Jam With The Band
Como un "Unplugged". M¨²sica sin cables es lo que propone Band Brothers, uno de los t¨ªtulos de lanzamiento de la DS en Jap¨®n y una perfecta muestra de las posibilidades "Wireless" que ofrece la nueva port¨¢til de Nintendo.
Como un "Unplugged". M¨²sica sin cables es lo que propone Band Brothers, uno de los t¨ªtulos de lanzamiento de la DS en Jap¨®n y una perfecta muestra de las posibilidades "Wireless" que ofrece la nueva port¨¢til de Nintendo.
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Con Band Brothers -Jam with the Band en Estados Unidos- no vas a poder componer las canciones de Tom Yorke de Radiohead o de Cedric Bixler y Omar Rodr¨ªguez de The Mars Volta, pero su planteamiento a lo "Simon dice" es mucho m¨¢s que pulsar una serie de botones cuando el metr¨®nomo lo indica. Incorpora ciertas nociones musicales in¨¦ditas especialmente en un videojuego port¨¢til, as¨ª como opciones multijugador muy interesantes que sirven como un ejemplo perfecto de lo que es capaz de ofrecer el nuevo dispositivo de Nintendo. Un "unpluegged" (o casi) con los amigos, sin cables, que promete horas de diversi¨®n como si estuvi¨¦ramos en un local o un estudio.
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Demasiado ambicioso para la GBA
En cierto modo Jam with the Band ha sido una de las mayores sorpresas del lanzamiento nip¨®n de la Nintendo DS, pero en realidad no es un proyecto que haya surgido de la nada. En el 2001 fue presentado bajo el nombre de Game Boy Music en el Tokyo Game Show. La propuesta inicial sorprendi¨® a los asistentes de la feria, pues el programa incorporaba m¨¢s de veinte temas en el paquete, tanto famosas melod¨ªas de Nintendo como canciones pertenecientes al folclore japon¨¦s, con la posibilidad de poder editarlas y guardarlas en la memoria del cartucho.
Adem¨¢s, propon¨ªa incluso la composici¨®n de temas que tambi¨¦n pod¨ªan ser almacenados en el propio juego. Las dudas eran s¨ª las limitaciones del audio de la Game Boy Advance, las pocas posibilidades de los botones de funci¨®n y la baja densidad de memoria de los cartuchos har¨ªan de ¨¦l un proyecto viable. Tres a?os despu¨¦s ya ha tomado una forma definitiva (con el salto de plataforma incluido) y todas esas dudas pueden quedar disipadas. ?Cu¨¢l ha sido el resultado y qu¨¦ tiene que decir un producto como ¨¦ste?
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Mec¨¢nica cl¨¢sica
Jam with the Band, como hemos indicado, es una variante de la cl¨¢sica mec¨¢nica de pulsar el bot¨®n adecuado en el momento indicado. Propone, adem¨¢s, una curva de aprendizaje progresiva. Al principio el ¨²nico objetivo del usuario es cuadrar la pulsaci¨®n con el metr¨®nomo, sea cual sea el bot¨®n. Pero poco a poco, y a medida que se va incrementando el nivel de dificultad, se incorporan otros botones de funci¨®n, por lo que no s¨®lo habr¨¢ que controlar el tempo, sino tambi¨¦n la nota asignada a cada uno de estos. Al final, como suele ser habitual, la imagen mental de los controles de la DS deber¨¢ ser absolutamente n¨ªtida. Y, como es evidente, los dos botones de m¨¢s que tiene la DS con respecto a la GBA (X ¨¦ Y) son una muestra de la expansi¨®n que ha hecho el juego desde el 2001.
Todo ¨¦sto se har¨¢ sobre un elenco de temas extraidos, al igual que la versi¨®n preliminar de la GBA, de juegos de Nintendo y el folclore japon¨¦s, pero esta vez se incluyen canciones J-Pop, la variante musical m¨¢s extendida en aquel pa¨ªs.
