Tora! Tora! Tora!

Sale al mercado un nuevo t¨ªtulo de aviaci¨®n centrado exclusivamente en la zona del Pac¨ªfico, donde americanos y japoneses midieron sus fuerzas a¨¦reas en impresionantes batallas. Elige bando y antes de despegar, responde a esta pregunta: ?est¨¢s listo para perder la vida en el combate si lo crees necesario?

?Y despu¨¦s de Pearl Harbor, qu¨¦?

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Vamos a situarnos un poco en el tiempo. Estamos en plena 2? Guerra Mundial y quiz¨¢s uno de los sucesos m¨¢s significativos que ocurrieron durante esta ¨¦poca fue el ataque sorpresa que realiz¨® Jap¨®n contra los Estados Unidos en Pearl Harbor (Hawai) el 7 de diciembre de 1941. Calificado por el presidente norteamericano de aquel entonces como el D¨ªa de la Ignominia, precipit¨® a los Estados Unidos a entrar en este conflicto b¨¦lico. Durante los pr¨®ximos cuatro a?os que dur¨® la guerra, el enfrentamiento en duelos a¨¦reos entre japoneses y norteamericanos estaba a la orden del d¨ªa, por lo que el Oc¨¦ano Pac¨ªfico se convirti¨® en el escenario de una lucha despiadada y en el que prevalec¨ªa una sola regla sobre las dem¨¢s: mata o muere.

Elige bando

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Una vez hayamos decidido el nombre de nuestro piloto, nos dar¨¢n a elegir entre los dos bandos combatientes: el ej¨¦rcito nip¨®n y el ej¨¦rcito norteamericano, y es entonces cuando nos pondremos al mando de nuestro avi¨®n. La primera fase, como en casi todos los juegos, es de aprendizaje. Una fase de entrenamiento donde nos familiarizaremos con nuestro avi¨®n e iremos realizando distintas campa?as ver¨ªdicas ocurridas durante este periodo reviviendo las batallas a¨¦reas m¨¢s importantes, desde la invasi¨®n de las Islas Filipinas, pasando por la batalla de Midway hasta Iwo Jima entre otros. Un total de 25 misiones por bando que tendremos que superar.

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Tendremos a nuestra disposici¨®n, y desde el principio, un bombardero y un caza por cada bando a los cuales y tras cada misi¨®n se nos otorgar¨¢n una serie de puntos mediante los cuales los mejoraremos con ametralladoras, torpedos, bombas, entre otros artilugios. Los puntos que consigamos depender¨¢n de los objetivos que cumplamos, como eliminar una serie de cazas enemigos, hundir alguno de sus barcos, derribar armas antia¨¦reas o localizar algunas posiciones enemigas de las cuales no hemos sido informados. Con estos puntos podremos adem¨¢s ascender en nuestro rango militar.

Gr¨¢ficos y sonido

Pacific Warriors II Dogfight! no es que sea un prodigio en el apartado visual como estamos acostumbrados en los ¨²ltimas simuladores de vuelo, pero los gr¨¢ficos cumplen con su labor sin ser excesivamente vistosos, considerando que s¨®lo requiere un ordenador con un procesador de 500 MHz. No obstante se echa de menos algo m¨¢s espectacularidad a la altura de sus rivales en el g¨¦nero.

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Las texturas pecan de una baja gama de colores y distan en exceso del fotorrealismo del que presumen otros simuladores. Por el contrario el juego siempre fluye con suavidad, manejando una gran cantidad de aviones y desplegando correctos efectos de luces en las explosiones. Adem¨¢s, ofrece humo volum¨¦trico y chispas ante los da?os menores del fuselaje.

El sonido, al igual que pasa con los gr¨¢ficos, realiza satisfactoriamente su labor, con m¨²sicas de tipo b¨¦licas durante los men¨²s, y durante las misiones nos sumergiremos entre los sonidos de los disparos enemigos y las voces de nuestros compa?eros y rivales por radio, que variar¨¢n seg¨²n la situaci¨®n del campo de batalla.

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Hay que decir que todas las armas que aparecen en el juego son fieles reproducciones de las que fueron empleadas durante la 2? Guerra Mundial, al igual que los aviones y barcos que veremos durante las partidas. Cada avi¨®n tendr¨¢ sus propias caracter¨ªsticas y tendr¨¢s que adaptarte a ¨¦l si quieres lograr el triunfo. No ser¨¢ lo mismo volar con un Zero japon¨¦s que con un Hellcat estadounidense.

Jugabilidad

Queda claro que los aviones que manejaremos tendr¨¢n caracter¨ªsticas determinantes a la hora de manejarlos, pero esto no ser¨¢ lo ¨²nico que influya a la hora de la jugabilidad sino que tambi¨¦n influir¨¢ el entorno de cada misi¨®n y el estado meteorol¨®gico con que nos encontremos, puesto que no ser¨¢ lo mismo pilotar el avi¨®n mientras est¨¦ soleado y despejado que cuando est¨¦ cayendo una fuerte tormenta el¨¦ctrica t¨ªpicas del Pac¨ªfico, y tampoco ser¨¢ lo mismo llevar a cabo nuestra misi¨®n de d¨ªa que de noche ya que se reduce bastante la visibilidad.

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El sistema de juego, a decir verdad, es un poco simple en cuanto que da la sensaci¨®n de que no aporta nada nuevo a los simuladores de ¨¦pocas pasadas, pero quiz¨¢s sea en su sencillez donde radica su inter¨¦s porque nos basta un peque?o n¨²mero de botones / teclas para manejar por completo el avi¨®n (vistas, armas,...) y resulta muy adictivo. Nos mantendr¨¢ horas enganchados a la pantalla para pas¨¢rnoslo por completo en sus dos modalidades (campa?a japonesa y campa?a estadounidense), y misiones como la de defender a nuestro buque insignia de constantes ataques kamikazes en un tiempo determinado, o escoltar una flota de bombarderos que van hacia Guam, son un ejemplo de las que repetiremos una y otra vez por lo divertidas que resultan.

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A medida que vayamos avanzando en las misiones, el nivel de dificultad, la cantidad y la astucia de los enemigos aumentar¨¢n considerablemente. Por ello algunas fases se nos resistir¨¢n un poco inicialmente, pero una vez que sepamos como act¨²an los enemigos, el juego se desarrollar¨¢ de una forma muy mec¨¢nica. Quiz¨¢ ese sea el mayor punto negativo de la jugabilidad, que cuando llevemos un tiempo jugando las fases nos resultar¨¢n un tanto mon¨®tonas.

Pero, ?es simulador o no? Este t¨ªtulo est¨¢ calificado como simulador por sus creadores. Sin embargo, debemos tener en cuenta que posee una serie de caracter¨ªsticas que lo hacen por completo arcade. Resulta chocante que se quiera vender como simulador un juego en el que si intentamos estrellar el avi¨®n contra el suelo no s¨®lo no termine estallando, sino que rebote y se limite a reducir una supuesta barra de da?os. Si en alg¨²n momento nos vemos escasos de resistencia y nos veremos pronto necesitados de ella, bastar¨¢ con volver a nuestra base obtener la resistencia renovada.

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