨ªrculo y R1 nos aportar¨¢n movimientos de defensa o evasiva. Con el c¨ªrculo llevaremos a cabo una acrobacia evasiva, que a lo largo del juego ser¨¢ como el pan nuestro de cada d¨ªa junto al bot¨®n X. Por otro lado, con el bot¨®n R1 podremos devolver las balas que nos disparen nuestros enemigos. Algo impactante y atractivo al principio, cuando el n¨²mero de enemigos es limitado, pero que a la larga, dejaremos en desuso pues contra un n¨²mero de enemigos importante  es una acci¨®n est¨²pida e inefectiva.

Y ya para completar el repertorio de acciones, dispondremos de un ataque m¨¢s poderoso y destructivo, que podremos liberar una vez tengamos llena nuestra barra de 'bushido'. Dicha barra (la que est¨¢ por encima de la barra de energ¨ªa) se ir¨¢ rellenando a medida que acabemos con nuestro enemigos.

Por el contrario, pese a estar tan limitado en lo que a movimientos se refiere, es digno de mencionar que seg¨²n el arma que portemos, nuestra forma de atacar cambiar¨¢ por completo. Desde la postura del personaje hasta la manera en dar los cortes. As¨ª, tendremos ocasi¨®n de blandir una espada a dos manos que nos restar¨¢ la habilidad de devolver las balas, pero por el contrario, nos aportar¨¢ una fuerza impresionante. Aunque a pesar de todo, la t¨¢ctica del juego no variar¨¢ lo m¨¢s m¨ªnimo, pegar, esquivar, pegar, esquivar?

Todas las armas del juego podr¨¢n mejorarse subiendo de nivel, seg¨²n las vayamos utilizando. De un modo similar, tambi¨¦n podremos modificar a nuestro personaje. Aunque ¨¦ste ganar¨¢ puntos de experiencia a medida que vayamos derrotando enemigos. Al terminar el nivel, se nos dar¨¢ una cantidad de puntos que podremos distribuir entre las diferentes habilidades de Gojiro seg¨²n m¨¢s nos convenga.

Adem¨¢s, a lo largo del juego iremos consiguiendo nuevos accesorios de vestimenta; gorros, m¨¢scaras, botas de cowboy, lazos y dem¨¢s accesorios de lo m¨¢s peculiar como un loro, un mono o una guitarra el¨¦ctrica, que modificar¨¢n tanto nuestra identidad como nuestro estatus por completo.

Todos estos peque?os extras pueden ayudar un poco, pero no lo consigue del todo: la acci¨®n es demasiado repetitiva. Los enemigos son interminables y siempre aparecen de repente a tus espaldas. La inteligencia artificial destaca m¨¢s por cantidad que por calidad, as¨ª que ninguno de los malos o los jefes son muy espabilados. Y a¨²n para m¨¢s inri, tendremos que soportar las mismas frases una y otra vez, estemos en el pueblo que estemos (se nota que el nivel cultural en el lejano oeste no era muy alto?).

La c¨¢mara del juego, es m¨¢s bien poco afortunada, pues no deja de girar alrededor del personaje, algo que terminar¨¢ por volvernos locos. Concretamente, este problema se ve m¨¢s acentuado en escenarios interiores, en los que por momentos, la c¨¢mara parece atrapada entre varias paredes. Sin mencionar, lo complicado que ser¨¢ divisar alg¨²n enemigo a la hora de subir unas sencillas escaleras.

Tal y como cabr¨ªa esperar, el apartado sonoro se ve sumergido por temas en los que predominan instrumentos t¨ªpicos de las pel¨ªculas de vaqueros; el banjo, rascadores, harm¨®nicas o silbidos. Aunque por momentos se aleje totalmente de esta vertiente para sumergirse de lleno en el Jap¨®n m¨¢s profundo. Ya se sabe, no todo el mundo puede ser Ennio Morricone, para crear la banda sonora del oeste perfecta.

Los efectos sonoros, aunque limitados, est¨¢n bastante bien cuidados, suenan bien y est¨¢n llenos de consistencia. Como por ejemplo el brotar de la sangre con cada corte que damos. Por el contrario, no se puede decir lo mismo de las voces. Gracias a Dios, el juego cuenta con textos en castellano para poder quitar el volumen de la televisi¨®n durante las escenas de di¨¢logo o narraci¨®n. S¨ª, el doblaje es bastante malo, la verdad, est¨¢ carente de sentimiento, y totalmente desincronizado con las animaciones.