De vuelta de los Infiernos

Un c¨®mic: Hellblazer. Una pel¨ªcula: Constantine. Un videojuego: Constantine: el videojuego. Bienvenidos de nuevo al maravilloso mundo de la franquicia. Si necesit¨¢is pruebas de que las grandes industrias del entretenimiento andan escasas de ideas, el que se haya adaptado un c¨®mic tan duro, irreverente y adulto como Hellblazer en una pel¨ªcula y un juego de acci¨®n tan ligeros y rutinarios como los dos Constantines es la mejor que hay.

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La cosa mejora si nos olvidamos del c¨®mic que hay en el origen de todo esto y consideramos Constantine como una adaptaci¨®n directa de la pel¨ªcula que protagoniza Keanu Reeves. Al contrario que otras adaptaciones de pel¨ªculas/c¨®mics recientes (The Punisher, Spider-man 2, X-Men Legends,?), este Constantine no hace ning¨²n intento de incorporar elementos del c¨®mic original a la est¨¦tica de la pel¨ªcula, sino que se conforma con adaptar con cierta fidelidad la versi¨®n cinematogr¨¢fica.

De hecho, en todo el juego no se hace ninguna menci¨®n a Hellblazer y a su entorno, al margen de los t¨ªtulos de cr¨¦dito. Visto desde esta perspectiva, la verdad es que Constantine es un juego bastante solvente, que cumple con sus objetivos y que se queda a dos pasos de ser un gran juego por su falta de valor a la hora de aplicar las ideas que contiene.

Gr¨¢ficos y sonido

Si hab¨¦is le¨ªdo los an¨¢lisis en Meristation de las versiones de consola de Constantine tal vez est¨¦is un poco confusos ?Es el mismo juego que en consolas? ?Es mejor la versi¨®n de PC? Constantine es, en esencia, el mismo juego con los mismos modelos y las mismas fases, pero lo cierto es que parece adaptarse mucho m¨¢s al estilo de juego de PC que al de consola. Los gr¨¢ficos, por ejemplo, hacen uso abundante de las posibilidades de las nuevas tarjetas gr¨¢ficas. Los modelos son relativamente rudimentarios, pero se integran bien en unos entornos llenos de efectos de part¨ªculas, simulaci¨®n de telas, efectos de luz y dem¨¢s que hacen mejorar el nivel gr¨¢fico medio. En particular, las secuencias que tienen lugar en el infierno son impresionantes e incre¨ªblemente similares a la est¨¦tica de la pel¨ªcula en la que se basa el juego.

Los modelos de los personajes cumplen bien su cometido, en la l¨ªnea de otros juegos multiplataforma recientes. El personaje principal se parece mucho a Keanu Reeves, hasta el punto de resultar ligeramente desconcertante verlo moverse por la pantalla. Ayuda que las animaciones sean buenas y se basen en la interpretaci¨®n del actor en la pel¨ªcula, incluyendo algunos tics bastante reconocibles. De hecho, la mejor parte de Constantine es la presencia casi s¨®lida que el personaje principal tiene en su entorno. El motor f¨ªsico es limitado, pero la solidez de la animaci¨®n y el buen nivel de interacci¨®n con los elementos verdaderamente importantes (seamos francos, el 90% de la interacci¨®n en un juego es con puertas, paredes y enemigos, no con sillas, pedruscos o botellas vac¨ªas), venden muy bien la sensaci¨®n de que todo lo que se ve es un mundo uniforme y real.

Destaca en el juego la enorme cantidad de secuencias animadas que se han creado, algunas basadas en escenas de la pel¨ªcula y otras completamente nuevas. No hay pr¨¢cticamente escenas animadas con el motor gr¨¢fico del juego. Las escenas no molestan, est¨¢n bien realizadas y hacen un buen trabajo disimulando el pobre sistema de animaci¨®n facial del motor en tiempo real, de modo que son bienvenidas.

El dise?o de los enemigos es bastante repetitivo, aunque tal vez haya que culpar de eso a la pel¨ªcula original. S¨ª que hay variedad en sus capacidades, y contra cada tipo de enemigo hay que usar estrategias distintas, pero el dise?o de todos es tan similar que en muchas ocasiones no sabremos qu¨¦ clase de rival nos ataca hasta que lo tengamos encima.

En cuanto al sonido, la traducci¨®n al castellano es adecuada, pero los dobladores no son los habituales de los actores de la pel¨ªcula, y tampoco parecen demasiado inspirados en general. Personalmente, prefiero una versi¨®n original subtitulada a un mal doblaje, de modo que este aspecto resulta muy decepcionante. Los dem¨¢s efectos son adecuados. En las escenas m¨¢s tensas se oyen ruidos lejanos que generan una atm¨®sfera adecuada, y un par de tiroteos bajo la lluvia en algunos niveles son casi relajantes.

Jugabilidad

Constantine es un juego de acci¨®n en tercera persona en la estela de Max Payne, ni m¨¢s ni menos. La parte familiar consiste en conseguir armas y munici¨®n, avanzar por los niveles y disparar a todo lo que se mueva. Como dijimos antes, hay cosas que hacen que la versi¨®n de PC sea ligeramente m¨¢s satisfactoria que la de consolas, y una de ellas es que el juego se maneja mucho mejor con teclado y rat¨®n que con un pad, aunque esta versi¨®n permite ambas opciones. Los tiroteos no est¨¢n mal ejecutados, pero a la larga acaban por resultar repetitivos: acribillar a balazos desde lejos, golpear desde cerca para ganar distancia, recoger las municiones del suelo, repetir.

