Mario Power Tennis
- PlataformaGC8
- G¨¦neroDeportes
- DesarrolladorCamelot Software
- Lanzamiento25/02/2005
- TextoEspa?ol
- VocesEspa?ol
- EditorNintendo
Mario Power Tennis
Para algunos, el nuevo juego ten¨ªstico de Nintendo no es m¨¢s que una actualizaci¨®n del ya cl¨¢sico Mario Tennis de Nintendo 64. Para nosotros, Mario Power Tennis debe ser, simple y llanamente, un juegazo como la 'koopa' de un pino...
El lanzamiento de Mario Power Tennis es todo un acontecimiento. No se trata de uno de esos juegos que conmociona la industria del software l¨²dico, debido sobre todo al cada vez m¨¢s claustrof¨®bico mercado en el que se mueve Nintendo con y para sus seguidores m¨¢s fervientes, hecho el cual apenas se deja repercutir entre el resto de jugadores? Pero es indudable que esta nueva haza?a jugable de Camelot es toda una obra de arte del entretenimiento, lejos de porciones comerciales diversas, capaz de poner en jaque la calidad del ya cl¨¢sico Mario Tennis que tantas y tantas horas de diversi¨®n proporcion¨® en Nintendo 64.
Parece que no, pero Nintendo ya est¨¢ m¨¢s que curtida en lo que a juegos de tenis se refiere. Retrocediendo mucho en el tiempo, ni m¨¢s ni menos que all¨¢ por 1983, Nintendo regal¨® a los usuarios de la m¨ªtica NES (y seis a?os despu¨¦s en Gameboy) el simpatiqu¨ªsimo y adictivo TENNIS, un cartucho que, con Mario ejerciendo de ¨¢rbitro, pr¨¢cticamente sent¨® las bases de lo que deber¨ªa ser un arcade basado en el deporte de la raqueta. Imitado por Konami con su legendario Konami's Tennis o por Psion con el recordado Match Point, la obra de Nintendo permanecer¨¢ justificadamente en el olimpo de los videojuegos deportivos.
Tokyo Shoseki elabor¨® en 1991 lo que ser¨ªa, hasta mucho tiempo despu¨¦s, el juego de tenis definitivo de Nintendo. Todo hay que decirlo, Super Tennis fue uno de los cartuchos m¨¢s alabados de la primera ¨¦poca de Super Famicom, "el cerebro de la bestia". Puede que, en apariencia, el ¨¢rbitro fuese nuevamente nuestro amigo Mario sin gorra, pero por lo dem¨¢s, salvo por el buen hacer t¨ªpico de la compa?¨ªa, poco m¨¢s ten¨ªa del "Nintendo way of life" esta peque?a joya de la programaci¨®n. Hubo que esperar hasta finales de la siguiente generaci¨®n para poder disfrutar nuevamente de un tenis cien por cien Nintendo.
Es por ello que la llegada de Mario Tennis en Nintendo 64 fue todo un hito. Los programadores de Camelot, desarrolladores de t¨ªtulos tan populares como Golden Sun o alguna que otra entrega de Shinning Force, construyeron todo un mito de los juegos deportivos, adaptando el mundo creado por Miyamoto a unos fort¨ªsimos cimientos l¨²dicos que se basaban, como es l¨®gico, en un partido de tenis. Y como es evidente, tras una metodolog¨ªa l¨²dica intachable y un apartado t¨¦cnico a la altura de las circunstancias, Mario Tennis triunf¨®, del mismo modo que lo hizo su genial hom¨®nimo para Gameboy Color.
A d¨ªa de hoy, y m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta la escasez de juegos deportivos de calidad en Gamecube, la llegada de Mario Power Tennis ha transformado a cientos de usuarios en indomables impacientes, y m¨¢s todav¨ªa a aquellos que disfrutasen anta?o del tenis de Nintendo 64. Y al fin lo tenemos en nuestras manos, casi coincidiendo con el excelente Mario Golf Toadstool Tour. S¨®lo puedo decir que estoy deseando acabar el presente texto para volver a liarme a raquetazos con esta maravilla de Nintendo y Camelot? ?juegas?
