El Pr¨ªncipe ha vuelto

Analizar las segundas partes de los juegos no es sencillo; hacerlo con las segundas partes de los muy buenos juegos es realmente complicado. Es dif¨ªcil porque todo el mundo tiene grandes expectativas puestas sobre el t¨ªtulo y, demasiado generalmente, uno se ve obligado a tirarlas por el suelo. Existe el dicho de que segundas partes nunca fueron buenas y, afortunadamente, este no es el caso de Prince of Persia: Warrior Within. Ahora bien, en el caso que nos ocupa, segundas partes no fueron mejores que las primeras.

Tuve un inmenso placer cuando realic¨¦ el an¨¢lisis para la secci¨®n de PC de Sands of Time, la verdad. Y no es dif¨ªcil verlo ya que lo sub¨ª por encima del 9 de puntuaci¨®n, cosa que no acostumbro a hacer.. Lo cierto es que las Arenas del Tiempo me encantaron: me hicieron precisamente retroceder al pasado, a una ¨¦poca en la que se jugaba a los videojuegos sin ning¨²n tipo de contemplaciones y las guerras entre fan¨¢ticos de un sistema u otro ni tan siquiera a los m¨¢s valientes se les antojaban.

Lo cierto es que una segunda parte de esta segunda ¨¦poca (versiones de Prince of Persia hay muchas) ya se preve¨ªa desde el primer momento en que las arenas pisaron nuestras consolas. ?El resultado? Prince of Persia: El Alma del Guerrero es un buen juego de acci¨®n y plataformas, que mejora conforme aumenta la potencia del sistema que lo alberga pero que no goza ni de la mitad de la originalidad que su predecesor y desde luego est¨¢ marcado por una falta may¨²scula de inspiraci¨®n. Tenemos delante un buen juego, incluso grande en ocasiones, pero que sin embargo qued¨® algo lejos del t¨ªtulo que tanto nos cautiv¨® hace apenas un a?o.

Esta nueva etapa de las aventuras del Pr¨ªncipe sin nombre introdujo gran cantidad de elementos novedosos, algunos de los cuales nos preguntamos c¨®mo era posible que nadie hasta ese momento los hubiese introducido en un videojuego. De ese m¨¦rito carece obviamente Warrior Within, que si bien ahonda (aunque no demasiado) en los mismos conceptos de jugabilidad no corresponde con la misma frescura ni provoca los mismos 'pasmos' que cuando la invasi¨®n del palacio del maraj¨¢.

Dicha daga result¨® ser m¨¢s de lo que parec¨ªa y al margen de albergar extraordinarios poderes serv¨ªa al mismo tiempo de llave para abrir el reloj del tiempo. Influenciado negativamente por un malvado visir, el pr¨ªncipe abre la puerta del pasado y la desgracia se cierne sobre el palacio, convirtiendo a casi todos sus habitantes en temibles monstruos sedientos de sangre. Y as¨ª empieza la aventura de nuestro protagonista.

Tras centenares de saltos y trampas evitadas, decenas de enemigos ca¨ªdos bajo su espada y otras tantas utilizaciones de los maravillosos poderes de su daga, el Pr¨ªncipe de Persia consigue (o eso cree) su objetivo, volviendo atr¨¢s en el tiempo y retrocediendo justo antes de que su padre invadiera el Palacio. Pero nadie puede escapar a su destino y un implacable ser cuyo objetivo es buscar una especie de divina retribuci¨®n por lo que tuvo que ser y no fue, el Dahaka, persigue al protagonista noche tras noche despu¨¦s de ese suceso. Su ¨²nica opci¨®n consiste en viajar a una misteriosa isla e intentar conseguir audiencia con una mujer muy especial, la Emperatriz del Tiempo.

De todos los sistemas analizados, el m¨¢s inconsistente de forma gr¨¢fica es el de la versi¨®n de PlayStation 2. No solamente es la que presenta peor degradaci¨®n de colores sino que las texturas tampoco est¨¢n al mismo nivel que el resto de versiones y ello hace que, en determinados puntos del mapeado (sobretodo en los m¨¢s oscuros y en los que se debe tener mejor vista para encontrar el camino a seguir) es dif¨ªcil saber hacia d¨®nde hay que dirigirse, cosa que no pasa con el resto de versiones.