Las armas normales son originales en su dise?o, pero no en su funci¨®n. Se ajustan a lo que uno espera de estos juegos: pistolas cortas, ametralladora, lanzallamas, escopeta y rifle de precisi¨®n (una ballesta, en este caso). Para romper un poco la monoton¨ªa hay tres tipos de armas secundarias. Un grillo metido en una caja que atonta a los enemigos, bombas de agua bendita que les hacen m¨¢s vulnerables y un artefacto llamado 'manto de mois¨¦s' que mata todo lo que haya en la pantalla en ese momento. Tres son pocos, sin embargo, y al final se incorporan a la rutina del tiroteo: lanzar el grillo, acribillar, golpear, recoger, repetir.

Pero s¨ª hay algunos elementos de jugabilidad relativamente originales en Constantine que merecen la pena. Por una parte, se incorpora el sistema de salud de 'Indiana Jones and the Emperor's Tomb'. Constantine lleva una cantimplora m¨¢gica que puede guardar una cierta cantidad de vida y ser rellenada en fuentes o encontrando botellas de agua a lo largo del juego. Si la vida se acaba, morimos aunque la cantimplora est¨¦ llena, as¨ª que encontrar un momento para dar un trago en medio de una pelea es importante y a?ade estrategia a los combates. Tambi¨¦n el hecho de que el agua recupera m¨¢s vida directamente sobre Constantine que metida en la cantimplora, as¨ª que a veces compensa m¨¢s llevarla llena aunque tengamos la barra de vida a medias, controlando el riesgo.

Otro elemento interesante pero no innovador es la posibilidad de cambiar de plano utilizando portales. Cuando veamos un charco de agua en el suelo podremos viajar al infierno, que resulta ser una versi¨®n degradada y ardiente de los escenarios normales, as¨ª que encontraremos que puertas cerradas en el mundo real est¨¢n abiertas o rotas en el infierno, y viceversa. Si est¨¢is pensando en la saga Soul Reaver est¨¢is en lo cierto. Desgraciadamente, por m¨¢s que el infierno sea una delicia visual en todos los sentidos, esta caracter¨ªstica no est¨¢ bien aprovechada.

Pocas veces hay que cambiar de plano, y normalmente la cosa consiste en llegar a una puerta cerrada y ver un charco justo delante que nos lleva a una peque?a secci¨®n de mapa en el que la puerta est¨¢ abierta. Cruzamos y volvemos a la realidad. Al final, uno acaba jugando el juego como una secuencia de segmentos, unos en el mundo real y otros en el infierno, y los dos planos alternativos no rompen la linealidad, sino que la aumentan.

El tercer aspecto interesante es el sistema de hechizos. Constantine es un mago experto y tiene a su disposici¨®n varios hechizos para luchar contra sus enemigos. Al contrario que en otros juegos de acci¨®n con elementos similares, no hay que abrir ning¨²n men¨² para usar magia en Constantine. Seleccionamos el hechizo que queremos utilizar con una tecla y presionamos otra para lanzarlo. En ese momento todo se mueve a c¨¢mara lenta y tenemos un tiempo limitado para ejecutar una combinaci¨®n de botones distinta para cada conjuro. Si lo logramos sin confundirnos, antes de que se acabe el tiempo, de que un enemigo logre golpearnos y sin movernos, el hechizo funcionar¨¢ con toda la parafernalia visual de rigor.

Es un sistema flexible y variado, bien integrado en la din¨¢mica del juego y que no supone ning¨²n corte. Se echan de menos algunos hechizos m¨¢s, o su integraci¨®n con los puzzles que hay en el juego, porque s¨®lo hay en torno a media docena y todos est¨¢n enfocados al combate. Y en combate son devastadores. Desde el principio tenemos el 'cuervo de tormenta', que mata a casi todo lo que hay en el juego de un golpe, bien ejecutado. Muchos combates complicados acaban por matarte si no tienes magia para hacer los hechizos, pero es posible superarlos sin un rasgu?o utilizando el conjuro apropiado nada m¨¢s empezar.

Constantine tambi¨¦n tiene lo que el juego llama 'vista verdadera'. Apretando un bot¨®n pasaremos a un modo en primera persona en el que podremos ver en la oscuridad y encontrar marcas que ayudan a resolver acertijos o puertas ocultas. El sistema se aprovecha bastante bien en alg¨²n que otro puzzle y en las m¨²ltiples secciones oscuras de los niveles. Tan bien, de hecho, que hay que resistir la tentaci¨®n de jugar Constantine directamente como un shooter en primera persona. Si no fuese por el horrible filtrado en colores azules que tiene este modo, ser¨ªa la primera opci¨®n de muchos jugadores, porque Constantine puede hacer en primera persona absolutamente todo lo que hace en tercera: moverse, apuntar, disparar? En la pr¨¢ctica no hay ninguna desventaja, aparte de la est¨¦tica, en mantener activa la 'vista verdadera' durante todo el juego.