Batallas sin control

Chariots of War es un juego de estrategia a la antigua usanza, por turnos. Esta frase puede bastar para que los aficionados a la acci¨®n menos pausada de los ETR dejen de leer el an¨¢lisis y se pongan con otros quehaceres, pero seguro que capta la atenci¨®n de los amantes de la planificaci¨®n y las complejas estrategias a largo plazo. Lo malo para este ¨²ltimo grupo de lectores, es que tampoco les va a gustar el juego (otro baj¨®n de audiencia), fundamentalmente porque se queda corto comparado con otros t¨ªtulos del g¨¦nero. ?Quer¨¦is saber por qu¨¦? Pues acompa?adme en este an¨¢lisis del juego y lo descubrir¨¦is.

Y el caso es que lo que leemos en la contrapartada de la caja en formato DVD en la que est¨¢ incluido el ¨²nico CD del juego promete. Nos encontramos en el a?o 4.000 antes de Cristo, en la cuenca del Mediterr¨¢neo, con 58 civilizaciones disput¨¢ndose los recursos y el territorio. Los primeros men¨²es del juego confirman esta gran variedad de facciones y eso nos hace so?ar...hasta que nos damos cuenta de que apenas hay diferencias entre los diferentes bandos, salvo alguna unidad muy concreta.

Bueno, no pasa nada; vamos a empezar a jugar la campa?a. Ante nosotros podemos ver un enorme mapa de la zona que abarca desde Egipto o Libia hasta los actuales Turqu¨ªa, Afganist¨¢n y el Mar Caspio. Seleccionamos la civilizaci¨®n de nuestra elecci¨®n y aparece una peque?a descripci¨®n de la misma junto con datos sobre qu¨¦ unidad espec¨ªfica posee. Si estamos conforme con nuestra opci¨®n, apareceremos en la parte del mapa elegida con unas pocas ciudades en nuestro poder: es hora de comenzar a expandirnos.

Y aqu¨ª empezamos a ver las limitaciones del juego, porque s¨®lo se puede crecer de una manera: conquistando las ciudades enemigas. Olv¨ªdate de construir nuevas ciudades, de hacer alianzas o de establecer rutas comerciales, porque esas opciones no existen. Como dec¨ªa, la ¨²nica manera de que nuestro imperio se expanda es atacar al enemigo en sus ciudades y apoderarnos de ellas. Es cierto que hay una opci¨®n en el men¨² para comerciar, pero se reduce a una pantalla donde elegimos lo que queremos comprar y vender y listos. Tambi¨¦n es verdad que hay otra opci¨®n para la diplomacia, pero lo ¨²nico que sirve es para saber qu¨¦ intenciones tienen nuestros adversarios hacia nosotros y cu¨¢l es el pueblo m¨¢s odiado de cada uno. Vamos, que m¨¢s que para diplomacia es un poco de espionaje. Es como si estas dos opciones las hubieran metido en el juego a ¨²ltima hora de la manera m¨¢s r¨¢pida posible.

Como en otros juegos del estilo, las ciudades nos ir¨¢n proporcionando autom¨¢ticamente recursos dependiendo de lo que tengan alrededor (madera en los bosques, gemas junto a los yacimientos, etc), am¨¦n de tener que ir construyendo diferentes tipos de edificios en ellas para poder crear tropas, obtener m¨¢s comida o simplemente que nuestra ciudad crezca. Hay 9 tipos de recursos y en caso de necesitar alguno, siempre podemos recurrir al "comercio".

Pero est¨¢bamos hablando de conquistar ciudades. "Bien, ahora empieza lo bueno, ahora", estar¨¦is pensando. Bueno, pues vamos a atacar una ciudad enemiga: cogemos nuestras tropas (reclutadas entre nuestra poblaci¨®n con mucho esfuerzo) y vamos para all¨¢ (turno a turno, avanzando poco a poco). Cuando llegamos, aparece ante nosotros una pantalla donde deberemos colocar nuestras unidades de la forma que creamos m¨¢s conveniente y elegir una orden para ellos. A continuaci¨®n, veremos ante nosotros el campo de batalla y...ya est¨¢. Porque durante el combate no podemos interactuar con nuestras tropas y el resultado depender¨¢ de la calidad de nuestros combatientes, s¨ª, pero tambi¨¦n de la disposici¨®n que adoptamos para ellos en la pantalla anterior. As¨ª que todo lo que podemos hacer es ver c¨®mo se zurran entre todos y cruzar los dedos para que hayamos acertado con la opci¨®n correcta. El ej¨¦rcito que pierde, desaparece del mapa (no hay manera de retirarse) y el que gana se llevar¨¢ unos cuantos puntos de experiencia.

