El regreso del "Burro Kong".

Como el malo de una pel¨ªcula. As¨ª es como comenz¨® Donkey Kong sus andaduras por Nintendo. Un bellaco que hab¨ªa secuestrado a la princesa Peach, y que hab¨ªa puesto a Mario en todo un aprieto. Hoy vuelve a hacerlo, pero rememorando los viejos tiempos...

Viejos, para bien o para mal, que hab¨ªan pasado en la ya desfasada, pero siempre inolvidable NES. Nintendo, como no iba a ser menos, ha recuperado este cl¨¢sico para su nueva l¨ªnea 'Nes Classic', y de paso para dar algo m¨¢s de vida al simio que Rare relanz¨® a la fama. 

Al igual que pasaba en el juego analizado la pasada semana, Super Mario Bross., hoy nos encontramos ante un t¨ªtulo que no necesita descripci¨®n para aquellos que hayan tocado alguna vez una Game Boy o la mism¨ªsima Nes.

Sin embargo los m¨¢s peque?os de la casa estar¨¢n at¨®nitos ante esto. Pero, ?Donkey Kong ha luchado alguna vez contra Mario? ?No eran amigos de la misma compa?¨ªa y plataforma? Lo cierto es que hace mucho, mucho tiempo Nintendo se sac¨® de la manga a un protagonista, que m¨¢s bien ser¨ªa antagonista, que ya era medianamente conocido por las pel¨ªculas de cine.

Un orangut¨¢n gigantesco que aterrorizaba a una ciudad entera pero que luego, m¨¢s tarde , se enamorar¨ªa de una bella damisela, encarnada aqu¨ª por la princesa Peach, y no la dejar¨ªa marchar ante ninguno de los problemas que se le iban presentando.

Probablemente s¨®lo los que idearon el t¨ªtulo sabr¨¢n el porqu¨¦ de haber creado este ingenioso, porque realmente no se puede describir de otra forma, sistema de juego que os describiremos a continuaci¨®n. Y es que este Donkey Kong fue todo un pilar de la calidad y vicio propiamente dicho de su ¨¦poca.

Con barriles y a lo loco

Un buen d¨ªa Mario despierta y encuentra con que un gorila que recibe el nombre de Donkey Kong ha secuestrado a su querida princesa. Como no iba a ser de otra forma, se enfunda su traje de fontanero, su m¨ªtica gorra, y va a su rescate.

M¨¢s plataformas debi¨® de pensar, a?ade quien es cuenta esta historia. Pero no, Nintendo quiso que Mario no pudiese alcanzar tan f¨¢cilmente las plataformas y que tuviese que trepar escaleras para irse acercando a la princesa. Con un martillo, y despu¨¦s de sortear los barriles que DK nos manda, hemos de conseguir llegar y hacer que libere a la princesa.

Los niveles son, como suele ocurrir, pan comido. En pocas ocasiones tendremos que complicarnos la vida para conseguir llegar hasta la cima. Conseguir un martillo, y luego intentar conseguir llegar hasta la princesa.

Nos encontraremos con cientos de escaleras rotas, y en la mayor¨ªa de los casos, tan s¨®lo una por la que tendremos f¨¢cil acceso a la superficie que est¨¢ por encima de nuestra gorra roja.

Decimos que son f¨¢ciles los escenarios, o eso parece, al menos con los primeros que nos iremos encontrando a lo largo de nuestra aventura. Luego encontraremos todo tipo de dificultades. DK ya no lanza un barril cada cierto tiempo, sino que se apresura a sacar uno y otro y otro, de tal forma que tendremos que labrar hasta una cierta estrategia para conseguir llegar hasta la cima.

Todo esto que parece tan sencillo, de cierto que no lo es. Acabaremos en entramados mapas en los que tendremos que sudar la gota gorda para si quiera conseguir llegar a subir una simple escalera. Nintendo ha hecho bien en enlistar un port exacto de la versi¨®n de anta?o de DK, pero esto ha conllevado una serie de problemas que algunas comunidades y p¨¢ginas dedicadas a los videojuegos han criticado.

Un port exacto... quiz¨¢s demasiado

Las cr¨ªticas no aparecieron cuando el juego sali¨® para NES, pero si cuando se ha adaptado en GBA. A poca gente le importa, porque a fin de cuentas, no es un juego con grandes pretensiones. Pero la clave radica en que los que lo van a adquirir, al menos por regla general, son los nost¨¢lgicos o curiosos que quieran ver c¨®mo comenz¨® esto de los videojuegos.

