Paco Men¨¦ndez y La Abad¨ªa del Crimen

Hoy casi tendr¨ªa los cuarenta a?os? pero desgraciadamente, Paco Men¨¦ndez nos dej¨® hace ya alg¨²n tiempo. Tras ¨¦l ha dejado un rastro de buenos momentos, una estela en la que sus m¨¢s allegados atesoran recuerdos de su persona que perdurar¨¢n gracias a su humildad y encanto. Y tambi¨¦n dej¨® su huella en formato digital, tras una sucesi¨®n de 'ceros y unos' transformados en el mejor regalo que un programador podr¨ªa hacer a los adictos al mundo de los videojuegos.

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Es por ello que, tras realizar 'Fred', 'Sir Fred' y 'La Abad¨ªa del Crimen', Paco Men¨¦ndez subi¨® a ese podio de los grandes que pocos (por no decir ning¨²no) programadores espa?oles han llegado a pisar. S¨ª, y as¨ª es como pensamos muchos? a la altura de Jon Ritman o de sus idolatrados hermanos Stamper, Paco Men¨¦ndez, con toda la humildad que le caracteriz¨® en vida, se encontraba entre los m¨¢s grandes.

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Paco Men¨¦ndez comenz¨® a programar a los 15 a?os, en 2? de BUP, gracias al Commodore Pet que hab¨ªa ca¨ªdo en sus manos en el instituto. Digamos que el tener tan cerca esa tecnolog¨ªa propici¨® la chispa que encendi¨® el inter¨¦s de Paco por el programar, a la par que conociese en clase a Carlos Granados, Fernando Rada y Camilo Cela, fundadores de la m¨ªtica Made In Spain, los cuales ya estaban muy metidos en los saberes de la metodolog¨ªa de la programaci¨®n y alg¨²n que otro lenguaje.

Ya en COU, gracias a un contacto del hermano de Carlos Granados, Paco entr¨® a trabajar junto con sus tres amigos en Indescomp, m¨ªtica empresa donde las haya. Se encargaban de ir preparando la llegada del Spectrum a Espa?a, realizando alg¨²n que otro programa y traduciendo software ingl¨¦s. Hay que agradecer a esta empresa el haber apostado por impulsar el desarrollo y la comercializaci¨® de videojuegos, algo bastante incierto por aquellos entonces. Gracias a ellos, vieron la luz en Inglaterra dos contundentes cl¨¢sicos realizados por estos muchachos, 'La Pulga', obra de Paco Su¨¢rez, y 'Fred'.

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'Fred' comenz¨® a fraguarse tras haber abandonado el grupo entero la plantilla interna de Indescomp, hecho el cual ocurri¨® tras haber finalizado COU. Carlos Granados, que era el ¨²nico que pose¨ªa una computadora en su casa, fue el que comenz¨® a trabajar en este cl¨¢sico, ense?ando a sus colegas lo que ten¨ªa realizado para luego, entre todos, completar en varios meses las versiones para Spetrum y, posteriormente, Amstrad CPC.

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Antes de 'Fred', el por aquellos entonces aut¨®ctono Paco Su¨¢rez convirti¨® lo que en un principio era un experimento en el que el c¨¢lculo de par¨¢bolas y un asterisco saltar¨ªn eran los protagonistas en el incre¨ªblemente adictivo 'La Pulga', todo ello dando un brinco desde el vetusto ZX81 al Sinclair Spectrum. Fue el primer t¨ªtulo espa?ol en triunfar en el extranjero (bajo el nombre de 'Bogaboo'), gracias al buen hacer de la empresa brit¨¢nica Quicksilva, viendo as¨ª la luz en todos los sistemas de 8 bits conocidos en la ¨¦poca.

