?Te apetece dar una vuelta en mi moto?

Tras su paso por las grandes consolas, Freekstyle llega a la port¨¢til de Nintendo. Las diferencias t¨¦cnicas hacen imprescindible una reducci¨®n de sus cualidades t¨¦cnicas, aunque no por ello divierte menos.

Freekstyle es un juego de carreras de motos, ciertamente peculiar. Creado por EA Big, sigue la l¨ªnea de deportes extremos en plan salvaje. Rompiendo completamente las leyes de la gravedad, todos los juegos de la filial de EA se caracterizan por ofrecer jugabilidad arcade mediante controles sencillos.

Ahora que el juego llega a Game Boy Advance, las cosas han cambiado un poco, principalmente porque EA Big lo apadrina, pero no lo programa directamente, dejando esa labor a los chicos de DSI Games, que lo han hecho bastante bien. Lo primero que llama la atenci¨®n, a parte de la perspectiva, es la sensaci¨®n de que el juego no es tan exagerado como otros de EA.

El juego es de motocross extremo, y desde luego tiene saltos muy grandes, muy altos y muy largos, pero tampoco es tan exagerado como pudiera ser. En general, casi todos los saltos son similares, y mediante la perspectiva isom¨¦trica que tiene, se pierde un poco de visi¨®n, pero aun as¨ª contin¨²a siendo divertido.

En cierto modo, se podr¨ªa comparar con el veterano Rock & Roll Racing, un juego de Super Nintendo que tuvo su conversi¨®n a GBA no hace mucho. La principal diferencia son los saltos ya mencionados, y las diferentes alturas que dividen los circuitos.

El apartado visual es muy pobre, aunque no se le puede tachar de malo. Algo limitado s¨ª, pero no malo. B¨¢sicamente, los decorados son sprites (muy grandes, eso s¨ª), por los que se desplazan las motos creadas mediante pol¨ªgonos. Es un truco muy usado, y que generalmente da buenos resultados, aunque en este caso ofrece 2 pegas importantes.

La primera de ellas es que las motos son demasiado peque?as, casi como una mancha en a pantalla. Esto se ha hecho para que se pueda ver el m¨¢ximo circuito posible y as¨ª tomar bien las curvas. Eso afecta positivamente a la jugabilidad, pero negativamente al apartado gr¨¢fico.

El otro punto negro es que algunos elementos del escenario se superponen sobre las motos, y cuando eso ocurre, desaparecen de nuestro campo de visi¨®n, lo que puede originar la p¨¦rdida del control. Esto s¨®lo suele pasar en las rectas, pero puede entorpecer un adelantamiento (o facilitarlo en caso contrario).

Los decorados, tienen pocos detalles, y los que hay se repiten continuamente. La ventaja es que ¨¦stos son grandes, y a pesar de ser circuitos cerrados, consiguen que las partidas sean largas. Adem¨¢s, como punto positivo, los circuitos est¨¢n bien contruidos, con las rampas colocadas de manera que hacer saltos sea una experiencia agradable. Aunque este punto afecte m¨¢s a la jugabilidad que al apartado visual.

Antes se dec¨ªa que las motos son muy peque?as. Esto, si bien es cierto, se ve mejorado gracias a la excelente animaci¨®n de las mismas. Tanto al saltar, acelerar, curvar o derrapar, al estar realizadas mediante pol¨ªgonos, se mueven de manera muy convincente.

En definitiva, la primera impresi¨®n no es muy buena, pero al ir jugando y disfrutando, esto deja de importar, y el juego en s¨ª es lo que pasa al primer plano. Posteriormente, la mencionada animaci¨®n ayuda a mejorar el panorama.

Si en algo triunfa este juego es en el apartado musical. Los temas est¨¢n sacados de las versiones para consolas mayores, pero est¨¢n capturados con la parte vocal de las canciones incluidas. Eso quiere decir, que podr¨¢s escuchar temas cantados mientras corres. Toda un logro en GBA.

Por supuesto los temas no est¨¢n completos, y s¨®lo son pedazos de los temas originales, pero eso no importa. Est¨¢n muy bien montados para que al repetirse no se note mucho, y de ese modo, no lleguen a cansar.