Pero enfoquemos nuestros ojos al juego en s¨ª. Ya desde el principio, Mario Power Tennis deja claras sus intenciones de trasladar el pintoresco mundo creado por Shigeru Miyamoto al terreno de la raqueta, con los inconfundibles dise?os y colores que siempre ha caracterizado a Mario y su entorno. De hecho, y a riesgo de parecer demasiado extremo, el juego de Camelot es posiblemente el t¨ªtulo que mejor ha reflejado toda la "filosof¨ªa Mario" de todos aquellos que han salido para Gamecube. M¨¢s que Mario Golf Toadstool Tour, m¨¢s que Mario Kart: Double Dash? y m¨¢s a¨²n, dir¨ªa yo incluso que Super Mario Sunshine.
El por qu¨¦ de esta reflexi¨®n tan dram¨¢tica reside en la alt¨ªsima calidad del conjunto, que destila esp¨ªritu Nintendo por los cuatro costados. Casi podr¨ªa decir que veremos a Luigi, Peach y Bowser en sus mejores versiones tridimensionales, a trav¨¦s de tres c¨®modas c¨¢maras y movidos virtuosamente a sesenta constantes im¨¢genes por segundo. S¨ª se?ores, porque como no podr¨ªa ser de otra manera, los 60 Hz est¨¢n tan presentes como el propio Mario.
Por momentos, parecer¨¢ que nos encontramos en plena Ciudad Delfino buscando soles, o entrando en la mansi¨®n de Luigi, porque algunos de los terrenos en los que disputaremos los partidos de tenis recrean con una fidelidad dif¨ªcil de plasmar en palabras los escenarios de videojuegos tan queridos por nosotros como Super Mario Sunshine o Luigi's Mansion. Todos ellos con los m¨²ltiples efectos gr¨¢ficos que en su d¨ªa ayudaron a mostrarlos radiantes? desde las alucinantes luces y transparencias fantasmales del Luigi's hasta los asombrosos efectos del agua del Sunshine.
Luego est¨¢n los golpes especiales, que nuevamente transfieren a Mario Power Tennis altas dosis de espectacularidad gr¨¢fica. Se dejan ver tras una pausa al m¨¢s puro estilo Matrix para, despu¨¦s, desplegar todo el encanto de la m¨¢gica haza?a en cuesti¨®n, la mayor¨ªa de las veces tan exagerada como simp¨¢tica. Y es que ver a Waluigi nadar por una pista acu¨¢tica o los inventos de Wario para salvar la pelota son un aut¨¦ntico despiporre y, de paso, aut¨¦nticas virguer¨ªas t¨¦cnicas.
En resumen, Mario Power Tennis posee el nivel t¨¦cnico que se pod¨ªa esperar de un producto "Mario". Camelot ha sabido aprovechar el hardware de Gamecube y ponerlo a la altura de las circunstancias, convirtiendo un simp¨¢tico programa de tenis en todo un alarde visual al servicio de la jugabilidad.
Los inconfundibles efectos sonoros, las ya carism¨¢ticas voces de los personajes y la rotunda claridad con la que se oye todo son aut¨¦nticos baluartes de todo lo bueno que puede llegar a salir de nuestros altavoces con este juego en marcha. Y si a ello le sumamos la sobresaliente factura de todas y cada una de las melod¨ªas, podremos decir con total sinceridad que Mario Power Tennis suena a gloria?
El estilo musical est¨¢ plenamente marcado por ese mil veces citado aire Mario, pero con una se?alada personalidad que Camelot ha sabido imponer a base de taladrar nuestros o¨ªdos con nuevas hermosas y pegadizas melod¨ªas. A pesar de que en su gran mayor¨ªa suenan con una instrumentaci¨®n que recuerda poderosamente a los mejores t¨ªtulos de Super Nintendo (no en vano han sido realizadas usando el chip de sonido de Gamecube, nada de grabaciones en Cd ni nada por el estilo), el cien por cien de las m¨²sicas pueden presumir de partitura, gozando adem¨¢s de una sorprendente implantaci¨®n en el juego, acopl¨¢ndose perfectamente a lo que est¨¢ ocurriendo en los encuentros.