La versi¨®n de Ps2 destaca adem¨¢s por las ca¨ªdas de framerate bastante notables, aunque la de Xbox tampoco se libra de la quema. Hubo momentos, concretamente en la inevitable lucha con determinada dama bastante adentrados ya en el juego, que al invocar a sus esbirros dudo que los frames pasaran de 10 por segundo. Cuando hay muchos enemigos en pantalla Y (muy importante esta conjunci¨®n) trampas en ejecuci¨®n, el hardware es cuando m¨¢s sufre. Un PC con una tarjeta de gama media, tipo Radeon 9800 PRO o similares, corrige estos fallos menores pero no as¨ª los poseedores de las 3 consolas.

Pero ya basta de hablar de problemas. Centr¨¦monos en lo que el juego ofrece de verdad. La tradici¨®n dentro del universo Prince of Persia, y esta Alma del Guerrero no es una excepci¨®n, habla de una prioridad cuando hablamos del apartado gr¨¢fico: las animaciones. Sands of Time nos dej¨® con la boca abierta en su momento y hoy Warrior Within vuelve a hacerlo de nuevo. Se nota a la legua el especial mimo que el equipo de Montreal ha puesto en este aspecto del juego, ya que la sensaci¨®n de fluidez de los movimientos es tremenda.

El pr¨ªncipe sigue con sus habilidades a lo Matrix: puede saltar los precipicios, agarrarse a salientes, columnas, bordes, pe?ascos? puede recorrer las paredes a lo 'Trinity', saltar por encima de los enemigos, hacer volteretas, apoyarse en paredes y elementos de atrezzo para ejecutar ataques a¨²n m¨¢s descomunales, ejecutar a los enemigos de mil formas distintas, deslizarse por tapices rasg¨¢ndolos con su espada, subir de pared en pared para alcanzar nuevas alturas, columpiarse por barras, hacer de equilibrista? y todo ello ejecutado de una de las formas m¨¢s pl¨¢sticas vistas en un videojuego. Prince of Persia es bonito de ver.

El uso de la c¨¢mara sigue siendo un elemento destacable en esta entrega, si bien los efectos cinematogr¨¢ficos empleados un a?o atr¨¢s ya no sorprenden de la misma forma. Es cierto que a veces se peca de intentar quererlo hacer todo demasiado bonito en detrimento de lo que ser¨ªa m¨¢s l¨®gico (y m¨¢s ¨²til para el jugador) pero por norma general la elecci¨®n autom¨¢tica que hace la propia CPU es casi siempre la mejor.

En cualquier caso podremos manejarla a nuestro antojo con el stick anal¨®gico derecho, siempre y cuando no haya un obst¨¢culo justo detr¨¢s del personaje, ya que entonces el motor de colisiones impide que la hipot¨¦tica c¨¢mara se sit¨²e tras nuestro protagonista. Ubi Soft recomienda encarecidamente el uso de un pad anal¨®gico para jugar a este juego con la versi¨®n PC y honestamente yo tambi¨¦n. Pensad que el Pr¨ªncipe no se desplaza siempre a la misma velocidad, y un buen timing para ejecutar seg¨²n qu¨¦ movimientos o combos requieren la precisi¨®n de un mando no digital.

De cualquier modo podremos tanto activar la vista panor¨¢mica, que a¨²n a d¨ªa de hoy todav¨ªa no he averiguado si sirve para algo m¨¢s all¨¢ de mostrarnos la belleza de los emplazamientos, o la vista en primera persona con una sola pulsaci¨®n de uno de los botones. Tambi¨¦n son muy generosos los efectos de luz, de la escuela Splinter Cell, que despliega el juego a trav¨¦s de ventanales, reflejos sobre las texturas e incluso en los destellos del golpear de las armas. Espl¨¦ndido en todos los sentidos.

El juego juega (redundancia incluida) con las dos etapas temporales no s¨®lo desde un punto de vista puramente l¨²dico, sino tambi¨¦n t¨¦cnico. Cuando estamos en el presente la fortaleza est¨¢ en ruinas, hay polvo y lianas que rodean los salientes y columnas. Se juega m¨¢s con la poca luz que se filtra a trav¨¦s de las brechas que el tiempo ha abierto en los muros. En el pasado, en cambio, y en pleno apogeo del castillo, la cosa es bien distinta. Hay jardines, agua por doquier, buitres revoloteando?

