Lemmings

15 a?os despu¨¦s de su primera aparici¨®n en nuestras pantallas, las criaturas m¨¢s suicidas de la historia del videojuego regresan con una nueva aventura para PSP.

Corr¨ªa el a?o 1990 cuando Psygnosis public¨® un curioso juego desarrollado por los escoceses DMA Design (creadora en los 80 de algunas joyas como Menace o Blood Money, hoy d¨ªa conocida como (?adivin¨¢is?) Rockstar North) que presentaba en la nutrida sociedad de los amigos del Amiga a unos peque?os roedores con graciosas tendencias suicidas: eran los lemmings en el Lemmings. La inspiraci¨®n surgi¨® al contemplar a los propios animalitos, que en sus ansias migratorias s¨®lo se f¨ªan de su instinto y gustan de precipitarse por cualquier agujero profundo que se cruce en su estricto camino.

El objetivo del juego consist¨ªa en conseguir que el mayor n¨²mero posible de criaturas alcanzase la puerta de salida de cada nivel en un tiempo l¨ªmite. Los lemmings ¨²nicamente eran capaces de caminar por ellos mismos, de forma que a fin de librar los precipicios o salvar los obst¨¢culos inteligentemente dise?ados para cada nivel deb¨ªamos recurrir a un total de 8 habilidades distintas que pod¨ªamos asignar a cada diminuto amasijo de p¨ªxeles: el 'Climber' (perdonad, mis recuerdos aparecen en ingl¨¦s) pod¨ªa escalar paredes verticales; el 'Floater' descend¨ªa de grandes alturas sin sufrir da?os gracias a un colorido paraguas; el 'Bomber' hac¨ªa bomb, explotando tras 5 temporizados segundos y dejando peque?os huecos en el terreno.

O el esencial y generoso 'Blocker' permit¨ªa bloquear al resto de lemmings en su marcha infinita, modificando el sentido de su marcha; el 'Builder' constru¨ªa escaleras para superar los obst¨¢culos; el 'Basher' cavaba en horizontal, el 'Miner' en diagonal y el 'Digger' en vertical. Utilizando un n¨²mero limitado de estas habilidades en cada nivel deb¨ªas ser capaz de salvar una cantidad determinada de bicharracos. Si se acababa el tiempo y no consegu¨ªas llegar al destino... ?Oh, no! Pop, pop, pop, pop... y la pantalla se convert¨ªa en un amasijo de p¨ªxeles en una de las escenas m¨¢s memorables del mundo del videojuego.

Lemmings se convirti¨® instant¨¢neamente en un rotundo ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico, un inmediato cl¨¢sico y una referencia para futuros clones. El original planteamiento y la mezcla de estrategia y maniobras veloces y precisas supon¨ªa un aut¨¦ntico soplo de aire fresco al ya trillad¨ªsimo g¨¦nero de los puzzles. Los simp¨¢ticos roedores de pelo azul, con su multitudinaria presencia, sus exiguos p¨ªxeles y sus perfectas animaciones (s¨®lo comparables con aquellas genialidades del Prince of Persia), calaron como ¨²nicamente unos pocos elegidos pueden hacerlo. El ajustado nivel de dificultad lograba que las primeras pantallas fuesen un perfecto entrenamiento que permit¨ªa habituarse a los sencillos controles con mucha rapidez.

Los ¨²ltimos niveles presentaban obst¨¢culos aparentemente infranqueables y requer¨ªan acciones tremendamente veloces y precisi¨®n al p¨ªxel. Una aut¨¦ntica delicia, pues, en todos los sentidos, que en poco tiempo se convirti¨® en superventas millonario y uno de los mayores multiplataformas de la historia: 3DO, Amiga, Amiga CD32, Atari ST, Commodore 64, DOS, Game Boy, Game Boy Color, Master System, Game Gear, Megadrive, Lynx, NES, SNES, Windows 3.x, Spectrum... pr¨¢cticamente todas las plataformas existentes en aquella ¨¦poca (generaciones de 8 y 16 bits, por aquel entonces era posible la convivencia) y en a?os inmediatamente posteriores contaron con su correspondiente r¨¦plica, y pr¨¢cticamente todas las versiones eran aut¨¦nticas obras de arte.

Por supuesto asistiremos al obligado lavado de cara t¨¦cnico, que aumentar¨¢ la definici¨®n y el colorido de los peque?os b¨ªpedos y de los escenarios (que ahora mostrar¨¢n bellas im¨¢genes de fondo) sin recurrir a artificios extremos que puedan perjudicar la jugabilidad, exhibir¨¢ nuevos efectos y mostrar¨¢ animaciones m¨¢s detalladas. Lo cierto es que el juego no necesita m¨¢s y presenta un aspecto estupendo. Y la pantalla panor¨¢mica le siente muy bien.

La novedad m¨¢s atractiva en la entrega para PSP ser¨¢ la inclusi¨®n de un editor de niveles, que permitir¨¢ a los jugadores dise?ar los niveles m¨¢s intrincados que se les ocurran y salvarlos en la tarjeta de memoria. Se me ocurren pocos juegos a los que se pueda sacar tanto provecho con un editor semejante. Contando con las capacidades wireless de la consola, podremos tener a disposici¨®n de la comunidad global un sinf¨ªn de nuevas pantallas, descargas y a?adidos que conforman un horizonte tan extenso como apetecible.

Tal vez el ¨²nico punto m¨ªnimamente oscuro que se le puede criticar a esta versi¨®n para PSP es el mismo que en su d¨ªa afect¨® a todas las versiones para todas las consolas: el control. Un juego de este tipo, donde cuenta ante todo la velocidad y la precisi¨®n, s¨®lo puede ser manejado perfectamente mediante un rat¨®n. Es as¨ª, no hay m¨¢s: acciones que requieren movimientos rapid¨ªsimos con la exactitud de un p¨ªxel no son lo m¨¢s apropiado para un teclado o una cruceta o un l¨¢piz ¨®ptico o una pantalla t¨¢ctil.

Sin embargo, los que en su d¨ªa disfrutamos de las bondades de las primeras versiones para consola tenemos pocas quejas al respecto: el control era todo lo sencillo y agradable que pod¨ªa ser, y salvo contad¨ªsimas excepciones la jugabilidad no se resent¨ªa demasiado. Debemos recordar, adem¨¢s, que ¨¦sta no es la primera versi¨®n para port¨¢tiles, y en concreto la entrega para Lynx era una aut¨¦ntica maravilla.

En PSP los controles b¨¢sicos ser¨¢n los siguientes: la cruceta anal¨®gica se utilizar¨¢ para se?alar los lemmings y sus habilidades, el stick digital permitir¨¢ mover la c¨¢mara a lo largo del nivel (tambi¨¦n contaremos con el respectivo zoom), y se podr¨¢ utilizar uno de los botones para agilizar la acci¨®n cuando los lemmings est¨¦n sencillamente vagando por ah¨ª.

El peso de la nostalgia tambi¨¦n es enorme, as¨ª que a poco que se esfuerce el grupo desarrollador (Team 17, creador de Worms) incluso se puede convertir en un aut¨¦ntico vendeconsolas, al menos en el mercado europeo, ¨²nico en el que se ha confirmado su aparici¨®n a finales de este a?o. Esperamos impacientes.

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