Esto de la disposici¨®n de tropas, al principio puede atraerte un poquito, pero al cabo de una docena de batallas est¨¢s hasta los mism¨ªsimos, y te acuerdas del programador que no incluy¨® una opci¨®n para resolver qui¨¦n gana de forma autom¨¢tica.

Pero no es s¨®lo eso, sino que parece que el equipo de programaci¨®n no ha jugado nunca a Master of Magic o Age of Wonders, porque el paso de un ej¨¦rcito a otro lo tendremos que hacer a mano (no ocurre autom¨¢ticamente al acabar sus puntos de movimiento), no avanzar¨¢n de forma aut¨®noma durante varios turnos por el camino que les fijemos (habr¨¢ que pulsar un bot¨®n para decirles que adelante) y adem¨¢s, los iconos no responden si pulsamos en la caja que los enmarca, sino que hay que hacer click sobre el icono en s¨ª. "Bueno, pero habr¨¢ teclas r¨¢pidas, ?no?" Pues tampoco.

As¨ª que imag¨ªnate uno de esos juegos por turnos que he mencionado antes sin poder crear ciudades, con batallas autom¨¢ticas que no puedes esquivar, con un desarrollo en el que tienes que pulsar iconos todo el rato, donde la diplomacia y el comercio han desaparecido y con 58 facciones que son casi iguales. ?Te haces una idea? Pues eso es Chariots of War.

Y por si te parece poco, a?ade que no hay opciones multijugador y que el aspecto t¨¦cnico tampoco es para tirar cohetes, adem¨¢s de que el jueguecito cuesta casi 40 euros. Como puedes imaginar, el c¨®ctel no es nada agradable.

Gr¨¢ficos y sonido

La verdad es que este juego tiene un aspecto bastante mediocre. La m¨²sica es correcta para la ¨¦poca en que transcurre el juego, destacando la de las batallas, pero se hace repetitiva al poco. El sonido tampoco es ninguna maravilla, aunque por lo menos nuestras unidades responder¨¢n con voces ex¨®ticas (la ¨²nica lengua muerta que conozco es el lat¨ªn, as¨ª que no s¨¦ si los asirios, hititas o egipcios hablan su respectivo idioma), d¨¢ndole un aliciente al juego. Durante el transcurso del juego tenemos los t¨ªpicos sonidos de gente y animales en las ciudades, los efectos para las batallas, los gritos y tal. Vamos, todo muy corriente.

En cuanto a los gr¨¢ficos, los mapas que recorreremos no destacan precisamente por su colorido o detallismo. Tambi¨¦n es muy dif¨ªcil distinguir los diferentes tipos de unidades en una batalla, o a qu¨¦ bando pertenece cada unidad, aunque eso da igual, porque no podemos hacer nada durante el combate... Las ciudades tampoco son gran cosa y los diferentes edificios simplemente cumplen. Las animaciones de las tropas cuando recorren el mapa o en los combates tienen pocos frames y eso hace que se vean como entrecortadas.

Gui¨®n

Hace 4.000 a?os, en los or¨ªgenes de la civilizaci¨®n, los primeros imperios lucharon por la posesi¨®n de las aguas, de los recursos y de las tierras de Oriente Medio. JUego con los egipcios en Cu¨¢drigas de Guerra, con los babilonios y sus armaduras de bronce, los nubios y sus lanzas o los asirios y sus fortalezas de piedra. Desarrolla tu pa¨ªs produciendo materias primas y vendi¨¦ndolas a tus vecinos. Crea gloriosos ej¨¦rcitos y prep¨¢ralos para la conquista. Avanza por las tierras en los or¨ªgenes de la humanidad con Chariots of War.

Bueno, esto es lo que pone en la caja del juego, pero durante las campa?as no hay una historia que se vaya desarrollando. Simplemente se trata de ir capturando ciudades para ampliar nuestro imperio.

