Fire Emblem: Sacred Stones, Impresiones

Hay quien puede percibir la saga Fire Emblem como algo nuevo o reciente en el panorama del videojuego. Aunque desde luego no lo sea, s¨ª que es cierto que el g¨¦nero del RPG t¨¢ctico o de estrategia nunca ha estado muy arraigado por estos lares, y sobre todo particularizando en cuanto al mercado de las consolas. ?ste es uno de los motivos principales por el cual esta saga, aut¨¦ntico emblema (me ahorro el chascarrillo) del RPG t¨¢ctico, era hasta hace poco una gran desconocida para la mayor¨ªa del p¨²blico occidental. Pero no hay m¨¢s que investigar un poco para descubrir que lleva a sus espaldas muchos a?os de historia y sobre todo, mucha calidad.

El lanzamiento de cada nuevo t¨ªtulo Fire Emblem parec¨ªa venir marcado por un infalible reloj. Desde que la saga vio sus comienzos, en el a?o 1990, Nintendo publicaba cada cierto tiempo una nueva entrega, siempre dise?ada bajo el mismo patr¨®n, con apenas concesiones a novedades o cambios en su desarrollo, pero conservando siempre las mismas cotas de excelencia en cuanto a jugabilidad y dise?o. Ese inagotable flujo de t¨ªtulos se vio truncado con la llegada de la ¨²ltima entrega en Super Nintendo, y despu¨¦s de un inexplicable vac¨ªo durante la ¨¦poca de Nintendo 64, la saga vuelve triunfante a GBA, esa plataforma que tan bien la ha acogido despu¨¦s del ¨¦xito del primer Fire Emblem en embarcarse fuera de Jap¨®n, el fabuloso ?Rekka no Ken'.

Con esta nueva entrega, subtitulada ?Seima no Kouseki' (Las Piedras Sagradas), se estrenan tambi¨¦n, como viene siendo habitual en la saga, una nueva historia y unos nuevos protagonistas. Esta vez se relata la historia de los hermanos Eiphrim y Eirika, herederos del Reino de Renais, que intentar¨¢n descubrir qu¨¦ se esconde bajo la inesperada traici¨®n del Reino aliado de Grado, comandada por su amigo de la infancia el pr¨ªncipe Lyon, y que parece tener su origen en los artefactos que dan t¨ªtulo al juego, las Piedras Sagradas, cuyo misterioso poder parece todav¨ªa inexcrutado.

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En cuanto al juego en s¨ª, hace gala de unas cuantas interesantes novedades (aunque sin sorpresas), y da la impresi¨®n de que se ha cuidado especialmente el hecho de que pueda ser disfrutado por todo el mundo. Para un primerizo, existe la opci¨®n de empezar el juego en un nivel de dificultad bajo y acompa?ado del ya t¨ªpico tutorial, para instruirle en esto del arte de la guerra por turnos: c¨®mo mover unidades a trav¨¦s de los mapas como si de piezas de ajedrez se tratase, c¨®mo atacar siempre con el personaje adecuado teniendo en cuenta qu¨¦ tipo de arma vence sobre otra (el cl¨¢sico esquema de piedra-papel-tijera).

Por otra parte, para aquel que haya jugado a anteriores entregas, disfrutar de ¨¦sta no ser¨¢ nada dif¨ªcil, porque no caben en este ?Seima no Kouseki' grandes revoluciones ni excentricidades jugables, aunque claro? ?alguien las quer¨ªa? Pero hablando de aquellas interesantes novedades, conviene destacarlas, y m¨¢s teniendo en cuenta que muy probablemente se convertir¨¢n en nuevos est¨¢ndares de facto en la saga.

La segunda novedad: se acab¨® la absoluta linealidad del juego. Sigue siendo lineal en cuanto a no poder escoger el orden de las misiones, que nadie se asuste, pero entre misi¨®n y misi¨®n, y gracias a un socorrido mapa del mundo, se podr¨¢n visitar de nuevo ciudades reconquistadas para por ejemplo, comprar armamento e items. Eso s¨ª, teniendo cuidado de no encontrarse por el camino con una indeseada escaramuza, que es otra de las posibilidades que el uso del mapamundi a?ade, o participar en batallas ocasionales, que por cierto pueden resultar muy ¨²tiles para subir de nivel a las unidades del ej¨¦rcito.