Una vez asentada Indescomp en la distribuci¨®n de ordenadores y equipos de la compa?¨ªa de Alan Sugar, una relaci¨®n bastante fruct¨ªfera gracias al gran ¨¦xito en Espa?a del maravilloso Amstrad CPC, se dej¨® un poco de lado la producci¨®n de software, quedando un poco fuera de lugar el sitio que ocupaban Paco Men¨¦ndez y sus amigos. Hay que mencionar que la ca¨ªda de esta compa?¨ªa fue pr¨¢cticamente paralela al fin de Amstrad en lo que al CPC se refiere.

Raro ser¨¢ el usuario de Spectrum o Amstrad que no haya jugado a esta maravilla de la diversi¨®n. Con un concepto l¨²dico tan simple como el que m¨¢s, 'Fred' podr¨ªa encabezar a toda una legi¨®n de t¨ªtulos espa?oles que siguieron su metodolog¨ªa de juego. 'Profanation', los dos 'Phantomas' o 'Camelot Warriors', famosos hitos hispanos donde los haya, a buen seguro que tomaron como referente m¨¢s claro el simp¨¢tico 'Fred'.

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En 'Fred' controlamos a un mu?ecote con aires a lo Indiana Jones, recorriendo intrincados laberintos a la par que se enfrenta a momias, serpientes y vampiros varios. El desarrollo era al m¨¢s puro estilo cl¨¢sico, con una perspectiva lateral en la que nuestro h¨¦roe andaba horizontalmente, con la posibilidad de subir y bajar cuerdas.

La cosa se reduce a encontrar la salida de cada laberinto, sorteando a los enemigos ya sea con los indispensables saltos o con la ajustada munici¨®n de nuestra pistola. Por el camino iremos encontrando botellitas que restaurar¨¢n nuestra salud, al igual que recargas para el arma, hecho el cual delata que hay que administrar sobremanera los disparos, porque si no nos veremos indefensos contra determinados enemigos imposibles de evitar.

Todo hay que decirlo, 'Fred' es una virguer¨ªa de la diversi¨®n m¨¢s llana, m¨¢s simple. Algo bastante importante para un grupo de j¨®venes autodidactas que pr¨¢cticamente se juntaban delante del ordenador en pos de buscar algo de diversi¨®n, en una emocionante aventura en pos del reto que puedan ofrecer los intricados secretos del ensamblador. Y para Paco Men¨¦ndez, se puede decir que se trata del primer ladrillo de lo que ser¨ªa su afici¨®n durante bastantes a?os? el hacer juegos, que no jugarlos.

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'Fred', gracias a Indescomp, vio la luz en Inglaterra tambi¨¦n de la mano de Quicksilva. Curiosamente, en su versi¨®n para Amstrad CPC, el juego pas¨® a llamarse 'Roland on the Ropes' (como algunas versiones de "La Pulga", denomidado "Roland in the Caves"), para ser tambi¨¦n la peor versi¨®n debido a un m¨¢s que molesto parpadeo en pantalla, que la puso por debajo de la original en Spectrum y de la conversi¨®n al Commodore 64, genialmente llevada a cabo por Pedro Ru¨ªz. Pero en general, todo un ¨¦xito debido a su adictivo desarrollo y todo un hito por m¨¦ritos propios.

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Nuevamente tenemos a Paco Men¨¦ndez metido en otro de los grandes t¨ªtulos del videojuego espa?ol. 'Sir Fred' puede estar perfectamente entre los cinco mejores programas de entretenimiento desarrollados en nuestra tierra, adem¨¢s de haber atesorado bastante ¨¦xito en tierras extranjeras, como viene siendo habitual en los juegos desarrollados por Paco y sus compa?eros de Made In Spain.

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La idea de programar 'Sir Fred' vino poco despu¨¦s de acabar con la versi¨®n Amstrad de 'Fred'. En esta ocasi¨®n, el enfoque del programa cambiaba radicalmente, enfoc¨¢ndose much¨ªsimo hacia la videoaventura, lo cual hac¨ªa entrever el crecimiento y la madurez de sus creadores. De hecho, tal era la complejidad de 'Sir Fred' que no lo hac¨ªa un juego recomendable a todo el mundo.