De ese modo, en los encuentros de torneo nos amenizar¨¢ una atractiva melod¨ªa, que cambiar¨¢ en los tie-break a una fren¨¦tica m¨²sica que otorgar¨¢ suspense al momento. Por otro lado, en escenarios tem¨¢ticos como la Ciudad Delfino o la Jungla DK podremos o¨ªr respectivamente retazos de las bandas sonoras de Super Mario Sunshine o Donkey Kong Country, todo un puntazo. Y lo dicho, a pesar de ser melod¨ªas de chip, y a¨²n con ese m¨¦rito, la banda sonora de Mario Power Tennis es rotundamente genial.
Por ¨²ltimo, me gustar¨ªa citar el tema del doblaje al castellano. Que yo recuerde, pocas veces habremos podido o¨ªr nuestro idioma en un juego cien por cien Mario. La voz en cuesti¨®n es aquella que cita los datos del partido, el personaje que va ganando y tal? pero lo mejor de todo es que, posiblemente, el doblaje al castellano de Mario Power Tennis sea la mejor versi¨®n, con una voz tremendamente simp¨¢tica y bien interpretada. Por encima de la italiana, alemana, francesa e inglesa, que conste en acta.
En este sentido, Mario Power Tennis no va a ser menos. Al contrario, el t¨ªtulo de Camelot es toda una demostraci¨®n del m¨¢s claro concepto de lo que debe ser un videojuego. Pocas veces ver¨¢s un programa tan adictivo reflejado en una metodolog¨ªa l¨²dica tan sencilla y bien plasmada. Algo tan simple como conjugar el estilo fant¨¢stico y caricaturesco de Mario y su entorno con una aproximada simulaci¨®n ten¨ªstica
De hecho, Camelot inaugur¨® esta jugada hace ya algunos a?itos con el majestuoso Mario Tennis, que tantas y tantas horas de diversi¨®n otorg¨® a los usuarios de Nintendo 64. Y es que el t¨ªtulo que ahora nos ocupa recupera las directrices de este ¨²ltimo, mejorando la f¨®rmula y renov¨¢ndolo todo a trav¨¦s de un fant¨¢stico entorno audiovisual. Pero la pregunta es? ?sigue vigente a d¨ªa de hoy la jugabilidad de un programa como Mario Power Tennis?
Como el propio juego, la respuesta es bien sencilla. Mario Power Tennis engancha desde la primera jugada, con una curva de dificultad tan bien estudiada y un control tan intuitivo que a los fans sibaritas del tenis real bien les hubiese gustado que, tal que as¨ª, el juego fuese un tanto menos fant¨¢stico. Pero ese acercamiento a la realidad acabar¨ªa con uno de los mejores puntos de Mario Power Tennis, y esto es, los golpes especiales.
Adem¨¢s de los normales golpes cortados y liftados, con simples combinaciones entre el bot¨®n A y B podremos hacer globos, dejadas o mates. Aunque sin duda alguna, los recursos m¨¢s alucinantes de nuestros tenistas vienen dados por los diversos poderes especiales a los que recurriremos en caso de desesperaci¨®n u ofensiva directa. Tenemos para ello dos tipos de magias, una para el ataque (tan brutal que es capaz de aturdir al contrario) y otra para la defensa (capaz de salvar pelotas imposibles).
Con todo ello, la din¨¢mica del juego es a partes iguales salvaje y estrat¨¦gica. Ya no s¨®lo vale el saber jugar bien al tenis y saberse mover con rapidez por la pista, sino que hay que dosificar los poderes de nuestra raqueta. Esta tarda un tiempo en recargarse para disponer de los s¨²per golpes, y al usarlos o bloquear una magia rival, tendremos que recargar nuevamente la raqueta. Visto as¨ª, el uso y desuso de los golpes especiales es, aunque pueda parecer en un principio un punto algo frustrante, la verdadera salsa de Mario Power Tennis. Har¨¢ que nos alcemos de alegr¨ªa o que tiremos el mando contra la pantalla. A destacar el hecho de que, a elegir, podemos jugar sin estos s¨²pers o bien hacer que la CPU nos gu¨ªe haci¨¦ndolos autom¨¢ticos.
