Nintendo Mini Super Mario Bros (GameBoy)

Casi veinte a?os despu¨¦s de aparecer en nuestras pantallas, Mario y compa?¨ªa se cuelan -por m¨¦ritos propios- en la serie recopilatoria Famicom Mini, para que podamos revivir el primer 'Super' de la saga Mario Bros.

Toda una vida?

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S¨ª, parece que fue ayer cuando vimos por primera vez a Mario -conocido entonces como Jumpman- sorteando barriles en su opera prima llamada Donkey Kong. Mucho ha llovido desde entonces (1981) y con el paso del tiempo Mario nos ha demostrado ser una incombustible superestrella cual Tom Jones de los videojuegos.

Volviendo a los inicios, Mario comenz¨® su particular andadura junto a Donkey Kong, el malo de la pel¨ªcula, en un arcade llamado como el mismo antagonista, esto es y valga la redundancia, Donkey Kong. El juego cal¨® fuerte especialmente en el mercado americano, donde Nintendo vio subir sus cotas de popularidad como la espuma.

No se hizo esperar el debut de Mario en solitario, sin descuidar por supuesto a su hermano Luigi, con la aparici¨®n de Mario Bros, que nos tra¨ªa un divertid¨ªsimo t¨ªtulo -con modo 2P simult¨¢neo- en el cual deb¨ªamos luchar contra koopas, goombas y dem¨¢s fauna de la familia Bowser.

Tras estos t¨ªtulos y un extra?o Mario Pinball, Mario estaba listo para su primer bombazo que arrasar¨ªa listas de ventas ya no solo en Jap¨®n, si no alrededor del mundo.

Cuarenta millones doscientas mil unidades? ?Mande?

Asi es, nada m¨¢s y nada menos que cuarenta millones de copias ha colocado Super Mario Bros (en adelante, SMB) alrededor del globo. Una cifra de aut¨¦ntico esc¨¢ndalo, que para que os hag¨¢is a la idea, cubrir¨ªamos la distancia Barcelona - Nueva York de poner todos los cartuchos en l¨ªnea. Impresionante.

Y es que SMB supuso una aut¨¦ntica revoluci¨®n para los tiempos que corr¨ªan. Ocho mundos repletos de plataformas, donde el t¨¦rmino ajustad¨ªsima me queda corto para definir la curva de dificultad, que no contento con poseer una jugabilidad endiablada y un control de precisi¨®n at¨®mica, sent¨® las bases de todos los plataformas en 2D de su ¨¦poca y generaciones siguientes. A¨²n a d¨ªa de hoy, podemos encontrar 'rasgos SMB' en cualquier plataformas que se precie.

El s¨ªndrome de pulgar Nintendo

Bajo este curioso nombre definieron los m¨¦dicos de la ¨¦poca aquella dolencia, por la que muchos chavalines abarrot¨¢bamos las consultas presentando nuestro dedo pulgar amoratado de tanto darle a la NES. Y s¨ª, sin duda SMB tuvo gran culpa tanto por su adicci¨®n como por su -insisto- jugabilidad. ?Pero qu¨¦ fue lo que realmente revolucion¨® el g¨¦nero? Miro el teclado y respiro hondo?

Para empezar, SMB fue pionero en llevar implementado el movimiento de inercia en nuestro personaje, esto es, tras corretear por la pantalla y girar en seco la cruceta direccional, Mario resbalaba unas d¨¦cimas de segundo antes de salir disparado hacia el otro sentido, d¨¢ndole este efecto un peso a nuestro protagonista in¨¦dito hasta la fecha. C¨®mo no, cre¨® escuela.

?Ves esa plataforma? Soy capaz de llegar. SMB es uno de esos pocos juegos que pueden presumir de un control perfecto, sabiendo en todo momento el jugador que plataforma puede y que plataforma no puede alcanzar. Despu¨¦s de jugar a SMB, nunca nos sent¨® tan mal perder vidas por un control deficiente. Volvi¨® a crear escuela.

Todo esto se traduce en horas, horas y m¨¢s horas delante de nuestros televisores, y m¨¢s de una mam¨¢ encima nuestro maldiciendo la bendita caja gris.

Famicom Mini, ?homenaje o negocio?

Tras casi 20 a?os despu¨¦s de su aparici¨®n en el mercado, Nintendo una vez m¨¢s reversiona el cl¨¢sico, esta vez a la ni?a de sus ojos. GBA recibe SMB en calidad p¨ªxel-perfect, o lo que es lo mismo, tal cual lo vimos hace 20 a?os. Esto sin duda traer¨¢ diferencia de opiniones, por un lado, halagos por parte de los jugones m¨¢s retro y, por otro lado, cr¨ªticas por parte de aquellos que exigen algo m¨¢s que el juego a secas.

Si que es cierto que SMB viene apadrinado por la serie Famicom Mini, que contiene conversiones exactas de los originales sin ning¨²n extra, aunque no hubiese estado de m¨¢s incluir alg¨²n modo extra, como un Lost Levels o incluso la posibilidad de jugar a la versi¨®n que aparec¨ªo en Super Mario All-Stars.

Aun a pesar de esta peque?a inconveniencia, los usuarios de GBA estaremos encantados de recibir, a precio reducido, la conversi¨®n de uno de los mejores plataformas de la historia consolera.

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