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Los ingleses prometieron y no cumplieron a nivel econ¨®mico, hecho el cual dej¨® muy desubicados y decepcionados a los chicos de Made In Spain. Algunos como Paco Men¨¦ndez se enojaron bastante con el concepto industrial del mundo del videojuego, observando que primaba el negocio por encima de la creatividad y el desaf¨ªo de la programaci¨®n. Pero al menos se ganaron el reconocimiento del p¨²blico espa?ol, de eso que no quepa duda, porque 'Sir Fred' era algo realmente alucinante.

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El objetivo, tal y como dec¨ªan las instrucciones: Gu¨ªa a Sir Fred a trav¨¦s de las diferentes habitaciones del castillo hasta encontrar a su adorada princesa. Hab¨ªa que tener en cuenta que ¨¦sta pod¨ªa hallarse prisionera en distintas estancias, y prestar atenci¨®n a los objetos que hall¨¢semos por el camino; te ayudaban a sortear los peligros que te hostigasen. De paso, tu amigo y vecino Spidey os dice que semejante y casi imposible haza?a es todo un hermoso pase por uno de los mapeados m¨¢s impresionantes que se han visto jam¨¢s por los ordenadores de 8 bits...

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Para ello, nuestro narigudo personaje pod¨ªa hacer mil y un movimientos: pod¨ªa nadar, saltar, balancearse en cuerdas y pelear con la espada. Todo ello realizado con unas animaciones incre¨ªbles para la ¨¦poca, a lo cual hay que recordar que el sistema de combate empleado por el m¨¢s que colorista 'Sir Fred' recuerda y mucho al que a?os despu¨¦s usase el famoso 'Prince of Persia'.

Cuando vio la luz, en 1986, la prensa lo recibi¨® con los brazos abiertos, aunque su cr¨ªtica final result¨® algo fr¨ªa. Su complicado control contrastaba con las alabanzas al apartado t¨¦cnico? y es algo que se puede entender perfectamente en la actualidad. Como luego ocurriese con 'La Abad¨ªa del Crimen', 'Sir Fred' era un juego adelantado a su tiempo, programado para jugones con una mentalidad m¨¢s madura y compleja, que no buscaban la diversi¨®n r¨¢pida y clara que s¨ª se pod¨ªa hallar en 'Fred'. Eso s¨ª, para m¨ª y para muchos entendidos, sigue siendo una genialidad en todos los sentidos.

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La obra cumbre de Paco Men¨¦ndez resulta a d¨ªa de hoy dif¨ªcil de analizar objetivamente, puesto que desprende por todos sus poros una aureola de indescriptible perfecci¨®n imposible de explicar para todo aquel que haya vivido la ¨¦poca de los ordenadores de 8 bits. A¨²n as¨ª, hablar de esta maravilla publicada por Opera Soft resulta para m¨ª todo un gozo.

Y es que 'La Abad¨ªa del Crimen' resultaba una experiencia del todo abrumadora desde el mism¨ªsimo inicio del programa. La ya de por s¨ª intrigante pantalla de presentaci¨®n, con un misterioso monje escribiendo vete a saber qu¨¦ en un pergamino, daba pie a una de las mejores entradillas que ha tenido un juego dise?ado para las m¨¢quinas de 8 bits.

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Un trabajo de programaci¨®n simple pero efectivo nos presentaba una serie de pergaminos en los que se iban escribiendo las palabras de un anciano Adzo en su lecho de muerte, mientras sonaba una cl¨¢sica melod¨ªa de tono medieval con el chip PSG imitando el sonido de las campanas? Voto a br¨ªos, cierto es que los jugones de 'La Abad¨ªa' no nos cans¨¢bamos de ver este opening, leyendo una y otra vez lo que escrib¨ªa la temblorosa mano del co-protagonista de esta aventura.

