Esperando a Top Spin...

Roland Garros es la serie de juegos de Tenis de Wanadoo con la que desde hace unos a?itos intenta hacerse un hueco en el panorama de juegos deportivos. A pesar de la discreta calidad de las ¨²ltimas entregas, la compa?¨ªa francesa parece que en esta versi¨®n del 2003 se han puesto las pilas. A ver si es verdad.

Pero desde los tiempos de Super Tennis de Super Nintendo ning¨²n juego del deporte de la raqueta hab¨ªa alcanzado tal ¨¦xito como lo hizo la serie patrocinada por Sega Virtua Tennis. Las recreativas de la compa?¨ªa nipona, conversiones de los dos juegos a Dreamcast y del segundo a Playstation 2 inclu¨ªdas, encumbraron al sitio que se merec¨ªa a un subg¨¦nero deportivo que parec¨ªa haber quedado relegado a un segundo plano detr¨¢s de los t¨ªtulos basados en el Deporte Rey, el f¨²tbol.

Xbox no ha tenido tanta suerte... por lo menos hasta el momento. Con Top Spin en el horizonte ¨¦sto parece que cambiar¨¢, pero hasta que el lanzamiento de la esperada producci¨®n de Microsoft se produzca, los amantes del deporte de las raquetas tendr¨¢n por lo menos una alternativa para hincarle el diente. No es otra que el ¨²ltimo de los Roland Garros, la saga de juegos de tenis de Wanadoo. Y aqu¨ª tenemos el an¨¢lisis correspondiente.

Las texturas mediante las cuales se representan los diferentes superf¨ªcies en las que se juegan los partidos est¨¢n desigualmente realizadas. Mientras que la implementaci¨®n de la arena es casi perfecta, con una interacci¨®n pelota-jugadores-superf¨ªcie casi perfecta en la que destacan las camisetas manchadas por la arena al impactar los jugadores con sus cuerpos en el duro suelo o las se?ales de las pisadas y de las idas y venidas de los tenistas, otras como la hierba o, sobre todo, el cemento, no han corrido la misma suerte.

En cuanto a los personajes, hay dos lecturas. El parecido f¨ªsico a nivel facial, el cual es evidente aunque tampoco es para tirar cohetes, no puede esconder unas animaciones muy preciosistas pero que se conjugan unas con otras de una forma rob¨®tica y poco realista. Como tampoco es realista la respuesta de la pelota, la cual est¨¢ siempre supeditada a las acciones de los tenistas y no a su propia f¨ªsica. Es decir, que ser¨¢n los golpes y no la velocidad y direcci¨®n que lleve la bola en ese momento los que determinen el estado siguiente del esf¨¦rico.

Entre la mediocridad general, hay algunos detalles gr¨¢ficos implementados que son, cuanto menos, muy originales. Por ejemplo, en la textura que representa la pista ir¨¢n apareciendo sombras que representar¨¢n a bandadas de p¨¢jaros que sobrevolar¨¢n el estadio, o incluso zeppelines que sobrepasar¨¢n demasiado cerca el terreno de juego.

Roland Garros 2003, como buen arcade deportivo, es f¨¢cil de jugar y de aprender los diferentes movimientos que permite realizar. Por desgracia, el trabajo realizado a la hora de implementar el control se ha enfocado en plan jugador-centro-de-la-acci¨®n, en vez de lo que ser¨ªa m¨¢s real, pelota-centro-de-la-acci¨®n. Una muestra de ello es que no hace falta colocar al jugador justo al lado de la pelota para que ¨¦ste la golpee. Y es que en Roland Garros 2003 el devolver un 'simple' servicio ser¨¢ casi m¨¢s cuesti¨®n de suerte que de otra cosa. Cuando la pelota no golpee al cuerpo del jugador que resta, pasar¨¢ inexplicablemente a escasos cent¨ªmetros de la raqueta de vuestro personaje, como si fuera tarea del xboxer el ajustar la altura exacta del brazo de los tenistas.

En cuanto a modos de juego este t¨ªtulo est¨¢ bien servido, incluyendo uno estilo Tour Mode en el que se pueda crear un personaje, entrenarlo y llevarlo a lo m¨¢s alto del r¨¢nking de la ATP. Sin duda, es el principal aliciente de un juego que, como ya hemos dicho, flojea en el meollo del asunto de todo juego deportivo: el control. En cuanto a la plantilla de este Roland Garros 2003 se incluyen tanto jugadores como jugadoras, destacando tenistas tan conocidos como Marat Safin o el campeon¨ªsimo espa?ol Alex Corretja. Como los propios creadores de este juego se encargan de proclamar, Roland Garros 2003 es el ¨²nico juego que incluye al campe¨®n espa?ol del Masters de Tennis, lo cual es un aliciente m¨¢s que seguro que los aficionados espa?oles sabr¨¢n agradecer, despu¨¦s de disfrutar de Arancha S¨¢nchez-Vicario y de Carlos Moy¨¢ en la obra de Hitmaker.

Por ¨²ltimo decir que, aunque no permite el juego a trav¨¦s de Xbox Live, en la producci¨®n de Ubi Soft pueden participar hasta 4 jugadores humanos en la misma m¨¢quina. El apartado multijugador de este t¨ªtulo, por tanto, queda servido.

Pero como ninguno de los mencionados anteriormente han aparecido en Xbox, tenemos que atenerlos al panorama de la 128 bits de Microsoft, que en cuanto a juegos del deporte de la raqueta no es que estuviera bien servida. Y contin¨²a sin estarlo, porque hasta que Top Spin haga su esperado acto de presencia en las estanter¨ªas de las tiendas especializadas, nos tendremos que conformar con la ¨²ltima producci¨®n de Wanadoo. Y es que a falta de Top Spin, bueno es, aunque no demasiado, Roland Garros 2003.

l  o    m  e  j  o  r

l  o    p  e  o  r