Y tercera y ¨²ltima novedad (sin duda la m¨¢s celebrada): se acab¨® la linealidad en cuanto al desarrollo de clases de los personajes. Hasta ahora, las unidades de las que dispon¨ªamos pod¨ªan subir de nivel hasta un punto en el que -gracias al uso de alg¨²n objeto- mejoraban su clase inicial (Caballero, Mercenario o Monje, por citar unas cuantas) en una clase m¨¢s poderosa y vers¨¢til (Palad¨ªn, H¨¦roe y Obispo, en estos tres casos), pero esta mejora se produc¨ªa de forma un¨ªvoca, esto es: no hab¨ªa capacidad de elecci¨®n. En ?Seima no Kouseki', se a?ade por fin al sistema de mejora de clases, la posibilidad de elecci¨®n por parte del jugador en cuanto al camino que puede tomar una unidad.

As¨ª que desde ahora, se a?ade la disyuntiva de qu¨¦ hacer con, por ejemplo, un personaje Mago que vaya a mejorar de clase. ?Quiz¨¢s convertirlo en Sabio para hacerlo infalible en el uso de la magia, o sacrificar esta destreza por la mayor versatilidad y movilidad del montado a caballo Mago de Batalla? Es s¨®lo una muestra, pero esta nueva opci¨®n, adem¨¢s de permitir una mayor personalizaci¨®n del ej¨¦rcito que comandemos, a?ade nuevas clases al ya amplio cat¨¢logo existente anteriormente. Para un aficionado a la saga, ser¨¢ toda una alegr¨ªa descubrir unidades completamente nuevas (como el Invocador o el Guardabosques), y explorar los a?adidos que su uso proporcione a la t¨¢ctica a usar en las batallas.

Por su parte, el trabajo art¨ªstico mantiene este nivel de calidad, como viene siendo habitual en la saga, y toma cuerpo en un dise?o de personajes fabuloso (quiz¨¢s el mejor visto hasta la fecha en un Fire Emblem). Cada unidad goza de un dise?o ¨²nico y brillante, acorde siempre con su clase o profesi¨®n, y a nivel de ambientaci¨®n se describe siempre la historia personal de cada uno, y las a veces peculiares relaciones que guardan con algunas de las dem¨¢s unidades. Este hecho es el que provoca que todas las unidades -y hay m¨¢s de 30 disponibles- tengan un carisma especial, hasta tal punto que en ocasiones, acabes olvidando la conveniencia de usar una unidad u otra bas¨¢ndose en su potencial? ?y selecciones para las misiones aquellas que simplemente te caen mejor!

Las mejoras gr¨¢ficas no son muy evidentes, pero ah¨ª est¨¢n. Se notan especialmente en unas animaciones m¨¢s detalladas, aunque a excepci¨®n de las que se usan para las clases nuevas, son importadas casi directamente de la anterior entrega. Tambi¨¦n se aprecia un mayor grado de detalle en los escenarios de las peleas entre unidades, mientras que el mapa general de cada batalla conserva ese aspecto simplificado y rampl¨®n, que no obstante facilita el pensamiento t¨¢ctico y el poder entender mejor el estado de la batalla.

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No s¨®lo sigue siendo, como cualquier Fire Emblem, un excelente juego de estrategia, sino que se permite el lujo de traer suficientes novedades como para atraer a los que ya conocemos la saga, proporcionar un desarrollo interesante y duradero (con dos trayectorias a elegir), e incorporar el que probablemente sea el repertorio de personajes mejor dise?ado y m¨¢s interesante de toda la historia de Fire Emblem.

As¨ª que hasta que se vea publicado, no queda m¨¢s que esperar? y exigir de paso que venga acompa?ado por una correcta traducci¨®n al castellano. De ser as¨ª, Nintendo se merecer¨ªa toda una medalla; y los estrategas hasta Noviembre ya sab¨¦is? id sacando brillo a las vuestras.