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Todo hay que decirlo, la carga desde el casete de 'La Abad¨ªa del Crimen' era especialmente larga, pero lejos de ser una molestia, el detalle en s¨ª nos transmit¨ªa que este juego era algo grande? muy grande. Y como he dicho antes, el principio ya transmit¨ªa un halo de misterio que s¨®lo los grandes t¨ªtulos de anta?o ten¨ªan, algo extra?o e inquietante al estilo de 'Wizard's Lair', de Bubble Bus Software, o el mism¨ªsimo 'Camelot Warriors', de la inigualable Dinamic.

Paco Men¨¦ndez quer¨ªa desde el principio hacer algo grande. Su pasi¨®n por el mundo de la programaci¨®n lo hac¨ªa deseoso de retos de consideraci¨®n, con un af¨¢n de superaci¨®n en el que el mayor protagonista era el c¨®digo m¨¢quina puro y duro. Y qu¨¦ mejor para poner en pr¨¢ctica sus saberes que transmutar al ordenador una de sus obras favoritas, 'El Nombre de la Rosa', novela de Humberto Eco que por aquellos entonces tambi¨¦n disfrutar¨ªa de una exitosa adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica.

Es sabido el hecho de que se trat¨® de hacer una adaptaci¨®n oficial, en la que se habl¨® con el representante del escritor. Desgraciadamente, el acuerdo no lleg¨® a fructiferar, en la que la principal circunstancia era una eterna espera en pos del 's¨ª' del escritor. No se sabe si es por el desconocimiento de Eco por el mundo de los videojuegos, el desinter¨¦s en s¨ª o el hecho de que ¨¦ste nunca conociera siquiera la propuesta de los programadores, pero todo hay que decirlo, tampoco import¨® demasiado que el juego llevase un nombre u otro, puesto que de todos modos seguir¨ªa siendo una obra maestra.

Desde luego, 'La Abad¨ªa del Crimen' poco tiene que ver con lo que se pod¨ªa esperar del autor de 'Sir Fred'. Tras una videoaventura en la que por encima de todo primaba el ser habilidoso con el teclado, 'La Abad¨ªa' se tornaba todo un ejercicio de ambientaci¨®n y quebraderos de cabeza, un t¨ªtulo que se alejaba del a veces simple concepto de videojuego para convertirse en toda una experiencia a todas luces indispensable para todo aquel que se considerase fan de este apasionante mundillo.

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Tras la comercializaci¨®n de 'Sir Fred', el grupo Made In Spain decidi¨® embarcarse en dos proyectos desarrollados simult¨¢neamente. Carlos Granados y Fernando Rada hicieron 'El Misterio del Nilo', mientras que Paco Men¨¦ndez y Juan Delc¨¢n (un buen amigo de Paco que actualmente es creativo en el mundo de la postproducci¨®n y las 3D, siendo un realizador muy prestigioso y cotizado en los EEUU) se pusieron manos a la obra con 'La Abad¨ªa del Crimen'.

Cuando 'El Misterio del Nilo' estuvo acabado, Carlos y Fernando pensaron en crear una empresa para distribuirlo, la cual a buen seguro que os resultar¨¢ familiar: ZIGURAT. Pero a Paco Men¨¦ndez no le motivaba en absoluto la idea de dedicarse al negocio de la distribuci¨®n y publicaci¨®n de videojuegos. Lo suyo era dedicarse al arte de la programaci¨®n, al reto que supon¨ªa cada enfrentamiento con el teclado, por lo que decidi¨® no subirse al carro de Zigurat.

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Trabajando ¨¦l s¨®lo al c¨®digo en un Amstrad CPC, su amigo Juan Delc¨¢n, arquitecto y artista reputado a d¨ªa de hoy all¨¢ por las Am¨¦ricas, se dedic¨® a embellecer el programa. Sus incre¨ªblemente detallados gr¨¢ficos isom¨¦tricos dejaron boquiabiertos a todo el mundo, recreando de forma incre¨ªble la abad¨ªa. Tal era el detalle y la abultada cantidad de datos gr¨¢ficos e IA que el juego se tuvo que hacer para las versiones 128 Kb del Spectrum, aparte de la original versi¨®n para CPC y la de MSX.

