Siente la gasolina en tus venas

No es la versi¨®n jugable de 2 Fast and 2 Furious, pero casi. Coches trucados, m¨¢s caballos de los que la tracci¨®n puede soportar y neum¨¢ticos quemados en cada curva. Si tienes sed de velocidad y las carreras ilegales llaman a tu lado oscuro, existe un club que te interesa. Se re¨²nen cada medianoche; ya sabes d¨®nde encontrarlos.

Siempre hab¨ªas o¨ªdo hablar del Midnight, un club de chiflados que se re¨²nen cada noche para recorrer las calles abarrotadas al triple de la velocidad permitida, saltarse sem¨¢foros, aterrorizar a los peatones, invadir las aceras y provocar las peores pesadillas entre los polic¨ªas. Una noche consigues ver a unos de estos chiflados, en su coche por supuesto, y decides hacer notar tu presencia d¨¢ndole a las luces largas. Como no te hace caso, le adelantas, y durante unos kil¨®metros le demuestras lo que puedes hacer al volante, cort¨¢ndole el camino a cada curva. Enhorabuena, le has impresionado. ?l ser¨¢ tu enchufe, y dar¨¢ pie a tus primeras carreras en el club. Pero no tienes ni idea del lugar en el que te est¨¢s metiendo.

El juego en s¨ª es una versi¨®n renovada de su primera parte que eleva al cubo la espectacularidad tanto gr¨¢fica como jugable, a?adiendo esa chispa que le faltaba y convirti¨¦ndolo en m¨¢s arcade, si esto es posible. Se trata de un juego sin complicaciones, donde prima la diversi¨®n pura, y que se inspira descaradamente en cl¨¢sicos como Carmaggedon y similares. Incluso tiene toques de los Rollcage aparecidos en PSOne, de quienes toma prestados los exagerados saltos y el efecto -visual y tambi¨¦n sonoro- de los nitros.

Que nadie se lleve a enga?o, este t¨ªtulo va de carreras simples, cuanto m¨¢s r¨¢pidas y absurdas mejor. Hac¨ªa tiempo que no encontraba un juego de concepci¨®n tan sencilla y que no resultara cansino por esta misma simpleza. Midnight Club va de eso, carreras y m¨¢s carreras. La mec¨¢nica es siempre la misma, te das un paseo por la ciudad, retas a un piloto encendiendo tus largas, acepta el reto y ya tienes competici¨®n por delante. Si ganas, es posible que te ganes su coche. Y as¨ª una vez tras otra. ?No tiene modo historia? ?No cansa hacer siempre lo mismo? Bueno, s¨ª y no.

El juego tiene un modo "historia", junto a otros que ya comentaremos m¨¢s adelante. Este modo historia se denomina "profesional", y tiene dos partes diferenciadas, las fases de b¨²squeda y las de reto. En las de b¨²squeda tienes toda la ciudad ante ti, y puedes ver en el mapa a todos los socios del club. Basta con acercarse a cualquiera de ellos en el orden que desees para retarle. Es entonces cuando el socio en cuesti¨®n se presenta, con unas secuencias de video muy trabajadas en lo que a animaciones faciales se refiere, pero lamentablemente en ingl¨¦s -con subt¨ªtulos, eso s¨ª-, y que sirve como introducci¨®n al propio reto.

Llega entonces el momento de competir y ascender escalafones en el club. Esta mec¨¢nica de juego intenta dar la enga?osa sensaci¨®n de libertad, pues puedes "elegir" el orden de tus rivales, pero dentro de los retos no tienes escapatoria; quiz¨¢ hayas retado a todo un crack de la carretera y aunque tu coche no tenga nada que hacer frente el suyo, no podr¨¢s salir de nuevo a la fase de b¨²squeda, tu partida se ha salvado y el ¨²nico modo de continuar ser¨¢ venci¨¦ndole.

Visto de forma objetiva, la mec¨¢nica del modo principal de juego est¨¢ a medio camino entre ser digna y ser un fracaso. Digna porque al menos no se reduce a carrera tras carrera y dota a los rivales de una personalidad muy acuciada, lo que aumenta el carisma del juego. No significa que llegues recordar sus nombres, pero "te quedas con su cara" por as¨ª decirlo, de forma que al o¨ªrles o ver sus coches en la carretera se crea un ambiente de rivalidad que quiz¨¢ sea una de las mayores virtudes del juego. Pero es un quiero y no puedo. Yo lo considero un error en la direcci¨®n y producci¨®n: hubiera sido m¨¢s conveniente dedicar todo el dinero destinado a las secuencias FMV's en fomentar m¨¢s profundidad en el planteamiento, pudiendo por ejemplo manipular los motores de los coches, personaliz¨¢ndolos y no dar el tunning ya hecho.

