Ninja Gaiden, Impresiones (Xbox)

Un pueblo desolado. Un clan masacrado. Un templo en llamas. Una espada temible en manos de un malvado emperador. Un ninja busca venganza. Un destino. Ryu Hayabusa vuelve a la actualidad en esta agresiva reimaginaci¨®n de un cl¨¢sico. ?Quieres acompa?arle y blandir la espada del Drag¨®n?

Ninja Gaiden es una saga esencial de finales de los ochenta y principios de los noventa. Una entrega para maquina recreativa, una trilog¨ªa para la consola de 8 bits de Nintendo, una entrega para game boy y m¨²ltiples conversiones a consolas tan dispares como PC-Engine, Atari Lynx, Megadrive o Super Nintendo constituyen su bagaje en el mundo de los videojuegos. Conscientes de las posibilidades que ofrecer¨ªa una actualizaci¨®n del cl¨¢sico, Tecmo decidi¨® dar nombre a un juego de acci¨®n que Tomonobu Itagaki y su Team Ninja estaban produciendo. 

Esta obra ha sido objeto de m¨²ltiples especulaciones durante su largo proceso de desarrollo. El g¨¦nesis de esta reimaginaci¨®n tuvo lugar en los albores de esta generaci¨®n. Tras un tiempo de desarrollo y sin plataforma a¨²n definida, Tecmo lleg¨® a publicar incluso una encuesta en su p¨¢gina web para hacer un sondeo del mercado y elegir la plataforma adecuada en la que desarrollar el t¨ªtulo. Finalmente, en el E3 de 2002, Microsoft fue quien consigui¨® la exclusiva del t¨ªtulo y se pudo contemplar por primera vez una peque?a muestra de lo que podr¨ªa llegar a ofrecer la nueva obra del Team Ninja. A partir de este momento se puso en marcha una inteligente maquinaria de marketing con goteo de espectaculares im¨¢genes y nuevos videos que aparecer¨ªan en ferias como el TGS. La demo jugable hasta la edici¨®n del 2003 de la feria americana. Finalmente, tras haberse perdido las navidades por deseo expreso de sus desarrolladores con el fin de pulir algunos aspectos del juego, el 2 de marzo finalmente lleg¨® a las tiendas norteamericanas este ansiado t¨ªtulo.

La disposici¨®n y dise?o de los controles no pod¨ªa ser m¨¢s c¨®moda. Con el stick derecho podremos mover a Ryu mientras que el derecho nos permitir¨¢ cambiar a un modo en primera persona. Los gatillos izquierdo y derecho nos ofrecer¨¢n la posibilidad de cubrirnos y centrar la c¨¢mara detr¨¢s de Ryu respectivamente. Dispondremos de dos botones de ataque para el arma principal, X para el ataque d¨¦bil e Y para el fuerte. El bot¨®n B nos dar¨¢ la posibilidad de lanzar proyectiles o usar el arco y, pulsando el bot¨®n A podremos realizar saltos y caminar por las paredes. Como viene siendo habitual, podremos realizar combos usando debidamente los distintos botones de ataque.

En el funcionamiento de este fant¨¢stico engranaje juega un papel decisivo la progresi¨®n y variedad de desarrollo que ofrece esta obra. La pr¨¢ctica totalidad de los niveles muestran un repertorio de enemigos propio y una estructura completamente distinta. Cada tipo de enemigos exigir¨¢ el uso de armas y t¨¦cnicas de ataque completamente opuestas: uso de nunchakus para copiosas cantidades de murci¨¦lagos, espadas pesadas para demonios, degollar a zombis que nos intentar¨¢n devorar en encuentros cercanos, etc. Por su parte, los niveles ofrecen una vertebraci¨®n y calidad similar: catacumbas con intensivas zonas de plataformas, traves¨ªas por el alcantarillado de la ciudad, asaltos a torretas de una base militar enemiga, encarnizados combates contra jinetes a caballo, destrucci¨®n de tanques y helic¨®pteros sirvi¨¦ndonos de flechas perforadores, etc. Una aut¨¦ntica org¨ªa de enemigos y situaciones que mantendr¨¢n al jugador completamente absorto en su desarrollo, motiv¨¢ndole constantemente con nuevos y variados retos que podr¨¢n a prueba sus habilidades en una cuidada progresi¨®n.

Especial menci¨®n requieren los enfrentamientos contra los monstruos de final de fase donde la palabra ¨¦pica mostrar¨¢ el valor de cada una de las letras de las que se compone: maestros en el arte de la lucha que nos har¨¢n morder el polvo en distancias cortas, demonios grotescos, dragones de enormes dimensiones, grupos de tanques y helic¨®pteros, esqueletos gigantes, etc. Todos ellos lucen una variedad ejemplar tanto en patrones de ataque como en comportamiento y apenas existe alguna reiteraci¨®n de los mismos, a pesar de los quince niveles de los que consta el juego y la aparici¨®n de varios monstruos finales durante una misma fase. Un detalle de impresi¨®n del Team Ninja que vuelve a demostrar la dedicaci¨®n con la que se ha tratado a este t¨ªtulo.

Dada la sangre arcade que fluye por las venas que alimentan su sistema de juego, al final de cada fase se nos evaluar¨¢ nuestro rendimiento a lo largo de la misma. Los par¨¢metros a tener en cuenta son el tiempo invertido en terminar el nivel, los enemigos abatidos, la esencia lograda gracias a la cantidad y calidad de nuestros combos y el n¨²mero de Ninpo o magias que conservamos al final del mismo. En funci¨®n de estos apartados se nos asignar¨¢ una puntuaci¨®n y se aplicar¨¢n distintos adjetivos que van desde ninja maestro a perro ninja. Gracias a este sistema, los jugadores que disfruten indagando en los entresijos de su mec¨¢nica encontrar¨¢n un motivo m¨¢s que suficiente para volver a empezar la aventura.

