?Un parche! ?Mi reino por un parche!

La casa de los Borbones era para Francia el nudo ilustre y sangriento de su historia, pero no era el elemento principal de su destino. Cuando la Restauraci¨®n pens¨® que su hora hab¨ªa llegado, y se supuso vencedora de Napole¨®n, neg¨® a la naci¨®n lo que la hac¨ªa naci¨®n y al ciudadano lo que lo hac¨ªa ciudadano (?). La Restauraci¨®n cay¨®, y cay¨® justamente, aunque no fue hostil al progreso y en su ¨¦poca se hicieron grandes obras y la naci¨®n se acostumbr¨® a la discusi¨®n tranquila y a la grandeza de la paz.- Los Miserables (V¨ªctor Hugo)

Una de las ideas que mejor me hab¨ªan ense?ado tras acabar los 5 a?os de la carrera de Historia fue que el mundo no estaba regido por los designios de los grandes hombres. La Historia de Santos, Reyes y Batallas deja de tener importancia. Ahora lo importante son las clases sociales, la poblaci¨®n, los ciudadanos. Las masas son las que permiten que existan esos reyes, las que empujan a los generales a las batallas, las que piden m¨¢s grano, s¨ª, pero tambi¨¦n m¨¢s derechos pol¨ªticos y m¨¢s libertades.

Cuando Paradox anunci¨® la salida de este Victoria e hizo p¨²blicas sus caracter¨ªsticas, un enorme inter¨¦s surgi¨® en m¨ª. En este juego las clases sociales iban a tener una importancia extrema. Cada estrato social tendr¨ªa su propia ideolog¨ªa, que le har¨ªa actuar de una forma u otra, y que condicionar¨ªa el tipo de gobierno de un pa¨ªs hasta tal punto que pod¨ªa cambiar la pol¨ªtica internacional de dicha naci¨®n. Estos cambios sociales ser¨ªan los que mueven a los gobiernos a actuar, a moverse, a ser el motor de la Historia, como en su momento dijera Karl Marx, contempor¨¢neo a este juego.

?Consigue este Victoria ser el fiel reflejo de un siglo repleto de cambios como lo fue el XIX? ?Tiene el trasfondo hist¨®rico y social suficiente como para decir que estamos ante un juego revolucionario en el mundo de la estrategia? Pues s¨ª y no. Veamos que nos trae este nuevo t¨ªtulo de Paradox.

Ante todo, lo primero que hay que decir es que este juego se basa en el motor de los aclamados Europa Universalis, con todo lo bueno y todo lo malo que eso conlleva. No podemos esperar unos gr¨¢ficos muy detallados, ni siquiera animaciones fluidas (m¨¢s que nada porque apenas existen tales animaciones). Es un juego cuyo inter¨¦s se basa en la inteligencia artificial, y analizarlo teniendo en cuenta ¨²nicamente su aspecto visual ser¨ªa totalmente injusto. Aunque eso s¨ª, hay que avisar que su parecido con los Europa Universalis en cuanto a aspecto es m¨¢s que evidente.

Gr¨¢ficos

Los gr¨¢ficos son bastante sencillos. Con respecto a los Europa Universalis se han mejorado bastante los gr¨¢ficos de los mapas, a?adiendo texturas realistas que nos muestra el tipo de terreno que conforman los cinco continentes. En ocasiones este modo de visualizaci¨®n puede ser algo confuso, cosa que se puede solucionar activando el mapa pol¨ªtico, donde las provincias de cada pa¨ªs est¨¢n representadas por un color plano.

La parte izquierda de la pantalla tiene una peque?a columna donde se nos muestra la informaci¨®n necesaria del juego: los datos de poblaci¨®n, producci¨®n, clases sociales, etc. Esta columna tiene un grafismo m¨¢s parco que los Europa Universalis. Son simples rect¨¢ngulos sin ning¨²n tipo de decoraci¨®n, mientras que en los Europa? estaban mucho m¨¢s adornados.

