Desdichadas desdichas...

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No, no es que el juego sea horrible, es que se llama as¨ª (en adelante, y por abreviar, LS). Es el t¨ªtulo de una serie de libros infantiles que ahora ha sido llevada al cine con Jim Carrey como protagonista, presumiblemente para hacer la competencia al mism¨ªsimo Harry Potter. Activision, siguiendo con su pol¨ªtica de adaptaciones y licencias, ha encargado a Amaze Entertainment la adaptaci¨®n a un videojuego de la pel¨ªcula que adapta los libros ?No os hab¨¦is perdido todav¨ªa? Mejor. Ya de paso, y para aclarar dudas, Lemony Snicket no es el nombre del protagonista, sino del escritor de los libros originales. Los protagonistas de todas estas versiones son los tres hermanos Baudelaire: Klaus, Violet y Sunny.

No es la primera vez que pasa algo parecido. Activision es capaz de lo mejor y de lo peor, como se demostr¨® hace unos meses con las versiones de consolas y PC de Spider-Man 2, por ejemplo. Mientras la versi¨®n de consolas era un juego ambicioso, complejo e interesante (como el X-Men Legends que encargaron a Raven Software), en PC se public¨® un juego de plataformas rutinario y 'destinado a ni?os de ocho a?os' que program¨® Fizz Factor (The Hobbit). El juego que tenemos entre manos se parece m¨¢s a este ¨²ltimo tanto en objetivos como en las sensaciones que produce al jugarlo. Pero no adelantemos acontecimientos.

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El Conde Olaf, en particular, que deber¨ªa ser un prodigio de gesticulaci¨®n e histrionismo se convierte en el juego en un personaje tieso e inm¨®vil, privado de los excesos interpretativos de Jim Carrey. Los escenarios sufren tambi¨¦n de un problema similar. Lo que es una gran estructura, llamativa e impresionante en una pel¨ªcula se traduce como algo bastante ordinario para un videojuego. Salvo un par de secciones m¨¢s inspiradas est¨¦ticamente, como la hu¨ªda por las cornisas de la casa del Conde Olaf, el juego parece exactamente lo que es: una transposici¨®n poco inspirada del dise?o art¨ªstico de una pel¨ªcula.

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Las escenas intermedias que desarrollan el argumento son curiosas. No hay animaci¨®n alguna, consisten en dibujos en blanco y negro que se van formando en pantalla mientras una voz en off narra la historia. Apropiado, tal vez, para una adaptaci¨®n literaria, pero sabe a poco en un juego que cuenta con la licencia de una pel¨ªcula de alto presupuesto. Adem¨¢s, los dibujos est¨¢ticos poco informativos en blanco y negro tambi¨¦n parecen ser contraproducentes para el p¨²blico de menor edad. De nuevo acabamos por dudar de si la simplicidad del juego se debe al p¨²blico objetivo o el p¨²blico objetivo a la simplicidad.

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El aspecto sonoro es correcto. La m¨²sica es apropiada sin hacerse repetitiva ni molesta. Tiene un apropiado aire hollywoodiense, aunque no te quedar¨¢s tarareando ninguna pieza cuando dejes el juego. Es cierto que no aparece todo lo frecuentemente que podr¨ªa, y esa escasez ayuda a reforzar el tono serio y rutinario de la mayor parte del juego. Los efectos son los que uno esperar¨ªa de un plataformas. Lo mejor que se puede decir es que todo pasa desapercibido de forma natural, sin que se le preste atenci¨®n. El juego saldr¨¢ traducido y doblado al castellano, de modo que resultar¨¢ accesible a los m¨¢s peque?os.

