Pasa del amor, haz la guerra

Kingdom Under Fire ya est¨¢ en Xbox. Pero que los peceros no se echen las manos a la cabeza, ¨¦ste no es el mismo que apareci¨® en compatibles, sino una continuaci¨®n que apuesta por la acci¨®n como llave para ganarse el corazoncito de los consoleros.

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El campo de batalla ruge, y t¨², como si de un canto de sirena se tratara, no puedes resistirte a acudir a su encuentro. Las flechas silban, pero parece que no te conozcan, que no quieran conocerte, pues ni una s¨®la se clava se clava en tu cota de mallas. Tus brazos te pesan de tanto descargar tu arma sobre los ya inertes cuerpos de tus enemigos, la sangre de tus v¨ªctimas te cubre todo el cuerpo, rebajando la ef¨ªmera gloria de los primeros combates en los que te alzaste victorioso. Ya nada esperas, nada deseas m¨¢s que volver a tu hogar, pero para ello tendr¨¢s que acabar con todos tus adversarios. Caballera, ten presta la espada, porque los que buscan tu muerte no tendr¨¢n compasi¨®n. No la tengas t¨².

Kingdom Under Fire es la principal franquicia de Phantagram, una empresa coreana que sin duda le resultar¨¢ m¨¢s conocida a los que gustan de jugar en sus PCs que para los consoleros. Y es que KUF fue lanzada en compatibles con gran ¨¦xito hace ya un tiempo, cosechando un gran ¨¦xito en la comunidad de amantes de los juegos de estrategia en tiempo real. Una gran puesta en escena de la cual destacaba sobre todo la cuidada ambientaci¨®n, as¨ª como un estilo de juego que la alejaba de los cl¨¢sicos Age of Empires o Warcraft 3, fueron las principales caracter¨ªsticas de un juego que ya se ha convertido en un cl¨¢sico.

Ahora, Phantagram lanza la segunda entrega, estren¨¢ndose adem¨¢s en Xbox. Con un cambio de planteamiento muy importante, que incluye una gran dosis de acci¨®n, parece que la compa?¨ªa oriental ten¨ªa claro el cambio de registro necesario para triunfar tambi¨¦n en el mercado de las consolas. ?Lo habr¨¢ conseguido?

La gran cantidad de elementos gr¨¢ficos, a pesar de que el nivel de detalle de muchos de ellos no parece suficiente como para sobrecargar el potencial de la m¨¢quina de Microsoft, se traduce en determinados momentos en unas molestas ralentizaciones, pero ¨²nicamente cuando en pantalla el n¨²mero de personajes supere en mucho la decena, lo que es hasta cierto punto l¨®gico dada la cuidada representaci¨®n de la mayor¨ªa de los personajes, sobre todo los pertenecientes a los h¨¦roes.

Los escenarios, quiz¨¢ por el uso - o abuso - de memoria por parte de la representaci¨®n de los personajes, se ven resentidos en cuanto a nivel de detalle, pero no por su tama?o. As¨ª, los niveles son muy grandes, enormes, pero se ven reducidos a vastas extensiones de terreno en las que la variedad destaca por su ausencia. Hasta un bosque o una llanura llegan a ser agradecidos a los ojos del jugador hastiado de de ver todo el rato la misma textura de hierba virtual extenderse hasta la lejan¨ªa, perdi¨¦ndose en el horizonte...

Las secuencias cinem¨¢ticas mediante las que se explica la evoluci¨®n de la historia est¨¢n realizadas con el mismo motor gr¨¢fico que el juego en s¨ª. Est¨¢n rodadas utilizando planos muy cinematogr¨¢ficos, con recursos como la "c¨¢mara en el hombro", consiguiendo que el espectador tenga la sensaci¨®n de oscilaci¨®n propia de la marcha de las tropas o de la carga de la caballer¨ªa.

Debido a la presencia de todo tipo de criaturas, fant¨¢sticas o no, la proporci¨®n de los tama?os de los personajes era sumamente importante. Y la gente de Phantagram, por fortuna, lo ha tenido muy en cuenta. As¨ª, os encontrar¨¦is combatiendo con vuestro palad¨ªn, mucho m¨¢s alto que la mayor¨ªa de los soldados de su regimiento, contra ogros y dem¨¢s monstruos que duplicar¨¢n el tama?o de vuestro h¨¦roe. La relaci¨®n entre el poder de los personajes y su tama?o no ser¨¢ directamente proporcional, pero no por ello resultar¨¢ menos aterrador combatir contra uno de esos seres mitol¨®gicos que, en KUF:TC cobran tanta vida como es posible. Pero si decid¨ªs jugar en el bando de los malos, ¨¦stos peque?ajos formar¨¢n parte de vuestras fuerzas, lo que cambiar¨¢ las tornas y provocar¨¢ que os d¨¦is cuenta que el tama?o no siempre importa...