Pues bien, aqu¨ª encontramos dos problemas muy importantes en la l¨ªnea del juego. El primero es la adaptaci¨®n que ha sufrido, que es la propia que pudimos ver en NES. Seg¨²n los expertos, la versi¨®n original que fue ideada por la compa?¨ªa nipona fue cambiada a la hora de pasarla a NES por razones de potencia.

Los mapas, la velocidad, los colores... se planteaban demasiadas complicaciones para hacer una conversi¨®n directa de la recreativa, y se cambiaron ciertas cosas. Minucias, tales como la pantalla de presentaci¨®n, ciertas melod¨ªas... Minucias, decimos, que para una versi¨®n pensada para nost¨¢lgicos se ha llevado cr¨ªticas muy duras, que si bien no importan a la compa?¨ªa en s¨ª, y tampoco al resto de los aficionados, es interesante para aqu¨¦l que busque m¨¢s originalidad.

En este punto no podemos encontrar una cr¨ªtica posible por nuestra parte. DK fue as¨ª, tal y como lo vemos hoy en d¨ªa en GBA. Es un port de un juego de NES, por lo que es l¨®gico y comprensible adaptarlo tal cual.

El otro punto sigue estando vigente en todos los juegos de NES: su enorme dificultad. Es algo que encontraremos en Zelda, Ice Climber, que encontr¨¢bamos en Super Mario Bross. Y que, por desgracia o por fortuna, encontraremos en todos y cada uno de los juegos de NES Classic.

Por alguna extra?a raz¨®n por aquella ¨¦poca se valoraban los juegos dif¨ªciles. No es del todo absurdo, pues eran m¨¢s cortos, y por lo tanto se apreciaba que estos ofreciesen alg¨²n tipo de reto al jugador. Pero hoy en d¨ªa los juegos no tienen la misma complejidad, y los que la poseen, se encuentran ante duras cr¨ªticas.

Divertido pero, ?vale la pena?

Es malo o no es muy bueno vienen siendo t¨¦rminos, sino iguales, muy similares. Desde Meristation no queremos emitir un juicio sobre un juego que apareci¨® hace ya demasiados a?os como para estar a la onda hoy en d¨ªa. SMB signific¨® mucho, este DK tambi¨¦n, y as¨ª sucesivamente con casi todos los juegos que se han rememorado en la edici¨®n de NES Classic.

Sin embargo, y guardando las diferencias con el juego de Mario como protagonista absoluto, aqu¨ª nos encontramos ante una idea llamativa, no demasiado destacada por ello en su ¨¦poca, pues por aqu¨¦l momento todos los juegos llevaban algo nuevo en sus adentros, a diferencia de lo que vemos hoy en d¨ªa.

No nos referimos a que el juego no valga la pena, pero sin duda alguna es menos probable que un fan con ganas de ver qu¨¦ fue aquella ¨¦poca adquiera este juego. En definitiva, que su efecto ha sido much¨ªsimos menos fuerte que el de SMB o el de otros cl¨¢sicos de NES.

Una peque?a novedad

Para marcar un peque?o 'antes y despu¨¦s' en la aventura, se ha decidido incorporar un creador de niveles al que podremos acceder si conectamos la consola a nuestra Game Cube. De esa forma podremos hacer los mapas a nuestro antojo, y de disponer de un cable link, hasta transferirlos a nuestros amigos.

No es que la idea no sea buena, pero si un tanto innecesaria, y que solo apreciar¨¢n aquellos amantes radicales del juego.  Es que ya tenemos suficientes niveles y dificultades como para a¨²n hacer m¨¢s mapas. A¨²n as¨ª, se aprecia el detalle.

En definitiva... cuesti¨®n de nostalgia

Esta frase la ver¨¦is a lo largo de todos los reportajes que os ofreceremos de los ocho juegos que protagonizan esta serie. No cabe duda de que, al igual que en el an¨¢lisis de SMB, tenemos un cierto dilema a la hora de puntuar el juego.

Por ello, y por si hay alg¨²n despistado, os recordamos que hemos puntuado seg¨²n la repercusi¨®n y ¨¦xito de su ¨¦poca, pues valorarlos hoy d¨ªa no tendr¨ªa sentido alguno, empezando porque el p¨²blico ha cambiado en demas¨ªa con respecto a gustos.

En definitiva, y como dice el t¨ªtulo de este apartado, es una cuesti¨®n de nostalgia. Recomendado, s¨ª. ?A qui¨¦n? A todos aquellos que amen los videojuegos, a los fan¨¢ticos de NES, a los nost¨¢lgicos, o simplemente a cualquier chaval que quiera aprender de juegos que hicieron ¨¦poca.

El resto, mejor abstenerse.