Las unidades militares est¨¢n representadas por grupos de soldados. Aunque los gr¨¢ficos que identifican a estas unidades son correctos, en bastantes ocasiones no coinciden con la naci¨®n o periodo hist¨®rico al que pertenecen. Por ejemplo, me parece muy extra?o que en el Jap¨®n feudal de 1836 los ej¨¦rcitos japoneses est¨¦n formados por soldados perfectamente uniformados al estilo occidental con un fusil al hombro.

Sonido

Una de las partes m¨¢s alabadas de los Europa? mantiene en este juego su alto nivel. Las canciones incluidas en el juego y que se reproducir¨¢n mientras estamos en la partida son importantes piezas sonoras de la ¨¦poca. Tenemos a Verdi, Mendelssohn, Wagner, Strauss? Todos en formato MP3. Se echan de menos algunas composiciones m¨¢s representativas del siglo XIX, o al menos m¨¢s conocidas, pero las que hay son m¨¢s que suficientes y adem¨¢s est¨¢n bien elegidas.

El sonido del juego es el t¨ªpico sonido de clickeos y alguna musiquita que aparece cuando se activa alguna caja de informaci¨®n. En este aspecto cumple sin llegar a sobresalir en ning¨²n momento.

Gui¨®n

La misi¨®n del juego es llevar a una naci¨®n cualquiera al status de Gran Potencia, o lo que es lo mismo, alcanzar una de las 5 mejores puntuaciones del juego. Para ello, tendr¨¢s un plazo de 84 a?os (entre 1836 y 1920). En ese tiempo deber¨¢s superar (o utilizar, por qu¨¦ no) los sucesos que ocurrieron en esta ¨¦poca: el auge de los nacionalismos, el ascenso de las clases obreras, el desarrollo industrial, la colonizaci¨®n de ?frica y Asia?

Puedes elegir cualquier naci¨®n de entre todas las existentes en la realidad de la ¨¦poca, lo que nos hace una idea de la complejidad del juego. Cada pa¨ªs tiene sus propias caracter¨ªsticas y sus propios condicionantes hist¨®ricos, que aparecen en el juego como eventos. Los eventos normalmente dan a elegir al jugador la posibilidad de escoger la opci¨®n hist¨®rica u otra opci¨®n distinta que pueda ser m¨¢s beneficiosa para la naci¨®n. Por ejemplo, al jugar con Espa?a, lo primero que debe hacer el jugador es elegir entre el bando liberal (encabezado por la regente Mar¨ªa Cristina de Borb¨®n) o el bando carlista (encabezado por el pretendiente al trono D. Carlos de Borb¨®n). Se escoja la opci¨®n que se escoja, tendr¨¢ repercusiones a lo largo de la partida.

Los eventos tambi¨¦n pueden ser aleatorios. En cualquier momento nos puede aparecer un evento que nos indique el descubrimiento de un foco de corrupci¨®n, la creaci¨®n de una Universidad, o el incendio de una f¨¢brica algodonera, por poner algunos ejemplos. Estos eventos aparecen al azar, sin posibilidad de evitarlos. Y aqu¨ª un peque?o tironcillo de orejas para la gente de Paradox: la mayor¨ªa de los eventos aleatorios son negativos, existiendo muy pocos positivos.

La mayor novedad en este Victoria sobre los anteriores juegos de Paradox radica en el tratamiento que le hacen a la poblaci¨®n. La poblaci¨®n (llamada POB en el juego) ahora se divide en grupos sociales, cada uno con su propia ideolog¨ªa pol¨ªtica, ambiciones, religi¨®n, y herencia cultural. As¨ª, veremos que los oficiales suelen tener una tendencia conservadora, al igual que el clero, mientras que los oficinistas (la "nueva clase social" del nuevo Estado liberal) son liberales, al igual que los obreros.

Esto es muy importante para el juego, ya que mediante los eventos y nuestras propias acciones podremos darles m¨¢s poder a unos o a otros, y todos son necesarios para el funcionamiento del nuevo Estado: los soldados son reclutas para nuestros ej¨¦rcitos, los campesinos consiguen los recursos naturales y materias primas de las provincias, los capitalistas a?aden bonificaciones a la producci¨®n industrial? Si se beneficia a un sector, siempre se har¨¢ perjudicando a otro, lo que puede llevar a revueltas.