Una de mis tremendas decepciones ha sido no obstante el apartado sonoro. Gustos musicales aparte, el Pr¨ªncipe ha perdido parte de su encanto en esta nueva versi¨®n, pero no ya por culpa del heavy metal que suena como m¨²sica de fondo. El problema es la poca adaptaci¨®n de la m¨²sica al momento de la acci¨®n, las lastimosas l¨ªneas de di¨¢logo que pronuncia durante los combates y, de nuevo, la poca inspiraci¨®n del doblaje del argumento en general.

El Alma del Guerrero, cuanto menos curiosa traducci¨®n del original Warrior Within, est¨¢ en castellano castizo, nada de castellanos neutros que tan de moda est¨¢n ¨²ltimamente. Todas las versiones est¨¢n dobladas, traducidas y localizadas a nuestro idioma pero sin embargo eso no significa que sean perfectas. Si bien el Pr¨ªncipe sigue dirigi¨¦ndose a sus contertulios de 'usted', cuando se le oye decir y sin venir a cuento 'tendr¨¦is el honor de morir bajo mi espada', '?otra vez?', 'esto no es nuevo' con esa voz inexpresiva, duele a los o¨ªdos.

Al mismo tiempo, las interpretaciones estelares de los antagonistas son antol¨®gicas: la Emperatriz nos descubre su plan maestro como si relatara la lista de la compra y la voz de nuestro protagonista est¨¢ lejos de la de ser un hombre desesperado intentando huir de su destino? no por lo que dice, sino por c¨®mo lo dice, que en ocasiones es incluso m¨¢s importante la forma que el fondo. No acostumbro a decirlo y perdonadme la inmodestia pero estoy convencido que la mitad de nosotros lo hubiese hecho mejor.

Otro detalle curioso, presente en todas las versiones en mayor o menor medida, es la ausencia demasiadas veces de efectos de sonido. No es que no est¨¦n, es que no suenan. Algo hay mal compensado en el balance porque es f¨¢cil pegar cuatro golpes que no se oigan para nada y luego morir y la m¨²sica del final pegarte un sobresalto escandaloso. La mitad de veces que me atrap¨® el Dahaka lo hizo sin musitar nada en absoluto? y sin m¨²sica. Curiosamente al reiniciar la partida, se suelen resolver estas instancias.

La versi¨®n PC est¨¢ mucho mejor resuelta como norma general a nivel gr¨¢fico, seguida de la versi¨®n Xbox y GC y a m¨¢s distancia PS2, aunque presenta los mismos problemas a nivel sonoro. De todos modos, aunque no es de lo m¨¢s espectacular que se ha visto en los ¨²ltimos meses, lo cierto es que jugarlo a m¨¢xima resoluci¨®n y con todo el nivel de detalle activado vale la pena. Ciertamente es tal y como deber¨ªan jugarse el resto de conversiones y probablemente la mejor opci¨®n si se dispone tanto de consolas como de un PC de gama media (y un pad anal¨®gico, claro).

Pero por norma general el juego nos empuja a trav¨¦s de las distintas 'fases', unas veces de un modo m¨¢s sutil (abriendo una puerta o actualizando objetivos en el in¨²til mapa) y otras de manera m¨¢s evidente, como en las trepidantes escenas en las que somos perseguidos por el Dahaka (buena paleta de colores escogida para la ocasi¨®n) y deberemos ir a toda pastilla sorteando las dificultades del mapeado en un tiempo l¨ªmite, una especie de Time Attack implementado de forma brillante y fluida.

A pesar de ser siempre lo mismo, es decir, correr-saltar-columna-saliente-combate, lo cierto es que EADG no se hace pesado. Es m¨¢s, yo dir¨ªa que consigue mantener el inter¨¦s con unos buenos aunque previsibles giros del gui¨®n que hacen que el juego vaya ganando enteros mientras m¨¢s lo juegas. De hecho estamos ante uno de aquellos t¨ªtulos que hace incrementar el inter¨¦s a cada nueva fuente de guardado, a cada nueva c¨¢mara del tiempo. Y eso es muy meritorio.

He venido leyendo por los foros de todo el pa¨ªs que este Warrior Within ha perdido parte de su encanto no ya por el oscurantismo de su aspecto, sino tambi¨¦n porque se le ha enfocado mucho m¨¢s hacia el combate. Bueno, como dijo el de la matanza de Texas, 'vayamos por partes'. Una cosa s¨ª es muy cierta: es posible ejecutar m¨¢s combos en este juego que en la mayor¨ªa de los juegos de lucha que hay hoy en el mercado. Eso para empezar. Pero no es menos cierto que yo he terminado el juego usando como mucho un 5% de las posibilidades. Es decir, est¨¢n ah¨ª pero casi no sirven para nada.