Las secuencias no se juegan, y se vislumbran s¨®lo una vez. Se han gastado un buen porcentaje del presupuesto en secuencias in¨²tiles cuando ese dinero se podr¨ªa haber aprovechado mejor. Algo incomprensible viendo Vice City por ejemplo, de la misma compa?¨ªa, sin una secuencia prerrenderizada pero con unas posibilidades infinitamente superiores. Rockstar San Diego tiene mucho que aprender de Rockstar North.

Hay otro detalle que me gustar¨ªa comentar y que resume muy bien la idea de la manera incorrecta como est¨¢ planteado este juego. Se comienza con un completo desinter¨¦s, sin incentivos para continuar. Es cierto que al comenzar no deben darnos todos los coches, pero podr¨ªan dejar dos o tres. El ¨²nico que nos dan, llamado Coccote, es una especie de patera con ruedas verdaderamente deplorable.

Tampoco parece acertado comenzar en la ciudad de Los Angeles, pues es la peor dise?ada y aburrida. Estos dos inconvenientes, tener un solo coche y la peor ciudad al principio dan una imagen tremendamente cutre del juego, unas enga?osas partidas iniciales que casi lo estropean. Por si fuera poco se tarda mucho en adquirir movimientos especiales en los coches. Debido a ello, s¨®lo tras unas horas y bien avanzados en el modo profesional, Midnight Club 2 demuestra su potencial. Pero se tarda, quiz¨¢ demasiado, en empezar a conseguir m¨¢quinas decentes, en hacer "el turbo del rebufo", la "quema de neum¨¢ticos", y dem¨¢s movimientos especiales, como la conducci¨®n sobre dos ruedas.

Las partidas del primer d¨ªa comparadas con las que se realizan digamos algo m¨¢s de una semana despu¨¦s, parecen pertenecer a dos juegos diferentes; es algo que se puede apreciar en las fotos: bodrios andantes correteando por Los Angeles, o maravillas como el SLF 450X atravesando los detallistas escenarios de Par¨ªs o Tokio. Un desequilibrio en la diversi¨®n demasiado grande a mi entender.

Por suerte no todo es malo en el aspecto jugable. Midnight Club 2 -MC2 en adelante- llega a ser divertido, muy divertido, alcanzando unas cotas de adicci¨®n sorprendentes. Algo debe tener un juego cuando sin apenas darte cuenta te obliga a reintentar una carrera decenas de veces, llen¨¢ndote de euforia cuando consigues quedar el primero y pasas a la siguiente ronda. Defin¨¢moslo con que este juego pica en el orgullo, te agarra por la solapa y, por est¨²pido que suene, te obliga a demostrar lo que eres capaz de hacer. Todo hay que decirlo, consigue sacar de quicio porque es uno de los juegos m¨¢s tramposos que se han creado, pero siempre dan ganas de continuar, de hacer tragar las palabras a todos esos ni?atos que en plena carrera se r¨ªen de tu forma de conducir.

?Un juego tramposo?, se preguntar¨¢n muchos. Tramposo por no decir algo peor. Imagina que para continuar la carrera necesitas pasar por un callej¨®n, es de madrugada y la carretera est¨¢ semidesierta. Pues lo m¨¢s probable es que un autob¨²s se cruce delante tuyo -no antes y despu¨¦s, sino cuando te toca cruzar a ti- y s¨®lo por eso, chocas quedando el ¨²ltimo y arruinando una carrera perfecta de 6 minutos. Vuelta a empezar. Cuando no es un autob¨²s, son los accidentes. Si delante de ti uno de tus "compa?eros" produce un choque, en el 99% de las ocasiones los coches de los civiles que pierdan el control ir¨¢n directamente hacia ti, como si en tu veh¨ªculo se escondiera un potente electroim¨¢n que los atrajera.

Y luego est¨¢ la polic¨ªa, que siempre se fija en tu coche, como si fueras el ¨²nico que circula a 250 por una v¨ªa peatonal. Todas estas cosas logran modificar tu conducta paulatinamente, y de empezar el juego como "un simple juego de carreras" se va convirtiendo en un "la pr¨®xima os vais a enterar, c@br#n$!". Llegar¨¢ un punto en el que lo conveniente no ser¨¢ hacer un derrape pulcro, o elegir un buen camino alternativo. Lo primordial ser¨¢ conocer la forma de volcar un cami¨®n impactando en el lugar exacto de sus ruedas. Se impondr¨¢ el juego sucio, y de la pantalla se adue?ar¨¢ el desmadre. De un Metropolis Street Racer nos meteremos en Destruction Derby en un abrir y cerrar de ojos.