Cada grupo tiene dos variables llamadas militancia y conciencia. La primera es, digamos, su grado de actividad. Si el campesinado tiene un nivel alto de militancia ser¨¢ m¨¢s propenso a actuar consecuentemente en sus decisiones. La conciencia es la capacidad que tiene un grupo de pensar en s¨ª mismos. Una conciencia elevada permite que el grupo, cuando act¨²e, lo haga siempre en favor de sus propios intereses. A la larga, una conciencia y una militancia elevadas terminan desembocando en rebeliones, a no ser que aplaquemos sus peticiones.

Para disminuir la conciencia/militancia de un POB se pueden realizar reformas sociales a favor de las clases bajas (bajar¨¢ la conciencia/militancia de las clases bajas) o en contra de las clases bajas (bajar¨¢ la conciencia/militancia de las clases altas).

La pol¨ªtica internacional es muy similar a los anteriores juegos de Paradox. Hay alguna opci¨®n m¨¢s que permite establecer alianzas condicionadas a alg¨²n suceso (por ejemplo, una alianza s¨®lo defensiva entre Francia y Gran Breta?a a menos que sea Alemania la que ataque a una de estas naciones). Los tratados de paz son exactamente iguales a los Europa Universalis: por cada provincia y batalla ganada te dar¨¢n m¨¢s puntos que luego podr¨¢s cambiar por condiciones favorables a la hora de negociar la paz. Si una naci¨®n tiene menos de 3 provincias y todas son ocupadas, el atacante podr¨¢ anexionarse esa naci¨®n.

El ¨¢rbol tecnol¨®gico funciona de forma muy similar al Hearts of Iron. Dentro de los gastos de nuestra naci¨®n est¨¢ el gasto destinado a investigaci¨®n cient¨ªfica. Cuanto m¨¢s gastemos, m¨¢s avances en el campo tecnol¨®gico, militar, y cultural tendremos. La novedad en este juego radica en podremos investigar m¨¢s o menos avances de cada campo dependiendo del tipo de asesores cient¨ªficos que tengamos. As¨ª, con asesores de la Factor¨ªa de Ciencia Industrial siempre habr¨¢ m¨¢s avances en la industria para estudiar que avances en el campo militar.

Y por ¨²ltimo, recordar que el fin del juego es llegar a ser una potencia mundial. Para eso, el ordenador realiza una serie de c¨¢lculos con los datos de nuestro pa¨ªs, y dependiendo de esos datos se nos dar¨¢ una puntuaci¨®n. La puntuaci¨®n vendr¨¢ determinada por el prestigio (los puntos ganados en la escena pol¨ªtica internacional), las mejoras sociales, la producci¨®n, o el nivel de industrializaci¨®n de tu pa¨ªs.

Jugabilidad

Bueno, pues todo lo anterior es la teor¨ªa. Ahora nos queda por ver la pr¨¢ctica. ?Ha plasmado correctamente Paradox todas las caracter¨ªsticas de este juego? ?Engancha? ?Divierte? Pues? La verdad es que no mucho. La idea del juego est¨¢ muy bien, pero el juego falla. Y falla por varios costados.

El error m¨¢s grave es el de la descompensaci¨®n. Me explico: el juego se basa en que el imperialismo, la creaci¨®n de colonias en ?frica y Asia, llevaron al florecimiento econ¨®mico y militar de las potencias europeas y norteamericanas. Bien, en la realidad se podr¨ªa decir que la cosa fue m¨¢s o menos as¨ª, pero? A pesar de que en la realidad se experiment¨® un crecimiento elevado en las econom¨ªas de los pa¨ªses imperialistas, este crecimiento no es ni mucho menos tan alto como en el juego.

En el juego, a partir del a?o 1850, empiezas a ganar cantidades ingentes de dinero. Mucho dinero. R¨ªos de dinero. Todo este dinero te sirve para darle a tus ciudadanos todas las mejoras posibles en cuestiones sociales, lo que barre de un plumazo cualquier posibilidad de tener problemas con las revueltas. Pero aun as¨ª, aun gastando todo en mejoras sociales, el dinero sigue fluyendo a tu cuenta como si fuera cerveza en un pub irland¨¦s. As¨ª que la ¨²nica opci¨®n que te queda es gastarlo en tropas.

