Peor: Impossible.

Al contrario que las versiones de sobremesa, esta adaptaci¨®n de Operation Surma para GBA opta por un sistema de juego diferente, m¨¢s a la altura de la consola que lo mueve. Sin embargo, el sistema de juego queda totalmente desaprovechado por culpa de la jugabilidad.

Mission: Impossible ha dejado de ser ¨²nicamente una franquicia ligada al cine y a la televisi¨®n para ofrecer aventuras independientes a todos aquellos aficionados a los videojuegos. Operation Surma es la primera prueba de ello; un juego que no tiene nada que ver con lo visto en la gran pantalla, salvo los protagonistas.

Ethan Hunt vuelve a ser el h¨¦roe indiscutible de la historia. ?sta gira en torno a una organizaci¨®n envuelta en las sombras que ha conseguido la tecnolog¨ªa suficiente para acceder a cualquier complejo de alta seguridad del mundo. En una serie de misiones imposibles, Ethan deber¨¢ acabar con esa organizaci¨®n.

Pero Ethan no estar¨¢ s¨®lo. Le acompa?ar¨¢ el resto del equipo del IMF (Impossible Mission Force). Personajes como Ving Rhames o George Spelvin aparecer¨¢n en el juego mediante pantallas est¨¢ticas para decirle a Ethan como debe hacer, o por donde debe ir.

Entrando en materia, esta versi¨®n de MI ha sido retocada para hacerla accesible a GBA. Es evidente que la port¨¢til de Nintendo no podr¨ªa ofrecer la calidad gr¨¢fica de las otras consolas de sobremesa, por ello aqu¨ª las cosas lucen diferente.

En principio, la idea del cambio es buena, pero a la larga se va viendo que hay muchos defectos que echan por tierra las buenas impresiones iniciales. La idea es hacer un juego en cierto modo parecido a los primeros Metal Gear, mediante una perspectiva superior, y un cierto uso del sigilo.

Por desgracia, el pobre apartado t¨¦cnico, unido a la nefasta jugabilidad, acaban con todas las buenas intenciones que hab¨ªa en principio, dando como resultado un juego muy limitado, y que enseguida quedar¨¢ relegado a la estanter¨ªa del olvido. Veamos m¨¢s en detalle porqu¨¦.

Como ya se dijo, el apartado gr¨¢fico es muy pobre. Todo en general carece de detalles, y viene acompa?ado por una animaci¨®n tremendamente limitada. Si a eso se suma lo repetitivo de escenarios y enemigos, se obtienen un apartado para olvidar.

En primer lugar se puede comentar que el juego es totalmente en 2D, una opci¨®n muy buena que ha sido bien tratada en otros juegos similares como MOH: Infiltrator, pero que aqu¨ª no sale bien parada por culpa del lamentable trabajo de sus programadores.

El sprite de Ethan es simple a m¨¢s no poder. Se mueve de manera lenta por la pantalla con una animaci¨®n muy limitada, con muy pocos cuadros para cada movimiento. Los enemigos no salen mejor parados. Adem¨¢s de ser cl¨®nicos, son todav¨ªa m¨¢s simples que el protagonista.

Los escenarios est¨¢n vac¨ªos, carentes de detalles y muy poco trabajados. Avanzar por ellos no supone ning¨²n reto, ni anima el poder ver mejoras o cosas interesantes a la vez que se desarrolla la partida.

Se podr¨ªa decir que en alg¨²n caso se ha visto un aspecto gr¨¢fico peor, pero lo que aqu¨ª se ve dif¨ªcilmente dejar¨¢ contento a nadie.

La m¨²sica, salvando el tema principal, es paup¨¦rrima en cuanto a la calidad con la que suena, as¨ª como en su composici¨®n. En general es aburrida y muy repetitiva. El tema principal es un remake del tema que se hizo famoso con la serie y con las posteriores pel¨ªculas. No luce sobremanera, pero se deja o¨ªr bastante bien.

Los efectos de sonido en la mayor¨ªa de las ocasiones pasan desapercibidos, pero cuando se escuchan, rara es la vez que simulan la acci¨®n que los genera. Suenan bastante mal en general, aparte de haber muy pocos.

El estilo de juego, como ya se dijo antes, es bastante similar a las primeras entregas de Metal Gear. Ojo, porque hablamos del estilo. Luego la calidad de ambos juegos no tiene absolutamente nada que ver.

La perspectiva del juego es cenital, es decir, se ve todo desde arriba. Con la cruceta se controla a Ethan en cualquier direcci¨®n. Con A y B se realizan las acciones principales y secundarias. Las acciones principales son aquellas que se realizan con alg¨²n objeto del inventario, y las secundarias son aquellas que se realizan en determinados momentos.

Con R se cambia el objeto en uso, que puede ir desde una pistola hasta un disfraz, pasando por un invento que crea interferencias en los aparatos electr¨®nicos, ideal para pasar por zonas donde hay sensores que puedan detectarnos. Las acciones secundarias van desde abrir puertas a golpear a los despistados enemigos.

Hasta aqu¨ª todo parece muy bonito, y todav¨ªa mejora si decimos que es posible usar el sigilo para evitar ser descubiertos, y acabar as¨ª con los enemigos. Pero justo en este punto acaban las cosas positivas.

En primer lugar hay que decir que el sigilo, aunque existe, es totalmente innecesario. Sirve para ahorrar balas a la hora de acabar con un enemigo, pero nada m¨¢s. Si ¨¦ste nos ve, simplemente ir¨¢ hacia nosotros hasta que acabemos con ¨¦l. La IA es totalmente desastrosa.

Las c¨¢maras est¨¢n como si no estuvieran, ya que a veces parece que no funcionan, porque rara vez es que nos detectan. El control de Ethan es p¨¦simo por culpa de su lentitud y de su escasa animaci¨®n. Acabar con los enemigos se hace aburrido a partir del segundo, y simplemente, tener que continuar con la aventura se hace insoportable a cada habitaci¨®n que se cruza.

S¨®lo hay un modo de juego, el principal, en el que se van completando las misiones imposibles que la agencia le va pidiendo a Ethan. Por supuesto ¨¦ste no rechazar¨¢ ninguna. Afortunadamente no son muy imposibles que digamos; en realidad no son ni dif¨ªciles, y tampoco duran mucho.

Esta versi¨®n de Operaci¨®n Surma es la m¨¢s pobre de todas cuantas han salido. No por el cambio en la perspectiva o en el modo de juego, sino por el desastroso acabado en la jugabilidad y en el apartado gr¨¢fico, analizando ambos desde un punto de vista neutral, sin compararlo t¨¦cnicamente con sus hermanos mayores.

Un juego que no tiene ning¨²n aliciente para ser adquirido, y en realidad, ni siquiera merece ser probado. Y es una l¨¢stima, porque con un buen trabajo se podr¨ªa haber conseguido un t¨ªtulo cercano a los primeros Metal Gear, con grandes dosis de sigilo que lo hubieran puesto por las nubes. No ha sido as¨ª, y definitivamente aqu¨ª tenemos un juego para olvidar.