Como hemos dicho antes, el resto del partido sigue m¨¢s o menos los patrones cl¨¢sicos de todo buen juego de tenis, tal y como los inaugurase Nintendo en su d¨ªa con su cl¨¢sico cartucho para Nes. El desarrollo en si es r¨¢pido y bastante ¨¢gil, en ning¨²n momento transmite sensaci¨®n de rigidez alguna, y eso sienta muy bien de cara a la jugabilidad. Puede que las continuas secuencias de los disparos especiales rompan un poco la continuidad de los partidos, pero por otro lado nos prepara de antemano para el golpe que se nos viene encima.
Las reglas de los encuentros siguen fielmente a las del tenis real, en cuanto a sets y puntos de juego, disponiendo de bastantes posibilidades de configuraci¨®n de cara al usuario. Pero donde el t¨ªtulo de Camelot vuelve a resaltar en lo fant¨¢stico y exagerado, es en los escenarios. Bien es cierto que existen decorados con pistas del todo normales, pero hay otros tantos, los llamados "ama?ados", cuya interacci¨®n con nuestros tenistas los convertir¨¢n en un reto en s¨ª mismos. Desde Luigi's Mansion Court, donde los fantasmas nos lanzar¨¢n pieles de pl¨¢tano; pasando por la Ciudad Delfino, con una lucha de barro y manguerazos de por medio; hasta llegar a la F¨¢brica de Wario, con molestas cintas transportadoras en plena pista.
No s¨®lo hay variedad de pistas y situaciones diversas, sino que tenemos personajes a mansalva, cada uno con sus caracter¨ªsticas especiales. Tenemos jugadores equilibrados como Mario y Luigi, t¨¦cnicos como la Princesa Peach, Daisy y Shy Guy; jugadores potentes tales como Bowser, Wario y Donkey Kong; los m¨¢s r¨¢pidos son Yoshi, Diddy Kong y Koopa; con picard¨ªa como Bowsy y Boo; e incluso los m¨¢s defensivos, como es el caso de Waluigi, al que se le escapan pocas pelotas.
Tras estos personajes, Mario Power Tennis muestra su mejor cara con varios amigos en otros tantos mandos. En multijugador, detalle imprescindible para cualquier juego de tenis que se precie, Nintendo vuelve a demostrar que a veces valen m¨¢s cuatro conectores en una consola que las infructuosas posibilidades online de algunos programas. Las batallas entre dos pares de jugadores son de lo mejorcito del momento, augurando tantas o m¨¢s risas que las de ese cl¨¢sico moderno llamado Super Smash Bros Melee?
Por su fuera poco, y dejando de lado las grandes posibilidades de los partidos de exhibici¨®n (a destacar tambi¨¦n el brutal "duelo de objetos"), el modo principal para un jugador, el Torneo, es toda una gozada de lo m¨¢s viciante. A pesar de no poder contar con un segundo jugador en los partidos de dobles (nuestro compa?ero ser¨¢ controlado por la CPU), los distintos alicientes que regalan los torneos ser¨¢n pleno justificantes para golpear la raqueta una y otra vez con la ¨²nica compa?¨ªa de la consola. Estos alicientes se traducen en extras diversos, tales como escenarios o nuevos minijuegos.
Y es que los minijuegos son otra parte importante dentro de Mario Power Tennis. Convirti¨¦ndose en todo un punto de referencia en su predecesor para Nintendo 64, estas pruebas son toda una selecci¨®n de retos independientes capaces de tenernos enganchados durante muchas horas. Tambi¨¦n disponibles para poder participar hasta cuatro jugadores, tendremos pruebas en las que colorearemos con bolas de pintura, golpearemos fantasmas o venceremos a un terrible robot de Bowser.
En fin, ?qu¨¦ m¨¢s se podr¨ªa decir acerca de la jugabilidad de Mario Power Tennis? Pues que, si tienes una Gamecube, ya est¨¢s tardando en comprarlo. Si anhelas un juego que nuevamente te haga sentirte uno con tu consola, la obra de Camelot y Nintendo es para ti. Posiblemente, el mejor juego deportivo de tu consola? Juego, set y partido ;)
l o m e j o r
l o p e o r
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del g¨¦nero. Est¨¢ bien cuidado a todos los niveles. C¨®mpralo.