Y aqu¨ª viene lo curioso del juego. Y es que a los pa¨ªses manejados por el ordenador les pasa exactamente lo mismo: que les sobra tanto dinero que no tienen m¨¢s remedio que gastarlo en tropas. Para el a?o 1880 los ej¨¦rcitos europeos est¨¢n formados por cientos de miles (y en ocasiones, hasta por millones) de hombres. Las guerras son imposibles de ganar y de perder, pues los ej¨¦rcitos est¨¢n inflados hasta m¨¢s no poder, acabando todas las guerras en una vuelta al status quo ante la imposibilidad de enfrentar medio mill¨®n de hombres contra otro medio mill¨®n. El juego pierde todo su inter¨¦s, y todav¨ªa faltan 40 a?os (de tiempo del juego) para acabarlo. No hay sublevaciones, no hay problemas con tus ciudadanos, y tampoco hay posibilidad de ganar o perder territorios. Quiz¨¢ en la primera partida te extra?e, pero cuando llevas 3 o 4 partidas y en todas ocurre exactamente lo mismo?

Tambi¨¦n hay que dar un peque?o tir¨®n de orejas a los se?ores de Paradox por encontrarnos en este Victoria con errores de la IA que ya fueron corregidos en sus anteriores Europa Universalis o Hearts of Iron. Si en el Europa Universalis ve¨ªamos a Jap¨®n conquistando Roma, en este Victoria podemos a ver a Rusia y a Estados Unidos d¨¢ndose tortas? en plena Guinea Ecuatorial. Lo malo de esto es que en los Europa? se solucion¨® el tema con su correspondiente parche, mientras que aqu¨ª, en el Victoria, cuando el juego es m¨¢s moderno, siguen existiendo problemas de este tipo.

No todo van a ser aspectos negativos del juego. Las clases sociales de la poblaci¨®n est¨¢n bastante bien tratadas, y aportan una originalidad que no tienen las otras producciones de Paradox. Lo malo es que una vez llega el "boom" monetario todo esto de las POBs no sirva para nada.

La ambientaci¨®n del juego es excelente. A eso ayuda la m¨²sica de ¨¦poca de la que ya he hablado con anterioridad, y los eventos hist¨®ricos, los cuales, afortunadamente, salen cuando tienen que salir. No veremos una guerra civil norteamericana en el a?o 1900, por ejemplo, ni una revoluci¨®n bolchevique en Rusia en 1850.

El juego comete tambi¨¦n algunos otro fallos menores, que para muchos pasar¨¢n m¨¢s o menos desapercibidos y que deber¨ªan haber sido solucionados. Muchos fallos tienen que ver con errores hist¨®ricos, que bien pueden ser debidos a una IA poco trabajada, o por errores de concepto. Por ejemplo, ver sublevaciones carlistas en Cuba, Puerto Rico, y Filipinas es una barbaridad hist¨®rica. Tampoco es exacta la forma en la que se inici¨® la guerra franco-prusiana. Y resulta cuando menos curioso ver toda Siberia plagada de v¨ªas de ferrocarril en 1860.

No hay duda de que este juego, con estos errores arreglados, puede llegar a ser un buen juego, o incluso un programa excelente. Estos errores tienen f¨¢cil arreglo con la llegada de los t¨ªpicos parches que hay que descargar de Internet. Y estoy casi seguro que Paradox no dejar¨¢ tirados a sus clientes que han confiado en ellos sacando pronto alg¨²n parche nuevo que permita jugar en condiciones. De hecho, Paradox se ha distinguido siempre por su celeridad a la hora de arreglar los problemas de sus programas.

Pero eso no es excusa para sacar al mercado un juego que falla de tal forma que pueda comprometer la jugabilidad del mismo. Es algo a lo que nos estamos acostumbrando, ya que por desgracia cada vez suele ser m¨¢s habitual: que las compa?¨ªas saquen al mercado un juego sin acabar y que se vaya acabando conforme van publicando diversos parches a lo largo de los meses. Este Victoria puede ser un gran juego, pero a fecha de hoy, se ha quedado algo cortito.