Jugabilidad

Cuando comienzas a jugar, lo cierto es que si te gusta la estrategia por turnos, Chariots of War te mantendr¨¢ ocupado durante  dos o tres horas, mientras vas construyendo tus ciudades, atacando al enemigo y tal, pero pasado ese tiempo, la curva de diversi¨®n empieza a caer vertiginosamente. Y es que el juego se hace tremendamente repetitivo, debido en parte a que los combates, principal aliciente de otros juegos de este tipo que adem¨¢s cuentan con muchos tipos de unidades diferentes, son muy aburridos. No tiene sentido que pongas tus ej¨¦rcitos de tal o cual manera y luego s¨®lo puedas mirar, sin poder pasar la batalla.

En definitiva, que antes que este juego, son mucho m¨¢s recomendables cl¨¢sicos como Age of Wonders o Heroes of Might and Magic , que adem¨¢s podr¨¦is encontrar a un precio inferior en alguna serie barata.

Estrategia y trucos

Lo primero es tener claro que los edificios tardan bastante en construirse, as¨ª que hay que elegir bien el que queremos en cada momento, que suele ser el que nos d¨¦ los recursos que necesitamos a corto plazo. Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que hay que explotar al m¨¢ximo los recursos naturales que rodeen la ciudad, construyendo los edificios apropiados para ello. Eso nos permitir¨¢ tener recursos sobrantes para comerciar con ellos.

Tambi¨¦n es importante el hecho de que nuestros ciudadanos producen m¨¢s cuanto m¨¢s contentos est¨¦n y eso se consigue d¨¢ndoles m¨¢s alimentos o m¨¢s oro. Recuerda que cuando termines un edificio, deber¨¢s asignarle trabajadores para que empiecen a producir, aunque con los ¨²ltimos parches, esto se hace autom¨¢ticamente.

En cuanto a los ej¨¦rcitos, es fundamental que est¨¦n equilibrados, con tropas con buenas capacidades de exploraci¨®n, unidades con armas de largo alcance y fuerzas pesadas para la primera l¨ªnea. Adem¨¢s, habr¨¢ que tener en cuenta las t¨ªpicas cosas de estos juegos: los lanceros son buenos contra la caballer¨ªa pero no contra la infanter¨ªa ligera, por ejemplo.

Compar¨¢ndolo con...

La verdad es que el pobre tiene todas las de perder cuando se le compara con otros t¨ªtulos anteriormente mencionados. Los Age of Wonders, herederos directos de Master of Magic, tienen mayores posibilidades gracias a sus criaturas, hechizos, encuentros y dem¨¢s. En los Heroes of Might and Magic, tenemos un argumento que conecta las diferentes misiones, adem¨¢s de cosas similares al anterior. Tambi¨¦n tenemos los Civilization. Todos ellos destacan por su mayor variedad de unidades, combates m¨¢s vistosos (y sobre todo m¨¢s interactivos) y, en definitiva, mayor diversi¨®n, que es de lo que se trata.

Tampoco el aspecto t¨¦cnico sale bien librado cuando lo comparamos con juegos de los mencionados, as¨ª que est¨¢ claro, ?no?

Lo que est¨¢ bien

Pues bueno, la idea de juntar tantas civilizaciones de ¨¦pocas pasadas (con las licencias correspondientes) no es mala e incluso puedes aprender algo. Al menos, no exige mucho ordenador para poder jugarlo. Y es interesante ver que sus desarrolladores han pulido algunas de las carencias del juego mediante parches.

Lo que no est¨¢ tan bien

Ser¨¦ breve para no ser reiterativo. Los combates mon¨®tonos, las pocas posibilidades de expansi¨®n de tu imperio a no ser mediante el combate y el aspecto t¨¦cnico desfasado hacen que el juego se vuelva aburrido a las pocas horas de haberlo instalado. Incluso el manual es poco ¨²til.

Manual

Lo cierto es que bastante malo. Fundamentalmente, porque est¨¢ bastante mal estructurado, pareciendo m¨¢s una colecci¨®n de p¨¢rrafos sueltos que un manual en s¨ª. Adem¨¢s, no tiene ni una s¨®la captura del juego, por lo que las referencias del texto quedan bastante hu¨¦rfanas sin imagen en qu¨¦ apoyarse.

El juego dispone de un tutorial, pero tambi¨¦n es bastante parco y pasa por alto aspectos como la diplomacia y el comercio.

Enlaces

P¨¢gina en Internet de los desarrolladores

Equipo necesario

Pentium 233 MMX, 64 MB RAM, 300 MB disco duro, VGA 4 MB compatible DX, tarjeta de sonido compatible DX8, lector CD-ROM, Windows 95/98/ME/2000/XP