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Al principio los dos hermanos mayores son exactamente iguales en cuanto al control y a sus habilidades pero, a medida que Violet dise?a inventos para cada uno de ellos, se van diferenciando y nos encontramos m¨¢s y m¨¢s fragmentos de los niveles en los que los dos hermanos est¨¢n separados y tratan de reunirse usando sus capacidades espec¨ªficas. Esta idea no es nueva, pero s¨ª es interesante. Desgraciadamente, debido al dise?o de niveles, la mayor parte del tiempo no se saca provecho a este toque de originalidad. El juego nos lleva a uno de los hermanos para que resolvamos un peque?o desaf¨ªo y luego nos pone autom¨¢ticamente en control del otro para superar otro peque?o obst¨¢culo. La sensaci¨®n es la de estar jugando con un solo personaje que puede hacer cosas distintas en distintos momentos.

Las distintas habilidades de los hermanos no tienen mayor relevancia cuando est¨¢n juntos. El personaje que no controlamos directamente nos sigue de cerca y es inmune a cualquier tipo de da?o. De hecho, ambos personajes comparten la misma barra. La justificaci¨®n que se da en el juego es que no se trata de un medidor de salud f¨ªsica, sino de los ¨¢nimos que les quedan a los sufridos huerfanitos, y se recuperar¨¢ recogiendo recuerdos de sus difuntos padres (es decir, iconos con forma de coraz¨®n dorado). Es una idea curiosa, porque en un juego en el que los protagonistas son perseguidos por un familiar con tendencias psic¨®patas, colocados en el camino de un tren en marcha y enfrentados a todo tipo de enemigos violentos no parece que al p¨²blico infantil le vaya a importar demasiado que la barra represente la vida o el ¨¢nimo.

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El juego est¨¢ estructurado en grandes niveles (las casas de los sucesivos tutores de los hermanos), que hay que recorrer en distintas direcciones. La mayor¨ªa del juego consiste en encontrar objetos que Violet pueda usar para sus inventos. Suelen ser bastante obvios, pero s¨ª que es necesario deshacer camino para recoger algunos, de modo que uno acaba conociendo bien las mansiones. El proceso de inventar se resuelve con un minijuego muy, muy simple, en el que hay que rotar un modelo en 3D del objeto hasta que aparezca una X en la que pondremos uno de los objetos que hemos encontrado. Como la cosa va por orden y no hay l¨ªmite de tiempo o movimientos, no hay m¨¢s que girar el objeto al azar esperando a que aparezca el icono.

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En otros niveles, los inventos de Violet tomar¨¢n la forma de una sala en la que hay que organizar ciertos objetos para lograr un efecto determinado. Se nos proporcionar¨¢ un plano y, de acuerdo con ¨¦l, deberemos preparar todo el material para que la reacci¨®n en cadena funcione correctamente. Esta versi¨®n de las capacidades de Violet es bastante m¨¢s interesante que el otro minipuzzle, pero en ocasiones la parte m¨¢s divertida se deja al v¨ªdeo que muestra el resultado, y no al proceso de construir el aparato.

Otras misiones y minijuegos aparecer¨¢n de vez en cuando. Hay un minijuego de ritmo (parece que ya no hay ning¨²n plataformas sin uno de estos) y alguna secci¨®n de disparos en primera persona. Menci¨®n aparte merecen las fases en 2D de Sunny que ya mencionamos. Vienen en dos modalidades. Por un lado, plataformas t¨ªpicas, saltando y esquivando enemigos a diestro y siniestro. En un toque retro muy de agradecer, Sunny s¨®lo puede deshacerse de sus enemigos saltando sobre ellos. Las otras fases protagonizadas por la menor de los Baudelaire son largos toboganes en los que s¨®lo habr¨¢ que apretar el bot¨®n de salto en el momento apropiado para no golpearnos con nada. Sin embargo, toda esta aparente variedad no logra dar al juego el ritmo r¨¢pido que hemos aprendido a esperar en este tipo de juegos, y no se consigue romper la sensaci¨®n de monoton¨ªa.

