Echando la vista atr¨¢s

El f¨²tbol callejero es la base de la ¨²ltima producci¨®n de Acclaim. Prep¨¢rate para desafiar a los mejores jugadores del Street Soccer en partidos en los que la ¨²nica regla es que el que m¨¢s goles marca, gana. El f¨²tbol sin barreras ya est¨¢ aqu¨ª...

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No cabe la menor duda de cuales son los verdaderos reyes del f¨²tbol de consola desde hace ya mucho tiempo (y algo nos dice que seguir¨¢n si¨¦ndolo durante otro tanto). El Fifa (de EA) y el Pro Evolution Soccer (de Konami) llevan mucho tiempo disput¨¢ndose el liderato en un g¨¦nero que tanto en nuestro pa¨ªs como fuera de ¨¦l, levanta pasiones. Por supuesto no es nuestro objetivo el de decantarnos por uno o por otro, si no hacer un poco de historia.

Son muy variados los ejemplos de juegos basados en el deporte rey en nuestro pa¨ªs, que han tratado de hacer brecha y plantarles cara a los dos grandes gigantes, con desigual suerte pero con algo en com¨²n: a¨²n no han conseguido ni siquiera acercarse a sus prop¨®sitos.

Entre los seguidores m¨¢s voluntariosos de la estela de FIFA y PES debemos nombrar al primo menor de este ¨²ltimo, el International Superstar Soccer (ISS) que cada a?o trata de superarse a si mismo con la mirada puesta en su familiar directo, y el Esto es F¨²tbol (TIF) que no renuncia a competir por lo m¨¢s alto, mejorando su producto a?o a a?o.

Ejemplos de esta tendencia el multiplataforma y divertido Soccer Slam, un divertido arcade futbol¨ªstico protagonizado por grotescos dibujos animados en los que los goles compart¨ªan protagonismo con las m¨¢s delirantes habilidades especiales. Con m¨¢s af¨¢n de realismo y peor resultado general, pudimos comprobar la parte m¨¢s violenta del F¨²tbol con Red Card Soccer, un juego m¨¢s pensado para los amantes de la acci¨®n que del deporte.

Y avanzando en el tiempo, nos encontramos con el ¨²ltimo intento por dar nuevos aires a un g¨¦nero que no necesariamente los necesita. En este caso hablamos de Pro Beach Soccer, un juego que trat¨® de cubrir el creciente tir¨®n que tienen las retransmisiones veraniegas de los partidos de F¨²tbol playa y que, a¨²n siendo un juego correcto, nos dej¨® a todos con la sensaci¨®n de que podr¨ªa habernos ofrecido mucho m¨¢s.

De cualquier modo, y tras este fugaz recorrido por la historia del f¨²tbol de nuestras m¨¢s actuales consolas, no conviene equivocarse, ya que Urban Freestyle Soccer solo tiene verdadero parecido con el NBA Street. Parad¨®jico, pero cierto.

Con esta premisa deber¨¢s enfrentarte a las bandas m¨¢s potentes y h¨¢biles para as¨ª hacerte con su respeto y ya de paso quedarte con sus territorios. En estos partidos gana el que m¨¢s veces marque, pero no debes olvidar que tus adversarios no solo contar¨¢n con sus habilidades. Aqu¨ª todo vale. Todo.

El dise?o de los miembros de las bandas merece menci¨®n a parte, ya que no solo se diferencian entre bandas, si no que cada uno de los miembros es perfectamente reconocible por separado. Las ropas que lucen (tendremos posibilidad de elegir entre dos equipaciones) se ajustan a la perfecci¨®n a la naturaleza del grupo (skaters, raperos, rastas...). Es especialmente divertido ver como 'charlan' antes del partido haciendo gala de toda la expresi¨®n corporal -ya que la facial es casi nula- propia de estas bandas.

Las distintas canchas est¨¢n bastante conseguidas (unas m¨¢s que otras, cosa que extra?a) teniendo como principal problema el uso de algunas texturas de baja calidad y que le dan un aspecto difuminado a algunas superficies. El hecho de que las l¨ªneas del terreno no sean siempre bien visibles se lo tendremos que achacar m¨¢s a la naturaleza del juego que al nivel gr¨¢fico, ya que en algunas ocasiones ni siquiera podremos distinguir dichas limitaciones reglamentarias. Pero ya se sabe, aqu¨ª no hay reglas.

Detalles como el hecho de que los jugadores miren permanentemente hacia la posici¨®n del bal¨®n, le da a estos un grado a¨²n m¨¢s elevado de realismo. Tambi¨¦n es de ayuda la cantidad de elementos ajenos al partido y que nos ayudar¨¢n a 'meternos en situaci¨®n': p¨²blico pegado a las verjas o asomado a las ventanas del callej¨®n, hojas secas revoloteando por la cancha, el agua de los charcos saltando a nuestro paso, cubos de basura y otro mobiliario urbano, las palomas... Bueno, lo de las palomas es preferible no destacarlo como algo positivo, es mejor verlas.

