Un juego de cartas divertido

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Nadie se sorprende, a estas alturas, de que los videojuegos sigan ciertas tendencias o corrientes seg¨²n las exigencias del mercado en cada momento determinado. El p¨²blico reclama una serie de productos que las compa?¨ªas intentan satisfacer aunque, en muchas otras ocasiones, simplemente se dejan llevar por la corriente, ofreciendo lo que el comprador quiere sin mayores quebraderos de cabeza.

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Uno de los mayores ¨¦xitos actuales son los juegos de cartas. Iniciada por el ¨¦xito del archiconocido juego de Magic, que lleva a?os triunfando por todo el mundo, las imitaciones no tardar¨ªan en aparecer. Una de las principales imitaciones fue la propuesta de Yu-Gi-Oh, potenciada por la exitosa serie de animaci¨®n.

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Son muchos los que se quejan de que simplifica en exceso el sistema de combate, pero a¨²n as¨ª el ¨¦xito es innegable. Del mismo modo, los Pok¨¦mon tambi¨¦n se pasaron a los combates de cartas, e incluso las pr¨®ximas entregas de Metal Gear para PSP y de Kingdom Hearts para GBA seguir¨¢n un sistema de cartas.

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Wizards of the Coast, creadores de Magic, est¨¢n tambi¨¦n detr¨¢s del juego de cartas que nos ocupa, Duel Masters. Otra vez apoyada por una serie de televisi¨®n (de calidad muy inferior a lo esperado, pero muy de gusto americano), todav¨ªa no goza de la fama de las anteriormente mencionadas, por lo menos en nuestro pa¨ªs.

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A pesar de todo, el juego no tard¨® en hacerse realidad, y de la mano de Atari llega a PlayStation 2 este Duel Masters. Rompiendo con todo lo que se podr¨ªa esperar a priori, tras las numerosas desilusiones sufridas en adaptaciones de este tipo de juegos basados en licencias, este juego de cartas logra divertir de verdad.

Cartas para salvar el mundo

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Ese ser¨¢ el objetivo del juego. Una poderosa amenaza se cierne sobre el mundo, y un grupo de cinco elegidos deber¨¢n evitar que el mal triunfe, acabando con ¨¦l gracias a su dominio jugando a las cartas. As¨ª de simple, as¨ª de sencillo. El juego no presenta m¨¢s detalles al respecto, y la base de la aventura gira en torno a combates y m¨¢s combates con las cartas.

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Cada uno de los protagonistas estar¨¢ relacionado con uno de los colores principales de las cartas, seg¨²n su categor¨ªa. El deber del elegido por el jugador ser¨¢, precisamente, ganar los torneos de todos los colores para acabar con el mal que se cierne sobre el planeta.

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Las diversas peque?as misiones que componen la aventura se basan en enfrentamientos de cartas con determinados personajes. El mapa presenta diversas localizaciones, que guiar¨¢n al jugador a trav¨¦s de escenarios en los cuales se encontrar¨¢ a rivales con los que enfrentarse, aparte de los que siguen la aventura principal.

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Este argumento, casi nulo, se mantiene unificado gracias a unas escenas de animaci¨®n bastante desoladoras. De lo peor que se puede ver actualmente en el terreno de la animaci¨®n, dichas escenas, m¨¢s que atractivas, parecen una pesadilla que casi empuja al jugador a dejar el t¨ªtulo en ese mismo instante, ya que promete una calidad bastante baja en el t¨ªtulo.

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Es decir, en cuanto a la presentaci¨®n, el t¨ªtulo se queda muy flojo, demasiado incluso. Carente de todo tipo de inter¨¦s argumental, se presenta excesivamente simple en ese aspecto, y las escenas que siguen el argumento, no ayudan para nada a crear tipo alguno de inter¨¦s.

?A las cartas!

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Una vez queda claro que la base del t¨ªtulo son los combates de cartas, llega el momento de ver qu¨¦ llega a ofrecer el juego en ese aspecto. Y lo cierto es que, tras la desoladora primera impresi¨®n que causa Duel Masters, es gratificante encontrarse con un sistema de combate tan entretenido que logra mantener al jugador atado al mando.

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El sistema de juego que sigue Duel Masters es demasiado complicado para explicar aqu¨ª. A pesar de que el juego cuenta con un completo tutorial paso a paso al inicio del modo aventura, no ser¨¢ hasta que se encuentre con su primer combate real que el jugador comenzar¨¢ a familiarizarse con los controles. Y en ese aspecto es cierto que el tutorial, confuso y complejo en un principio, se muestra como muy ¨²til.

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La idea es que cada jugador posee cinco escudos, que el rival deber¨¢ destruir. A partir de aqu¨ª, se presentan las t¨ªpicas opciones de los juegos de cartas, es decir, invocar criaturas, realizar conjuros, levantar defensas, cartas especiales... las opciones son tan ilimitadas como variedad en las cartas que componen los mazos de juego.

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Como curiosidad, difiriendo de la ideolog¨ªa Magic m¨¢s conocida, para poder invocar una criatura o realizar un conjuro, el mana a utilizar no tendr¨¢ forma de cartas de tierras o mana, sino que habr¨¢ que sacrificar cartas que se tengan en la mano. Cada carta sacrificada vale un punto de mana, y para poder utilizar una carta determinada, har¨¢ falta reunir los puntos de mana que pida. Por supuesto, de un turno para otro, el mana ya 'sacrificado' se renueva sin mayores problemas.

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Cada vez que un jugador utiliza a una criatura ya bajada y que se encuentra sobre el terreno de juego, se ver¨¢ una escena con dicha criatura realizando el ataque, y la criatura rival o el rival recibiendo dicha embestida. Animaciones hechas en 3D, totalmente distintas de las tristes animaciones argumentales.

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Mucho por mejorar

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T¨¦cnicamente, el juego no es una maravilla, pero tampoco es especialmente malo. El apartado gr¨¢fico presenta un aspecto de dibujos animados en las pantallas de aventura, con unos dise?os m¨¢s que mejorables y unas escenas de animaci¨®n que parecen hechas por aficionados en Flash.

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Por contra, a la hora de los combates, presenta modelados 3D para las criaturas y unas animaciones de las mismas cuando realizan sus ataques bastante trabajadas, aunque tal vez puedan pecar de repetitivas si se juega mucho con las mismas cartas.

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El apartado sonoro no tiene nada de memorable, con melod¨ªas y efectos sonoros ajustados a los m¨ªnimos para que cumplan su papel sin mayores pretensiones. La jugabilidad se resiente en el modo aventura, pero en los men¨²s de los combates se muestra bastante intuitiva y din¨¢mica.

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Duel Masters no consigue evitar el gran problema de los juegos de cartas para varios jugadores. Es decir, el jugador puede enfrentarse a un amigo, pero no se consigue evitar el problema y la gracia de desconocer las cartas que componen la mano del rival, ya que aqu¨ª est¨¢n a la vista.

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Para tal fin, resulta muy interesante el modo extremo del juego, que presenta un l¨ªmite de tiempo para realizar la jugada siguiente. As¨ª, el combate adquiere un ritmo fren¨¦tico y obliga a los enfrentados a tomar decisiones a gran velocidad, algo que puede ocasionar unos enfrentamientos realmente divertidos y adictivos.