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Multijugador inal¨¢mbrico
Sin embargo, el grosor del programa reside en su excelso modo multijugador al que, de hecho, debe su nombre, Jam with the Band. Puede que algunos de nuestros lectores hayan podido descargar un fant¨¢stico v¨ªdeo que Nintendo usaba para promocionar el t¨ªtulo en cuesti¨®n. En el se ve¨ªa a ocho jugadores que presentaban el instrumento que iban a usar durante la partida para, a rengl¨®n seguido, tocar todos juntos como una orquesta. Era una forma gr¨¢fica, sencilla y muy ilustrativa de mostrar las bondades de este producto.
Pero vayamos a explicarlo m¨¢s detenidamente: pueden llegarse a conectar en red inal¨¢mbrica de dos a ocho jugadores a trav¨¦s de un solo cartucho que ejerce de l¨ªder y con un tiempo de descarga m¨ªnimo. Cada jugador deber¨¢ escoger un instrumento de entre los m¨¢s de veinte disponibles. A modo de muestra: guitarra el¨¦ctrica, guitarra ac¨²stica, bajo el¨¦ctrico, ¨®rgano, clarinete, tromb¨®n, bongos, trompeta, piano, viol¨ªn, bater¨ªa (platos, bombos, caja y timbales incluidos), saxo, contrabajo, oboe, harm¨®nica, flauta, vibr¨¢fono, etc.
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Hecho esto, s¨®lo queda seleccionar el tema que se desea interpretar y prepararse para una sesi¨®n de m¨²sica (seguramente ca¨®tica) irrepetible. Cada uno, asumiendo el rol dentro de la banda, tratar¨¢ de cuadrarse al tempo lo m¨¢ximo posible para recibir la mejor puntuaci¨®n, aunque es inevitable desear que todos, en conjunto, hagan una ejecuci¨®n m¨¢s o menos decente para aparentar como grupo. Y, sobre todo, porque no es bueno destrozar temas como el Super Mario Bros. Theme de Koji Kondo.
Los dise?adores de Nintendo han sido benevolentes y saben que no todos tienen un don natural para la m¨²sica. As¨ª que de inicio se podr¨¢n reducir las posibilidades de cada instrumento; esto es, usar solamente el D-Pad para jugar, con lo cual las posibilidades de errar son mucho menores.
En el estudio...
Al margen de lo antes mentado, Jam with the Band es novedoso por otro motivo: el editor. Y es aqu¨ª donde hace acto de presencia la pantalla t¨¢ctil de la Dual Screen. El cartucho incorpora memoria regrabable para que el usuario haga sus propias partituras desde cero. Con un pentagrama en blanco, puede ir a?adiendo notas usando el lapiz sobre la pantalla, modificar el tiempo de las mismas y finalmente almacenarlas. Asimiso, si como solfistas tampoco somos prodigiosos, con el micr¨®fono de la consola podremos dictar la nota que deseamos? y el juego la ubicar¨¢ autom¨¢ticamente en el pentagrama. Evidentemente pueden -una vez finalizadas- interpretarse individual o colectivamente.
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Centrado en el sonido
Casi sin margen de error, estamos convencidos de que las escasas capacidades sonoras de la GBA hicieron que Nintendo se replanteara la plataforma de lanzamiento de Jam with the Band. Con la DS no estamos hablando de calidad CD, pero s¨ª de MIDIs m¨¢s que decentes que hacen que todos los temas suenen a un nivel incluso superior a como lo har¨ªa en otros juegos en formato cartucho. Por lo tanto estamos ante una calidad notable; m¨¢s que suficiente para disfrutar al m¨¢ximo de las distintas melod¨ªas que incluye.
Conclusiones
En Jam with the Band encontraremos un juego m¨¢s profundo que el resto de sus cong¨¦neres, incluso puede despertar la curiosidad musical de m¨¢s de uno, lo que en cierto sentido hace much¨ªsima falta. Aunque aun no lo tengamos en nuestras manos, nos aventuramos a decir que es una opci¨®n fresca y sin duda una apuesta infalible si alguien quiere arriesgarse a probar algo distinto. No podemos negar que tenemos ganas de paladearlo y comprobar hasta qu¨¦ punto es tan delicioso como indican las primeras cr¨ªticas que nos llegan desde el pa¨ªs del sol naciente.
- Puzle