Por supuesto, todos los temas son muy movidos, de rock m¨¢s o menos duro, pero que encajan perfectamente con las carreras, ayudando a producir m¨¢s adrenalina en el jugador, y haciendo que ¨¦stas sean una experiencia m¨¢s divertida.

Los efectos de sonido se reducen a uno: el sonido de las motos. Es pr¨¢cticamente lo ¨²nico que se oir¨¢. Tambi¨¦n hay choques y ca¨ªdas, pero casi pasan desapercibido. Por lo menos el sonido de las motos est¨¢ bien realizado, aunque casi nadie le va a prestar atenci¨®n con la banda sonora de por medio.

  j u g a b i l i d a d

Jugar a Freekstyle es tan divertido como lo pueda ser cualquier arcade. Cierto es que su perspectiva isom¨¦trica lo hace diferente, y a pesar de que la idea no es nueva, aqu¨ª resulta bastante divertida. Hay algunos problemas en algunos momentos que bajan la jugabilidad y la nota, pero vamos con calma.

Para controlar la moto se usan A y B para acelerar y para encender el turbo. Luego los gatillos se usan para hacer trucos. Parece dif¨ªcil usar 2 botones para hacer infinidad de trucos, pero es posible, lo que a la vez acarrea otro punto negativo: es demasiado f¨¢cil hacerlos.

Hacer trucos es imprescindible para ganar, ya que cuantos m¨¢s y mejor se hagan, m¨¢s se llenar¨¢ la barra de turbo. Esta es muy necesaria para ganar a los rivales. El caso es que no se puede hacer siempre el mismo truco o ¨¦ste ir¨¢ perdiendo valor. Tampoco llena mucho la barra hacer un solo truco en cada salto; es mejor hacer combinaciones.

Pero no es dif¨ªcil. Incluso es bastante f¨¢cil, y haciendo siempre las 2 mismas combinaciones la barra se llena lo suficiente como para tenerla siempre llena, lo que se convierte en un paseo, reduciendo la dificultad y la diversi¨®n.

Para curvar se usa la cruceta, aunque hay que tener en cuenta que la moto gira sobre su eje, no sobre el punto de vista de la c¨¢mara. Esto, una vez acostumbrados, se convierte en el mejor modo de jugar, ya que el control es sencillo, y los escenarios est¨¢n bien dise?ados.

Pero no todo es positivo. Al problema de la sencillez a la hora de llenar la barra de turbo, se unen algunos problemas t¨¦cnicos. El primero ya se vio en el apartado gr¨¢fico, pues en ocasiones habr¨¢ objetos que obstaculicen la visi¨®n. Algo del todo rid¨ªculo, pues su presencia se podr¨ªa haber suprimido.

Por otro lado, a veces las motos chocan en el aire, cuando en realidad est¨¢n separadas. Por si esto fuera poco, el rebote que cogen no es muy real, y dificulta la partida de una manera bastante tonta.

Este t¨ªtulo tiene 3 modos de juego: el modo carrera libre, el modo competici¨®n y el modo multijugador. El primero no necesita explicaci¨®n, pues es simplemente jugar una carrera suelta. El tercero es para competir con un amigo que tenga tambi¨¦n una GBA, el juego y un cable link.

La segunda opci¨®n, el modo competici¨®n, es el m¨¢s interesante. Propone al jugador disfrutar 10 torneos compuestos por varias carreras que deber¨¢ completar llegando a la meta en el primer puesto.

El juego hay que reconocer que ante todo es divertido. El control es sencillo, y se deja jugar desde la primera partida. La dificultad es asequible, y es un juego ideal para llevar en una port¨¢til. Es cierto que tiene defectos, pero tampoco son tan graves.

Los amantes de las carreras de motocross no deber¨ªan perd¨¦rselo, y todo aquel que disfrute con los arcades de conducci¨®n deber¨ªa al menos probarlo. El resto de los jugadores puede que lo considere algo escaso (no tiene muchos modos de juego, ni extras), o incluso algo simple, pero las primeras partidas ser¨¢n divertidas casi para cualquiera.