Aquellos usuarios que busquen extras, encontrar¨¢n una abundante cantidad en Ninja Gaiden. Tras acabar el juego se abrir¨¢n nuevos modos de dificultad, un modo para ver las secuencias de v¨ªdeo, vestimentas curiosas, algunas armas nuevas que usar durante el juego, etc. De entre todos ellos, destaca la posibilidad de jugar en cierta m¨¢quina recreativa situada en cierto edificio a la trilog¨ªa que dio prestigio a esta reconocida saga.

Por desgracia, las cualidades narrativas de los guionistas del Team Ninja no se encuentran a la altura de las circunstancias. Los personajes no dejan de ser arquetipos gastados que el p¨²blico medio est¨¢ m¨¢s que harto de ver una y otra vez. La coherencia y unidad narrativa brilla por su ausencia, dando lugar a un relato que se siente completamente fragmentado y que constituye una mera excusa con la que abastecer al jugador que demanda unas peque?as dosis de drama. Como colof¨®n a este desprop¨®sito, los di¨¢logos rayan la l¨ªnea de lo irrisorio en m¨¢s ocasiones de las permitidas por cualquier persona medianamente exigente. Constituye una aut¨¦ntica pena la escasa importancia que ha prestado el Team Ninja a este apartado en relaci¨®n al resto de la producci¨®n.

El acompa?amiento musical contin¨²a el camino labrado por el resto de apartados y ofrece una calidad y variedad de estilos enormemente agradecida. Dado que el Imperio Vigoor es en si mismo un peque?o y fastuoso microcosmos, las melod¨ªas deb¨ªan aportar ese cariz multicultural que las im¨¢genes imprimen. Temas de un marcado car¨¢cter marcial conviven en perfecta armon¨ªa con otros de corte m¨¢s cl¨¢sico o de influencias roqueras. Todos ellos dosificados en la justa medida y en sincron¨ªa con las necesidades que exigen los continuos vaivenes planteados por el juego. Y se ha de incidir en este punto pues, dada la longitud del t¨ªtulo, se podr¨ªa esperar que la monoton¨ªa nublase los logros conseguidos por los m¨²ltiples compositores. Sin embargo, las sensaciones que produce este Ninja Gaiden son totalmente opuestas.

Mejorando ostensiblemente sus trabajos anteriores, las abundantes secuencias de v¨ªdeo pregrabadas lucen un acabado irreprochable. Haciendo uso de unos modelados soberbios, con especial ¨¦nfasis en los tejidos de las vestimentas, la naturalidad de los movimientos y la calidad general ofrecida por estos abundantes v¨ªdeos hacen que los grafistas de Tecmo logren codearse con algunos de los trabajos m¨¢s inspirados de Square-Enix.

Desde un punto de vista tecnol¨®gico poco se le puede reprochar a este trabajo del Team Ninja. Hurgar entre tan apabullante cantidad de meritos con el fin de encontrar peque?as manchas en el lienzo resulta un trabajo poco menos que vergonzoso pues los programadores y grafistas han realizado un esfuerzo absolutamente formidable. Podr¨ªamos extendernos en peque?os menesteres como hablar de la descomunal cantidad de pol¨ªgonos que el motor es capaz de mover o de la cristalina claridad que muestra la pr¨¢cticamente totalidad de las texturas o los sutiles efectos de agua pero ser¨ªa un trabajo de necios. La calidad pl¨¢stica del juego es innegable y constituye una prueba irrefutable de la comodidad y los medios que han podido disfrutar los grafistas de Team Ninja. Probablemente, pocos compa?eros del gremio podr¨¢n presumir de poseer iguales privilegios. Privilegios nacidos del arduo trabajo de unos programadores empe?ados en hacerle la vida los m¨¢s f¨¢cilmente posible.

A pesar de todo, hemos de hacer notar, por f¨²til que parezca, algunos peque?os desperfectos en el edificio. El juego sufre bajadas importantes en la tasa de im¨¢genes por segundo cuando se emplean magias en lugares extremadamente concurridos o se producen ba?os importantes de sangre tras una larga secuencia de combos con determinadas armas. No molestan desde un punto de vista jugable ni siquiera son demasiado frecuentes pero constituyen la mota de polvo m¨¢s grande que mancha el acabado del juego. Puestos a ser enormemente quisquillosos, podr¨ªamos hacer menci¨®n a los fallos de sincronizaci¨®n vertical que se producen en momentos muy puntuales o la calidad global del sistema de iluminaci¨®n pero estar¨ªamos siendo demasiado duros con una de los mejores trabajos que ha ofrecido la negra de Microsoft.

Tomonobu Itagaki y su equipo de ninjas han logrado esculpir su obra magna: una portentosa escultura neocl¨¢sica de ambiciosas dimensiones y acabado enfermizo que irradia energ¨ªa y fuerza hasta en sus m¨¢s peque?os detalles. A pesar de su innegable acabado, la obra no est¨¢ exenta de peque?as fisuras que en alg¨²n momento pueden llegar a captar la atenci¨®n del observador pero que, en ning¨²n momento, logran apartar a este Ninja Gaiden de ese intangible olimpo de los videojuegos en el que se encuentra por m¨¦ritos propios.