La verdad es que, de cualquier modo, no es mentira que ahora hay m¨¢s combates que antes. En Sands of Time el juego se pod¨ªa dividir en 3 partes: las partes de plataformas, las de combate y las de los puzzles. En EADG no hay puzzles que resolver que te rompan la cabeza y si bien hay plataformas generalmente no pasa mucho rato sin que debamos sacar las espadas y soltar cuatro mandoblazos a diestro y siniestro.

Algunas de las m¨¢s poderosas combinaciones son terriblemente dif¨ªciles de hacer, ya que los enemigos tienden a cubrirse (qu¨¦ canallas, ellos) y cortan el combo de esta forma, pero cuando ejecutemos alguna no nos extra?e que la acci¨®n pase a ser en c¨¢mara lenta para que contemplemos en todo su esplendor el despliegue de decapitaciones, cortes por la mitad, desmembramientos y brotes de sangre por doquier. Este efecto gore puede ajustarse desde el men¨² de opciones del juego.

Sin embargo, cuando no llevemos dos armas equipadas tendremos la posibilidad de columpiarnos con el enemigo. Me explico: saltar por encima suyo y pegarles dos mandoblazos siempre es posible pero cuando tenemos una mano libre podremos pasarnos a su espalda y estrangularlos hasta la muerte, empujarles hacia alguna trampa, usarlos de escudos humanos contra sus propios hermanos o simplemente utilizarlos de trampol¨ªn para llegar a alguna otra parte.

Sands of Time nos sorprendi¨® por la sabia utilizaci¨®n de algunos conceptos pioneros en la industria del videojuego, o por lo menos nunca antes tan bien implementados. 'Recordar' sigue siendo el poder estrella: la posibilidad de volver unos segundos atr¨¢s en el tiempo para corregir un error de salto o el mandoblazo asesino de un enemigo por la espalda es algo que todo el mundo se pregunta el por qu¨¦ se tard¨® tanto en ofrecerlo como opci¨®n en un t¨ªtulo de este tipo.

Paralelamente contamos con ataques de base (aliento del destino, cicl¨®n del destino, etc.) que sirven para despejarse del enemigo, pero la realidad es que su utilidad es muy baja ya que generalmente nuestros adversarios no gustan de estarse quietecitos esperando a recibir la sacudida, sino que tienen la mala costumbre de querernos atizar y eso nos puede hacer no ejecutar el poder y adem¨¢s perder la esfera del tiempo.

Junto con el poder de recordar destaca el poder de ralentizar el tiempo, una utilidad m¨¢s all¨¢ de la aplicaci¨®n de espadazos al doble del ritmo normal ya que permite que determinadas trampas no se accionen a tiempo o podamos sortear los peligros con mucha mayor facilidad. En la pr¨¢ctica nos sorprenderemos acabando el juego habiendo 'ralentizado' muchas veces, 'recordado' muchas m¨¢s y habiendo utilizado el resto de poderes nada o casi nada.

Hay enemigos que golpean? y otros que lo hacen igual pero quitando m¨¢s vida. Hay ¨¢giles vampiresas asesinas, ¨¢giles vampiresas asesinas que quitan m¨¢s vida? y ¨¢giles vampiresas asesinas transl¨²cidas. Y tambi¨¦n una especie de bichos negros que lanzan cosas, que se parecen misteriosamente a las sombras malignas de ICO, as¨ª como unos perros que explotan y determinados gigantes (trolls de las cavernas de ESDLA) que ocupan media pantalla que se tiene que eliminar al m¨¢s puro estilo estilo Legolas. Y poco m¨¢s.

Hay algunas reminiscencias de otros juegos en cuanto al concepto de la doble realidad (presente y pasado) en Warrior Within, como en Soul Reaver o en un Zelda. Lo cierto es que Ubi ha montado muy bien el tema de revisitar las estancias con diferente configuraci¨®n, en especial cuando tienes que recuperar el terreno que has tenido que hacer en medio minuto cuando te persegu¨ªa el Dahaka. Y todo est¨¢ puesto de manera muy casual, o sea que la sensaci¨®n de verosimilitud del juego es muy alta.