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No es que haya mucho tiempo para la monoton¨ªa, ya que estamos, porque el juego puede terminarse en cuatro o cinco horas. Hay secretos que descubrir, en forma de extras sobre la pel¨ªcula. Cuando encontremos una cantidad determinada de estos secretitos (en forma de piezas de puzzle), se nos mostrar¨¢ una imagen de un rinc¨®n del juego. Si logramos encontrarlo y abrirlo, se desbloquear¨¢ uno de los extras. Sin embargo, no es necesario volver a jugar el juego para encontrarlos, porque f¨¢ciles de encontrar y es posible desbloquearlos todos la primera vez sin muchos problemas. Los extras en s¨ª van de lo rutinario, como im¨¢genes del juego, a peque?os making off o gags a?adidos.

Dado que el desarrollo no es del todo lineal, se ha creado una opci¨®n en el men¨² de pausa h¨¢bilmente denominada '?Y ahora qu¨¦?'. La idea es aportar un recordatorio de lo que estamos haciendo en caso de que nos perdamos por una de las mansiones. Desgraciadamente, este apartado tiene la inc¨®moda man¨ªa de mencionar s¨®lo lo obvio, y las veces que no result¨® claro qu¨¦ se supon¨ªa que hab¨ªa que hacer a continuaci¨®n, el texto permanec¨ªa bloqueado en un objetivo anterior. Las mansiones/niveles son bastante grandes, pero est¨¢n bien comunicadas y no es com¨²n perderse, porque rara vez se exige recorrer m¨¢s de dos o tres habitaciones ya conocidas para encontrar nada.

Uno de los mayores problemas de LS es el dif¨ªcil control en los combates. Violet es capaz de defenderse con cierta soltura gracias a su lanzador de tomates podridos, pero Klaus tiene que apa?arse con un matarratas a resorte que tiene un alcance muy corto. El juego usa un sistema de selecci¨®n de objetivo bastante extra?o que no ayuda demasiado a la punter¨ªa. Entre esta dificultad para golpear y la lentitud de los personajes protagonistas se hace imposible superar a un solo enemigo armado con un paraguas en un pasillo estrecho.

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Para colmo, la c¨¢mara no ayuda en nada. Es excesivamente manual, y es necesario corregir el ¨¢ngulo constantemente. Para colmo, el control est¨¢ invertido (es decir, tiramos de la c¨¢mara en lugar de girar al personaje), y no hay una opci¨®n para cambiar esto. No es necesario enfrentarse a todos los enemigos que aparecen en el juego, y los que son inevitables suelen venir solos, pero a¨²n as¨ª este detalle de dificultad en el control es molesto para cualquier jugador y potencialmente insuperable para los m¨¢s j¨®venes e inexpertos. Esta incoherencia resulta especialmente preocupante debido a que, como venimos diciendo, la excusa para el resto de los defectos de jugabilidad y la simplicidad excesiva de todo el conjunto es que el juego est¨¢ dirigido a los peque?os de la casa.

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En definitiva, LS es un juego simple y corto que tal vez los ni?os peque?os disfruten m¨¢s que el resto, aunque varias irregularidades hacen pensar que los ni?os peque?os podr¨ªan disfrutar m¨¢s con alguna otra cosa. Con todo, no hay ning¨²n aspecto del juego que est¨¦ mal hecho o sea defectuoso, pero parece construido ¨²nica y exclusivamente para que no se pueda decir que es un mal juego. L¨®gicamente, el resultado es mediocre y falto de energ¨ªa. LS es la culminaci¨®n de un extra?o proceso de cambio en los videojuegos infantiles. Hace quince a?os se pensaba que los videojuegos eran cosas de ni?os. Sin embargo, el cuidado en el detalle y la dificultad eran constantes. Hoy, se acepta que los videojuegos son una forma de entretenimiento para todo el mundo, y los juegos espec¨ªficamente para ni?os parecen trabajos a medio gas, sin inter¨¦s ni detallismo.