Los fxs devengados de los combates, como los aullidos de dolor de los enemigos al probar la abrasadora mordedura de nuestras armas, el silbar de las flechas o los intercambios de espadazos de las tropas de a pie est¨¢n muy bien representados, aunque quiz¨¢ se echa de menos algo m¨¢s de contundencia.

Cada uno de los personajes tendr¨¢ su propia l¨ªnea argumental, as¨ª que para exprimir al m¨¢ximo el juego deber¨¦is completarlo con el cuarteto de protagonistas. Tan s¨®lo dos, uno de cada ej¨¦rcito, estar¨¢ disponible al principio; al superar todas las pantallas de uno de ellos se liberar¨¢ su compa?ero de bandera. Estos poderosos guerreros ser¨¢n los personajes que efectivamente controlar¨¦is cuando entr¨¦is de lleno en una refriega. El resto del tiempo asumir¨¢ las funciones de general encargado de distribuir las tropas, un papel p¨²ramente testimonial pero de vital importancia de cara a sostener el hilo argumental.

No hay "Friendly Fire" (fuego amigo), por lo que podr¨¦is repartir espadazos a gusto a¨²n incluso cuando est¨¦is rodeados de soldados de vuestro ej¨¦rcito, sin miedo a que alguno reciba alguno de vuestros mandobles. Esta es una de las principales limitaciones de los combates en KUF: TC, pues hace que toda la estrategia quede reducida a la distribuci¨®n de tropas en el campo de batalla, pues las luchas en las que podr¨¦is intervenir directamente controlando al general estar¨¢n limitadas a poco m¨¢s que un machaqueo cont¨ªnuo de botones.

Adem¨¢s hay que destacar el hecho de que el general de las tropas ser¨¢ inmortal, por lo que cada vez que sea abatido por los enemigos, tras unos segundos de permanecer inconsciente, recuperar¨¢ la vida y reemprender¨¢ la lucha. Lo que de verdad os tiene que importar es la barra de energ¨ªa de las tropas, porque cuando ¨¦sta llegue a cero la partida habr¨¢ acabado. Entonces se os ofrecer¨¢ la posibilidad de volver a comenzar el nivel en el que os encontr¨¢bais.

Cada tipo de unidad tendr¨¢ sus propios modificadores que deber¨¦is aprender para poder contar con una ventaja extra en el campo de batalla. Saber qu¨¦ tropas pueden ganar f¨¢cilmente a qu¨¦ unidades del enemigo ser¨¢ vital de cara a participar en un combate con garant¨ªas. Por ejemplo, los lanceros anular¨¢n las cargas de la caballer¨ªa, diezmando las tropas a caballo que se arrojen impetuosamente contra la afilada punta de las armas de los portadores de lanzas.

Adem¨¢s, y gracias a los puntos de experiencia que consig¨¢is en el campo de batalla, podr¨¦is potenciar vuestras tropas, adquiriendo todo tipo de art¨ªculos, mejorando sus habilidades o incluso dot¨¢ndoles de poderes m¨¢gicos. Incluso podr¨¦is pasaros por la cantina de la base para reclutar mercenarios que pasen a formar parte de vuestras filas de "comprometidos" guerreros. Todo vale para acabar con el enemigo.

Kingdom Under Fire: The Crusaders no es en absoluto perfecto, pero supone un gigantesco avance en los t¨ªtulos de estrategia, en los que puede englobarse a pesar de su gran componente de acci¨®n. Es el mejor RTS para consola alguna, si es que eso significa algo, pero, lo que es m¨¢s importante, se antoja la evoluci¨®n natural de la f¨®rmula que con tanto ¨¦xito utilizan los Dynasty Warriors. Un gran juego que, esperamos, tenga la suficiente repercusi¨®n como para que las compa?¨ªas que ya hab¨ªan tirado la toalla y cre¨ªan que en consolas no podr¨ªa triunfar nunca un RTS, sepan ver su error e intenten apostar por f¨®rmulas tan atractivas como la presentada por Phantagram.

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