Un deportivo econ¨®mico

Kuju Entertainment, los programadores que no hace mucho nos trajesen el m¨¢s que correcto 'Fire Warrior', nos hacen llegar a precio de ganga un arcade de conducci¨®n bastante sencillo, pero tan divertido como el que m¨¢s.

Parece ser que el fen¨®meno del software 'barato' vuelve a los comercios espa?oles. Y la verdad es que se echaba de menos este tipo de juegos cuyo precio de salida es accesible a todo tipo de bolsillos? de hecho, desde los lejanos tiempos en los que el concepto budget arrasaba en ventas gracias al buen hacer de compa?¨ªas como Codemasters o Mastertronic, pocas veces se han visto intentos tan loables como el que a d¨ªa de hoy est¨¢n realizando algunas compa?¨ªas.

El caso que hoy nos ocupa es un buen ejemplo de ello. Cierto es que, si bien Midas Interactive tiene pocas armas para competir con la calidad de las novedades con las que de vez en cuando nos sorprende Ubi Soft a precio reducido, esta compa?¨ªa est¨¢ esforz¨¢ndose en presentar un cat¨¢logo bien cargadito, con entretenimiento para todos los gustos. Bien se puede ver con el juego de carreras GT que protagoniza el presente an¨¢lisis, un programa m¨¢s que decente en todos los sentidos.

El concepto que presenta 'Grand Tour Racing 400' es, en peque?as dosis, similar al ya visto en 'Gran Turismo' o la serie 'Toca' de la anta?o rey del software barato Codemasters. El ¨²nico matiz diferenciador, aparte del que concierne a la envergadura tecno-l¨²dica de estos t¨ªtulos y el que hoy nos ocupa, gira en torno a la metodolog¨ªa de juego.

En cierto modo, la afirmaci¨®n puede parecer un poco exagerada, ya que el racing-game de Kuj¨² muestra en algunos momentos ciertos detalles t¨¦cnicos de altura. Si bien el n¨²mero de pol¨ªgonos mostrado en circu¨ªtos y coches no apabulla en ning¨²n momento, las texturas no est¨¢n mal del todo, y el asfalto posee ese efecto de brillo que tan bien qued¨® en su d¨ªa en t¨ªtulos como 'Gran Turismo 3' o la serie 'Burnout'.

Por otro lado, el dise?o de los coches no est¨¢ exento de detalles, si bien se aleja bastante de las ¨²ltimas tendencias detallistas. Hay poca variedad de modelos, pero los que hay, como el Ascari KZ1 o el tronador Mosler MT900 son atractivos y se mueven con soltura. Eso s¨ª, el realismo no ser¨¢ una constante en estos, empezando con las animaciones forzadas por su metodolog¨ªa arcade, y terminando con la cutre representaci¨®n de los da?os.

Al menos lo dicho, todo se mueve bien suave, sin apenas parones relevantes, y de cara a la galer¨ªa, casi llega a ser bonito y atractivo. Los llamativos colores har¨¢n juego con el buen gusto de la conducci¨®n puramente arcade, cuya homogenidad queda algo opaca debido a una imperdonable y a veces evidente generaci¨®n de pol¨ªgonos en el horizonte.

Como es obvio, nuestro objetivo no es otro que el de ganar carreras, o en su defecto, quedar en la mejor posici¨®n posible. Lo cual no es demasiado dif¨ªcil, debido a la parca IA de la que hacen gala los coches dirigidos por la consola. No reaccionan con demasiada lucidez y tampoco saben aprovechar los huecos como es debido, por lo que apenas supone un m¨ªnimo esfuerzo el colocarnos en los primeros puestos nada m¨¢s comenzar la carrera, algo que no corresponde con el reto que nos deber¨ªa dar la representaci¨®n virtual de Martin Short, campe¨®n del British 2003 GT.

De todos modos, las partidas individuales cuentan con la garra que supone el ir avanzando a trav¨¦s de 16 circu¨ªtos muy diferentes unos de otros, dispuestos a trav¨¦s de tres continentes. Por otro lado, tambi¨¦n contamos con la existencia de dieciseis modos de juego time trial, con bonus y secretos a desbloquear. Y por supuesto, la posibilidad de jugar con otro amigo a pantalla dividida, garant¨ªa segura para pasar un rato estupendo, a pesar de que se pod¨ªa haber ajustado un poco m¨¢s la jugabilidad en este multiplayer.