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Totalmente exhaustos, Paco y Juan llevaron el c¨®digo de 'La Abad¨ªa del Crimen' a Opera Soft con la intenci¨®n de hacer la versi¨®n PC, que ya empezaba a tener cierta repercusi¨®n a nivel dom¨¦stico. Y es que nuestro programador no ten¨ªa ni medios ni experiencia en el mundo de los compatibles, y mucho menos ganas de enfrentarse a una cuarta versi¨®n del juego. All¨ª en Opera le ofrecieron trabajar con ellos, y de ah¨ª naci¨® el lazo que une a Paco, su 'Abad¨ªa' y a Opera Soft. All¨ª se qued¨® un a?ito m¨¢s o menos?

Bajo una perspectiva al m¨¢s puro estilo Filmation, 'La Abad¨ªa del Crimen' se presentaba como una aventura de tomo y lomo, un verdadero precedente de lo que hoy en d¨ªa son las aventuras gr¨¢ficas. Bajo el manto de un apasionante argumento, esta ¨¦pica odisea narraba las andanzas de Fray Guillermo de Occam y su disc¨ªpulo Adzo, los cuales est¨¢n dispuestos a desenmara?ar la oscura trama que ha envuelto en plena ¨¦poca de la Inquisici¨®n a una alt¨ªsima abad¨ªa.

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Monjes mueren asesinados como si de una mano diab¨®lica se tratase, y el abad quiere que todo el asunto quede solucionado antes de la llegada de los representantes de la Inquisici¨®n. Para ello, nuestro protagonista dispone de su notable sagacidad para investigar, aunque deba someterse a las r¨ªgidas normas que suponen la convivencia en la abad¨ªa.

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Por su parte, en MSX la cosa mira a¨²n m¨¢s arriba. A partir de una versi¨®n parcheada de la original para hacerla funcionar en MSX 2 y grabar partidas realizada por Armando P¨¦rez, Manuel Pazos se curr¨® una alucinante versi¨®n en 16 colores para MSX 2, MSX 2+ y MSX Turbo R. A la vista est¨¢ el resultado, asemej¨¢ndose a m¨¢s no poder al anteriormente citado remake para VGA. Y eso no es todo, afortunadamente? incluso hemos tenido ocasi¨®n de disfrutar de 'La Abad¨ªa' en GameBoy Advance, v¨ªa un emulador de Amstrad CPC? ?si es que 'La Abad¨ªa del Crimen' es un juego para toda la eternidad!

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Por desgracia, en el mundo hay que vivir muchas situaciones que no tienen por qu¨¦ gustarnos. Pongo el ejemplo de la muerte de Bruce Lee, como gran amante de las artes marciales que soy, o el que ahora mismo nos ocupa: el adi¨®s de Paco Men¨¦ndez. Pero el mundo es as¨ª, y hay circunstancias que, para bien o para mal, hacen que todo gire de una forma u otra, nos guste o no.

Y Paco fue el que decidi¨® d¨®nde el poner punto y final. Inexplicable para un ser con su personalidad, tan tranquila y coherente, Paco Men¨¦ndez dej¨® de vivir en 1999, en la ciudad de Sevilla, para poner t¨¦rmino a una situaci¨®n que le lleg¨® a desesperar. Pero no es momento para ponernos tristes, porque al fin y al cabo, nuestro amigo Paco ha dejado tras de s¨ª lo suficiente como para hacer que siempre viva en nuestros corazones. Y no me refiero s¨®lo a su obra como programador? quienes tuviesen la suerte de conocerlo en persona, sabr¨¢n a qu¨¦ me refiero.

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Para acabar, unas palabras que Paco dedicaba a todo aquel que quisiera meterse en el mundillo de la programaci¨®n de videojuegos, tal y como declaraba all¨¢ por 1987 en la revista Microman¨ªa:

'Prefiero el reconocimiento de la gente al dinero', dec¨ªa? Compa?ero, desde luego nuestro reconocimiento lo tienes de lleno. Paco, all¨¢ donde est¨¦s, gracias por todo. Va por ti?

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