Estrategia y trucos

La clave es aprovechar la lentitud de la IA a la hora de conquistar pa¨ªses. En el sudeste asi¨¢tico hay muchos pa¨ªses peque?os ricos en caucho y madera que no tienen ning¨²n aliado y pr¨¢cticamente no tienen ej¨¦rcito. La conquista de esos pa¨ªses y de los pa¨ªses resultantes de la desintegraci¨®n de los Estados Unidos de Am¨¦rica Central y de la Gran Colombia (Panam¨¢, Honduras, Nicaragua, etc.) es algo f¨¢cil y sencillo que se puede hacer con un par de barcos y otro par de unidades de infanter¨ªa. No te preocupes por la reacci¨®n de la comunidad internacional cuando te los anexiones: la mayor¨ªa ni siquiera se habr¨¢n enterado. Una vez con esos territorios en tu poder muy mal lo tienes que hacer para que pases por problemas a lo largo del juego.

Compar¨¢ndolo con?

Sin duda, con los otros lanzamientos de Paradox. El sistema de combate y movimiento de unidades es id¨¦ntico a los Europa Universalis (las 2 partes) y Hearts of Iron. Los avances tecnol¨®gicos tienen el mismo sistema que existe en el Hearts of Iron. El concepto de los 4 juegos es pr¨¢cticamente el mismo.

Gr¨¢ficamente, este Victoria es ligeramente superior a cualquier otro, y tiene una ambientaci¨®n tambi¨¦n superior. Pero los errores de la IA y los fallos en las ganancias le hacen inferior a ambos. Tambi¨¦n es cierto que tanto los Europa Universalis como el Hearts of Iron salieron con errores todav¨ªa mayores que el Victoria, y que esta superioridad se debe a que llevan m¨¢s tiempo en el mercado y han sacado m¨¢s parches para solucionar sus problemas.

Lo que est¨¢ bien

Lo que no est¨¢ tan bien

Enlaces

Manual

Librito de 51 p¨¢ginas de tama?o del estuche (DVD) a todo color, en espa?ol con una traducci¨®n perfecta. Viene con bastantes gr¨¢ficos ilustrativos y algunas peque?as l¨¢minas de la ¨¦poca. Se incluye una hoja plegable suelta a modo de referencia r¨¢pida para algunos aspectos del juego que es muy ¨²til.

El manual cumple su funci¨®n en parte. Si has jugado anteriormente a los Europa Universalis/Hearts of Iron, no tendr¨¢s ning¨²n problema. Pero si no has jugado nunca a este juego el manual es claramente insuficiente. No hay apenas ejemplos y en ning¨²n caso se comentan las repercusiones negativas que pueden tener las distintas opciones. Tambi¨¦n es algo lioso en algunos t¨¦rminos, como los llamados TOR (Trabajos de Obtenci¨®n de Recursos) que son nombrados varias veces a lo largo del manual con estas siglas y no son explicados hasta la p¨¢gina 28.

Y aunque ya sea de nota, se echa en falta un peque?o tutorial y (como ocurre dentro del juego) alguna explicaci¨®n hist¨®rica que nos meta en ambiente.

Requerimientos del sistema

Pentium III 450 Mhz. (recomendado Pentium III 800 Mhz.), 128 Mb. de RAM (recomendado 256 Mb. de RAM), 600 Mb. de disco duro, tarjeta de v¨ªdeo 4 Mb. compatible DirectX (recomendado tarjeta de 8 Mb.), tarjeta de sonido compatible DirectX, Windows 98/Me/2000/XP.

Equipo utilizado para el an¨¢lisis: Pentium IV 1700 Mhz., 896 Mb. de RAM, tarjeta GeForce2 64 Mb., tarjeta de sonido SoundBlaster 64 PCI, Windows XP.

El juego funcion¨® a la perfecci¨®n sin ning¨²n tipo de bajada de rendimiento ni nada parecido. A destacar la robustez del programa: en ning¨²n momento hubo ninguna salida al escritorio (algo que sol¨ªa ser habitual en los programas de Paradox) y su comportamiento en segundo plano tras pulsar las teclas ALT+Tabulador fue excelente.

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