Pasemos a detalles t¨¦cnicos. El juego "presume" de funcionar ¨²nica y exclusivamente con texturas a 32 bit de color. En la primera ciudad apenas se entiende, pues la variedad crom¨¢tica es tremendamente mon¨®tona y salvo el asfalto, todo peca de cutrez. Ser¨¢ necesario llegar a Paris, y terminar corrobor¨¢ndolo en Tokio, para darse cuenta de que Los Angeles eran un entrem¨¦s.

Pasar por debajo de la Torre Eiffel, atravesar los campos El¨ªseos, saltar sobre la pir¨¢mide de cristal del Louvre, o gastar nitros entre los neones de las concurridas calles nipones es un placer, sobre todo cuando el juego luce una velocidad tan endiablada, que en absoluto repercute en la suavidad, lo que es todo un logro. Se mueve muy bien, incluso cuando se arma la de Dios en las autopistas. Porque los accidentes son otro detalle a tener en cuenta. La f¨ªsica de colisiones es sobresaliente, y todos los veh¨ªculos derrapan y se ven afectados con sumo realismo por los choques. En multitud de ocasiones viene a la mente la secuencia de la persecuci¨®n en la autopista de Matrix Reloaded, debido a la espectacularidad. L¨¢stima que se vea empa?ado por unos desperfectos en las carrocer¨ªas un tanto desiguales -las puertas y el techo se arrugan como si fueran de papel, pero el parachoques permanece intacto incluso al empotrarse a 200km/h-. Al menos los veh¨ªculos reflejan el escenario en tiempo real sobre sus carrocer¨ªas.

Otra de las virtudes gr¨¢ficas sin lugar a dudas son los efectos de luces y part¨ªculas, que quiz¨¢ junto a la rapidez y las texturas sea lo ¨²nico en que supera a Vice  City. Las chispas son para quitarse el sombrero, el fuego y el humo son volum¨¦tricos y el efecto de asfalto mojado est¨¢ a la altura del mism¨ªsimo Gran Turismo 3.

Considerando que el juego no tiene niebla ni popping, se puede decir que el motor 3D es muy competente. Algo que se pod¨ªa haber aprovechado en los peatones, que parecen robots por su modelado y que se comportan, por incre¨ªble que parezca, como aut¨¦nticos suicidas. Debe ser el ¨²nico juego en el que los viandantes atropellan a los coches y no al rev¨¦s; pronto dejar¨¢ de sorprender que, circulando tranquilamente por una carretera, una mujer se cruce haciendo posturitas y gritando "?Please!". Si hubiera sangre ser¨ªa redondo -l¨¢stima-. En el aspecto sonoro, el dolby se deja notar con contundencia y los efectos son correctos, cada veh¨ªculo tiene su propio sonido de motor, incluidos los no manejables de la ciudad. En cuanto a m¨²sica tiene algo as¨ª como 30 temas entre hip hop y techno de dj's reales, pero pueden resultar cansinos. De todas formas no es algo que importe mucho disponiendo de la opci¨®n para escuchar tus propios mp3's.

Queda comentar los otros modos de juego, el Arcade y el Multiplayer. En realidad son el mismo, s¨®lo que en el primero se juega contra la cpu y en el otro contra el resto de internautas o jugadores en LAN. Se dispone de diversas modalidades, la mitad variables del modo profesional, pero hay dos propias, el modo detonar y el capturar la bandera. En el detonar la idea es transportar una bomba sin que estalle debido a un exceso de golpes por partes de tus "amigos", y en la de capturar la bandera, como todos sabemos, se hace lo mismo pero llevando una bandera del punto A al B sin que nos la robe el rival.

En un shooter en primera persona estos modos son interesantes, pero es cuestionable la diversi¨®n que hay en correr y/o perseguir en l¨ªnea recta durante minutos, sin m¨¢s cosas que hacer que gastar items con los que tienes al lado. Al final, todos se olvidan de las reglas y priman los tortazos, donde items como el "pulso" -todo lo que haya en un radio de diez metros salta por los aires- y el "da?o cu¨¢druple" -?necesita explicaci¨®n?- le resta el protagonismo a cuanta bombita o bandera nos manden recoger.

El modo multijugador se queda un poco corto, y salvo que necesites ansiadamente el medirte en carreras ordinarias contra otros humanos, apenas adquiere inter¨¦s. Es como el supuesto "editor de carreras" que incluye el juego. Ojo, no confundir "editor de carreteras" con "editor de carreras", porque aunque suenen similar no tienen nada que ver. En MC2 las carreteras est¨¢n hechas, y lo ¨²nico que se puede hacer es cambiar los check points de una calle a otra.