Todo un repertorio de provocaciones que ser¨¢ particular e intransferible de cada una de las bandas contra las que os enfrent¨¦is, todas ellas dobladas por diferentes voces que les dan una particular identidad y un particular modo de dirigirse hacia vosotros y comportarse durante el juego. Los doblajes son bastante variables en cuanto a su calidad, y destaca como particularmente poco natural el del equipo de las chicas: las Honeys.

M¨²sica que acompa?ar¨¢ correctamente los partidos sin tomar el protagonismo, aunque si lo deseamos y como suele suceder en este tipo de juegos, podemos prescindir de ella con una simple visita al men¨² de opciones. De igual modo podremos nivelar el volumen de los efectos, las voces de los jugadores y el sonido del p¨²blico.

La mec¨¢nica es muy simple: deber¨¢s marcar m¨¢s goles que tus contrincantes teniendo en cuenta que la forma de conseguirlos y el modo en que realices las jugadas -cuantos  m¨¢s combos mejor- te dar¨¢n una puntuaci¨®n variable. Esta puntuaci¨®n se ir¨¢ sumando en un marcador que habr¨¢ junto al escudo de tu equipo, al mismo tiempo que una barra de progreso se va llenando. Cuando esto suceda aparecer¨¢ una zona iluminada en el campo desde la que podr¨¦is lanzar un tiro imparable realizando la correcta combinaci¨®n de botones. Los movimientos de los jugadores en estos tiros son de ciencia ficci¨®n.

Como ver¨¦is, en cuanto a la mec¨¢nica del juego se refiere, y de no ser por que se juega con los pies y no con las manos, podr¨ªamos estar hablando del NBA Street. Pero el problema de este juego no se halla en el planteamiento, si no en la forma de llevarlo a cabo.

Pases que no van donde uno desea, compa?eros que ven como la pelota pasa frente a ellos sin responder, o incluso momentos en los que el bal¨®n queda parado en alg¨²n lugar del campo de juego sin  que nadie se digne a ir a buscarlo. Son circunstancias que le restan realismo y contundencia a un juego que, por otro lado, y con las dosis de paciencia necesarias, puede llegar a resultar adictivo.

Las cuestiones m¨¢s t¨¦cnicas como la f¨ªsica del bal¨®n quedan completamente a parte. El bal¨®n en este juego tiene vida propia. Basta con contemplar a cualquier jugador correr con ¨¦l y ver¨¢s como parecen ambos ir completamente a parte del resto del juego. Es como si un v¨ªnculo invisible les uniera. Ni que decir tiene que cuando un pase elevado queda largo por un frenazo repentino del delantero, el bal¨®n frenar¨¢ en el aire tambi¨¦n para as¨ª conseguir que el conjunto sea perfecto.

A medida que vas ganando a equipos, estos ¨²ltimos se ir¨¢n desbloqueando para poder ser elegidos en los partidos 'amistosos' o para jugar con ellos en futuras Guerras territoriales. Por si esto no fuera suficiente incentivo, de vez en cuando se nos facilitar¨¢ una clave con la que podremos a?adir trucos al juego.

Por cada partido que superemos tambi¨¦n se nos har¨¢ entrega de un n¨²mero de puntos limitado que podremos repartir entre las habilidades especiales que definen el juego de nuestro equipo: Velocidad, Habilidad, Potencia y Disparo. Podemos echar de menos el hecho de que estas habilidades correspondan al equipo, sin poder personalizar a cada jugador con unas habilidades diferentes a las del resto. Hubiera estado bien.

Lo m¨¢s llamativo y heterodoxo, y a la vez lo que hace especial al juego es la propia disposici¨®n de la cancha: una antigua pista de baloncesto, una plaza en plena ciudad o un callej¨®n trasero, entre otros, lo que nos lleva a jugar un partido de f¨²tbol en unos campos muy irregulares, en los que las esquinas o entrantes de la pared pueden jugarnos malas pasadas.

Pero sin duda lo que m¨¢s llama la atenci¨®n a este respecto son la cantidad de objetos (vallas de seguridad, pivotes de tr¨¢fico, cubos de basura) que no solo ser¨¢n un estorbo cuando los encontremos en nuestro camino, si no que tanto nuestros jugadores como nuestros contrincantes podr¨¢n usarlos como arma arrojadiza para parar alg¨²n veloz ataque o dejar fuera de combate a un delantero a punto de recibir un bal¨®n.

Por supuesto, resulta igualmente inc¨®modo jugar en una cancha rodeada de vallas de alambre y que la c¨¢mara quede al otro lado de dicha valla dificultando enormemente la visi¨®n del juego. En este caso la vaya tiene aplicado un filtro de transparencia que puede no resultar suficiente, y desde luego no configurable.

Por supuesto, lo mejor con este juego es poderlo compartir con hasta tres compa?eros m¨¢s, ya que en el caso de que una valla o un tejadillo te impidan la visi¨®n, sabr¨¢s que cuando haya un cambio de campo lo mismo le ocurrir¨¢ a quien controle a tus adversarios.

l  o     m  e  j  o  r

l  o    p  e   o  r